Categoría: Bulmaro Pacheco

  • ALFONSO Y ANDRÉS: CONJUNCIONES Y DISYUNCIONES

    ALFONSO Y ANDRÉS: CONJUNCIONES Y DISYUNCIONES

    Por Bulmaro Pacheco

    En sus primeras etapas de vida política ambos fueron miembros del PRI. Andrés Manuel llegó a presidir el Comité Estatal en Tabasco, en 1987. Durazo sirvió a Luis Donaldo Colosio en el gabinete, en el CEN del PRI y en la campaña presidencial. Trabajó anteriormente con priistas destacados como Heriberto Galindo y Enrique Jackson.

    Durazo (1954) es un año menor que AMLO (1953) y eso hace quizá que coincidan en ideas sobre el desarrollo político e ideológico de México, sobre todo su concepción del denostado neoliberalismo, para utilizarlo en sus estrategias de gobierno.

    Ambos inauguraron sus sexenios negando avances y deplorando retrocesos experimentados en los últimos 36 años de gobiernos priistas y panistas. En el caso de López Obrador, desde De la Madrid (1982) a Peña Nieto (2018), y en el caso de Durazo desde Félix Valdés (1985) a Claudia Pavlovich (2021).

    AMLO, de entrada y cuando apenas era presidente electo, canceló las obras del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, que ya llevaba un 15% de avance y cerca de 300 mil millones de inversión. Durazo, aun cuando de entrada denunció que lo habían dejado sin dinero, en las arcas estatales, no canceló obras en proceso. Asumió sin chistar el nombramiento de la Cónsul en Barcelona, tomó con desgano el nuevo hospital general en Hermosillo que ya llevaba un avance del 85%, canceló el nombre de Manlio Fabio Beltrones en el boulevard de San Carlos, y anunció una nueva ley orgánica de la Unison para anular la promovida por el exgobernador en 1991, la llamada Ley 4.

    Todo malo y nada bueno en esos seis períodos de gobierno, afirmaron ambos. Desde luego, el argumento siempre sonó —de inicio— más ideológico y de propaganda política que de una evaluación realista de los gobiernos. El tiempo les ha demostrado que no todo fue perdido, porque existen evidencias que los refutan.

    La prueba más fehaciente la tiene López Obrador con las bondades de la relación comercial con Estados Unidos y Canadá que, si no se hubiera firmado el tratado en el gobierno de Carlos Salinas en 1993, otro gallo le cantaría a exportadores e importadores mexicanos, en una relación comercial que apenas rondaba los 44 mil millones de dólares en 1993 y que ahora alcanza la friolera de 820 mil.

    Los organismos electorales creados en estos gobiernos evitaron los conflictos post electorales y llegaron hasta la anulación de una elección de gobernador en Tabasco (Manuel Andrade, 2000), tierra del presidente, y dos en el estado de Colima, hoy gobernado por Morena.

    En el caso de Sonora fue Innegable el avance experimentado con la construcción y consolidación de la carretera de cuatro carriles que empezó y se terminó en el gobierno de Félix Valdés, con el tramo de 652 kilómetros desde estación Don a Nogales y que se consolidó en los siguientes gobiernos (486 de concreto y 166 de asfalto).

    ¿Cuánto mejoró la circulación estatal con esa carretera?, ¿Cuántas muertes por accidentes se han evitado?, ¿En cuánto contribuyó la carretera a la modernización de Sonora en los últimos años? La realidad ahí está y resulta muy difícil achacarle nulidad a la obra.

    También ha sido innegable y no se puede ocultar la cobertura en educación superior y media superior impulsada desde el gobierno de Carlos Armando Biébrich, y continuada por los gobiernos subsecuentes hasta llegar a 30 municipios con educación superior.

    Aun cuando pocos les regatean capacidad de liderazgo, ni López Obrador ni Durazo se ocuparon de formar cuadros políticos y administrativos en sus largas carreras políticas, tanto en capacidades técnicas como en formación política, como para llegar bien equipados a sus tareas de gobierno. Ambos regresaron al modelo de partido -que tanto criticaron- para integrar gobiernos y han tenido que echar mano de ex militantes arrepentidos de otros partidos para completar sus nóminas.

    Han ido jalando para su causa a tradicionales opositores y a quienes han hecho de la actividad política un productivo negocio saltarín de varias bandas más que de capacidad ejecutiva, pero al llegar a Morena pareciese que se bañaron en el Ganges y se purificaron.

