EL ZANCUDO | LA RECONSTRUCCIÓN

Por Arturo @Chaposoto Munguía

Con más entusiasmo que recursos financieros el gobernador Alfonso Durazo recorrió ayer las zonas más afectadas por las lluvias en la región Guaymas-Empalme y se comprometió a no regatear esfuerzos para reparar los daños y garantizar la seguridad y la atención a los damnificados.

Adelantó que ayer mismo firmó un decreto para dar solvencia presupuestal a la atención de la emergencia, pero por la quiebra financiera de las finanzas estatales, al no haber una partida especial para ello, se dotará de recursos a las dependencias cuya participación sea imprescindible en estos momentos.

Durante una rueda de prensa ofrecida en la zona del desastre, el mandatario estatal expuso que ante la emergencia se privilegió el rescate de personas en lugares incomunicados e inundados, y el restablecimiento del flujo vehicular en la carretera internacional.

En el primero de los puntos reconoció el trabajo del personal de la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional, y en el segundo a los empresarios de la construcción que sin regateos atendieron la invitación para sumarse a los trabajos de reparación emergente y temporal en los tramos carreteros afectados, poniendo a su disposición maquinaria, equipo y personal, de manera que para la una de la mañana del lunes ya se había restablecido el tránsito por rutas alternas, mientras se decide de dónde y cómo obtener los recursos para reparar definitivamente los daños.

La situación, empero, no es sencilla. Se requieren cientos, quizás miles de millones de pesos para esos trabajos y aunque el presidente se comprometió a destinar recursos para ello, la experiencia ha demostrado que tratándose de dineros, el primer mandatario no suele ser ni muy expedito ni muy desprendido.

Esto desde luego no lo dijo el gobernador, que le tiene mucha fe al presidente, pero en Cajeme todavía recuerdan aquellos 500 millones de pesos que prometió para reparar los pavimentos con el programa de 50 ciudades, durante la administración de Sergio Pablo Mariscal en 2020, y los cuales siguen esperando.

La realidad es que lana no hay, y la que hay está comprometida para los proyectos estratégicos del presidente, así que el gobernador tendrá que hacer malabares con lo que tenga. Los famosos 250 millones de pesos mensuales que se tienen disponibles después de que logró pagarse en tiempo y forma un crédito de corto plazo solicitado a principios de la actual administración estatal no parecen suficientes para atender la emergencia y lo más probable es que se tenga que acudir a nuevos créditos.

Eso sí, el gobernador dijo que esos créditos se pagarán antes de que termine su sexenio, para no dejarle a su sucesor o sucesora unas finanzas tan precarias como las que él recibió.

Y a falta de dinero, lo que suple las carencias es la solidaridad del pueblo sonorense que ha participado copiosamente en los centros de recolección de víveres, agua, medicinas, ropa y cualquier cosa que pueda ayudar a los damnificados. De la misma forma que los constructores se sumaron sin condiciones a colaborar en los trabajos de reparación temporal de la infraestructura carretera dañada.

La gran esperanza parece estar depositada en el flujo de recursos que comiencen a llegar para las grandes obras proyectadas, señaladamente la remodelación del puerto de Guaymas, la carretera Guaymas-Chihuahua, la modernización urbana de Nogales y la reubicación de las vías del tren, así como la modernización de aduanas aeropuertos en Cajeme y Guaymas, entre otras cuyas inversiones están proyectadas en decenas de miles de millones de pesos.

Y así como el gobernador se movió rápido (tan rápido como le permitió la gira del presidente), en Hermosillo el alcalde Antonio Astiazarán también se puso a la cabeza de la atención a damnificados, sobre todo en la zona rural poniente, donde junto con su esposa Patty Ruibal llevaron despensas, agua embotellada y lámina galvanizada.

En el poblado Miguel Alemán anunció un programa de bache que iniciará mañana miércoles, mientras que en Hermosillo continúa el programa de reparación de vialidades trabajando doble turno. Por cierto, ayer dio el banderazo de arranque a la pavimentación con concreto hidráulico de seis cuadras en la avenida Pueblo de Álamos, una obra en la que se invertirán 15 millones de pesos obtenidos del pago de impuesto predial.

En los últimos días el alcalde de Hermosillo arrancó la construcción de la prolongación del bulevar Las Quintas, que beneficiará a 10 mil familias de 17 colonias en ese sector y en la que se iinvertirán 15.8 mdp; también supervisó la rehabilitación de la calle Chanate en el fraccionamiento Puerta Real.

Pero también hay que decir que las lluvias dejaron las calles de la capital en muy malas condiciones y de ello puede dar cuenta cualquier ciudadano que transite por cualquier rumbo de la ciudad. Es hora, por cierto, de que al alcalde no le llega la ‘nieve de chapopote’ que le solicitó desde el año pasado al presidente de la República.

II

En México no deja de correr sangre de periodistas. Ayer fue asesinado en Chilpancingo, Guerrero el director del periódico La Realidad, Freddy Román cuando salía de su casa y fue atacado a balazos por civiles armados.

Con él suman ya 15 periodistas asesinados en lo que va de este año fatídico para la prensa en México. El comunicador quedó sin vida dentro de su auto y hasta el momento se desconocen las causas que originaron el ataque.

Con 35 periodistas asesinados en el sexenio, México se reafirma como el país más peligroso para el ejercicio periodístico, y como uno de los que mayor índice de impunidad mantiene en estos crímenes.

No hay condenas que valgan, no hay condolencias que consuelen a sus familias, amigos y colegas. Y lo que es peor, no hay indicios de que esta situación vaya a mejorar en los días por venir y estamos a nada de que estos asesinatos sean normalizados con la misma desesperanza con que nos hemos acostumbrado a que diariamente se registren cien o más homicidios dolosos en las batallas del crimen organizado por el control de las ‘plazas’.

Pésimo.