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A PROPOSITO DEL FALLECIMIENTO DE CARLOS ARMANDO BIEBRICH TORRES

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Por: Mirinda Grijalva
Fue líder estudiantil, renunció a su cargo de gobernador y es de los pocos exgobernadores en México que ha sido llevado a juicio. Carlos Armando Biebrich Torres nació en Sahuaripa el 19 de noviembre de 1936, es por lo tanto, el político más importante que ha dado aquellas tierras serranas. Creció en una familia de clase media-baja, como la mayoría de los gobernadores sonorenses del siglo XX. Realizó sus estudios básicos y dejó su hogar para migrar a Hermosillo y continuar sus estudios superiores. Fue ahí donde comenzó su carrera, porque a diferencia de otros políticos (sonorenses y mexicanos en general), Biebrich se dio a conocer en la política como un estudiante y un líder de la comunidad universitaria.
Cambió el paraíso serrano con su verdor, sus montañas, arroyos y campos de pastar, por viento caliente, el arenal, la sequía y los 45° de la ciudad del sol. Ingresó al Bachillerato en Humanidades, Derecho y Filosofía en la Escuela Preparatoria de la Universidad de Sonora, para después ingresar a la carrera de Licenciado en Derecho en la misma universidad (es junto con Armando López Nogales y Claudia Pavlovich Arellano uno de los tres gobernadores egresados de dicha carrera). Presentó su examen profesional con la tesis “La reinstalación obligatoria en el derecho mexicano del trabajo”, y fue aprobado con mención honorífica. Fue el quinto abogado en titularse de dicha escuela.
Ya que venía de una familia de clase media-baja, tuvo que sostener su vida de estudiambre con la modesta ayuda de sus padres, dos becas y el trabajo ocasional en actividades de su profesión.
Esos años enfocó su interés legal asesorando centrales obreras, y tuvo una activa vida en la Universidad de Sonora, pues fue dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios en 1958, y colaboró en periódicos estudiantiles. Todo esto en años en los que los estudiantes se transformaban en el motor del cambio, el grupo social más comprometido con criticar al régimen y actuar para mejorar las condiciones en el país.Por su activismo estudiantil e interés en la causa obrera, Biebrich se perfilaba para ser un activista, un académico o incluso un sindicalista.
Su vida hubiera sido muy diferente de haber tomado ese camino, pero en 1958 comenzó su militancia en el Partido Revolucionario Institucional y tomó el sendero de la polaca, el cual lo llevó a los círculos más altos del poder, donde se disfrutan las miles y los lujos, pero también donde se sufre el vértigo y el riesgo de caer desde lo más alto.
Ya que era un joven entusiasta y activo en la comunidad estudiantil, el PRI lo comisionó para promover al partido entre los búhos de la Universidad de Sonora (en la UNAM son pumas, en la UNISON son búhos).
Para cuando llegaron las elecciones estatales de 1961, era lógico que Biebrich se uniera a la precandidatura de Luis Encinas Johnson, quien había dejado de ser el rector de la Universidad de Sonora para aspirar al gobierno estatal.
La candidatura estuvo peleada y aunque parecía que el elegido sería otro (Fausto Acosta Romo), de último momento el partido cambió de parecer y el candidato fue Luis Encinas Johnson, quien eventualmente fue electo gobernador. Biebrich participó en la campaña y se ganó un lugar en el nuevo grupo que gobernaría el estado.
A la par, continuó con sus actividades estudiantiles y obtuvo el 2° y 1° lugar en concursos nacionales de oratoria, competencias organizadas por su partido en 1961 y 1963.Pasadas las elecciones le ofrecieron un puesto de secretario en el ayuntamiento de Cajeme, por lo que se mudó a Ciudad Obregón (cabecera del municipio) y trabajó de cerca con el alcalde Faustino Félix Serna.
