Por Víctor Fausto Silva D.
Definitivamente, la realidad es más descarnada, pestilente y más terca que el discurso triunfalista de quienes cacarean que en materia de salud, Dinamarca ya no nos ve ni el polvo, que contamos con hospitales que ni Obama construyó, o que ya tienen especialistas que hasta corretean a los pacientes para darles la mejor atención del mundo mundial.
Y no es que la CTM acabe de descubrir el hilo negro ahora que por enésima ocasión descalabra la retahíla oficialista, denunciando que el IMSS sigue ofreciendo a los trabajadores una atención de quinta y como si la mendigaran, pero sí pone sobre la mesa la urgencia de que los gobernantes salgan de su burbuja demagógica donde todo lo ven color rosita y se pongan a trabajar como se debe.
Dos calificativos usaron este martes el dirigente cetemista Javier Villarreal Gámez y su plana mayor para pintar el desastre: “deplorable e insostenible”, que seguramente se quedan cortos si se pide la opinión (sazonada con uno que otro y muy merecido madrazo) de quienes pasan horas retorciéndose de dolor, en improvisados camastros o en desvencijadas sillas en los pasillos de los hospitales, porque en muchos de éstos ya no caben ni parados, o de quienes hacen filas en las farmacias, sólo para enterarse que no tienen ni aspirinas.
“Estamos hasta la coronilla de la falta de buen servicio. La sobresaturación de urgencias. El desabasto de medicamentos y el hacinamiento de pacientes son solo la punta del iceberg de una crisis que ha llegado a niveles extremos”, dijo Villarreal, en un hartazgo que además y desde hace buen rato cunde como epidemia no sólo entre los derechohabientes, sino también entre el personal médico y administrativo del IMSS.
Y es que ¿cómo esperar que ese personal rinda más y mejor, cuando prácticamente trabajan con las uñas?
Para quienes traen la camiseta de la vocación bien puesta, debe ser frustrante y altamente estresante laborar en esas condiciones, lo que no pocas veces ha de traducirse en que más de uno explote y trate a los pacientes con cara y talante de sargento mal pagado, un círculo vicioso que degenera en caldo de cultivo para alegatas y uno que otro zafarrancho, que ya se han dado. Terminan por enfermarse todos, pues.
Como si apenas hubieran pasado unas horas y no meses y años desde que se denunciaron las carencias, Javier Villarreal enumeró prácticamente las mismas de siempre: falta de equipamiento médico operativo, insuficiencia de camas hospitalarias, quirófanos y especialistas, que contra los reiterados anuncios oficiales, de éstos sigue habiendo 331 plazas vacantes, lo que naturalmente retrasa diagnósticos y cirugías.
“Es inhumano que los pacientes tengan que esperar meses para una cirugía, solo para descubrir que los estudios médicos necesarios ya vencieron, porque no hay equipo ni materiales suficientes”, dice Villarreal
“Es inhumano que los pacientes tengan que esperar meses para una cirugía, solo para descubrir que los estudios médicos necesarios ya vencieron porque no hay equipo ni materiales suficientes”, denunció.
A la par, ooootra vez pone el dedo en la llaga sobre el incumplimiento de promesas que datan desde el 2019, específicamente cuando el director del IMSS, Zoé Robledo, anunció la construcción de 6 hospitales más en Sonora, de los cuales sólo uno está en proceso.
“Es inadmisible que se sigan haciendo promesas vacías, mientras miles de familias sonorenses padecen la crisis de un sistema de salud que debería protegerlas”, sentenció.
Por si algo faltara, el dirigente cetemista en Hermosillo y hoy diputado por el PT, Óscar Ortiz Arvayo, remachó el clavo al denunciar que en clínicas y hospitales del IMSS cierran las puertas durante las madrugadas, obligando a los enfermos y a sus familiares a esperar afuera, lo que por las extremas condiciones climáticas de Sonora, “es verdaderamente criminal”.
Le digo, pues, estimado lector: se atiende a los derechohabientes como si fueran a pedir limosna, como si la seguridad social fuera una concesión y no un derecho, como bien señala Villarreal, que amenaza con tomar medidas más drásticas que la mera denuncia, cuando la CTM realice su próxima asamblea estatal a fines de este mes.
Seguramente, la protesta cetemista debió caer como bomba, ya no tanto en las oficinas del alto mando del IMSS, donde desde hace buen rato “se echaron la cola al lomo” -como dicen coloquialmente los viejos para referirse a alguien que perdió la vergüenza-, sino donde despacha el gobernador Alfonso Durazo, porque según sus discursos, él tiene otros datos.
Hace apenas unos días, el mandatario presumió una reunión que sostuvo con la presidenta Claudia Sheinbaum, y por lo publicitado, todo va de rechupete y a pedir de boca en cuanto a los avances en materia de salud, específicamente en lo que toca al IMSS-Bienestar, la nueva panacea del gobierno para llevar a los mexicanos a una atención de primerísimo nivel.
¿Qué realidad o con qué tipo de lentes la verán nuestros ilustres gobernantes? Una cosa es segura: por la forma en que se conducen, los señores están en otra dimensión, a donde no llegan, ni siquiera como susurros, las mentadas de progenitora que en su impotencia sueltan a destajo los vilipendiados derechohabientes.
Villarreal anuncia que endurecerán la postura para reclamar acciones inmediatas para resolver una crisis que “está costando vidas”, como dice y en lo que seguramente le darán la razón miles de enfermos que literalmente se la juegan esperando citas y cirugías.
Habrá que ver hasta dónde y cómo decide presionar la CTM, porque hasta ahora, si bien ha cumplido como vocera de los más jodidos en esta situación, no ha pasado de que sigan dándole atole con el dedo a sus representados.
Nada más falta que en la asamblea estatal les repitan y hasta les dobleteen la dosis, a través de quienes asistan como representantes ya del gobernador o ya del IMSS, anunciándoles que Claudia Sheinbaum sí hace milagros, no como el que se fue a La Chingada (¡Mjú!) y que Jauja está a la vuelta de la esquina.
Y entonces, ¿ooootra vez a esperar la próxima asamblea para sonar los ajados y desfondados tambores de guerra y para que les salgan con el mismo rollo? ¿Ya les tendrán listo otro saco de espejitos?
No faltan muchos días para saberlo…