EL ZANCUDO | CRÓNICA DE UNA FIESTA EN EL MAR

Por: Arturo Soto Munguía
Los atardeceres en San Carlos son postales que se suceden hasta el infinito sin repetirse. Cuando el sol crepuscular se esconde tras el cerro Tetakawi y se sumerge en el mar de Cortés va dejando en el cielo las tonalidades más increíbles: rojizas, naranjas, violetas, azules y amarillas en la tarde que se vuelve vieja.

Pero la noche viene en su relevo, nuevecita con la brisa fresca del invierno que se despide y la primavera que se asoma invitando al desenfado y la pierna suelta; a la conversación sabrosa, las sonrisas luminosas o la carcajada abierta; a las evocaciones que van de la nostalgia al suspiro y de la caricia al beso.

Más si aparece en escena, levitando como un ángel Ana Victoria esparciendo las hipnotizadoras notas que desangra al violín con magistral talento. O Alberto Sandoval que hace llorar al viento con el canto triste de su saxofón, salobre blues que el viento trae del mar…

Es apenas el inicio del Vino Fest, evento que está llamado a convertirse en referencia internacional de la cata y el maridaje, al redescubrimiento del lúdico gozo de los placeres que extasían todos los sentidos.

Acá los stands de las vinícolas que tienen toda la variedad de tintos, blancos y rosados, desde el Valle de Guadalupe en Baja California y Arizona hasta los viñedos altos de Guanajuato, pasando por los de Cananea, Ures, Hermosillo. Más allá los olores de las carnes, las pastas, los pescados y mariscos preparados; la cocina internacional y la cerveza artesanal, sin que falte el ancestral fogonazo del bacanora; un café de La Molienda o un puro elaborado a mano con el mejor tabaco del caribe.

¿Qué se le puede pedir a la noche? Ah, sí, el cierre espectacular de Alex Syntek y un paseo por su producción musical que puso a bailar y cantar a todos ya en los linderos extasiados a los que se llega cuando todo lo anterior se junta.

Éxito total que hay que endosar al organizador de la fiesta, Roberto Lemmen Meyer y su equipo, especialmente a Mauricio Monreal y el personal a su cargo. Evento con causa, además, pues las ganancias tienen como destino diversas asociaciones de beneficencia.

Si la lúdica lectora, el columpio lector no han asistido al Festival del Vino en San Carlos Nuevo Guaymas, se están perdiendo algo grande. La recomendación es que estén atentos para el próximo año y aparten con tiempo sus boletos, porque se acaban.

II

El fin de semana tuvo su dosis de grilla. Allá en el altiplano se reunieron las mujeres y los hombres que gobiernan estados y municipios del país bajo las siglas de Morena y sus aliados. Mensaje fuerte el que envió el gobernador de Sonora en su participación: “Dejemos las agendas personales a un lado, que las jugadas no nos distraigan del juego y el juego se llama transformación y bienestar, todo lo demás es accesorio”, subrayó.

El mensaje, en obvio llamado al cierre de filas del partido gobernante en torno a su líder indiscutible, sometido a intenso fuego cruzado desde varias trincheras de la oposición, que como tal está haciendo lo propio para recuperar el poder perdido, Y también a la distracción de no pocos personeros de su partido, más ocupados en la reacción que en el correcto ejercicio de gobierno.

“Hacer política es gestionar el bienestar de la gente. Si nuestra acción política no genera mayor bienestar, no estamos haciendo buena política”, dijo, en ese encuentro donde se abordó el tema de la reforma energética, divisa señera del presidente, cuya aprobación en las cámaras se está complicando en medio de un escenario convulso.

Vienen además dos procesos relevantes: el 10 de abril, la consulta de revocación de mandato, y el 5 de junio las elecciones para gobernador en cinco estados. Hasta ahora, los estudios de opinión indican que solo en Oaxaca y Quintana Roo Morena tiene ventajas holgadas; en Durango y Aguascalientes está abajo, en el primer caso frente a la coalición PRI-PAN-PRD y en el segundo frente al PAN, mientras que en Hidalgo y Tamaulipas las tendencias están muy cerradas.

En un escenario así, es natural que todos los contendientes se apliquen a fondo para sacar los mejores resultados. Creo que ese fue el mensaje que llevó el gobernador de Sonora a ese encuentro.

Colofón

La fiesta, como dejó escrito en piedra el maestro Serrat, se acaba. El sol nos dice que llegó el final, que se despertó el bien y el mal…

A la misma hora que en Guaymas estallaba la fiesta, en Querétaro aparecía el rostro de la barbarie y 24 horas después en Sonora la realidad nos tomó de las solapas zarandeando el optimismo: dos muertos encobijados en el puerto y en Hermosillo, el dantesco espectáculo de un hombre mecido por el viento, pendiendo de un puente con una soga al cuello.

En uno y otro municipio, ‘narcomantas’ de idéntica elaboración y firmadas por el mismo grupo criminal mandan el mensaje de una acción coordinada con precisión siniestra.

En pocas horas, una y otra cara de la moneda. El empuje empresarial, la coordinación institucional, el despliegue de talento para el goce de un remanso cultural por un lado. Por el otro, esa parte que nadie quisiera ver pero que es imposible de ocultar.

Estos actos de barbarie no son gratuitos. Es muy probable que sean una respuesta a las acciones que recientemente desplegaron las fuerzas armadas y las corporaciones policiacas, primero con un decomiso de tres toneladas de cocaína en Caborca y el aseguramiento de un descomunal arsenal en Navojoa, cuyo valor en conjunto suma miles de millones de pesos.

El crimen organizado fue tocado donde más le duele: sus finanzas. Con inteligencia y precisión se lograron esos decomisos sin disparar un solo tiro y posiblemente los crímenes con los que amanecimos el lunes sean la respuesta de los malosos. No queda sino esperar acciones para contener lo que pudiera venir.