    Los dos han experimentado con personal de diversos orígenes y han promovido cambios y renuncias de personajes que -se suponía- los iban a acompañar los seis años de sus gobiernos: Carlos Urzúa, Arturo Herrera, Jiménez Espriú, Germán Martínez, Irma Eréndira Sandoval, Jaime Cárdenas, etcétera, en el caso de López Obrador; Rodolfo Castro, Jesús Acuña, Olga Armida Grijalva, Edgar Sallard, Armando Villa, José Luis Jardines, Luis Carlos Santos, etcétera, en el caso de Durazo. Esto les ha demostrado a ambos que la realidad pública es más compleja de lo que imaginaron, cuando inauguraron sus gobiernos y que requerían algo más que simplemente cuotas o compañeros de partido.

    Tanto Durazo como López Obrador tienen sus obras favoritas emblemáticas: AMLO: El Tren Maya, La Refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto Felipe Ángeles con lo que AMLO le ha dado preferencia a la región sur sureste. Durazo: El puerto de Guaymas, la carretera Bavispe- Agua Prieta, la planta fotovoltaica de Puerto Peñasco, las vías del ferrocarril en Nogales y la Carretera Chihuahua-Sonora con una preferencia por el norte y una parte de la sierra, sobre el sur que sigue con sus tradicionales y agudos problemas y sin una sola obra relevante.

    Tanto Durazo como López Obrador coinciden en no establecer diálogo y comunicación con las oposiciones. A López obrador esa omisión le ha costado la no aprobación de sus reformas constitucionales en energía eléctrica y electoral al no contar con mayorías calificadas en ambas cámaras. Él tacha de inútil el diálogo con los opositores arguyendo que sería como volver al tema de “los moches” y les pega todos los días.

    Durazo desde el principio empezó a jalar a opositores en el Poder Legislativo para completar una cómoda mayoría que le significara la posibilidad de hacer reformas constitucionales. Primero, una diputada del PES local; después un inconforme diputado del PAN que pasó a formar bancada con el PES (Inexplicablemente sobre protegido este sexenio); luego vino el convencimiento sobre dos diputadas del PRI, que engrosaron la bancada de Morena y sus aliados; y finalmente, lo que quedaba de representación del PRD en el Congreso -Alma Higuera- se pasó a Morena para completarle al Ejecutivo 26 votos.

    Con esos, Durazo impulsó la reforma constitucional del gobierno de tres años y una nueva ley orgánica para la Universidad de Sonora. Del diálogo con las oposiciones locales, no ha manifestado opinión alguna.

    Difieren en que AMLO todos los días descalifica a sus opositores acusándolos de conservadores y reaccionarios. Con eso, ha roto todas las formas del civismo que nos mantenían unidos vía el desprecio a quienes piensan diferente a él. Durazo ha guardado un prudente silencio con relación a sus adversarios, aunque ha trabajado para desarticularles la representación en el Congreso y en los ayuntamientos.

    AMLO se aplicó con algunos gobernadores, como los de Sonora, Campeche, Sinaloa y Quintana Roo, a quienes recompensó con cargos diplomáticos sin pudor ni rubor. En Sonora la operación se ha dado con ayuntamientos que se han pasado a Morena: Los tres de Redes Sociales Progresistas (Bácum, Sáric y Quiriego), Banámichi de MC, así como Rayón, San Miguel de Horcasitas y Bacerác (del PRI).

    Tanto López Obrador como Durazo tienen varios pendientes: ¿que entienden por transformación? Les falta más eficacia en materia de seguridad y profundizar en materia de educación y salud, los grandes igualadores sociales.

    Ni en lo nacional ni en lo local le han encontrado la cuadratura al círculo a la crisis de la Salud, desde la eliminación del Seguro Popular, el fracaso del Insabi y la nueva estrategia de recargarle todo al IMSS.

    En lo educativo, López Obrador trae su propio proyecto con las llamadas universidades Benito Juárez creadas sin coordinación con los órganos de planeación de los Estados y hasta ahora no se ven.

    En Sonora, el sistema educativo y cultural luce descoordinado y sin plan. A Durazo no se le conoce una iniciativa educativa que busque innovar y responder a las nuevas necesidades estatales -sobre todo en media superior y superior- que detenga el retroceso.

    En materia de salud el estado todavía experimenta enredos de cobertura y con muchas insuficiencias, endosándole todo el paquete al IMSS, que ya no halla la puerta con una demanda excesiva sin crecimiento en su infraestructura. Conjunciones y disyunciones de un proyecto común ante una realidad áspera, compleja e incierta.

  • LA EDAD DE LOS PARTIDOS Y SU PERSONAL

    LA EDAD DE LOS PARTIDOS Y SU PERSONAL

    Por Bulmaro Pacheco Moreno

    El PRI cumplirá el próximo 4 de marzo 94 años (fundado en 1929).
    Pocos lo analizan, pero la sucesión presidencial del año anterior a su formación impulsó a Calles a crear el partido político. Ese proceso electoral estuvo marcado por la violencia: Los tres candidatos presidenciales acabaron muertos.

