Categoría: Personajes Ilustres

  • MARÍA FÉLIX: LA EMBAJADORA DEL ARROJO Y LA BELLEZA DE ÁLAMOS

    MARÍA FÉLIX: LA EMBAJADORA DEL ARROJO Y LA BELLEZA DE ÁLAMOS

    La más ilustre mujer de nuestra gente; La Doña

    Álamos, Son (AEL 15/1/2019 BBG).- Actriz cinematográfica mexicana, dotada de una enigmática belleza latina, en su amplia filmografía (que incluye melodramas campesinos y revolucionarios, dramas urbanos y adaptaciones de novelas realistas y naturalistas) encarnó a una criatura altiva y desdeñosa que se rebelaba ante el sometimiento de la mujer al macho arrogante; a medio camino entre la devoradora de hombres y el ideal de la beldad inalcanzable, representó como nadie el arquetipo de la mujer fatal.

    Álamos es su lugar de nacimiento; así lo confirmo ella, así lo consigna su acta de nacimiento que está en el registro civil de nuestro pueblo y esto se aclara por la polémica de la equivoca idea de que nació en el Rancho de El Quiriego; que si bien es cierto en el año de su nacimiento 8 de abril de 1914 pertenecía a Álamos, cierto también que en esa época trasladarse tantos kilómetros en terracería implicaba mucho esfuerzo y días, María Félix fue registrada apenas el 11 de abril.

    Hace poco un amigo de toda la vida confirmo con sus propias palabras que “La Doña” nació en Álamos; la existencia de una “media” hermana de Félix en El Quiriego pudo haber fomentado la “confusión” como lo comenta el propio Prof. Juan Vidal oficial del Registro Civil de la ciudad y un conocedor de la historia de nuestro pueblo.

    María Nació y falleció un 8 de abril, murió el día de su cumpleaños número 88.

    Precisamente al cumplirse un año de su deceso visitó la ciudad de Los Portales el director y actor Ernesto Alonso quien en vida de la diva fuera su mejor amigo y de su propio dicho confirmó lo que se establece tanto en su fe de bautismo como el su acta de nacimiento; que María de los Ángeles Félix Guereña vio la primera luz en el barrio de La Colorado en aquel entonces llamado barrio de la Tierra colorada, en calle Galeana número 41.

    María Félix fue descubierta por el director Miguel Zacarías, quien intentó y logró potenciar aquella “apasionada frialdad” que caracterizaba sus actuaciones, con Miguel Zacarías debutó en el cine en 1942, interpretando la película El peñón de las Almas, Su infancia transcurrió en Álamos; La familia vivía con dignidad, a pesar de no ser ricos; durante su infancia mantuvo una estrecha relación con su hermano Pablo, tanto que la madre los separó pensando que pudieran envolverse en una relación incestuosa; con tal objeto, envió a Pablo al Heroico Colegio Militaren la Ciudad de México; quienes conocieron a María dicen que de niña, disfrutaba con aficiones propias de muchacho, alejada de cuanto se esperaba de una niña, de jovencita se ejercitó como consumada jinete, nunca tuvo buena relación con sus otras hermanas, comenzando por su diferencia física (todas sus hermanas eran rubias por herencia materna), así como también por la contrastante personalidad de María.

    Posteriormente, la familia se mudó a Guadalajara; el tiempo transcurrió favorablemente para su hermosura; muy pronto su aspecto comenzó a llamar la atención, fue coronada reina de la belleza estudiantil en la Universidad de Guadalajara. Muy joven aún, en 1931, aceptó en matrimonio a Enrique Álvarez Alatorre, un vendedor de la firma de cosméticos Max Factor, con quien procreó, en 1934, a su único hijo, el también actor Enrique Álvarez Félix.

    Finalmente, acabaría divorciándose de Álvarez Alatorre en 1938. Tras su divorcio, María vuelve a Guadalajara con su familia, siendo objeto de chismes y murmuraciones debido a su condición de divorciada, ante esta situación, María decide trasladarse a Ciudad de México con su hijo Enrique.

    “No te sientas mal si alguien te rechaza, la gente normalmente rechaza lo costoso porque no puede pagarlo”

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    “Yo no me creo la divina garza: soy la divina garza”

    Una vez allí, consiguió empleo como recepcionista en la consulta de un cirujano plástico y vivió en una casa de huéspedes. Un día, el padre de su hijo la visitó en la capital, y de forma deliberada se lo llevó y se negó a devolvérselo, llevándoselo con él a Guadalajara. María le juró que algún día sería más influyente que él, y se lo quitaría.7 María logró recuperar la custodia de su hijo algunos años después con ayuda de Agustín Lara.

