LOS CIUDADANOS, VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA Y LA INDOLENCIA

Por Jesús Álvarez

No hay día en el que no sepamos de un enfrentamiento, levantón o un ejecutado, es el pan nuestro de cada día para los ciudadanos de bien, los que trabajan para llevar los alimentos a la mesa de su familia, que son quienes están expuestos, mientras, los gobernantes juegan a ser autoridad, prefieren buscar -y lo hacen con gran profesionalismo- un distractor que entretenga a los despistados.

Mientras nadamos en ese mar de indolencia, las autoridades siguen maquillando cifras, buscando mostrar “sus resultados” de la manera mas bonita posible, esmerándose en buscar el lado más amable de su estrategia fallida en contra de la delincuencia organizadas. No es suficiente hacer una que otra detención esporádicamente.

Porque una cosa es ver cómo se regodean celebrando supuestos porcentajes a la baja, y otra cosa es la realidad, que se empecina en estrellárseles en la cara, con ejemplos cada vez más crueles en las calles, que terminan dándole la vuelta a cualquier logro que hayan anunciado.

Mientras ellos están en lo suyo, intentando presentar resultados en el power point más elegante disponible, la violencia sigue escalando niveles de peligrosidad, cada vez son más visibles las balaceras, cada vez son más céntricos los enfrentamientos, los levantones, la violencia.

Mientras ayer el gobernador Alfonso Durazo cumplía con la ley que lo obliga a rendir su informe, ‘honrando’ así el clásico ‘día del gobernador’, la delincuencia se armaba hasta los dientes y preparaba una muestra irrefutable de su poder. Por la tarde-noche se supo de las balaceras en Guaymas, Empalme, San Luis Rio Colorado, Rosario Tesopaco más las que no se publicaron.

Las estrategias para contener la inseguridad han sido menos que un cero a la izquierda para la delincuencia, pues mientras ellos hacen su fiesta al ritmo de las descargas de sus armas, la ciudadanía sufre, queda expuesta y bajo el riesgo de ser un daño colateral de esta guerra que se desarrolla en cada esquina del estado.

Por otra parte, mientras el gobernador sigue anunciando obras, mismas que está realizando el gobierno federal, tal pareciera que no se da cuenta que el crecimiento de la delincuencia, crecimiento que afecta la confiabilidad del estado, terminará ahuyentando a los empresarios que terminarán por llevarse sus inversiones del estado.

Entonces, si los ciudadanos ya están afectados por la violencia que se vive en las calles, se ven afectados doblemente, pues sus ingresos cada vez le alcanzan menos, las políticas económicas del gobierno federal, nos llevan inexorablemente a un precipicio.

Mientras todo esto pasa, las familias siguen desprotegidas y esa sensación, aniquila cualquier buen resultado del gobierno, sea cualquiera de esos -como pomposamente lo llaman- tres niveles de gobierno, de ahí que, los ciudadanos sean víctimas de la delincuencia y de la indolencia.