    Primero fue Francisco Roque Serrano, asesinado a mansalva junto con otros diez partidarios en el poblado de Huitzilac, Morelos. Serrano había manifestado su intención de postularse candidato presidencial sin el visto bueno del presidente Elías Calles, y previa consulta en el Náinari con el ex presidente Álvaro Obregón.

    Un mes más tarde fue fusilado Arnulfo R. Gómez, en Veracruz, a donde se había desplazado después del sacrifico de Serrano. Fue capturado luego de una intensa persecución y acusado de tramar un golpe de Estado junto con Serrano y otros militares. Gómez había recibido ya la invitación del Partido Antireeleccionista para ser el candidato presidencial, incluso había iniciado recorridos como candidato criticando la reelección.

    Tanta prisa tenían de acabar con ellos que ni siquiera le dieron la oportunidad a Gómez de comunicarse con su familia. Dejó en su pasaporte y con su propia letra su testamento antes del fusilamiento.

    La Constitución se reformó en 1927 abriendo la puerta a la reelección intermitente de Obregón, con una gran oposición de un sector del ejército y de la clase política de entonces.

    Álvaro Obregón Salido, electo de nuevo presidente la primera semana del mes, sería asesinado el 17 de julio de 1928 y con eso se provocaría una grave crisis política del relevo presidencial. Calles debía entregar el poder en diciembre y el sistema político entró en crisis.

    ¿Quién para sustituir al presidente electo asesinado?, ¿Cómo garantizar la estabilidad de la sucesión presidencial después de los conflictos de 1920 con Carranza, de 1923 con de La Huerta y de 1927 con Serrano y Gómez?

    De entrada, un presidente provisional identificado con el Obregonismo: Emilio Portes Gil, para que asumiera el poder el 1 de diciembre, y después buscar una estructura política que sirviera para unificar a todas las corrientes políticas del país que garantizaran la paz en el relevo del poder. Algo sumamente complicado para esos tiempos.

    Así nació el Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929, que cambió a Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938 y a Partido Revolucionario Institucional en 1946 (PRI).

    El PRI mantuvo la Presidencia de la República desde la elección de Pascual Ortiz Rubio (1929) hasta el final de gobierno de Ernesto Zedillo (2000). También el control y la mayoría en el Congreso de la Unión, hasta 1997. Y ganó todos los gobiernos estatales hasta 1989, cuando perdió Baja California a manos del PAN.

    El PAN fue fundado en 1939, ganó sus primeras curules y sus primeros ayuntamientos en 1946; postuló a su primer candidato presidencial en 1952; postuló a su primer candidato a gobernador en 1944; ganó su primera gubernatura en 1989; y ganó la Presidencia de la República en el año 2000 con Vicente Fox Quesada, gobernador de Guanajuato.

    Entre los años 1929 y 2000 se dieron pocos acontecimientos que pudieran haber afectado la estabilidad política de México (1940, 1952, 1968, etcétera), pero con la fundación del PNR se resolvió la transmisión pacífica del poder -el principal problema político de inicios del siglo XX-, en un México que tantos conflictos y muertes había provocado.

    De las crisis internas importantes, solo la de 1988 afectó la estructura política del PRI. Esa crisis provocó la peor ruptura habida en su historia y que -principalmente- dio lugar a la formación de otros partidos.

    Con el voto a la mujer, la reducción de la edad para votar y con las reformas políticas realizadas de 1977 en adelante, el PRI fue gradualmente perdiendo espacios frente a las oposiciones, al tiempo que desde el mismo PRI surgían escisiones que daban lugar a la formación de otros partidos políticos: El PRD en 1989, tras la escisión de 1988. El Verde Ecologista; el Partido del Trabajo, para tratar de contrarrestar a las izquierdas agrupadas en el partido del sol azteca; el Partido de Centro Democrático, de Manuel Camacho, que desapareció en su primera elección; el Partido Nueva Alianza, de Elba Esther Gordillo; Convergencia -hoy MC-, de Dante Delgado, entre los más importantes.

    En 2014 surge el partido Morena con los perredistas que no estuvieron de acuerdo con las negociaciones de su partido principalmente en el llamado Pacto por México del gobierno de Enrique Peña Nieto, Nace con el entonces dos veces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador como organizador y dirigente principal.

    Con la ruptura en el PRI de 1988, el asesinato de Colosio en 1994, la victoria del PAN en 2000 y 2006, con el ascenso gradual de las oposiciones en las gubernaturas y congresos y con la pulverización del PRD en 2014, los partidos se realinearon y cacharon militantes de todos lados, pero realmente no hubo -ni ha habido- un cambio completo y novedoso de la clase política.

