EL ZANCUDO | ALGO ESTÁ PASANDO Y NO ESTÁ PASANDO NADA

Por: Arturo Soto Munguía

Hechos aislados pero cada vez más frecuentes (diría el clásico) muestran un grado de descomposición social y un predominio de la delincuencia organizada sobre las instituciones del Estado mexicano lo cual, lejos de tener un impacto político, parece reforzar la legitimidad del gobierno federal.

Es un fenómeno raro. Y complejo.

Ayer, un comando armado de hombres encapuchados tomó por asalto el mercado de San Cristóbal de la Casas, en Chiapas. Al parecer es parte de la disputa por el territorio y por los negocios de la zona. Situaciones similares se han vivido en otros estados del país, donde municipios enteros han sido materialmente copados por grupos de la delincuencia organizada, que se mueven con entera libertad y complacencia de las autoridades.

Por espacio de tres o cuatro horas, los sicarios incendiaron vehículos, realizaron disparos y bloqueos de calles. Como llegaron, se fueron. La gente se escondió donde pudo y las imágenes de los hechos inundaron las redes sociales.

El pasado 5 de junio, en el puerto de Manzanillo, Colima, un grupo de hombres tomaron un patio de maniobras de una empresa privada y por espacio de al menos ocho horas, revisaron contenedores y se robaron los que eligieron. Inicialmente se dijo que la carga robada era de oro, plata y zinc, aunque las autoridades locales aclararon ayer que en realidad se trató de concentrado de durazno propiedad de una empresa procesadora de jugos; aires acondicionados y llantas.

Lo raro del asunto es que los hechos se conocieron siete días después de perpetrados. No hay manera de explicar un atraco de esta naturaleza sin dimensionar el nivel de organización de los presuntos, su conocimiento del terreno, así como información, mucha información sobre la actividad en el lugar, muy cercano por cierto a una base de la Marina Armada de México, a cuyo cargo está el puerto.

Difícilmente hay un país en el mundo donde se registren hechos de este calibre y de manera tan frecuente. Eso sin contar el recuento diario de asesinatos que pueblan el territorio nacional y que al parecer están tan normalizados que la gente los asume ya como parte de sus cotidianidades.

Los reportes de productores agrícolas, ganaderos, comerciantes y prestadores de servicios turísticos en el sentido de una escalada en la extorsión y el cobro de piso en casi todos los estados del país, son también parte de la narrativa cotidiana.

Todo pasa y al mismo tiempo no pasa nada. El país entero parece sumido en el marasmo y la resignación, y en el caso de la clase política, los opinólogos y comentócratas, bastante más entretenidos en el juego sucesorio, las corcholatas, los escándalos y rijosidades en los partidos políticos.

Los índices de popularidad del presidente están en niveles más que aceptables, su calificación también y el aval en las urnas a su proyecto de gobierno es inobjetable, como quedó de manifiesto en cada elección desde 2018.

A vuelo de pájaro cualquiera podría pensar que los mexicanos aceptamos que podemos seguir viviendo con todo esto, sin mayores repercusiones. O que no hay, en el escenario actual, un proyecto de gobierno que sea ‘comprado’ por los electores de manera significativa.

Personalmente, me inclino más por lo segundo. La oposición sigue noqueada, chapoteando en un mar de desaciertos; sin personajes ni oferta atractivos. Esto va para largo.

II

Y a propósito, terminó sin novedad el encuentro del dirigente nacional del PRI con sus antecesores: la renuncia de Alejandro Moreno Cárdenas sigue sobre la mesa, pero al menos de ese encuentro no resultó la defenestración. Los trascendidos indican, sin embargo, que esta reunión abrió un compás de espera mientras se le busca una salida ‘decorosa’ al campechano, al que le sigue lloviendo en la milpa.

No solo fue acorralado por el jurásico tricolor para quienes Moreno Cárdenas amenaza convertirse en una suerte de meteorito que los extinga por completo; también la fiscalía de Campeche realizó una inspección en una de sus múltiples propiedades sobre las que pesan litigios acerca de su legal adquisición, también la gobernadora Layda Sansores difundió un nuevo audio de contenido similar a los anteriores, donde se escucha al dirigente priista en diálogos bastante bizarros y emblemáticos de la corrupción que se le achaca.

Alito Moreno se ha convertido en una ‘papa caliente’ no solo para su partido, sino para la propia alianza con el PAN y el PRD rumbo al 2024, al grado de que el propio Claudio X. González le asestó tremendo mazazo en la cabeza con una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, involucrándolo en una presunta triangulación de dinero para la compra-venta de inmuebles y terrenos. El campechano está resultando con más propiedades que la moringa.

En camino de convertirse en una aceituna, a punto de perder el hueso, ya lo están agarrando de botana. Su homólogo de Morena, Mario Delgado publicó en su cuenta de Twitter, con ácido humor negro lo siguiente: “Con todo respeto y sin ánimo de andar de metiche, me permito dar mi humilde opinión a los machuchones del PRI: Alito Moreno debe seguir. Ha ayudado mucho al crecimiento de nuestro movimiento, en ese gran dúo dinámico que ha formado con Marko Cortés y la derecha. #FuerzaAlito”.

Sin ninguna clase de autoridad moral o política, evidenciado en sus corruptelas, responsabilizado de las derrotas electorales desde 2019, Alejandro Moreno se ha vuelto insostenible en el PRI. Al tiempo.