CARRUSEL | NUEVO CATECISMO Y NUEVO PALO A SHEINBAUM

por Víctor Fausto Silva D.

Regateárselo sería propio de pichicatos: debe reconocerse que a los ideólogos de Morena les quedaron di-vi-nos los “lineamientos para el comportamiento ético” de sus militantes, especialmente aquellos que irán en busca de huesos en las próximas elecciones.

Bueno, atribuirlos a sus ideólogos es un decir: la verdadera autora del nuevo catecismo morenista fue Claudia Sheinbaum, desde aquella “carta-sugerencia” que hizo pública para jalarle las riendas a la caballada que agarró taste a galope tendido, olvidando que no se mandan solos.

Y lo que sea de cada quien, el nuevo manual les quedó muy bonito, muy atractivo y muy esperanzador para los ciudadanos que de buena fe abrazaron la causa de la “regeneración nacional”, para desterrar de una vez por todas las añejas y hoy vomitivas prácticas priistas de manotear el poder sin importar los medios, y si se podía hacerlo en “famiglia”, pues mucho que mejor.

Porque ¿a poco no suena bonito que a la hora de competir se acabarán el nepotismo, la opulencia insultante, el uso de recursos públicos y “extravagancias” estilo “Fifí”?

¿A poco no les quedó de rechupete lo acordado en el Consejo Nacional del pasado domingo, como para refrendar la esencia humilde y popular del movimiento y su blindaje contra las lacras que corrompieron e hicieron sucumbir al viejo régimen?

Vea usted si no son dignos de aplauso los resolutivos del Consejo:

“En Morena ha quedado prohibido el nepotismo, el uso de recursos públicos para beneficio personal o de grupo, y la opulencia como viajes en primera clase, uso de vehículos blindados, hacer turismo político, y cualquier tipo de “extravagancias”.

“También se prohíbe realizar viajes aéreos en primera clase o utilizar vehículos aéreos privados; utilizar vehículos blindados, servicios de seguridad privada o personal de apoyo excesivo; hacer turismo político y participar en congresos internacionales; promover el consumismo o exhibir signos de ostentación material como joyería, ropa de marcas exclusivas, propiedades o automóviles de alto valor, restaurantes o turismo de lujo.

“La parafernalia del poder pertenece al pasado de corrupción y privilegios. Morena es humildad”, señala el acuerdo.

El problema es que los “lineamientos éticos” no pasarán de ser como los llamados a misa, que los atiende sólo el que quiere, porque si bien enlistan prohibiciones, no contemplan sanciones por ningún lado.

Y si en este país cualquiera se pitorrea de la ley electoral habiendo penas hasta de cárcel, imagínese usted si no le sacarán la vuelta a lo que realmente constituye sólo un catálogo de buenas intenciones.

Seguramente, más de cuatro están pensando –y tramando- ya cómo hacer que el nuevo credo se les resbale, o en casos extremos, admitir que lo violaron…pero nomás tantito.

Estaríamos en la antesala de reeditar el histórico caso de aquél cínico presidente municipal de San Blas, Nayarit, Hilario “Layín” Villanueva, que admitió haber robado, “pero poquito, nomás una rasuradita”, y hasta fue galardonado como ¡alcalde del año!

¿Usted se imagina, estimado lector, a Adán Augusto López en calidad de monaguillo confesando sus culpas ante el morenismo porque meses atrás raspó a la causa acusando públicamente a su compañero de lucha Ricardo Monreal, de manotear 100 millones de pesos cuando dirigió el Senado? ¿O porque utilizó fondos públicos para imprimir libros de su autoría?

¿Se imagina al inefable Gerardo Fernández Noroña apegándose a los nuevos principios éticos, pidiendo perdón por recorrer el mundo en avión, a nivel de Carlos Slim con boletaje de primera clase?

¿O al propio Monreal, porque ya le había dado por desplazarse ¡en helicóptero!, mientras “la compañera presidenta” lo hace en vuelos comerciales?

Para remachar el clavo, este lunes se reveló que el proyecto original de conclusiones del Consejo Nacional contemplaba un transitorio prohibiendo proselitismo y/o actos anticipados de campaña –algo que “sugirió” Claudia Sheinbaum para evitar ilegalidades-, pero resulta por ya entrada la noche del domingo, apareció misterioso tijerazo ¡y lo rasuró!

O sea, “no nos vengan con que la ley es la ley”…o con que aquí manda la presidenta. Si eso no fue mandarla por un tubo, quién sabe cómo se llamará.

¿Se daría cuenta de eso el gobernador y presidente del Consejo, Alfonso Durazo, o se hizo chombito?

¿Qué dijo ella, informada de que su “sugerencia” fue rasurada? Pues casi lo mismo de cuando “batearon” su propuesta para prohibir el nepotismo desde el 2027:

“No es un asunto de la presidenta; ellos lo tienen que informar”.

¿A poco no estuvo de rechupete el Consejo Nacional de Morena?