CARRUSEL | LEGISLADORES: MERECEN CAMBIARLES CURUL POR EL PICO Y PALA

Por Víctor Fausto Silva D.

Ahora que se nubló de candidatos con el natural y típico cañoneo de promesas, sería bueno que, en un acto de contrición ante un ciudadano tantas veces engañado, echaran por delante el compromiso más elemental de todos: el de ¡presentarse a trabajar!

Dicho requisito sonaría obvio y redundante si se considera que a cualquier mortal se le exige en automático, como automática va implícita también la sanción: si no trabajas, no cobras. Así de simple.

Sin embargo, ya se sabe que nuestra clase política se cuece aparte, con especímenes que se creen hechos a mano, merecedores de todo y obligados a nada, pero eso sí, con el reparto de atole a lo que da y si se puede, capaces de envolverse en la bandera nacional para maximizar su patriótico “sacrificio”.

Parte de esa casta dorada son nuestros insignes legisladores, que no aguantan una esculcada para evidenciar que a buena parte de ellos lo único que les importa es el cheque, el glamur que dan la posición y la charola, más la catapulta que ésta representa para aspirar a huesos más carnosos y apetitosos.

En estos días de asueto, dos diarios nacionales se tiraron un “clavado” en el quehacer de diputados federales y senadores, y hay resultados como para mandarlos de albañiles, con perdón de éstos.

Este domingo, El Sol de México le echó un vistazo a los pendientes de la LXV Legislatura y detectó que están atorados más de cien nombramientos que por ley deben pasar por el poder legislativo (ya pueden ir jubilándose los aspirantes), y ni más ni menos que ¡8 mil 767 iniciativas de ley!, que duermen el sueño de los justos desde el 2021.

Seguramente en ese cerro de chamba acumulada las hay de chile, de dulce y de manteca, y en no pocos casos meros jugos de cerebro que a nada conducen salvo al lucimiento personal, pero las hay también de importancia y peso como para haberles dado la prioridad que merecen, pero no, ahí siguen entre telarañas.

Entre ellas están, por ejemplo, la pretendida reforma al sistema de pensiones (que supuestamente las hará más justas), la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas y el “dobleteo” de 15 días a un mes de aguinaldo.

Si se considera que el Legislativo cierra su último periodo de sesiones este 30 de abril, vaya usted tocándoles las golondrinas. El propio Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), anunció que ya no podrán sacar la chamba retrasada, así que le tocará a sus sucesores.

Como siempre, a patear el bote, pues. Y además, sujeto a lo que de acuerdo a sus intereses ordene el próximo Ejecutivo, sea Claudia o sea Xóchitl.

Eso si se habla de chamba atorada, porque el diario Excélsior hizo un ejercicio parecido en cuanto a asistencias y votaciones en la cámara de senadores, y resultó que también hace aire.

Algunos de plano, por una pizca de vergüenza, deberían devolver el cheque, pero ¡qué esperanza!, si a eso fueron: a cobrar.

En el análisis de 16 sesiones celebradas, se detectó que sólo 35 legisladores (de 110 analizados) asistieron a todas, pero ninguno cumplió participando en las 67 votaciones registradas sobre diversos asuntos.

Los que más se acercaron al cumplimiento pleno, con 65 votaciones, fueron Mónica Fernández, Alfredo Botello y la sonorense Sylvana Beltrones.

Y a propósito de sonorenses, el que también se distinguió –pero por incumplido- fue el cajemense morenista Arturo Bours Griffith, que no asistió ¡a ninguna! de 16 sesiones en el pleno, mientras el panista Damián Zepeda cumplió con las 16, pero no votó en 11 de ellas. O sea, una cosa es pasar lista y otra es quedarse hasta el final.

Vea usted los casos de otros dos próceres, de los que se juegan la vida peleando posiciones para defender la democracia:

La senadora Citlali Hernández, pasó lista de asistencia en 7 sesiones…sin votar en ninguna, (seguramente porque anda muuuy ocupada como Secretaria General de Morena) y Dante Delgado, el dueño de Movimiento Ciudadano (donde se gesta “lo nuevo” de la política mexicana), fue a 14 sesiones, pero no votó en 40 asuntos. Otro pues, que nomás pasa lista y luego deja un polvaredón con sus tenis “fosfo-fosfo”.

Así el vistazo dado al quehacer de los señores legisladores federales.

¿A poco no dan ganas de cambiarles las curules por el pico y la pala, para que sientan lo que es deslomarse buscando el sustento, o por ver si les da tantita pena embolsarse tan campechanamente un sueldo que muchos de ellos no merecen, y mucho menos desquitan?

Y pensar que no pocos van a buscar la reelección.

¡No te acabes, México!