Por: Arturo Soto Munguía
Cuando mi cuñada se casó con su novia, asistí a la boda con mucho gusto y, debo aceptarlo, no sin cierta curiosidad 90% periodística y 10% mitotera.
Me interesaba tomar el pulso de las familias que se emparentarían por la vía civil y también cierta tensión en el ambiente, pero había más alegría y emotividad que luego se tradujo en una convivencia festiva en la que todos brindamos por la felicidad del nuevo matrimonio. Un regocijo de abrazos y parabienes.
El protocolo fue más bien un acto simbólico, porque de eso han pasado cinco años y en Sonora no existía (no existe hasta hoy miércoles 22 de septiembre de 2021) el matrimonio igualitario como figura legal. En ese entonces todos los trámites tendrían que hacerse posteriormente en la Ciudad de México, donde se encuentra aprobado desde el 4 de marzo de 2010.
Había otros estados donde ya aplicaba la legislación respectiva (Chihuahua, Campeche, Nayarit) pero por alguna razón la Ciudad de México era la que ofrecía un marco legal más consistente y mejores condiciones para el papeleo propio (incluidos los amparos) de un contrato civil de esa naturaleza.
Por razones que sería largo detallar aquí, el contrato civil nunca se llevó a cabo, pero la pareja duró cuatro años viviendo y conviviendo con los avatares propios de cualquier relación, hasta que decidieron separarse y hoy cada quien hace su vida con otra pareja, tal cual sucede con cualquier otro matrimonio en desavenencia, independientemente del sexo de los contrayentes.
En estos cinco años, 23 de los 32 estados de la república (incluyo a Ciudad de México sin ánimo de discutir si es o no un estado más) han aprobado el matrimonio igualitario y hoy, hoy, hoy (para citar a un clásico) será aprobado en el Congreso de Sonora, para aumentar la lista a 24.
La iniciativa ya había sido presentada en la pasada legislatura por la diputada Yumiko Palomarez, pero no prosperó. Esta vez la presentaron, con modificaciones que serán discutidas hoy, la diputada Rosa Elena Trujillo, de Movimiento Ciudadano y Celeste Taddei, de Morena.
Solicitan también dispensar el trámite de comisiones, para ser aprobada por urgente y obvia resolución, como todo parece indicar así será, aunque no deja de ser eufemístico, porque las comisiones ni siquiera han sido integradas en su totalidad en esta legislatura.
El tema del matrimonio igualitario ha puesto los pelos de punta en la jerarquía católica más ortodoxa, al Opus Dei, a las corrientes más conservadoras que se hacen presente a través de organizaciones como Provida, a ciertos liderazgos de opinión cada vez más desgastados y otras que genéricamente comienzan a conocerse de manera acertada con el mote de ‘antiderechos’, por parte de una sociedad civil cuya diversidad y pluralidad ha existido desde tiempos inmemoriales, pero siempre vetada, estigmatizada, condenada, negada por las hegemonías en turno.
Pero las hegemonías, todas, tienen fecha de caducidad, y toca ahora a quienes tienen ‘la bacha por donde no quema’ (para citar otro clásico semánticamente correcto por aquello de la próxima legalización de la mariguana) pasarle por encima a quienes durante muchos años contuvieron las batallas de la comunidad LGBTT+ por sus derechos.
Es posible que en el fuero interno de algunos diputados y diputadas de Morena haya resistencias morales a la aprobación del matrimonio igualitario, pero van a tener que tragarse este primer sapito. Incluso entre sus aliados (del PES, por ejemplo) no comulguen con este y otros temas, pero la conveniencia política hará que le pongan buena cara.
Del PAN, la postura predecible será en contra. Del PRI, ya la adelantó ayer su dirigente estatal Ernesto de Lucas, es ‘no’, pero si ya viene derecho por lo menos pónganle la vaselina de que votamos en contra de la urgente y obvia resolución, para que no digan que no nos resistimos.
Igual les van a volver a pasar por encima.
Hoy es un buen día para cronicar lo que suceda en el Congreso, porque quienes están a favor y en contra del matrimonio igualitario están convocando a manifestaciones.
Hay que ir.
II
Ayer se despidió de su encargo como dirigente estatal de Morena Adolfo Salazar Razo.
En un comunicado difundido anoche, el propio Adolfo hace un recuento de los logros obtenidos durante su paso por la dirigencia entre los que destacan los triunfos electorales que llevaron a su partido a la gubernatura, a ganar la inmensa mayoría de los distritos locales y los siete federales, así como cinco de los seis municipios con más de cien mil habitantes, lo cual de ninguna manera es poca cosa.
En dicho comunicado anuncia también que la dirigencia nacional de Morena aprobó ya el nombramiento de David Mendoza como nuevo delegado en funciones de presidente del Comité Ejecutivo Estatal de su partido.
¿Cuál será su destino? No se sabe, pero orejano no va a quedar. De hecho, se reporta a este espacio para decir como leal soldado: “Estoy a la espera de la instrucción del gobernador”.
En los próximos días lo veremos levantando la mano para rendir protesta en un cargo importante donde ya no habrá ni sol, ni muerte, ni dolor, ni calor, ni sed, ni lluvia, ni hambre, ni enfermedad, ni familia, porque todo habrá concluido para él, excepto una cosa: el cumplimiento de lo que diga Alfonso.
¡Ehui!
III
Los que conocemos a María Engracia Carrasco sabemos que es una mujer de convicciones, de carácter fuerte, nada dejada (excepto cuando le quitan una candidatura).
Brava, valiente, mujer de lucha. Preparada y convencida de que tantos años en la brega no fueron en vano.
Recién acaba de asumir el cargo como directora del Instituto Sonorense para la Educación de los Adultos y llegó a sus oficinas acompañada de un abogado advirtiendo al personal de confianza que se vayan preparando porque los va a correr. Que es muy estricta y al que le guste, bien, y al que no, pues bye bye.
El pequeño problemilla es que tiene detenidos los pagos porque antes quiere investigar todo lo que represente fuga de recursos por presuntos actos de corrupción. También avisó la cancelación de bonos de compensación para trabajadores de confianza y sindicalizados.
Pero el personal que trabaja ‘en tierra’, es decir con los educandos ya adelantaron que si no les pagan no van a trabajar la siguiente jornada de educación que es este fin de semana.
En fin, cosas que pasan en tiempos de transición.