Esos años Biebrich fue Director Juvenil del PRI, organizó el primer Congreso Estatal de la Juventud Sonorense del PRI y fue comisionado por dicho congreso para entregar al gobernador Encinas Johnson un reconocimiento con el título de “Maestro de la Juventud Sonorense”, y viajó a la Ciudad de México y entregó a Alfonso Corona del Rosal (presidente nacional del PRI) un reconocimiento con el título de “Amigo distinguido de la juventud sonorense”.
Biebrich comenzó a ser visto en el partido como el hombre de las juventudes.
Lo que Manuel Bobadilla era para los obreros y Ramón Cota para los campesinos, Biebrich lo era para los jóvenes. Sus actividades lo estaban convirtiendo a los ojos de muchos en un “priista joven”.
Su imagen, trabajo y relación con los estudiantes hicieron de él una especie nueva dentro del PRI. No era un militar (como los veteranos de la Revolución), tampoco era un empresario (como la generación de Miguel Alemán Valdés), era algo nuevo, una nueva generación del PRI. No se ganó su espacio en el partido por haber combatido en la Revolución, o por obtener el apoyo de los empresarios, sino por promover al partido entre los estudiantes y lograr el reclutamiento de muchos.
Regresó a Hermosillo cuando el gobernador Luis Encinas le ofreció un trabajo como su secretario. Faustino Félix fue el nuevo candidato al gobierno en 1967.
Este quizás fue el año en que Biebrich dejó de ser un líder estudiantil para pasar a ser un político, pues Faustino Félix no fue aceptado por los búhos y esto ocasionó un movimiento estudiantil de protesta que terminó con la toma militar de la Universidad de Sonora (por cierto, en esa ocasión el gobierno usó al “Batallón Olimpia”, cuerpo militar que sería usado un año después en la matanza del 2 de octubre de 1968).
En lugar de unirse a las protestas estudiantiles, Biebrich permaneció fiel a Faustino Félix y trabajó en su campaña, por lo que el partido lo premió con una candidatura a diputado federal.Al ganar, una vez más cambio su residencia: dejó los 45° grados de temperatura de la ciudad de Hermosillo y los cambió por los lluviosos días de la Ciudad de México. Ya en el Congreso de la Unión, trabajó en la reforma al artículo 34 para que los jóvenes de 18 años pudieran votar (antes la ciudadanía se obtenía a los 21). Así, una vez más comenzó a pulir su imagen de joven, defensor de la juventud, nueva sangre del PRI, miembro de un nuevo PRI, priista de nueva generación, algo nuevo, un cambio, etc. Pero esta reputación, ahora se la ganó entre un ámbito nacional, no local. Ya no estaba en Sonora, comenzó a colaborar con importantes políticos de todo México y se ganó la simpatía de hombres con poder a nivel nacional, como fue el caso del secretario de Gobernación, Luis Echeverría.Esos mismos años contrajo nupcias con María del Socorro Gándara, hija de una familia cuyo apellido en Sonora era –y sigue siendo- sinónimo de poder e influencia. Cuando Gustavo Díaz Ordaz dejó la presidencia, Luis Echeverría Álvarez fue nombrado candidato e invitó a Biebrich a participar en la campaña.
No lo pensó dos veces, pues aquello significaba subirse al carro ganador. Biebrich fue designado subsecretario de Gobernación cuando Echeverría tomó la presidencia, todo esto en 1970.
Tres años después dejó el puesto y se trasladó a Sonora para aceptar la candidatura del PRI al gobierno estatal. Sólo tenía 33 años y legalmente era demasiado joven para ser gobernador, el mínimo que se requería eran 35. Sin embargo, su amigo y entonces presidente -Luis Echeverría- pidió al congreso que se modificara la constitución y se redujo la edad mínima para gobernar a treinta años de edad.Fue candidato único, ningún partido de oposición presentó candidatos, por lo tanto, sólo era necesario que su madre fuera a votar por su hijito carlitos y aquello bastaría para que Biebrich fuera declarado ganador. Ha sido de los pocos gobernadores que ganaron su elección sin competencia. Tomó posesión en enero de 1973, pero tan sólo dos años después su gobierno ya estaba tambaleándose.
