Se vivirá la edición 36 del festival internacional “Alfonso Ortiz Tirado”
Álamos, Son (AEL 8/1/2020).- Este 17 de enero en Álamos se pone en marcha la trigésima sexta edición del festival internacional “Alfonso Ortiz Tirado” que año tras año incrementa su potencial cultural, económico y social; tratar de denostarlo con argumentos de romanticismo obsoleto no tiene cabida en estos tiempos.
Mucho menos utilizarlo publicando “memes” e imágenes con cantidades falsas para tratar de denostar tan significativa historia de esfuerzo, crecimiento y éxito total, escudándose en tiempos mezquinos de política enrarecida y lecciones adelantadas.
Y es que si analizamos sus inicios y damos seguimiento cronológico a su evolución concluiremos que el festival solo ha hecho crecer y adaptarse a los últimos tiempos, estancarse y permanecer inerte a los cambios traería su desaparición, esta visión se aprecia de manera contundente y casi de forma unánime desde dentro, desde su gente; nuestra gente.
Solo las mentes ortodoxas conciben las cosas de forma estática, y se oponen o atreven a criticar los cambios; que de nueva cuenta visto desde adentro ha sido para bien en todos los sentidos.
Cuando el festival fue alcanzando niveles de mayor audiencia por finales de los 90s, los focos rojos se prendieron, y es que la infraestructura carretera empezó a cobrar facturas, solo dos carriles sin acotamiento aunados al alcohol cobraron algunas vidas; pero ello no terminó con el crecimiento del festival; al contrario se avocaron a cubrir la necesidad y hoy contamos con una carretera más amplia y segura, que apresuró esa seguridad para el visitante del festival, pero sobre todo para el usuario cotidiano; de nueva cuenta la beneficiada mayormente fue; nuestra gente.
Lo mismo ocurrió con los hoteles, empezaron a surgir más; al igual que otros prestadores de servicios y se han sabido mantener; la demanda que exige el FAOT es muy superior por ello; otra vez; nuestra gente, sus habitantes habilitan departamentos en sus casas que dan en renta al visitante y puedan cubrir esa necesidad de hospedaje, además de llevarse la calidez y hospitalidad de sus moradores.
La vocación del festival es mostrarnos la cultura del canto, la música, el baile, la ópera; equivocados están quienes afirman como su vocación únicamente el canto operístico que dicho sea de paso; ese ramo en la edición anterior número 35 y esta 36 se ve acrecentada con las 10 noches de Gala, aunado a la continuidad en la presentación de espectáculos operísticos fuera del palacio en otros escenarios y la idea genial de presentar el Taller de Opera Ortiz Tirado que repite dado su gran éxito en la edición anterior ya que brinda la oportunidad de desarrollar el talento sonorense precisamente en la vertiente operística.
Pero el FAOT amalgama una diversidad de géneros, es la cultura misma de muchos países y regiones como vertientes; tan importante culturalmente lo es una presentación del tenor Ramón Vargas, como a Alejandro Fernández con su pop mezclado con música tradicional mexicana que carga en su espalda una dinastía muy nuestra, sin dejar pasar a Emmanuel quien con su canto romántico fuera el amor platónico de señoras que hoy lucen cabellera plateada pero muchas historias y anécdotas que seguramente revivirán en la Plaza de Armas; una leyenda que no envejece arriba de un escenario.
En síntesis quienes se atreve a denostar el gran festival internacional FAOT es porque no ha entendido que el propio festival es ya parte de nuestra cultura; tal cual en Álamos cuando llueve todos nos mojamos.
Hace un año lo dijo el alcalde Víctor Manuel Balderrama Cárdenas, “En Álamos nuestro aguinaldo no nos llega en Diciembre; nos llega en Enero con el FAOT”, y lo dice una persona que fue desde pequeño vendedor de tacos y que esperaba con ansias el festival para poder sentirse satisfecho de servir al visitante y tener un pago por ello.
He de reconocer que estas líneas las motivó un artículo escrito por un miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Cultural Ciudadano de Sonora, que me pareció harto interesante en cuanto a redacción y narrativa, pero desatinado en por su escasa visión del festival, por no valorar el acervo que deja para las nuevas generaciones, que quizá vayan atraídos por las guitarras y chascarrillos de El Tri pero en su andar se toparan con una danza de nuestros Yaquis, con un suculento platillo Guarijio que les mitigara el hambre, y en su andar escucharan la nostalgia de un Fer Tovar y terminaran en los brazos de su exquisito canto.
Preparémonos para recibir una andanada de imágenes, textos infundados y expresiones como “La cantina más grande” entre otras, que no son más que una forma de tratar de opacar el brillo que emana de uno de los festivales más grandes en latino América solo superado en México por el Cervantino de Guanajuato; así que compañero alamense si escucha alguna denostación hacia nuestro festival, defendámoslo como lo que realmente es #NuestroOrgullo
Para nada estoy de acuerdo en la pueril forma de atraer masas con fines políticos; eso es una mentira y una burda imaginaria; con las grandes masas que buscan la música como paradigma de su andar; no aplica, si quieres atraer votantes y te quieres aprovechar de ellos; un festival de estas características no es buena inversión para un político, si pides aplauso lo que escucharas será el sentir popular; la Voz de Nuestra Gente
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