EL ZANCUDO | UN CACHITO DE GLORIA

por Arturo Soto Munguía

Arañaron su cachito de gloria diputados y diputadas del Congreso local ayer, cuando enlistaron la batería de obras de infraestructura que serán construidas en los municipios de sus respectivos distritos a partir de la aplicación de 2 mil 100 millones de pesos producto de un crédito cuya solicitud aprobaron hace unos meses.

Nos referimos, por supuesto a diputadas y diputados de Morena y sus aliados, que convocaron a rueda de prensa para cerrar filas en torno al programa del gobernador Alfonso Durazo para construir 110 obras, algunas reclamadas desde hace muchos años en algunos municipios de los más grandes del estado, y otras que corresponden a municipalidades más pequeñas donde ahora sí que como dice el eslogan, nunca les había tocado.

Capitaneados por su coordinadora parlamentaria, Ernestina Castro, los y las legisladoras justificaron la contratación del crédito aprobada por ellos mismos, argumentando que no aumentará la deuda de largo plazo en Sonora, ya que será cubierto al finalizar el actual sexenio.

El tema es importante para los legisladores porque francamente, en los dos años que tienen de ejercicio (algunos van para cinco) no abundan las gestiones que puedan presumir, mucho menos en la actual legislatura a la que ‘voluntariamente’ accedieron a autorecortarse 400 millones de pesos que habitualmente eran orientados a la gestión social y ayudas humanitarias (en el mejor de los casos), para que el gobierno del estado los aplicara en un programa de becas que ya va en 612 millones de pesos.

Asumamos que el trabajo de los y las diputadas no es el de entregar balones, uniformes deportivos, despensas y láminas de cartón, entre otros enseres que los usos y costumbres institucionalizaron desde hace mucho, y que en todos los casos servían más como instrumentos de promoción política en sus distritos que como una política pública con aspiraciones de beneficencia.

Pues eso se acabó en 2021 y después de esa fecha son muy pocos los legisladores que se dejan ver en sus distritos devolviendo la cortesía a los ciudadanos que votaron por ellos, fuera de los casos en que viene algún funcionario federal, el propio presidente de la República o algún aspirante de su partido a la candidatura presidencial, porque entonces sí son un ‘abanico en el 3’ para tomarse selfies.

En esa sequía de eventos de promoción, es natural que la bancada guinda aprovechara el primer paquete de obras realmente importante que llevará a cabo el gobierno del estado para presumir que sus votos hicieron posible tal cosa.

Resultaría largo enumerar y detallar cada una de esas obras, pero vale apuntar que los municipios más beneficiados con esos recursos son, en primer lugar Nogales, que se llevará 658 millones de pesos; Hermosillo con 219 millones y Guaymas con 215 millones.

El caso de Guaymas merece una mención especial porque allí la alcaldesa Karla Córdova se anda riendo sola, ya que entre los recursos del Plan Sonora de Energías Sostenibles, el Plan de Justicia Yaqui, la inversión privada en la planta de licuefacción y la dispersión de recursos de los programas sociales del gobierno federal suman decenas de miles de millones de pesos que obligadamente tienen que reflejarse en el anhelado y muy pospuesto desarrollo del puerto.

En Nogales también el alcalde Juan Francisco Gim debe andar saltando de gusto, pues las obras programadas para esa fronteriza ciudad son una demanda postergada por décadas, como los conductos pluviales (sobre todo el de la avenida Tecnológico) que año con año no solo provocaban cuantiosas pérdidas materiales, sino que cobraban vidas humanas cada temporada de lluvias. Junto a otras obras de pavimentación, en Nogales la inversión será de 658 millones de pesos. Nada, pescadito.

En cuanto a montos de este crédito, el tercer lugar lo ocupa Hermosillo con 219 millones de pesos y aquí tomaron la palabra varios de los diputados locales (son seis), pero la que puso el acento en un par de obras importantes fue Karina Zárate, cuando se refirió a la rehabilitación de infraestructura e instalación para prevención de riesgos en el Hospital Chávez, en las áreas de imagenología, pediatría y ginecología, donde se invertirán 34 millones de pesos, y se aplicarán otros cuatro millones para concluir la construcción de la cineteca, una obra que comenzó en el gobierno de Guillermo Padrés, cuando su directora de Cultura, Poly Coronel la anunció con bombo y platillo.

Se acabó ese sexenio y también el de Claudia Pavlovich y de la cineteca nada se volvió a saber, hasta ahora.

A Cajeme no le fue mal, pues se aplicarán 104 millones de pesos en la rehabilitación de 17 calles, algo que urge en aquel municipio.

Entre los municipios con menos de cien mil habitantes destacan varios, sobre todo de la región serrana y otras aledañas al Río Sonora, pero vale la pena aludir a dos casos que no se encuentran en esa región: Huatabampo, donde se construirá el Malecón Turístico de Huatabampito con 100 millones de pesos, y Caborca, donde le tocó a la diputada María Alicia Gaytán explicar el destino de esos recursos: obras de modernización y pavimentación en el casco urbano, y la conservación y reconstrucción de la carretera Y Griega, a la que desde hace tiempo le urge no una manita de gato, sino una garra de tigre.

Total que finalmente las y los legisladores locales tuvieron ayer su cachito de gloria.

II

Odio decir “se los dije”, pero sí se los dije. Los perredistas Silvano Aureoles y Miguel Ángel Mancera se inconformaron con los resultados del proceso de recolección de firmas organizado por el Frente Amplio por México como el primer filtro para avanzar en la designación de la candidata o candidato presidencial de esa organización opositora.

Ya consignamos ayer que las reglas de ese proceso estaban claras desde el principio y los organizadores determinaron que solo cuatro aspirantes pasarían a la siguiente ronda, que por cierto continuó ayer con el primer foro en el que debatieron los finalistas Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid y Santiago Creel.

La inconformidad de Mancera y Aureoles llevó a la dirigencia nacional del PRD a decretar una ‘pausa’ en su participación en el FAM en tanto se resuelven sus impugnaciones.

En realidad, el PRD se parece mucho al niño de ese meme en el que otros dos pequeños juegan al Nintendo manipulando los controles, mientras él, más pequeño, se encuentra al lado de ellos con un control en las manos, pero cuyos cables están desconectados.

A estas alturas parece claro que Aureoles, Mancera y Jesús Zambrano (que no era aspirante, pero sigue siendo el administrador de lo que queda del PRD), lo que buscan con este ejercicio del sacrosanto derecho al pataleo es que no les apliquen tan gélida la ley del hielo a la hora del reparto de plurinominales, en la que eventualmente se pueden quedar como el chinito, ‘nomás milando’.

Porque claro, siempre habrá la opción de amagar con la ruptura y la migración de todo su potencial electoral (risas grabadas) a Morena, donde por cierto tampoco son muy remilgosos a la hora de aceptar todo lo que venga del lado derecho del Río Macuspana, cuyas milagrosas aguas lavan todos los pecados para emerger limpios y puros en la ribera izquierda. Y no me hagan hacer la lista de ‘purificados y purificadas’ porque necesitaría otro disco duro.

En fin, mejor aquí la dejamos porque este viernes tenemos transmisión desde el bello puerto de Guaymas, donde como nunca aplica eso de que la esperanza muere al último. Por allá nos escuchamos a través de las ondas hertzianas de la 93.3 FM y su plataforma digital, al filo de la una de la tarde.