    Fernando Palacios le hizo estudiar arte dramático, con este director consiguió su primer éxito importante en La mujer sin alma (1943), filme en el que tomó cuerpo su arquetipo de mujer bella y altiva. En el mismo año 1943 se le adjudicó el papel estelar de la cinta Doña Bárbara, basada en una adaptación de la obra homónima de Rómulo Gallegos, y dirigida por Fernando de Fuentes. En esta película interpreta a una mujer soberbia, dominante, cruel, la clásica “devoradora de hombres” (lo que en el cine estadounidense se denomina “vamp”, término procedente del apócope de vampiresa o mujer fatal), que habría de convertirse en su caracterización predominante a lo largo de toda su carrera cinematográfica.

    La Doña, como solía llamársela, se convirtió pronto en un mito viviente del cine mexicano, La Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas le otorgó el Premio Ariel a la mejor actriz en tres ocasiones: en 1947, por Enamorada; en 1949, por Río Escondido (ambas películas, al igual que Belleza maldita, dirigidas magistralmente por Emilio Fernández el Indio) y en 1951, por Doña Diabla.

    Cabe destacar su interpretación en el film Enamorada (episodio de una cualquiera de las múltiples revoluciones mexicanas), en donde María Félix es al mismo tiempo, y en lucha consigo misma, la instintiva, la hermosa, la esquiva y desdeñosa, la brava, la sometida, la rendida, la enamorada… El último fotograma de esta película (el revolucionario parte vencido y la enamorada corre, descalza y jadeante, para unírsele y compartir su destino) puede compararse a los planos finales del Marruecos de Josef von Sternberg, con Gary Cooper y Marlene Dietrich como protagonistas, aunque el gesto de María Félix sea más instintivo y, por ello, más convincente. Los títulos de las películas en las actuó forman una serie interminable. Desde sus inicios, María Félix trabajó prácticamente sin descanso, requerida por directores y productores mexicanos o extranjeros, hasta el punto de que, en ocasiones, llegó a protagonizar tres o cuatro películas anuales. Esto fue, por ejemplo, lo que ocurrió en 1946, cuando interpretó dos películas de título revelador (La devoradora y La mujer de todos) y fue la inolvidable protagonista de Enamorada; también al año siguiente, en 1947, trabajó en La diosa arrodillada, Río Escondido y ¡Que Dios me perdone!

    Otras películas de mención obligada son La monja alférez, que plasma en imágenes la azarosa biografía de Catalina de Erauso, aventurera que luchó como soldado en el ejército español del siglo XVII; Amok, adaptación de la novela de Stefan Zweig realizada en 1944 por el director Antonio Momplet; Mare Nostrum(1948), cinta un tanto artificiosa que corresponde a su etapa española, donde la servil sumisión de la línea dramática al lucimiento de la belleza de María Félix no sólo perjudica la continuidad y eficacia del relato, sino que daña también la sinceridad expresiva de la propia actriz y su posible identificación con la heroína; Hechizo trágico (1954) y La Bella Otero (1954), biografía no excesivamente fiel de la famosa cupletista española Agustina Otero, más conocida como La Bella Otero, y Los ambiciosos (1959), uno de los filmes que realizó el aragonés Luis Buñuel en su fértil etapa de exilio mexicano, completarían la lista Juana Gallo (1961), La Valentina (1964), La casa de cristal(dirigida en 1967 por Luis Alcoriza) La Generala (1970) y Eterno esplendor (1978, bajo la dirección de Jaime Humberto Hermosillo).

    En 1970 participó además en la serie televisiva La Constitución. Por lo que se refiere al panorama internacional, cabría poner de relieve su colaboración en la cinta French Can-Can, dirigida en 1954 por Jean Renoir. En ella se lleva a cabo una evocación del Montmartre de 1890, que concluye con una brillantísima y frenética escena de baile en el Moulin Rouge. En 1981, la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas le otorgó un Ariel especial como reconocimiento a su dilatada y fecunda trayectoria cinematográfica, así como por su aportación al panorama interpretativo mexicano.

