Por Víctor Fausto Silva D.
¿Cuáles de los más graves y groseros calificativos le gustan a usted, estimado lector, para encasquetárselos a quienes han dirigido este país, especialmente cuando le han dado en la torre?
Por supuesto, estaríamos hablando de priistas y panistas a los que deberíamos llevar a la hoguera, porque según los panegiristas del nuevo régimen, esas oscuras épocas ya quedaron atrás, fulminadas por el moralizante y demoledor ejemplo de la 4T, su eficiencia y sobre todo, su congruencia a la hora de aterrizar en los hechos, pensamientos y convicciones inamovibles.
Creo que entre esos calificativos aparecerían sin duda los de ineptos, corruptos y traidores a la patria, éste último tan de moda para condenar al basurero de la historia a todo aquel que no coincida con la Cuarta Transformación.
No hay límite alguno: añada usted los que guste, y del más subido tono. De todas maneras resonarán fuerte en ese palacio de las virtudes de la 4T, donde toooodos encarnan la más prístina pureza, con una lealtad absoluta e incorruptible a valores y principios inmutables, como la verdad y la honestidad.
Sin embargo, estimado lector, coincidirá conmigo en que –para ser justos- el jueguito de etiquetar con epítetos también termina por incluir a quienes acá en Sonora calificamos lisa y llanamente como chaqueteros o “lomos de liebre”, aquellos de posturas acomodaticias y convenencieras que como La Chimoltrufia, hoy dicen una cosa pero mañana salen con otra.
La recién aprobada supeditación –digamos que legal- de la Guardia Nacional al mando del Ejército, terminó por exhibir la hipocresía de quienes antes de llegar al poder veían y calificaban a las fuerzas armadas como al mismísimo demonio, pero ahora las abrazan como el único recurso salvador de la patria…empezando por un Presidente que ofreció como promesa de campaña regresar a los militares a sus cuarteles.
La historia va demostrando que contra sus propios dichos, escupen para arriba.
Pero bueno, allá ellos.
Meses atrás, a la sección “Quién es quién en las mentiras” de la mañanera presidencial, le surgió como competencia en las redes sociales –“benditas redes”, llegó a llamarlas AMLO- una titulada “Siempre hay un tuit”, que recopila y exhibe lo que nuestros próceres dejaron plasmado en internet, meses o años atrás, sobre determinado tema.
Como no hay necesidad de interpretar o explicar nada, estimado lector (porque además ninguno de los exhibidos ha salido a desmentir), aquí le van algunos de los famosos tuits de quienes se creían dueños de la verdad y la congruencia absoluta y ahora, en términos muy sonorenses, pasan como “lomos de liebre”, específicamente en el tema de seguridad pública, Guardia Nacional y Ejército
Las fotos y los textos hablan por sí mismos.