En octubre de 1975, un grupo de campesinos yaquis invadieron tierras privadas en San Ignacio Río Muerto, exigiendo que fueran expropiadas y repartidas entre campesinos. El día 23 de ese mes, llegaron las fuerzas estatales y federales a desalojar a los campesinos, quienes al negarse fueron atacados con armas de fuego.
El saldo fueron siete campesinos asesinados y más de veinte heridos. Aún se debate quién fue el responsable y cuáles las razones. Algunos opinan que fue Biebrich quien ordenó el desalojo de los campesinos con el uso de la fuerza, la situación se salió de control y aquello provocó los asesinatos. Otros, afirman que la masacre fue ordenada por el presidente Luis Echeverría para perjudicar al gobernador, pues aunque habían sido compinches, supuestamente Echeverría se sentía traicionado porque Biebrich estaba apoyando las aspiraciones presidenciales de Mario Moya Palencia, secretario de Gobernación, a pesar de que Echeverría había ordenado no apoyar a este personaje, pues quería que el apoyo fuera para José López Portillo, quien terminó siendo el candidato y futuro presidente.
Ahora sí que “haiga sido como haiga sido”, el hecho es que los campesinos fueron asesinados a sangre fría con armas disparadas por los elementos del gobierno, y en caso de que Biebrich no fuera el responsable, como él siempre lo alegó, fue muy difícil para la opinión pública no culparlo. Dejó su cargo dos días después de la masacre.
Es hasta la fecha el último gobernador sonorense en renunciar. Aquellos sucesos tuvieron varias secuelas, una fue que el presidente Echeverría expropiara las tierras reclamadas, otra que se nombrara gobernador sustituto a Alejandro Carrillo Marcor, un político desvinculado de Biebrich.
Una tercera repercusión de los sucesos, fue que el nuevo gobernador pidiera al Juez Tercero Penal de Hermosillo que se girara una orden de aprehensión contra Biebrich por presunción de peculado, robo, abuso de autoridad e incumplimiento del deber.
El ya exgobernador escapó a los Estados Unidos para no ser arrestado, luego vivió un año en España. Dos años después, en 1977, solicitó un amparo legal contra la orden de aprehensión. Finalmente en 1984, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dictó resolución en el caso y encontró a Biebrich no culpable -¿Apoco creyeron que un gobernador en México iría a prisión?-. La Suprema Corte justificó su fallo alegando que no había elementos suficientes que probaran los delitos. Por lo tanto, Biebrich no fue encontrado culpable, no tiene antecedentes penales y no pasó un solo día privado de su libertad.
Después de aquello se dejó de escuchar su nombre, y aunque muchos creen que se retiró, realmente no dejó de ocupar puestos en el PRI y el gobierno: fue director de centros regionales de afiliación y empadronamiento y delegado del partido en otros estados (1984), secretario de Operación y Acción Política del PRI (1991), jefe de Asesores de la Secretaría de Desarrollo Social cuando el titular era Luis Donaldo Colosio (1992), director jurídico de la Secretaría de Energía (1994), secretario de Elecciones y Acción Electoral del Comité Ejecutivo Nacional (1997) y subsecretario de la Secretaría de Trabajo y Prevención Social (1999). Volvió a ocupar un puesto de representación en el 2006, cuando el PRI lo eligió para ser diputado plurinominal.
Biebrich continúa activo en la política y hoy 14 de enero del 2021 se ha corrido en redes sociales el anuncio de su muerte y fue operador político de Enrique Peña Nieto en la campaña del 2012, de hecho, hay quienes los han comparado por la imagen que proyectan: joven, atractivo, distinto, un PRI distinto, un PRI
Su nombre era referente de la juventud, de los universitarios, del derecho laboral y por qué no decirlo, del futuro en el PRI, hoy cuando los sonorenses escuchan el nombre de Carlos Armando Biebrich Torres, lo primero que se les viene a la mente es la matanza de San Ignacio Río Muerto.
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EL ZANCUDO | LA RUTA CRÍTICA DEL PRI