    Por acá por Álamos es un referente al orgullo y lo “echado pa delante” de nuestra gente; cuenta una leyenda urbana que en una ocasión un director de desarrollo y urbanidad del aún más pequeño municipio la logro contactar y le pidió entre otras gestiones un apoyo económico; y se cuenta que con ese apoyo se logró poner la barda en el panteón; cierto o no hay una entrevista donde el conductor le lee un llamada que le reclamaba que se había olvidado de Álamos, Sonora y dijo; “ una vez los ayude y pusieron una barda en un lugar donde nadie quiere entrar y nadie se puede salir”.

    Los años postreros de María transcurren entre eventos sociales, homenajes, opiniones controvertidas y simples despropósitos; hasta el final de su vida aseguró que quería volver a la actuación, pero nunca se concretó nada.
    María Félix murió mientras dormía, el 8 de abril de 2002, aproximadamente a la 1:00 a.m. hora de la Ciudad de México, pero solo hasta cerca de las 10:00 de la mañana, se descubrió el cuerpo sin vida; el acontecimiento fue informado por su médico de cabecera, Dr. Enrique Peña.

    Su cuerpo fue transportado de su residencia de la Colonia Polanco en la Ciudad de México al Palacio de Bellas Artes. El cortejo fúnebre fue flanqueado por una escolta de motociclistas y gente del pueblo que la acompañó a su paso por las diferentes calles por donde desfiló hasta llegar a su destino.

    El féretro con los restos mortales de María nunca se abrió de acuerdo con los deseos de la propia finada.
    El féretro en Bellas Artes permaneció durante 22 horas; de este sitio, partió el cortejo fúnebre hacia la Asociación Nacional de Actores en donde se le rindió tributo en el Teatro Jorge Negrete. De este lugar partió el cortejo fúnebre hacia el Panteón Francés donde reposan sus restos al lado de su hijo Enrique Álvarez Félix y de sus padres.
    Al morir dejó su fortuna, incluidas propiedades y grandes obras de arte a su asistente personal de 28 años, Luis Martínez de Anda. La familia no fue beneficiada en el testamento. Benjamín Félix Güereña, hermano de La Doña, solicitó una exhumación de su cadáver para determinar las causas de la muerte, por considerar que hubo irregularidades en su inhumación. Una semana después, los peritos determinaron que María Félix había muerto por una insuficiencia cardiaca y no había muestras de muerte violenta. Después de la exhumación, Félix Güereña retiró dicha denuncia y expresó estar conforme con las conclusiones de la averiguación.

    Como parte de la 56 Muestra de Cine Internacional en la Cineteca Nacional y celebrando los 100 años del nacimiento de la diva del Cine de Oro Mexicano, se reestrenó la película La diosa arrodillada. La cinta original se encontraba fuertemente dañada, por lo que para hacer el reestreno tuvo que ser completamente remasterizada y restaurada digitalmente.

    En Álamos se le recuerda como lo que realmente fue:” UNA DIVA”, uno de los grandes edificios existentes en nuestra ciudad colonial lleva su nombre, La Casa De La Cultura edificio que también cuenta con una gran historia, donde se realizan actividades culturales que son aprovechadas por todos los ciudadanos alamenses y en especial nuestros niños y jóvenes.

  • DR. ALFONSO ORTIZ TIRADO; “EL EMBAJADOR LÍRICO DE LA CANCIÓN MEXICANA”

    DR. ALFONSO ORTIZ TIRADO; “EL EMBAJADOR LÍRICO DE LA CANCIÓN MEXICANA”

    Ícono de nuestra gente; el más grande festival de Sonora lleva su nombre

    Por: Berenice Granillo González

    (AEL 4/1/2019 BGG).- Con esta entrega iniciamos una serie de reportajes de nuestros personajes iconos de este Pueblo Mágico, que le han dado lustre a Álamos en diferentes actividades y épocas; nuestro portal web estará publicando la historia y legado de un de un “Personaje Ilustre” cada 15 días.

    Alfonso Ortiz Tirado nació en Álamos, Sonora un 24 de enero de1893, hijo del Dr. Alfonso Ortiz Retes, hermano del gobernador del estado de Sonora Don Carlos Rodrigo Ortiz Retes, y de María Luisa Tirado originarios también de la ciudad de los portales, pasó sus primeros años en Culiacán Sinaloa y se trasladó a la Ciudad de México junto con su madre y hermanos, después del fallecimiento de su padre. Cursó la educación primaria y secundaria en el Colegio de Mascarones donde se pusieron de manifiesto sus aptitudes para el canto.

