Por Víctor Fausto Silva D.
Están oyendo los truenos y no se hincan, dice el dicho, y parece que ni mandado hacer para los gobernantes de los tres niveles, porque se dejaron venir una serie de calamidades de alto impacto y ellos se ven tan frescos y alechugados como si vivieran en otro mundo o en una dimensión desconocida para los simples mortales.
En algunos rubros ya se veían barruntos de tormenta, pero otros llegaron de sopetón como para que tronara más recio, presagiando calamidades que pondrán de cabeza la economía local y nacional.
Pero vayamos por partes, como dicen que decía Jack El Destripador, y empecemos parando oreja por los graves efectos que a corto plazo provocará aquí la sequía.
Álvaro Bours Cabrera acaba de entregar la presidencia de la Asociación de Organismos de Agricultores del Sur de Sonora (AOASS), no sin antes dejar un ominoso mensaje de advertencia: viene de tal pelo la crisis en ese sector, que dejarán de circular ¡15 mil millones de pesos! en la región.
La falta de agua provocó una reducción en la superficie de cultivos, y desde una óptica simplona se pensaría que sólo le pegará al bolsillo de los grandes agricultores, de no ser porque de ahí vive también un mundo de gente, desde la preparación y mantenimiento de siembras hasta la cosecha, transporte y comercialización final, con el obvio remache del disparo de precios debido a escasez de productos, que como siempre, termina pagando el consumidor final.
El de a pie, pues, aunque no entienda ni jota de agricultura y mucho menos de economía, termina pagando los platos rotos porque a como dé lugar tiene que llevar comida a su casa.
En ese mundo de gente entran también los más amolados: los jornaleros agrícolas, y según el casi apocalíptico diagnóstico de don Álvaro, sólo en el sur de Sonora se perderán entre 4.5 y 5 millones de jornales, un escenario catastrófico para miles de familias.
“No va a haber empleo para ellos; nunca había pasado una sequía de ésta magnitud. En el ciclo 2003-2004 pasó en el Yaqui, pero contábamos con agua en el Mayo; este año se juntaron los dos valles con restricciones de agua”, dijo.
¿Así o más grave?
En ese escenario, ya sería hora de que medio mundo anduviera atendiendo la emergencia, pero se topa uno con que los alcaldes ni ruido hacen aunque sus comunidades (de por sí algunas sumidas en la miseria) serán las primeras en resentir el ramalazo dela ruina, mientras el gobernador Alfonso Durazo sigue elogiando la próxima construcción de 3 presas más sobre dos ríos secos, y allá en la federación se hacen chombitos, como para no tumbar la escenografía de una película en la que todos vamos felices y a todo tren.
Años atrás ya se hubiera puesto en marcha la maquinaria para echar a volar un programa emergente de empleo temporal, en auxilio de quienes habrán de vérselas negras por el desplome de las actividades agrícolas, pero ahora parece que la consigna es no hacer ruido y no moverle, no vaya a ser que se tambalee el segundo piso.
¿Se habrá dado por enterada de todo esto la flamante Secretaria de Agricultura y diez cargos más, la bailarina Célida López? No parece y ya pueden ir los productores ofreciendo recompensa por ella, porque nomás no aparece por ningún lado.
Luego, desde Estados Unidos, llegó otro garrotazo al campo sonorense con el cierre de la frontera a las importaciones de ganado, por la aparición del gusano barrenador, una plaga que había sido erradicada desde 1991.
El problema es que está entrando ganado enfermo desde Centroamérica (se dice que, para variar, es otro negocio del crimen organizado), a lo cual se sumó la indolencia del gobierno federal para mantener la vigilancia sanitaria.
El asunto no es enchílame otra gorda, porque tan sólo este año, los ganaderos sonorenses mandaron al lado gringo 408 mil cabezas, ubicándose como el segundo estado más exportador -sólo debajo de Chihuahua-, lo que permite dimensionar el impacto económico del cierre fronterizo.
Por estos rumbos ya levantó la voz Agustín Ruiz Willem, presidente de la Asociación Ganadera local de Navojoa, al señalar que son algunos millones de pesos los que dejarán de circular en la región del Mayo.
Lo mismo están haciendo sus pares en otras regiones, pero hasta el momento de redactar esta entrega no se ve que los acuerpen y hagan causa común ni el gobierno del estado –oootravez, música de bailongo para doña Célida- ni el federal, ya no se digan diputados federales o senadores, seguramente más ocupados en el mordisco de tiburón que le pegarán al presupuesto con sus aguinaldos.
Tampoco pueden pedírsele peras al olmo, porque los señores andan más enredados en parchar la Constitución y en armar tombolazos hasta para elegir chotas de crucero, que en velar por sus representados.
Así pasó por el séptimo distrito, con más pena que gloria, la maestra Shirley Vázquez, y su sucesora Alma Manuela Higuera Esquer, no hace malos quesos: sólo aparece cuando hay eventos “grillos”, pero de ver y atender necesidades, anda vete.
¿Cómo esperar que levante la voz por agricultores y ganaderos, o por más recursos para Sonora, cuando la sumisión plena al Ejecutivo parece el signo de los tiempos?
Hay otros fierros en la lumbre que también presagian males mayores y que nadie se ha dignado explicar bien a bien, como el supuesto aumento en las participaciones federales a los estados…que desmienten los propios números de varios organismos oficiales, hasta de la cámara de diputados, que ya le metieron lupa al presupuesto.
Acá, el discurso oficial (la narrativa, le llaman ahora) es que llegarán sacos de dinero, pero vino el senador Manlio Fabio Beltrones, que algo sabe de esos trotes a esos niveles, y dijo que nones: lo que viene es un tijerazo de por lo menos 500 millones de pesos. Y nadie dijo ni pío para desmentirlo, así que si el río suena…
Por si algo faltara en la desatada vorágine de pésimas noticias, desde el otro lado llegan dos amenazas más de parte del irascible Donald Trump: dice que está listo para imponer 25 por ciento de impuestos a cuanto producto les vende México, y que ni siquiera esperará a sentarse en la silla presidencial para apergollar y expulsar a migrantes por racimos.
Mal y de malas, y aunque este martes la presidenta Sheinbaum ya le contestó, no puede esperarse mucho de que logre ablandar a un tipo cuyo estilo es negociar a garrotazos, y menos conociendo el antecedente inmediato por la forma como trató a su “amigou” López Obrador y a su entonces canciller Marcelo Ebrard.
Públicamente terminó pitorreándose de ambos y hasta los ridiculizó por la forma en que los dobló, convirtiéndolos en sus cuicos fronterizos de cabecera para frenar las oleadas de migrantes, usando incluso al ejército mexicano para complacerlo, y sin que él gastara un triste peni.
¿Cree usted sinceramente que el pelo de cáñamo cambiará, más ahora que se asume como el ave Fénix, que renacía de sus cenizas?
Le digo, pues, que está tronando y nuestros próceres no se hincan… Ni se les ve apuro por actuar.