MÁS MEDIO: DEL NO DRAMATIZAR AL DOBLE CUBRE BOCAS
Por Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
Qué habrá pasado para que en Palacio de Gobierno, en solo una semana, se pase del “no dramatizar” al obligatorio uso de doble cubrebocas para la conferencia de Alfonso Durazo.
Algo debió haber cambiado y se intenta ocultar, para que, por primera ocasión desde que iniciara la pandemia, se viera que el gobernador no se quitara su reforzada mascarilla durante toda la rueda de prensa semanal.
¿Por qué hasta hace unos días no se tomaban en serio y con responsabilidad lo evidente y ahora se van al otro extremo?
Porque mientras el Congreso ordenaba no regresar al recinto y desahogar pendientes desde casa, el gobierno estatal realizaba fiestas Covid disfrazadas de reuniones regionales en el sur del estado.
La respuesta parece simple: al gobierno del Estado lo alcanzó el Covid, lo golpea desde adentro y lo agarra con los dedos en la puerta por necedad y la negligencia de quienes tendrían que enfrentarlo.
Solo recordar las optimistas declaraciones del gobernador Durazo la semana pasada:
“Yo creo que tenemos que analizar el problema con una gran frialdad, no podemos dramatizar, es todo un tema, según los indicadores estadísticos la etapa más difícil ya pasó“.
Y el reporte del despistado secretario de Salud José Luis Alomía, a quien con la mano en la cintura se le ocurrió asegurar que no habían detectado un incremento el número de contagios pese a las celebraciones de diciembre.
Desde las instancias responsabilizadas, avalado por el propio mandatario morenista, el mensaje era tanto como abrásense, no dejen de salir, sigan de fiesta, no pasa nada.
En este espacio hemos reiterado que los funcionarios estatales desoyen las recomendaciones que ellos mismos dan frente al gobernador, y que hasta permiten que algún idiota exponga a los reporteros que acuden a la conferencia.
Pero algo pasó, algo muy grave registra la Secretaría de Salud para tomar medidas drásticas y modificar su opinión, cuando menos para lo relativo al contacto con el gobernador, sobre el virus que ya iba de salida.
Lo que sigue, es comprobar que además de la reacción obligada, Salud modifique integralmente su postura despreocupada y endurezca protocolos internos y sociales, poniendo a disposición consultas, medicamentos y pruebas suficientes.
No basta que se admita que se infectan cientos, pero que no terminan en hospitalizaciones y en causas de muerte.
El elemento en consecuencia que no se está viendo, es que ante la inacción de gobierno, el ciudadano común se está desangrando para tratarse este padecimiento que se vuelve familiar.
Al secretario Alomía corresponde establecer una estrategia institucional eficaz y sensible, que no recurra a dramatizaciones pero que tampoco subestime la persistencia de la pandemia.
Y en los hechos, es claro que se está improvisando con la salud de los sonorenses.
Urge rescatar a María Dolores
Esperemos que, por dignidad y el bien de los sonorenses, hoy la secretaria de Seguridad María Dolores del Río, aproveche su virtual conferencia para ofrecer una disculpa y dejar el cargo que asumió como mera ocurrencia.
Las cifras de asesinatos desde su llegada (las que a ella corresponden), son escandalosas: nomás en lo que va del año, solo en Cajeme se contabilizan 31 homicidios dolosos.
No hay forma de sostener esta inercia, ya esta realidad criminal no puede administrarse ni permite un solo día más de gracia.
El gobernador Alfonso Durazo tendría que enviar, cuando menos, una señal de decoro sacudiendo la inservible Secretaría de Seguridad Pública.
María Dolores ya perdió el pudor, urge rescatarla.
La oposición sigue de vacaciones
Por cierto, poco o nada habrá de cambiar si los naturales antagonistas al gobierno de Morena siguen ocupados en temas domésticos o intentando legitimar, justificar una presencia poco productiva.
Solo hay que voltear a ver en qué se entretiene el PRI Sonora que se decía más revolucionario y en qué anda el PAN por Sonora que se esfuerza en demostrar que sigue vivo, resucitando padrecistas y rescatando a Humberto Souza.
En Movimiento Ciudadano siguen jugando a la política de selfies y a la buena ondita.