    Posteriormente, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y al terminar se inscribió en la Facultad de Medicina; recibió su título profesional en 1919.
    Como médico cirujano fue miembro de la Academia Americana de Cirugía, de la Academia Indolatina de Medicina catedrático de la Facultad de Medicina de la UNAM y miembro de diversos organismos médicos de México y el extranjero.

    Hizo interesantes aportaciones a la ciencia, su primera inclinación fue hacia la ginecología, pero finalmente se decidió por la ortopedia, con especialización en cirugía reconstructiva. Su actividad artística hizo posible la edificación del inmueble donde se instaló un hospital infantil, en la calle de Niños Héroes, colonia Doctores, de la capital de México; este edificio después albergó la Unidad de Cardiología al fundarse el Seguro Social, institución que adquirió el inmueble., en el patio del mismo se encontraba una placa de bronce en la cual se leía: “Levanté con mi canto este templo para aliviar el dolor”, más los nombres de todos los países en los que se presentó triunfante el “Chino” Ortiz Tirado, como cariñosamente se le llamaba; desafortunadamente esa placa desapareció cuando el hospital cambió de dueño.
    Alfonso Ortiz Tirado fue una de las grandes voces de la canción popular. llegó a ser uno de los principales especialistas en ortopedia en México y es reconocido como el médico de cabecera de Frida Kahlo; sin embargo, cultivó otros talentos y desde muy joven destacó por su voz.

    Se dice que en su adolescencia cantó para Porfirio Díaz y, más adelante, realizó sus primeras presentaciones profesionales para sus compañeros médicos. Desde los 20 años de edad, comenzó a triunfar en Estados Unidos gracias a sus grabaciones en la compañía Víctor, la cual difundió sus grabaciones en toda América.

    En su faceta artística estudió en la Academia de canto del maestro José Pierson, perfeccionando una cálida voz de tenor natural y se dedicó a recorrer Centroamérica y Sudamérica, Estados Unidos y algunos países de Europa dando recitales, sin descuidar la práctica de la medicina. Su dulce voz y sus numerosos discos fonográficos fueron siempre altamente apreciados en todo el ámbito hispanohablante. Actuó en la película “La última canción” (1933) al lado de la actriz María Luisa Zea.

    El tenor grabó las primeras canciones de María Grever, Guty Cárdenas, Jorge del Moral y Agustín Lara, entre otros compositores. Ortiz Tirado formó parte del elenco de la XEW, en donde les dio su primera oportunidad a compositores como Gonzalo Curiel y José Sabre Marroquín.

    En 1936 realizó una gira por el continente que culminó con una serie de presentaciones en Buenos Aires. A partir de entonces, la música mexicana comenzó a volverse popular en toda América Latina. El doctor viajó por Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Guatemala y en cada país grabó canciones locales, por lo cual dio a conocer a compositores de varios países. En lugares como Colombia o Venezuela, Ortiz Tirado es toda una referencia artística.

    Mientras viajaba, el doctor Ortiz Tirado visitaba hospitales para conocer su arquitectura y la forma como eran administrados. Con el dinero que ganó a lo largo de su carrera, construyó un hospital para niños que donó al pueblo de México, el cual se encontraba en la colonia de los Doctores.

    El doctor Alfonso Ortiz Tirado falleció en la Ciudad de México el 7 de septiembre de 1960. Sus restos mortales descansan en el Panteón Francés de la Piedad, en la capital de la República Mexicana.

    Desde hace 35 años se lleva a cabo en Álamos, Sonora, el Festival de Canto Ortiz Tirado para apoyar las voces de la ópera, en reconocimiento al legado de este gran tenor.
    Además año con año se ha ido incrementando tanto las actividades como la participación de los Alamenses que también forman parte importante de este festival que ya tiene el título de ser internacional.

    Es importante mencionar que año con año los Alamanses esperan con grandes anhelos este festival ya que son pocos los tiempos y las oportunidades donde se puede disfrutar de talentos locales, nacionales e internacionales.
    Queda comprobado que Álamos es cuna de grandes personajes ilustres y el Dr. Alfonso Ortiz Tirado es uno de los grandes.

    Tomado de la web www.alamosenlinea.com.mx