A PROPOSITO DEL FALLECIMIENTO DE CARLOS ARMANDO BIEBRICH TORRES

Por: Mirinda Grijalva
Fue líder estudiantil, renunció a su cargo de gobernador y es de los pocos exgobernadores en México que ha sido llevado a juicio. Carlos Armando Biebrich Torres nació en Sahuaripa el 19 de noviembre de 1936, es por lo tanto, el político más importante que ha dado aquellas tierras serranas. Creció en una familia de clase media-baja, como la mayoría de los gobernadores sonorenses del siglo XX. Realizó sus estudios básicos y dejó su hogar para migrar a Hermosillo y continuar sus estudios superiores. Fue ahí donde comenzó su carrera, porque a diferencia de otros políticos (sonorenses y mexicanos en general), Biebrich se dio a conocer en la política como un estudiante y un líder de la comunidad universitaria.
Cambió el paraíso serrano con su verdor, sus montañas, arroyos y campos de pastar, por viento caliente, el arenal, la sequía y los 45° de la ciudad del sol. Ingresó al Bachillerato en Humanidades, Derecho y Filosofía en la Escuela Preparatoria de la Universidad de Sonora, para después ingresar a la carrera de Licenciado en Derecho en la misma universidad (es junto con Armando López Nogales y Claudia Pavlovich Arellano uno de los tres gobernadores egresados de dicha carrera). Presentó su examen profesional con la tesis “La reinstalación obligatoria en el derecho mexicano del trabajo”, y fue aprobado con mención honorífica. Fue el quinto abogado en titularse de dicha escuela.
Ya que venía de una familia de clase media-baja, tuvo que sostener su vida de estudiambre con la modesta ayuda de sus padres, dos becas y el trabajo ocasional en actividades de su profesión.
Esos años enfocó su interés legal asesorando centrales obreras, y tuvo una activa vida en la Universidad de Sonora, pues fue dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios en 1958, y colaboró en periódicos estudiantiles. Todo esto en años en los que los estudiantes se transformaban en el motor del cambio, el grupo social más comprometido con criticar al régimen y actuar para mejorar las condiciones en el país.Por su activismo estudiantil e interés en la causa obrera, Biebrich se perfilaba para ser un activista, un académico o incluso un sindicalista.
Su vida hubiera sido muy diferente de haber tomado ese camino, pero en 1958 comenzó su militancia en el Partido Revolucionario Institucional y tomó el sendero de la polaca, el cual lo llevó a los círculos más altos del poder, donde se disfrutan las miles y los lujos, pero también donde se sufre el vértigo y el riesgo de caer desde lo más alto.
Ya que era un joven entusiasta y activo en la comunidad estudiantil, el PRI lo comisionó para promover al partido entre los búhos de la Universidad de Sonora (en la UNAM son pumas, en la UNISON son búhos).
Para cuando llegaron las elecciones estatales de 1961, era lógico que Biebrich se uniera a la precandidatura de Luis Encinas Johnson, quien había dejado de ser el rector de la Universidad de Sonora para aspirar al gobierno estatal.
La candidatura estuvo peleada y aunque parecía que el elegido sería otro (Fausto Acosta Romo), de último momento el partido cambió de parecer y el candidato fue Luis Encinas Johnson, quien eventualmente fue electo gobernador. Biebrich participó en la campaña y se ganó un lugar en el nuevo grupo que gobernaría el estado.
A la par, continuó con sus actividades estudiantiles y obtuvo el 2° y 1° lugar en concursos nacionales de oratoria, competencias organizadas por su partido en 1961 y 1963.Pasadas las elecciones le ofrecieron un puesto de secretario en el ayuntamiento de Cajeme, por lo que se mudó a Ciudad Obregón (cabecera del municipio) y trabajó de cerca con el alcalde Faustino Félix Serna.
