En 2023, el Monzón mexicano inició durante la primera quincena de julio, con lluvias muy fuertes acompañadas de descargas eléctricas, granizo y fuertes rachas de
viento en zonas de Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora, lo cual ocasionó deslaves, incremento en niveles de ríos y arroyos, así como desbordamientos e inundaciones en zonas bajas.
Con base en los registros de 1991-2020, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), más del 60 por ciento
de las lluvias anuales en el noroeste de México, se presentan durante este periodo.
Climatológicamente, el Monzón mexicano se presenta en el noroeste del país, a finales de junio o principios de julio y puede extenderse hasta septiembre. Se caracteriza por el cambio estacional en la dirección de los vientos cálidos y húmedos entre el continente y el océano; en el noroeste, los vientos y la humedad
proceden del Océano Pacífico y del Golfo de California.
Durante el Monzón, de julio a septiembre, pueden registrarse acumulados de lluvia de 900 milímetros en zonas de Nayarit, de 650 mm en porciones de Sinaloa y de 250 mm en regiones de Sonora, lo cual proporciona humedad para el desarrollo de la agricultura y recarga de los embalses.