EL ZANCUDO | Por: Arturo Soto Munguía
Con el anuncio de ayer, Antonio Astiazarán muestra que no está ‘jugando para las gradas’ como suele decirse cuando en un partido de futbol el jugador se luce en cabriolas espectaculares que arrancan el aplauso de la afición, aunque resulten poco efectivas para mover el marcador.
El alcalde de Hermosillo presentó un detallado programa de acciones que no necesariamente concitarán las simpatías del respetable, pero proyectan la intención de poner orden en la gobernanza de la capital del estado a partir de una administración que cueste menos y haga más.
Un programa que por cierto empata con lo que en el Palacio de al lado ya perfiló antes el gobernador Alfonso Durazo y que básicamente consiste en apretar las medidas de austeridad gubernamental, eliminando gastos no indispensables -incluyendo la revisión de la nómina y el aterrizaje forzoso de aviadores-, aumentar la recaudación y modernizar la administración.
En el caso del llamado Plan de Fortalecimiento Financiero presentado por el alcalde se fija como meta reducir en 523.5 millones de pesos el gasto corriente y casi la mitad de ese monto provendrá de los servicios personales, la disminución, compactación y fusión de áreas de la administración pública.
Esto no solo requiere un ejercicio de corridas financieras sino también de política, ya que la burocracia municipal, sobre todo la base sindicalizada resentirá el recorte y ya se aprestan a evaluar el plan desde su impacto en el contrato colectivo de trabajo.
Se entiende que ya hubo pláticas con el dirigente sindical Salvador Díaz Holguín, que estuvo presente en el evento y declaró su disposición a trabajar de la mano con el patrón (en este caso el Ayuntamiento) para que a Hermosillo le vaya bien.
Otros 163 mdp provendrán de la reducción de servicios generales: electricidad, renta de inmuebles, comunicaciones y asesorías, 88 millones más se ahorrarán en gasolina y reparación de vehículos; otros 40 millones se obtendrán por la disminución en el pago de intereses de la deuda bancaria a largo plazo.
Pero no solamente a la burocracia le va a tocar apretarse el cinturón. Los ciudadanos también serán alcanzados por el largo brazo de la recaudación que espera captar más de 5 mil 842 mdp el año entrante. De este monto, al menos 702 millones ingresarán a las arcas municipales a través de un programa de recuperación de cartera vencida, así que si usted, morosa lectora, espichadito lector andan péndulos con la comuna, en los próximos días serán visitados por el amable personal de Tesorería para que actualice sus pasivos, ya sea al ‘cash’ o mediante algún convenio.
Pero de que le van a caer, le van a caer y por eso decía que el plan no va a provocar precisamente la ola en las gradas de los contribuyentes.
Esas son algunas de las medidas anunciadas.
A cambio, el alcalde se comprometió a invertir más de mil 400 millones de pesos para atender prioridades de agua, seguridad y obra pública, lo que representa el triple de lo invertido en administraciones pasadas; el grueso de esos recursos se aplicarán en el rubro de agua potable (unos mil mdp), y una buena parte se utilizará en la adquisición de flota vehicular para seguridad pública, incluyendo patrullas eléctricas.
II
Después de cuatro años ‘tomadas’ ayer fueron regresadas al gobierno federal las casetas de cobro en la carretera federal 15, ubicadas en Guaymas, Hermosillo y Esperanza.
El autodenominado Movimiento por el Libre Tránsito, una agrupación no exenta de sospechosismo finalmente acordó con autoridades estatales y federales para devolver las casetas y ayer el propio gobernador anunció que las mismas volvían a la administración de Capufe.
Ha trascendido que uno de los acuerdos para la ‘liberación’ de las casetas es la implementación de un programa de exención de cuotas para residentes de Sonora, aunque todavía no se conocen más detalles sobre él.
Sigue pendiente también el tema de la reubicación de la caseta de Esperanza y la definición de criterios para determinar el monto que será destinado a la tribu yaqui, de lo que en ella se recaude.
Por lo pronto esas tres casetas ya están funcionando normalmente y falta saber lo que sucederá con las que operan en Magdalena, al norte, y La Jaula, al sur.
Los que siguen funcionando normalmente también son las ‘piolas de cobro’ que tienen los yaquis en Pótam, Vícam y Loma de Guamúchil donde ya hay visos de acuerdo a partir del Plan de Justicia para la etnia, pero por lo visto no logran aterrizar del todo.
Veremos si en los próximos días hay noticias al respecto.
CEBOLLA FINAMENTE PICADA
Un parto de los montes resultó la multipublicitada entrevista con Guillermo Padrés, que terminó en un lastimero soliloquio autovictimizante y poco convincente.
Nada que agregar al respecto después del perro tuitazo de la maestra Leyla Acedo (@leyleona) resumiendo impecable e implacablemente ese ejercicio publicitario, que no periodístico.
“Es como si Paty Chapoy entrevistara a Sergio Andrade. Puro espanto de cinismo y nula memoria”, escribió lacónica pero demoledoramente en su cuenta de Twitter la aguerrida profesora investigadora del Colegio de Sonora.
Ya después de eso, ni para que comentar más nada. Adiós.
También me puedes seguir en Twitter @Chaposoto