CARRUSEL | DURAZO: LOS PRIETOTES EN EL ARROZ Y EL FUEGO AMIGO

Por Víctor Fausto Silva D.

No hace muchos días comentamos aquí que en este país, un escándalo ayuda a tapar otro escándalo -o cuando menos echarlo a la carpeta de las normalizaciones que hemos ido engordando, porque ya nada nos asombra- y parece que al gobernador Alfonso Durazo acaba de sucederle, con el asesinato de dos funcionarios de la ciudad de México.

Perdone usted el uso hasta cierto punto cruel del símil, pero la triste realidad hace que los sucesos violentos se desplacen unos a otros del escenario noticioso, y ni qué decir que también terminan por imponerse sobre golpes políticos y mediáticos como los que recibió el de Bavispe abriendo semana, ambos a nivel nacional.

El primero le llegó desde Televisa, que a través de su llamada Área de Investigaciones Especiales, lo involucró en una serie de irregularidades por la concesión del libramiento carretero de Nogales a una empresa presuntamente de “cuates”, que habrán de exprimir dicho tramo durante 34 años.

Y decimos exprimir, porque se estima que por ahí circulan ¡un millón de vehículos al año!, así que saquen cuentas.

Era dinero –se supone- que entraba íntegro al gobierno del estado, pero ahora se irá a manos privadas luego de un proceso que hasta ahora no había sido claramente explicado por el mandatario.

Según lo publicado, Durazo maniobró indebidamente para que el gobierno del estado cediera el control mayoritario de dicha concesión (dejó para el gobierno sólo el 49 por ciento de las acciones) a la empresa Operadora de Caminos Carreteros Nogamex, creada el 25 de noviembre del 2022 y al frente de la cual aparece Jaime Aceves, socio de Julio Scherer Parellón, con quien se supone lleva Durazo estrecha amistad.

La cosa se pone peor cuando se revela que como representante legal de dicha empresa aparece Bernardo Fernández Sánchez, “ex Director de Operaciones de Segalmex, quien se encuentra prófugo por no haber aclarado el destino de 9 mil millones de pesos, ante la Auditoría de la Federación”.

Televisa sostiene que la Fiscalía General de la República “investiga el caso, que incluye denuncias de irregularidades en la concesión y ampliación del plazo a 34 años, así como acusaciones de uso ilícito de atribuciones en las que se involucra al gobernador Alfonso Durazo”.

De momento y dándole lugar a la duda, todos son supuestos, porque seguramente –aunque todavía no haya detalles precisos de la parte oficial- debió seguirse algún procedimiento que le diera sustento legal a dicha operación.

Vaya, o que por lo menos le aplicara una conveniente dosis de maquillaje como para justificar que el gobierno del estado se deshiciera de tan jugoso ingreso para pasarlo a particulares, como si las arcas estatales estuvieran siempre a reventar y no se necesitara captar más.

Sin embargo, aún suponiendo que la explicación haga encajar correctamente las piezas, lo que no deja de hacer ruido es que en la operación aparezca un sujeto al que se supone andan correteando hasta los cuicos de la esquina, por haber participado en el mega trinquete de la desaparecida Segalmex.

Fue ése descomunal desfalco el que Andrés Manuel López Obrador reconoció como “el único caso de corrupción” de su gobierno, pero lo atribuyó a que su entonces titular Ignacio Ovalle Fernández se dejó rodear cándidamente (¡Mjú!) por puros priistas rateros, que terminaron robándose hasta los clips de las oficinas. Y como al casi beato funcionario lo engatusaron diabólicamente, el presidente decidió que era injusto castigarlo: lo apapachó y lo consoló dándole otro cargo en la Secretaría de Gobernación, donde no se sabe si todavía duerme y cobra.

El caso es que el escándalo de Segalmex sigue en el limbo, pero tampoco como para echar en saco roto que hay gente con cuentas pendientes. Y si en la operación del libramiento aparece uno de los principales señalados por el manoteo, uno se preguntaría ¿qué necesidad, pues, de meterle prietotes a un arroz que se supone se cocinó limpiamente?

Como sea y mientras Durazo aclara paradas, le llegó el mandarriazo.

Lo curioso es que el mismo día y con nota principal en el diario capitalino La Razón, le soltaron el segundo escopetazo de que en su gobierno, los casos de desapariciones forzadas se dispararon en un ¡283 por ciento!

Los autores del texto arrastraron el lápiz y le metieron números basados en datos de la Comisión Nacional de Búsqueda, precisando que “en 2021, cuando asumió el cargo, hubo 176 reportes, cifra que creció a 675 en 2024, su tercer año completo”.