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Por Arturo Soto Munguía

70 años tuvieron que pasar para que el PRI perdiera por primera vez la presidencia de la República. En ese lapso, no han sido pocos los certificados de defunción que se le han extendido al tricolor y en todos los casos ha podido salir airoso, aunque cada vez más golpeado.

Este 2024, el Revolucionario Institucional quedó reducido a su mínima expresión. Bajo la dirigencia de Alejandro Moreno perdió lo mucho y lo poco. Como partido nacional no pudo ganar uno solo de los 300 distritos electorales federales, algo que ayuda a dimensionar los saldos de la batalla y el estrépito de la derrota.

La victoria, se sabe, tiene muchos padres y madres, pero la derrota es huérfana. Muy al estilo del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, Alito Moreno buscó en los priistas que cuestionan su liderazgo y se opusieron a la reforma estatutaria aprobada en una apresurada asamblea nacional para extender su presidencia ocho años más, a los culpables de la debacle.

Con dedo flamígero señaló a los priistas que aparecen involucrados en el asesinato de Luis Donaldo Colosio hace 30 años, y en casos de corrupción como el llamado ‘Pemex Gate’. Al único que mencionó por su nombre en el caso Colosio fue a Manlio Fabio Beltrones, que ni siquiera asistió a la asamblea para no validar, dijo, las decisiones que allí se tomarían y que no tienen nada que ver con el relanzamiento del partido y sí con el reagrupamiento y consolidación del grupo de Alito.

Moreno Cárdenas repitió la fórmula que ensayó recientemente Marko Cortés, quien culpó a Vicente Fox, pero especialmente a Felipe Calderón de haber provocado el derrumbe en las votaciones por el PAN y haber sumido a ese partido en el descrédito.

¿Coincidencia? No lo creo. Ni a Marko ni a Alito les fue mal en esta elección. Ellos aseguraron seis años en el Senado y la atomización del poder en los partidos a su cargo, aunque el destino de los mismos sea incierto.

Además de la reforma estatutaria, el PRI aprobó un cambio en otros documentos básicos para tomar distancia del neoliberalismo y correrse ideológicamente a la izquierda, una idea bastante difusa que busca competir en un espacio que ya está ocupado por Morena; ya ni siquiera por el PRD, que pasó a mejor vida.

En el PAN por su parte, hay corrientes que están empujando fuerte para volver a sus orígenes, renunciar a la alianza con el PRI y buscar el voto de un electorado que se identifica con las posiciones más conservadoras. Definirse por la derecha, pues.

Pero a no dudarlo, el principal damnificado de esta contienda fue el PRI. Ni siquiera en 1987 cuando abandonaron sus filas importantes cuadros que un año después, con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza estuvieron a nada de ganar la presidencia de la República en una elección que estará marcada para siempre por la sospecha del fraude electoral.

La asamblea nacional del domingo pasado solo unificó al compacto grupo de Alito Moreno y Rubén Moreira, pero provocó el distanciamiento de otras corrientes y personajes importantes de la nomenklatura priista. Las renuncias al tricolor ya comenzaron y es muy posible que en lo sucesivo comencemos a ver el éxodo hacia otros partidos, señaladamente a Morena, que hasta hace muy poco no se reservaba el derecho de admisión y tenía prácticamente entrada libre para cuadros del PRI o de cualquier otro partido.

Para muchos tricolores, el PRI no tiene ya nada qué ofrecer y les resultaría más redituable políticamente emprender la graciosa huida.

El destino del PRI quizá dependa mucho de las realidades locales. Hay entidades donde aún conserva cierta fuerza y cuenta con una base electoral numerosa. Insuficiente considerando los niveles de votación que tuvo Morena, pero tampoco despreciable. Sonora, por ejemplo, donde alcanzaron a rasguñar el escaño de primera minoría en el Senado, aunque no les alcanzó para ganar un solo distrito local ni federal, pero conquistaron la capital del estado en alianza con el PAN.

Ya hubo un intento, durante el gobierno de Eduardo Bours, para posicionar al PRI como una marca estatal, “PRI-Sonora”, le llamaban, para diferenciarlo del PRI nacional, con cuya dirigencia el gobernador tenía serias diferencias.

