CARRUSEL | EL CLIMA EN MORENA, ¿AJUSTE DE CUENTAS, AL CUARTO PARA LAS 12?

Por Víctor Fausto Silva D.

Si hay un elemento infaltable en las campañas electorales, es el triunfalismo de quienes juegan al amparo de la momentánea marca en el poder (con uno que otro desfiguro, chocante por su prepotencia), de tal manera que poco les falta para pedir que ni siquiera se vote, porque como ellos no hay dos. Son una chulada de perfección.

Es humanamente entendible, como lo fue en aquellos tiempos de la aplanadora priista -hasta que un atrabancado Vicente Fox la desbieló-, y como está sucediendo hoy con Morena, donde más de cuatro creen que por su sola nominación ya la hicieron. Son de los que, tirados en una hamaca, traen el brazo tieso y listo para rendir protesta.

Sin embargo, y por lo menos según se palpa acá en el sur de Sonora, al triunfalismo inicial fueron sumándose tres factores que podrían generar cambios abruptos en el escenario político: confusión, golpes bajos y en un descuido, traiciones.

Célida: Pedrada en la frente

La confusión surgió desde el propio mando morenista, cuando además de la fórmula supuestamente titular para la senaduría, encabezada por Lorenia Valles, se sacaron de la manga la otra, echando por delante a la inefable Célida López con la marca del PT.

Los morenistas de calle -la tropa, no los iluminados de arriba-, quedaron con cara de ¿what?, sin entender qué necesidad había de dividir e incluso arriesgar el voto guinda, hasta que la propia Célida se encargó de revelar una jugada que ni Maquiavelo hubiera imaginado: ella entró simple y llanamente en calidad de porro, a repartir trompadas y a echar por delante su florido léxico para atacar a Manlio Fabio Beltrones e impedir que éste llegue al Senado, porque palabras más, palabras menos, es el mismísimo Belcebú y hay que mandarlo a los más apretados infiernos.

Sin duda, la cruzada que se echó a cuestas la dama –según ella por órdenes del gobernador Durazo- contra un dinosaurio de ese calibre, merecería que los seguidores morenistas la declaren heroína nacional, de no ser porque el afamado Chamuco hace rato que se les peló y es de los pocos que trae la senaduría en la bolsa, ya por mayoría, por segundo lugar o por lista plurinominal.

Así que mientras doña Célida se desgañita y se contorsiona como posesa en grotescos remedos de exorcismo, el de Villa Juárez le dice sonriente “¡Va que va!”. Va él…no ella, por supuesto.

El problema es que a muchos morenistas les quedó la duda sobre la utilidad de sufragar por la arrebatada doña.

En cuanto a los golpes bajos, en escasos días salieron a relucir dos casos, que paradójicamente vienen a descalabrar a los de casa, no a los contrarios como tradicionalmente sucede.

Curiosamente, la primera víctima fue la propia Célida López, al darse a conocer que la Fiscalía de Justicia de Sonora capturó a Francisco Bueno Ayub, su ex compañero de viaje cuando fueron orgullosamente padrecistas y considerado hoy como uno de sus principales asesores, para que rinda cuentas por varias acusaciones de índole sexual.

Las imputaciones son gravísimas y no se ve cómo las libre exitosamente, por lo menos a corto plazo, mientras la candidata al senado por el PT prefirió tragar gordo y hacer mutis.

Si al señor lo procesan y finalmente lo entamban o no, a la dama ya le pegaron un pedradón de aquellos en la frente…como para tirar al bote de la basura cualquiera de sus discursos en defensa de la mujer, su integridad y sus derechos.

Pues ¡tómala! con esos asesores…

Próspero Valenzuela: Cuentas pendientes

El otro caso que viene a moverles el tapete a los morenistas es el del diputado local y candidato a repetir por el XIX Distrito, Próspero Valenzuela Muñer, a quien le están reviviendo el expediente penal donde se le acusa de haber orquestado y cobrado “moches” por la invasión de un predio perteneciente a la familia Morales Salido.

No es que el caso sea nuevo ni que el propio Valenzuela Muñer lo desconozca.

Lo que llama la atención es que se lo “refresquen” –otra vez: con información de la Fiscalía- precisamente a escasos días de las elecciones, filtrando hasta el nombre del Ministerio Público que lleva el asunto e incluso la fecha tope para que resuelva si lo turna ante un juez penal: este miércoles 8.

Adolfo Salazar: ¿Mano negra?

Para los partidarios de Próspero no hay vuelta de hoja: están culpando al Secretario de Gobierno, Adolfo Salazar Razo, de orquestar el garrotazo para dejar fuera al legislador y acomodar a un incondicional en la persona de Martín Preciado…que curiosamente aparece como suplente.

Como se recuerda, ambos se apuntaron en la interna de Morena para buscar la diputación federal del séptimo distrito (Próspero ambicionaba primero la alcaldía) y no llegaron, pues desde el palacio de gobierno les encasquetaron a Alma Higuera.

En los jaloneos internos y entre amenazas soterradas de encabezar una rebelión si no le tocaba nada, “arriba” se decidió dejar a Próspero que buscara la reelección como diputado local, pero temen que ahora les salgan con que a Chuchita la bolsearon.

En un descuido hasta “tambo” le toca. Pues ¡tómala! también con los de casa.

No es, pues, el mejor ni el más cordial de los climas el que se vive entre los morenistas por rumbos del Mayo… y a escasos días de las elecciones.

No estamos muy lejos de averiguar si sólo le mandaron un calambre al diputado o si van por él en serio, pero no abonan mucho a la unidad y al prestigio de la marca guinda escándalos como los de doña Célida o el de Próspero, sobre todo si como se rumora, la mano negra opera desde la Secretaría de Gobierno.

¿Estarán ajustando cuentas al cuarto para las doce, arriesgando incluso posibles triunfos?

¿Pues que no eran diferentes?

En cuanto a traiciones, de eso se está hablando en Huatabampo, donde se está fraguando una desde el palacio municipal, pero como el espacio no es de hule, amerita tratarlo aparte..