“Durante 2024 (cita el texto), los municipios con mayores casos de desaparecidos fueron Hermosillo, la capital, con 193. Luego le siguen cuatro ciudades que en los últimos años se han caracterizado por su elevada incidencia delictiva: Nogales con 91, Cajeme —Ciudad Obregón— con 81, Caborca con 42 y San Luis Río Colorado con 29”.

Se fueron al desglose:

“En 2021, cuando rindió protesta, había 176 reportes. En 2022 la cifra subió a 224. Al año siguiente el indicador llegó a 263 y en 2024 cerró en 675, el mayor pico, hasta ahora, en la era Durazo”.

“En lo que va del presente año se mantiene una tendencia al alza. Entre el 1 de enero y el 14 de mayo de este año se abrieron 313 expedientes por desaparición —casi la mitad del total del 2024— mientras que en el mismo periodo del año pasado la cifra fue de 148, lo que representa un aumento de 111 por ciento en los primeros cinco meses de este 2025”.

Nada para enorgullecerse, pues. Y menos con cifras oficiales.

Ahora bien, de ser cierto que el gobernador Alfonso Durazo estaría preparando maletas para incorporarse al gabinete de Claudia Sheinbaum, resultaría obvio deducir que alguien (o algunos) no lo quiere (n) allá.

Dos golpes al hilo y de esas dimensiones, no llegan por mera casualidad, partiendo de que en política no existen las casualidades.

Menos cuando se especula que Durazo podría pasar, de presidir el Consejo Nacional de Morena, a Gobernación, o bien como operador de cabecera de Claudia Sheinbaum con miras a las elecciones del 2027, donde desde ya, las alzadas y ambiciosas tribus internas amenazan darse con todo por el manoteo del poder.

Si por la víspera se saca el día, no la tendrá nada fácil el de Bavispe.

O por lo menos, de llegar, llegará zarandeado, porque los escopetazos huelen a fuego amigo.

Y seguramente vendrán más…

Calladitos se ven mejor…

Desde hace añales se sabe que el sentido común es el menos común de los sentidos.

Pero si hubiera algún resquicio por donde se colara una duda, bastaría con ver lo que declaran nuestros ínclitos gobernantes, para colegir que no tienen la más mínima idea de que, por elemental sentido común, es preferible (y agradecible) que se callen, antes que decir barbaridades.

Mire usted tres ejemplos, a cual más de ridículos:

1.- El porro de callejón (a ver si no nos demanda exigiendo una disculpa) Gerardo Fernández Noroña, tocó el tema de los funcionarios ejecutados en la ciudad de México ¡y culpó a la derecha! No a los criminales de cualquier laya, sino ¡a la derecha!, a la que siempre acusa de carroñera –junto con la prensa- porque al señorito no le gusta que le critiquen al gobierno en turno, como si él no lo hubiera hecho siempre, hasta llegar a donde llegó.

2.- “Los hogares mexicanos tienen ahorros suficientes para afrontar una recesión, en caso de que ocurra”: Rodrigo Mariscal Paredes, jefe de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

¿En serio sabrá este tipejo de qué fregados está hablando? ¿Por qué no viene al sur de Sonora a convencer a los pobres jornaleros agrícolas, cada vez más desempleados por falta de siembras, de que saquen “el clavo” y dejen de llorar la ruina? ¿Habrá ido alguna vez en su burocrática vida, de perdida a una tortillería para constatar lo que cuestan las cosas y ver si le alcanza? O ¿es de los que piensan que con la pensión del Bienestar ya sacaron a todos de la ruina?

3.- Dice el fiscal Alejandro Gertz Manero (que sólo sale del catafalco cuando lo llama la presidenta) que los familiares del “Chapo” Guzmán en realidad no se entregaron a las autoridades de EU, porque en México no se les seguía ningún proceso.

“Simplemente actuaron con libertad, cruzaron la frontera y tuvieron un encuentro con autoridades federales norteamericanas”.

¡Mire nomás! ¡Tan clarito que estaba todo y no le entendíamos al viajecito!

Nomás le faltó decir que fueron de vacaciones, no huyendo de la escabechina y mucho menos a ponerle “el dedo” a nadie. A ver si al señor lo escuchan en Sinaloa, para que ya le bajen dos rayitas al zafarrancho.

¿Qué les cuesta a estos individuos, por elemental sentido común, quedarse callados cuando no tienen nada inteligente qué decir?

En tiempos de tanta crispación, mucho les agradecería el respetable que dejen de decir babosadas, y mejor se apeguen al viejo dicho de que calladitos se ven más bonitos.

Por lo menos evitarían hacer el ridículo.