Hoy, la delegación Sonora votó en contra de la reforma estatutaria y, bajo el liderazgo de facto de Manlio Fabio Beltrones ya entró en una ruta de choque con Alito Moreno y su grupo. Quizás estemos frente a una reedición de aquel “PRI-Sonora” del boursismo, al que por cierto no le fue nada bien. De hecho, su candidato a sucederlo, Alfonso Elías Serrano perdió inobjetablemente la elección frente al candidato del PAN, Guillermo Padrés Elías.

Vamos a ver cómo evolucionan las cosas.

Ecos de la doble gira presidencial

No sé si usted, rebocera lectora, mitoterísimo lector son de los que pagarían por haber viajado al menos una hora -de las más de 20 que se aventaron por tierra- junto a los presidentes de México y el gobernador del estado durante la gira de tres días que se realizó el pasado fin de semana y que cubrió buena parte del extenso territorio sonorense.

No debe ser cualquier cosa lo que a bordo de la Suburban se platicó entre estos tres personajes de primera línea en la política nacional: uno, el presidente en funciones que prepara su retiro; la otra, virtual presidenta electa que debe estar planchando la sucesión, y el tercero, no solo el gobernador de Sonora, sino también el presidente del Consejo Político Nacional del partido que arrasó por tercera vez consecutiva en los últimos seis años.

¿Se imaginan la agenda?

Sin duda buena parte de los temas estuvieron relacionados con los proyectos que con el apoyo del gobierno federal se desarrollan en Sonora, señaladamente los que integran el Plan Sonora de Energía Sostenible y a los que pública y reiteradamente la presidenta electa se comprometió a seguir apoyando, lo cual es una buena noticia porque garantiza la continuidad de los mismos, ahuyentando la posibilidad casi siempre presente, de que la nueva administración federal reoriente los recursos a otras obras y programas.

Pero, animales políticos que son los tres, sería ingenuo pensar que el tema político-electoral no estuvo presente en todas esas horas que viajaron juntos, pero esas pláticas casi nunca trascienden, hasta que se traducen en acciones concretas.

Y es que en la transición hay temas urgentes como la reforma judicial y la electoral; la integración del gabinete y la sucesión en la dirigencia nacional de Morena, donde ya levantaron la mano dos mujeres: Citlallli Hernández, actual secretaria general, y Luisa María Alcalde, actual secretaria del Trabajo.

En fin, los comunes mortales nos quedaremos con la duda. Lo que sí sabemos es que esta no fue la última gira doble presidencial, pues en septiembre regresarán ambos a Sonora a supervisar otros proyectos. Recordemos que el gobernador adelantó que no terminará el sexenio de López Obrador sin que arribe el primer buque de gran calado cargado con contenedores al puerto de Guaymas. Ya veremos.

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EL ZANCUDO | Y SONÓ, ENTRE TU Y YO EL SILBATO DEL TREN…

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por Arturo Soto Munguía

Entramos, definitivamente en ese tramo de las campañas electorales en el que todas las narrativas adquieren un sesgo plebiscitario, especialmente si se trata de acciones, programas y proyectos de gobierno.

Todos, o al menos los más importantes serán incorporados a las arengas de los candidatos y candidatas, ya para ensalzarlos, ya para descalificarlos, dependiendo de la afinidad o la discrepancia con el gobierno que los lleve a cabo hoy o los llevó a cabo ayer.

Es el caso de la reubicación de las vías del ferrocarril en Nogales (en realidad se extiende a lo largo de varios kilómetros en aquella región) que hoy se encuentra en el centro de la discusión política (que como se sabe, en esta época está indisolublemente mezclada con el tema electoral), no tanto por su viabilidad o su utilidad pública y privada, sino por cuestiones relacionadas con la tramitología, la transparencia y/o el impacto medioambiental.

Conviene, sin embargo ir con cautela.

