LOS GOBERNANTES NO ESTÁN ESCUCHANDO AL PUEBLO

Por Jesús Álvarez

Lastimosamente vemos cómo se repite el ciclo, ayer en las redes sociales circuló un video de una escuela en Guaymas, donde los niños recibían instrucción, un simulacro, sobre cómo reaccionar ante una balacera, las cuales han sido el pan nuestro de cada día en el área de la bahía. Esa imagen ya la habíamos visto en otras regiones del país.

Bien por los maestros que piensan en los pequeños, que les dicen cómo reaccionar. Aplauso de pie por pensar en cómo sobrevivir al caos que se vive en las calles a cada momento.

Mal por los gobernantes que no están garantizando la seguridad de las familias. Los ciudadanos, hoy están más expuestos que nunca, en estos cuatro años del gobierno federal en turno las cifras de muertos ya rebasaron todos los récords previos. Sólo hay que abrir las redes sociales para enterarnos de la debacle que hay en seguridad.

Veamos. Mientras las políticas públicas estén pensadas en las siguientes elecciones y no en el bienestar social, seguiremos este camino de inseguridad, de pobreza, de inestabilidad económica para los ciudadanos, en cambio seguirá la bonanza para el crimen que hoy en día luce muy organizado y resplandeciendo bajo el manto protector de los gobiernos, del color que sea.

Y mire que, todos los días nos mencionan la palabra bienestar, pero la usan solo porque se escucha muy bonita en los discursos huecos, no porque realmente tengan el sentido de aportar su granito a esta sociedad que está harto dolida de lo que estamos viviendo.

No es tiempo de normalizar, debemos sacudirnos el marasmo en que vivimos y cómo sociedad debemos estar unidos, exigiendo cuentas a los gobiernos, del color que sea, exigiendo resultados, exigiendo que empiecen a hacer política de a pie, otra vez, política a pie, de a deveras no simulada como estamos escuchando cada día en, acertó: discursos vacíos.

Tal pareciera que al político se le olvidó que está en un puesto gracias a la elección de los ciudadanos, porque los vemos más ocupados en armar sus acuerdos, y ya no en lo oscurito, sino descaradamente a la vista de todos, para mantenerse ‘mamando’ del erario, que ocupados en resolver de fondo y forma los problemas que aquejan a las regiones de donde cada uno proviene.

Y no, no pido que se resuelva todo de la noche a la mañana, pido si que empiece a cimentarse un país con futuro, donde las políticas estén pensadas en cómo caminar juntos como sociedad, de la mano del gobierno que piensa en sus gobernados. Quizá pido mucho, pero podemos empezar por exigir resultados, pero reales, no simulados.

Por ejemplo, vemos pomposamente cómo diputados y senadores regresan a sus distritos para dar a conocer sus informes del año previo, pero si le ponemos tantito cerebro, esos discursos no pasan de ser eventos de engaño hacia el ciudadano, ya que solo debemos recordar que ambas cámaras están llenas de ‘levanta dedos’.

Hoy los legisladores no tienen derecho a pensar, los partidos y sus componendas políticas, los tienen sumisos a lo que dictan de arriba, son como ‘zombis’ que avanzan mecanizados, o como marionetas que se mueven al ritmo del titiritero.

Mientras ellos están agachados, vemos cómo el país va sin rumbo, sin una estrategia ni un plan a largo plazo, que nos lleve a tener mejores condiciones laborales, de salud y de seguridad entre otras y por ende mejores condiciones de vida.

Hace falta más acciones y menos discursos, urge que el decir y el hacer vayan de la mano, que la percepción y los datos converjan en un punto que hagan al ciudadano sentir ese bienestar que tanto alardean los gobernantes. Es tiempo de que la política cambie, para bien de los ciudadanos.

Es necesario que los partidos políticos desde su interior hagan un análisis autocrítico de donde están parados, porqué están en ese punto y sentarse con los ciudadanos a escucharlos, conocer de primera mano lo que le duele al ciudadano de a pie.

Pero no debemos perder más tiempo, debemos exigirle cuentas a cada legislador, a cada gobernador, a cada presidente municipal, tenemos que comenzar a subir las demandas, al sordo hay que gritarle, los políticos no están escuchando a los ciudadanos, la descomposición política nos está costando a los ciudadanos porque los que nos gobiernan no están captando el ‘feeling’ del momento que México vive.