EL ZANCUDO | MEMO EL APAGAFUEGOS

Si algo se puede concluir de los accidentados sucesos de los últimos dos días en la esfera gubernamental sonorense, es que efectivamente no hay pacto de impunidad, pero tampoco hay materia para el linchamiento de personajes de la administración pasada, con el que no pocos se relamían los bigotes.

Hay que reconocer que la del martes fue una jugada magistral de control de crisis por parte del gobernador Alfonso Durazo.

Acorralado por la defensiva de los medios de comunicación deseosos de taclearlo antes de que soltara el balón, sorprendió con un pase lateral a su ala cerrada Memo Noriega, quien no consiguió muchas yardas pero conservó la posesión del balón y evitó el castigo a su mariscal de campo.

Ni Tom Brady ni Aaron Rodgers hubieran salido tan bien librados con una jugada de engaño tan trabajada.

Alfonso Durazo se quitó de encima la presión de los medios que exigían un posicionamiento agresivo sobre la designación de Claudia Pavlovich como cónsul en Barcelona, le pasó la bola al contralor que salió del campo, detuvo el reloj y al siguiente día apareció sin nada en las manos, desinfló el tema y a otra cosa mariposa.

Doña Claudia sigue preparando el menaje, don Alfonso presidió un bonito evento sobre protección de los niños, niñas y adolescentes; nadie le recordó el tema del presunto pacto de impunidad y quien salió a responder por ello fue el Memo Noriega que, amparado en el respeto a la presunción de inocencia y el debido proceso, no soltó prenda alguna sobre las investigaciones que la contraloría lleva a cabo.

Hizo, eso sí, una prolija explicación sobre los procedimientos administrativos de la dependencia a su cargo y soltó un par de distractores para el entretenimiento del respetable público: la Estafa Maestra y la Operación Safiro, temas ambos de competencia federal y en los cuales la contraloría estatal poco o nada puede hacer.

En el primer caso, la Auditoría Superior de la Federación fue la que presentó una denuncia ante la FGR por el presunto desvío de millonarios recursos federales y solicitó una investigación a la contraloría estatal sobre Telemax, empresa involucrada en ese caso conocido como la Estafa Maestra. En su momento, la contraloría estatal inhabilitó por diez años al director de la televisora, Daniel Hidalgo Hurtado.

Hasta allí, la parte administrativa, la que le corresponde a la contraloría estatal fue solventada. Esta instancia tampoco puede turnar el asunto a la Fiscalía Anticorrupción de Sonora porque se trata de recursos federales. En todo caso es la FGR la que podría presentar una denuncia penal, pero el caso ya salió del ámbito estatal.

De hecho, la llamada Estafa Maestra es a estas alturas, más fuego de artificio que otra cosa. Hasta el año pasado por este caso había nueve exfuncionarios procesados y solo uno sentenciado a seis meses de prisión, que conmutó por una multa y servicios comunitarios. Rosario Robles permanece en prisión, pero el delito por el que fue aprehendida es menor y no tiene que ver necesariamente con el asunto principal. Se sabe que su reclusión tiene más tintes de revancha política que de otra cosa.

Y en el caso de la Operación Safiro, tampoco tiene competencia la contraloría estatal. Fue la FGR en todo caso la que se hizo cargo; no es cierto que los delitos hayan prescrito pero técnicamente es la FGR la que tendría que responder por su seguimiento.

Guillermo Noriega explicó por otro lado los procedimientos que se llevan a cabo a propósito de las 172 auditorías en curso a dependencias estatales. Procedimientos normales de los que hasta el momento no se derivan responsabilidades administrativas, mucho menos penales.

Es más, las cuentas públicas estatales correspondientes a los años anteriores (2018, 2019 y 2020) ya fueron auditadas por la ASF y aprobadas por esa misma instancia. No son, por tanto, auditables a menos que existan evidencias claras de la comisión de algún delito y no parece ser el caso.

En resumen, el gobernador despresurizó el tema del presunto pacto de impunidad para con personajes de la administración anterior, mandó la pelota a la cancha de su contralor y éste explicó que solo hay procedimientos normales de auditoría y si encuentran irregularidades se actuará conforme a dichos procedimientos, dejando abierta la posibilidad de establecer sanciones administrativas o turnar a las fiscalías aquellos casos en que se presuman responsabilidades penales.

O sea, si alguien quería ver sangre o cabezas rodando, se quedaron con las ganas.

Ahora bien, si se llegase a demostrar alguna responsabilidad penal sobre algún ex funcionario (a), lo que sobrevendría son largos litigios que no necesariamente deriven en encarcelamientos.

Lo que sí sucedió es que el tema del consulado en Barcelona ya se desinfló.

II

Justo el día en que la Encuesta de Seguridad Pública Urbana del Inegi confirmó que Ciudad Obregón se mantiene como la segunda en el país donde sus habitantes se sienten más inseguros, se anunció también el relevo del capitán Cándido Tarango como secretario de Seguridad municipal.

La percepción de inseguridad en Cajeme (95% de sus ciudadanos se siente inseguro) no es para menos. En el último año se han registrado al menos un millar de asesinatos en las calles de la cabecera municipal y en sus áreas rurales.

Para relevar a Tarango llega otro militar, el capitán de Navío Infantería de Marina, Paracaidista Diplomado del Estado Mayor, Claudio Cruz Hernández.

El nuevo jefe de policía municipal llega a un terreno hostil, un municipio que apareció el año pasado como el número cuatro en el ranking mundial (¡mundial!) de ciudades inseguras. El año pasado cerró con 770 asesinatos y en lo que va de este mes ya se llegó a los mil, la inmensa mayoría derivados de la disputa que por esa plaza protagonizan al menos tres grupos de la delincuencia organizada, según han reconocido las propias autoridades.

Ojalá el cambio sea para mejorar. Cajeme y sus habitantes no merecen el infierno en que lo han convertido los criminales en los últimos años.

Y ya que andan con cambios en mandos de seguridad, bien podrían echarle un ojo a San Luis Río Colorado, donde en las últimas dos semanas se han soltado los demonios.