Esos años Biebrich fue Director Juvenil del PRI, organizó el primer Congreso Estatal de la Juventud Sonorense del PRI y fue comisionado por dicho congreso para entregar al gobernador Encinas Johnson un reconocimiento con el título de “Maestro de la Juventud Sonorense”, y viajó a la Ciudad de México y entregó a Alfonso Corona del Rosal (presidente nacional del PRI) un reconocimiento con el título de “Amigo distinguido de la juventud sonorense”.
Biebrich comenzó a ser visto en el partido como el hombre de las juventudes.
Lo que Manuel Bobadilla era para los obreros y Ramón Cota para los campesinos, Biebrich lo era para los jóvenes. Sus actividades lo estaban convirtiendo a los ojos de muchos en un “priista joven”.
Su imagen, trabajo y relación con los estudiantes hicieron de él una especie nueva dentro del PRI. No era un militar (como los veteranos de la Revolución), tampoco era un empresario (como la generación de Miguel Alemán Valdés), era algo nuevo, una nueva generación del PRI. No se ganó su espacio en el partido por haber combatido en la Revolución, o por obtener el apoyo de los empresarios, sino por promover al partido entre los estudiantes y lograr el reclutamiento de muchos.
Regresó a Hermosillo cuando el gobernador Luis Encinas le ofreció un trabajo como su secretario. Faustino Félix fue el nuevo candidato al gobierno en 1967.
Este quizás fue el año en que Biebrich dejó de ser un líder estudiantil para pasar a ser un político, pues Faustino Félix no fue aceptado por los búhos y esto ocasionó un movimiento estudiantil de protesta que terminó con la toma militar de la Universidad de Sonora (por cierto, en esa ocasión el gobierno usó al “Batallón Olimpia”, cuerpo militar que sería usado un año después en la matanza del 2 de octubre de 1968).
En lugar de unirse a las protestas estudiantiles, Biebrich permaneció fiel a Faustino Félix y trabajó en su campaña, por lo que el partido lo premió con una candidatura a diputado federal.Al ganar, una vez más cambio su residencia: dejó los 45° grados de temperatura de la ciudad de Hermosillo y los cambió por los lluviosos días de la Ciudad de México. Ya en el Congreso de la Unión, trabajó en la reforma al artículo 34 para que los jóvenes de 18 años pudieran votar (antes la ciudadanía se obtenía a los 21). Así, una vez más comenzó a pulir su imagen de joven, defensor de la juventud, nueva sangre del PRI, miembro de un nuevo PRI, priista de nueva generación, algo nuevo, un cambio, etc. Pero esta reputación, ahora se la ganó entre un ámbito nacional, no local. Ya no estaba en Sonora, comenzó a colaborar con importantes políticos de todo México y se ganó la simpatía de hombres con poder a nivel nacional, como fue el caso del secretario de Gobernación, Luis Echeverría.Esos mismos años contrajo nupcias con María del Socorro Gándara, hija de una familia cuyo apellido en Sonora era –y sigue siendo- sinónimo de poder e influencia. Cuando Gustavo Díaz Ordaz dejó la presidencia, Luis Echeverría Álvarez fue nombrado candidato e invitó a Biebrich a participar en la campaña.
No lo pensó dos veces, pues aquello significaba subirse al carro ganador. Biebrich fue designado subsecretario de Gobernación cuando Echeverría tomó la presidencia, todo esto en 1970.
Tres años después dejó el puesto y se trasladó a Sonora para aceptar la candidatura del PRI al gobierno estatal. Sólo tenía 33 años y legalmente era demasiado joven para ser gobernador, el mínimo que se requería eran 35. Sin embargo, su amigo y entonces presidente -Luis Echeverría- pidió al congreso que se modificara la constitución y se redujo la edad mínima para gobernar a treinta años de edad.Fue candidato único, ningún partido de oposición presentó candidatos, por lo tanto, sólo era necesario que su madre fuera a votar por su hijito carlitos y aquello bastaría para que Biebrich fuera declarado ganador. Ha sido de los pocos gobernadores que ganaron su elección sin competencia. Tomó posesión en enero de 1973, pero tan sólo dos años después su gobierno ya estaba tambaleándose.