Con representar una cuantiosa inversión de más de siete mil millones de pesos, este proyecto es apenas uno más entre las obras que se están construyendo para consolidar el Plan Sonora de Energía Sostenible, que está llamado a resignificar la vocación económica del estado, insertándolo en el mercado global de las energías limpias, el nearshoring, las comunicaciones y el transporte de mercancías y pasajeros aprovechando la geolocalización estratégica de Sonora, con casi 600 kilómetros de frontera con Estados Unidos y más de 800 kilómetros de litoral que representa una salida a los puertos de San Diego y Los Ángeles, así como a los países de la Cuenca del Pacífico.

No es casual que en estos momentos se esté construyendo un gasoducto desde la zona de Pierman, en Texas, hasta Puerto Libertad en Sonora, donde ya se levanta una planta de licuefacción que procesará 2 mil 800 millones de pies cúbicos de gas natural para exportar a países de Asia, donde por cierto no se produce gas natural.

En este proyecto se están invirtiendo 13 mil millones de dólares, más de 220 mil millones de pesos, cifra que hace palidecer el costo del proyecto de reubicación de las vías y que triplica la inversión de Tesla en Nuevo León, que por cierto puede posponerse.

Ese gasoducto pasa por seis municipios en Chihuahua y diez en Sonora, con los que ya se concertó para acordar la remediación de eventuales impactos al medio ambiente, que seguramente los tendrá.

Esta inversión ciertamente es privada, aunque el Estado mexicano participa a través de la CFE, que proyecta tener una participación del 15% en un plazo de 15 años.

Pero el ejemplo sirve para dimensionar la integralidad del Plan Sonora de Energía Sostenible, que incluye otras obras en proceso, como la modernización del puerto de Guaymas, donde se invierten más de 3 mil millones de pesos, y la carretera Guaymas-Chihuahua, donde la inversión se acerca a los 10 mil millones de pesos.

Nadie medianamente enterado podría pensar que cualquiera de estas obras de gran calado podrían llevarse a cabo sin impactar el medio ambiente y eso justifica las protestas que se han dado, aunque extrañamente solo se registran en el caso de la reubicación de las vías del tren en Nogales, cuando por ejemplo en la carretera Guaymas-Chihuahua se están usando cientos de toneladas de dinamita para ‘volar’ cerros y montes que permitan ampliar la rúa y suavizar las pronunciadas curvas, pero o la oposición no se ha dado cuenta o la flora y la fauna de la región no es políticamente redituable.

Son, sin duda, los costos del progreso, y definitivamente el gobierno tiene que garantizar la remediación de esos impactos, algo a lo que por cierto se comprometió enfáticamente el gobernador Alfonso Durazo ayer cuando, a riesgo de que le saliera bocio, como ilustró coloquialmente la necesidad de no quedarse callado para explicar la relación costo-beneficio de todas estas obras, corrió el riesgo de bordar sobre el azaroso camino de la veda electoral.

Incluso citó, de manera aparentemente inopinada, lo que sucedió cuando se construyó el Vado del Río Sonora en Hermosillo, que permitió a la ciudad ganar cientos, si no es que miles de hectáreas para el desarrollo urbano a lo largo de varios kilómetros que van desde el vertedor de la presa Abelardo L. Rodríguez hasta la salida a la costa de Hermosillo, justo donde se edificaron los edificios de gobierno y hoy está convertida en una zona de alta plusvalía donde abundan los establecimientos comerciales, oficinas y una gran cantidad de zonas habitacionales, algunas de alta gama.

Digo que lo citó de manera aparentemente inopinada, porque ese proyecto lo llevó a cabo el entonces gobernador Manlio Fabio Beltrones, uno de los iniciales críticos acerbos de la relocalización de las vías del tren en Nogales, aunque hay que hacer notar que ya matizó su posición inicial, pues antier en su cuenta de Twitter sostuvo no estar en contra de ese proyecto pero sí a favor de que se transparente el uso de los recursos públicos, se presenten los documentos donde diga que no se afectará la zona arqueológica de Cocóspera y entre otras cosas, que no habrá contaminación auditiva.

