PLAN HÍDRICO: ALCALDES Y ALCALDESAS, A PRUEBA

Por Arturo Soto Munguia

Sonó fuerte entre los alcaldes y alcaldesas de Sonora el llamado que hizo el gobernador Alfonso Durazo la semana pasada, durante la presentación del Plan Hídrico Sonora 2023-2052, optimizando sus presupuestos y privilegiando obras y acciones que por lo pronto atenúen los efectos de la ya prolongada sequía que se vive en todo el estado, por encima de obras de relumbrón.

Claramente el gobernador marcó la pauta al desglosar inversiones por más de 17 mil millones de pesos en diversos municipios, independientemente del signo partidista de los gobiernos locales.

Lo cierto es que el panorama en materia de agua no luce bien para los próximos meses (y quizá para los próximos años) por lo que se requiere el concurso de los tres niveles de gobierno, aunque también metió a más de cuatro en un brete porque son pocos los ayuntamientos que pueden presumir eficiencia en la recaudación y el gasto y en su mayoría dependen de los recursos estatales y federales sobre todo para la realización de obras de infraestructura.

Así que deberán echar mano de toda su creatividad y eficiencia administrativa para sumarse al mejoramiento de aquellos aspectos que tienen que ver con el servicio y distribución de agua potable: mejorar la red de distribución, reparar fugas, instalar medidores para una cobranza justa de los consumos y rehabilitar o reparar pozos y líneas de conducción, o aplicarse en el tratamiento de aguas residuales en aquellos municipios donde sea el caso.

Obviamente las necesidades y capacidades de cada municipio son distintas y dispares y va a resultar muy interesante observar los anuncios que se hagan desde el nivel local desde Álamos hasta San Luis Río Colorado.

Por supuesto, también hay que preguntarse desde el ámbito de lo personal y familiar, por la disposición de la sociedad para asumir las responsabilidades que exige esta nueva realidad de sequía extrema, donde al parecer todavía no hemos visto lo peor.