Por Arturo Soto Munguia
Nada más llegando a Álamos, uno se da cuenta de que arriba a un pueblo mágico. Qué tan mágico no será, que es el único lugar en el mundo donde si llegas a la birriería que está al costado derecho de la carretera, en La Aduana -digamos la zona conurbada de la ciudad- frente al hotel Álamos Bonito, para ser más preciso, puedes decir:
-Alexa, tráeme una orden combinada por favor.
Y Alexa llega, diligentemente con el encargo.
-Alexa, unos chiltepines y limones, por favor.
Y Alexa llega y te los sirve.
-Alexa, una coca light, con hielo por favor.
Y Alexa va y viene rápidamente para cumplir el encargo, con la sonrisa adolescente de brillo plateado en los brackets.
Alexa es la joven mesera de la birriería y así se llama a propuesta de sus hermanos mayores que cuando nació, ni siquiera imaginaban que años después sobrevendría la revolución de la inteligencia artificial y uno de sus dispositivos más populares (es un decir) con el que los humanos suelen convivir y resolver las más diversas solicitudes.
Mucho menos se imaginaban que a los 15 cumplidos, Alexa estaría atendiendo a los comensales de ese restaurante, fundado hace 17 años por un joven matrimonio que hubo de regresar de los Estados Unidos donde trabajaban, en el contexto de otro episodio de deportaciones como el que se vive actualmente.
La señora dice que no se arrepiente de haber regresado y que les va bien en el negocio. Su esposo prepara una exquisita birria de cabrito y siempre hay clientes dispuestos a su disfrute.
Más en estas fechas, cuando Álamos se convierte en la sede del Festival Alfonso Ortiz Tirado, el evento cultural más importante de Sonora creado hace 40 años para rendir tributo al hombre que como médico cirujano ortopedista ganó fama internacional y lo mismo intervino a Frida Khalo en algunos de sus muchos padecimientos, que a Agustín Lara a quien le reconstruyó la mejilla izquierda, destrozada según cuenta la leyenda, por una mujer despechada que lo hirió con una botella de vidrio.
Y es que al ‘Flaco de Oro’ lo que le faltaba de físico le sobraba de cantante, músico y poeta, de manera que con esa labia supo conquistar a muchas mujeres, entre ellas nada menos que a María de los Ángeles Félix Güereña, mejor conocida como María Félix, la indiscutible diva del cine mexicano, nativa por cierto, de Álamos, Sonora, ese pueblo mágico tan lleno de historia que el viernes pasado comenzó a llenarse de gente de ‘onde sea.
No era para menos. Se cumplen 40 años del FAOT y el gobierno del estado preparó una cartelera espectacular por diversa. Y por diversa fue que mientras caía la tarde en el viejo mineral, sus calles y callejones, sus plazas y auditorios se fueron poblando de bullicio y de las ganas de ser parte de la fiesta.
El Palacio Municipal, viejo edificio de ladrillos rojos es la sede de la inauguración, que corrió a cargo del secretario de Educación y Cultura, Froylán Gámez Gamboa que, creo, quedó a deber con su discurso, más parecido al de un maestro de ceremonias que al de un prospecto de la nueva clase política que está forjando el gobernador Alfonso Durazo.
Muy institucional, se extendió sobre la biografía del doctor Alfonso Ortiz Tirado y en el recuento de la cartelera. Agradeció a Colombia, país invitado y a Michoacán, la entidad que está presente con su riquísima producción cultural en la ruta que se ha trazado el gobernador para hacer del FAOT un referente cultural nacional, no solo del noroeste de México.
En la primera fila del auditorio, Lorenia Valles y Heriberto Aguilar, otros prospectos para el 2027 que con su presencia refrendan su compromiso con la promoción cultural y no dejan pasar oportunidad alguna para el placeo.
El foro no es para menos. En Álamos están por estos días más de 750 artistas de talla nacional e internacional y se espera alcanzar los cien mil asistentes. Por lo pronto en el primer día hubo miles en los diversos foros donde se alternó entre la zarzuela y el mariachi; el pop, el rock y la sinfónica…
Es complicado asistir a todos los eventos, pero estuvimos en el concierto de Ana Torroja, nos paseamos por las plazas y callejones departiendo entre la música popular y rematamos en el concierto de La Barranca, buen rocanrol, pero subestimado por una concurrencia que comenzó a irse temprano…
La fiesta sigue en Álamos hasta la semana entrante. Espero ir para el concierto de Jaime López el jueves, pero recomiendo asistir porque la oferta cultural es de lo más variada y se van a pasar unas muy buenas veladas.
Espero volver el jueves para el concierto de Jaime López, pero también para revivir la magia de regresar a esa birriería donde hay pura inteligencia natural y con todo el comedimiento y la humildad del caso (no hay crudo que no sea humilde) pedir:
-Alexa, una orden combinada con cebollita, cilantro y chiltepines, por favor.
Y ver que Alexa llega, con su sonrisa adolescente plateada por los ‘brackets’, riéndose de los avatares que la llevaron a estar allí, en el pueblo mágico de Álamos, atendiendo con diligencia a los comensales que la llaman por su nombre y que no pueden evitar sonreír con la rareza de pedirle a Alexa una birria, y que te la sirva…