Por su parte, el gobernador Durazo argumentó que habría sido un error no aprovechar los siete mil millones de pesos que el presidente López Obrador destinó para la relocalización de las vías en Nogales, sobre todo porque este proyecto permitirá dar salida a los miles de contenedores que llegarán a Guaymas una vez que el puerto se encuentre en condiciones de recibir esos volúmenes de carga con destino a Estados Unidos.

Como se sabe, actualmente las vías del tren ‘parten’ la ciudad de Nogales interrumpiendo el tránsito de un lado a otro de la ciudad durante varias horas al día, y eso que son solo 13 cruces de trenes diarios. Con los volúmenes de carga que llegarán a Guaymas y que tienen como destino al vecino país del norte, se necesitarían “30 horas al día” para cruzar los trenes, lo cual parece un despropósito aritmético, pero sirve para ilustrar el caos que se generaría en Nogales dentro de poco tiempo.

El gobernador explicó las ventajas que no solo en el nivel macro tendrá este proyecto en términos de desarrollo económico; también informó que ya se ha acordado con vecinos de las colonias afectadas en Nogales la compra de sus propiedades y su reubicación en mejores zonas urbanas, así como la transformación de la única parte ‘plana’ que tiene la ciudad, para construir ahí la infraestructura urbana que le cambiará el rostro a todo ese sector en alrededor de 18 hectáreas en el corazón de Nogales.

Vaya, el proyecto contempla la construcción de terminales ferroviarias en Nogales y en Ímuris, y la construcción de ciclovías y andadores para los devotos de San Francisco que cada 4 de octubre caminan hasta Magdalena por la orilla de la carretera, donde no han sido pocos los accidentes fatales.

Y pues allí están, los pros y los contras de este proyecto que, como dijimos inicialmente, ya entró en el toma y daca de las campañas electorales, donde casi siempre se contamina la conversación pública.

Lo cierto es que, si la memoria no me falla, buena parte de la narrativa de la oposición al gobierno de la 4Tdurnate los primero años del obradorismo gobernante era la ausencia de obras en el estado y la falta de presupuesto para construir infraestructura urbana y de desarrollo económico.

Hoy que se están invirtiendo cantidades nunca vistas en esos rubros y con proyección a corto, mediano y largo plazo, también se cuestionan.

Pero bueno, estamos en tiempos de campañas electorales y es normal que aparezcan estas discusiones.

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BUSCAN HACER REALIDAD LA CONSTRUCCIÓN DE UNIVERSIDAD BENITO JUÁREZ EN ÁLAMOS

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Álamos, Sonora.- Con la finalidad de consolidar la Universidad “Benito Juárez”, en la ciudad y beneficiar con ello a jóvenes del Municipio y provenientes de otras ciudades del Sur, se realizó reunión informativa donde se promueve la construcción de obra que impactará de manera positiva a la Educación Superior.
 
Dicha acción, continúa su proceso, gracias a las gestiones realizadas por el alcalde Lic. Víctor Manuel Balderrama Cárdenas, en coordinación con el delegado de los programas para el Bienestar en el Sur del Estado, Lic. Martín Preciado Bracamontes.
Desde enero de este año, ya está en funciones el desarrollo de las clases, y se cuenta actualmente con una matrícula de; 108 alumnos que cursan el 2do semestre de la carrera de Medicina Comunitaria Integral, esto en las instalaciones de la Casa Escuela.
 
El presidente, gestionó la donación de dos hectáreas para la edificación de importante inmueble, en el que también colaboran, la dependencia de la Secretaría de Bienestar y Campestre Camino Real.
 
Presidieron la sesión; el Dr. Marcelino Alfonso Valenzuela Salido, secretario del Ayuntamiento; Lic. Arlene Lara Yépiz, síndico Municipal; Lic. Dora Celia Parra Vázquez, directora de Educación Municipal; Dr. Humberto Arana Murillo, secretario Técnico; Mtra. Guadalupe Patrón Meza, coordinadora de la Universidad del bienestar Benito Juárez García en Álamos; Efrén Granillo González, representante de la sociedad campestres Camino Real y Lic. Víctor Lugo, responsable de los programas para el Bienestar en el Municipio.
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