En octubre de 1975, un grupo de campesinos yaquis invadieron tierras privadas en San Ignacio Río Muerto, exigiendo que fueran expropiadas y repartidas entre campesinos. El día 23 de ese mes, llegaron las fuerzas estatales y federales a desalojar a los campesinos, quienes al negarse fueron atacados con armas de fuego.
El saldo fueron siete campesinos asesinados y más de veinte heridos. Aún se debate quién fue el responsable y cuáles las razones. Algunos opinan que fue Biebrich quien ordenó el desalojo de los campesinos con el uso de la fuerza, la situación se salió de control y aquello provocó los asesinatos. Otros, afirman que la masacre fue ordenada por el presidente Luis Echeverría para perjudicar al gobernador, pues aunque habían sido compinches, supuestamente Echeverría se sentía traicionado porque Biebrich estaba apoyando las aspiraciones presidenciales de Mario Moya Palencia, secretario de Gobernación, a pesar de que Echeverría había ordenado no apoyar a este personaje, pues quería que el apoyo fuera para José López Portillo, quien terminó siendo el candidato y futuro presidente.
Ahora sí que “haiga sido como haiga sido”, el hecho es que los campesinos fueron asesinados a sangre fría con armas disparadas por los elementos del gobierno, y en caso de que Biebrich no fuera el responsable, como él siempre lo alegó, fue muy difícil para la opinión pública no culparlo. Dejó su cargo dos días después de la masacre.
Es hasta la fecha el último gobernador sonorense en renunciar. Aquellos sucesos tuvieron varias secuelas, una fue que el presidente Echeverría expropiara las tierras reclamadas, otra que se nombrara gobernador sustituto a Alejandro Carrillo Marcor, un político desvinculado de Biebrich.
Una tercera repercusión de los sucesos, fue que el nuevo gobernador pidiera al Juez Tercero Penal de Hermosillo que se girara una orden de aprehensión contra Biebrich por presunción de peculado, robo, abuso de autoridad e incumplimiento del deber.
El ya exgobernador escapó a los Estados Unidos para no ser arrestado, luego vivió un año en España. Dos años después, en 1977, solicitó un amparo legal contra la orden de aprehensión. Finalmente en 1984, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dictó resolución en el caso y encontró a Biebrich no culpable -¿Apoco creyeron que un gobernador en México iría a prisión?-. La Suprema Corte justificó su fallo alegando que no había elementos suficientes que probaran los delitos. Por lo tanto, Biebrich no fue encontrado culpable, no tiene antecedentes penales y no pasó un solo día privado de su libertad.
Después de aquello se dejó de escuchar su nombre, y aunque muchos creen que se retiró, realmente no dejó de ocupar puestos en el PRI y el gobierno: fue director de centros regionales de afiliación y empadronamiento y delegado del partido en otros estados (1984), secretario de Operación y Acción Política del PRI (1991), jefe de Asesores de la Secretaría de Desarrollo Social cuando el titular era Luis Donaldo Colosio (1992), director jurídico de la Secretaría de Energía (1994), secretario de Elecciones y Acción Electoral del Comité Ejecutivo Nacional (1997) y subsecretario de la Secretaría de Trabajo y Prevención Social (1999). Volvió a ocupar un puesto de representación en el 2006, cuando el PRI lo eligió para ser diputado plurinominal.
Biebrich continúa activo en la política y hoy 14 de enero del 2021 se ha corrido en redes sociales el anuncio de su muerte y fue operador político de Enrique Peña Nieto en la campaña del 2012, de hecho, hay quienes los han comparado por la imagen que proyectan: joven, atractivo, distinto, un PRI distinto, un PRI
Su nombre era referente de la juventud, de los universitarios, del derecho laboral y por qué no decirlo, del futuro en el PRI, hoy cuando los sonorenses escuchan el nombre de Carlos Armando Biebrich Torres, lo primero que se les viene a la mente es la matanza de San Ignacio Río Muerto.
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