    Brincos, traspasos, renuncias, reacomodos, oportunismo, cálculo político y nuevas estructuras aparecieron y han dominado en la nueva pluralidad mexicana con todo tipo de pretextos y justificaciones. En el fondo, lo dominante ha sido la búsqueda de poder y la sobrevivencia política más que la justicia y la democracia como motivo de lucha.

    Por eso, ahora y a 94 años de la fundación del PRI, 84 del PAN y 9 de Morena, estos partidos se ubican como los tres partidos mayoritarios de México. Así lo dicen los resultados de las elecciones recientes y también las encuestas de opinión.

    ¿Por qué no ha muerto el PRI como muchos predijeron en el pasado reciente? Porque ha sido el único partido en México que ha construido tramos importantes de la historia nacional y tuvo la visión -con el apoyo de las oposiciones- de reformar a México, y eso la gente lo valora y lo expresa en sucesivos procesos electorales.

    ¿Por qué el PAN solo duró 12 años en la Presidencia y ahora aparece disminuido en muchas partes de México? Porque tuvo su oportunidad y no provocó los cambios que ofreció. Perdió su esencia opositora como gobierno, le llegaron los oportunistas y propició la corrupción.

    Sus dos ex presidentes de la República Fox y Calderón, mostraron en su momento alejamiento de su partido por esas razones.

    ¿Por qué Morena tiene tanto temor de perder en el 2024? Porque sabe que su auto llamada “4T” o “gran transformación” se quedó en buenas intenciones, y tanto Morena como sus gobiernos se llenaron de oportunistas busca chambas que solo reciclaron los vicios de otras organizaciones, quebraron las formas políticas y han propiciado el retorno al pasado en lugar de impulsar el cambio como prometieron.

    Por eso temen una reacción social desfavorable en 2024 y trabajan a todo vapor para descalificar a las oposiciones vengan de donde vengan.

    ¿Hay algo nuevo bajo el sol en materia de partidos políticos renovadores en México después de tantos años de sus nacimientos?

    No habremos de esperar mucho para saberlo. Ya viene el 2024.

  • GILBERTO GUTIÉRREZ QUIROZ: EL HOMBRE Y SU CIRCUNSTANCIA

    GILBERTO GUTIÉRREZ QUIROZ: EL HOMBRE Y SU CIRCUNSTANCIA

    Por Bulmaro Pacheco Moreno

    ¿Cuál es el secreto de Gilberto Gutiérrez Quiroz para mantenerse animoso, jovial, alegre y optimista a sus 89 años?

    Pienso que se debe a la entereza interior derivada de sus orígenes, su formación y su cultura. Ha logrado en su vida y en su vocación un equilibrio entre congruencia, autenticidad y honradez, y creo que en su balance ha tenido mucho de qué sentirse satisfecho.

    Satisfecho del ejemplo de sus padres; de sus 65 años de abogado; 58 de notario público; 64 de profesor de la Universidad de Sonora; 67 años de militancia en el PRI; de sus 40 de matrimonio; de sus 5 hijos y 9 nietos; y de haber tenido la lucidez y la templanza para saber nadar en las procelosas aguas de la política y el Derecho.

    Nació un 4 de febrero de 1934, en Cajeme. Hijo del cocoreño José Gutiérrez Armenta -de oficio “draguero”, después carnicero- y María Quiroz Quezada, oriunda de Buena Vista.

    Cumplió con lo que les dijeron a sus padres cuando nació… “Este sí se va a lograr” (el primer hijo de la pareja había muerto de meningitis) … y vaya que sí. Después de Gilberto, nacieron Francisco, Angélica, María del Carmen, Jaime, Julieta, Javier, Jesús Antonio y David.

    Doña María, preocupada por la educación de su hijo, le enseñó a leer en casa al hijo mayor antes de ingresar a la primaria Carlos M. Calleja, pero por una evaluación que le hicieron lo asignan al segundo grado en el Centro Escolar Cajeme, de donde egresa en 1945. Entra después a la Secundaria Número 2, de donde egresa en 1948.

    Se trasladó a Hermosillo para cursar la preparatoria -quería estudiar Medicina-, pero la gran inundación de 1949 se llevó la carnicería de su padre y empezó a escasear el dinero para mantenerse en la capital, lo que truncó su ingreso a la preparatoria. Fue cuando decidió ingresar a la Escuela Normal del Estado -dadas las facilidades y las becas de entonces, entre otras una de $100.00 de la Fundación Esposos Rodríguez- y se graduó de profesor de educación primaria en 1951 después de desempeñarse como empleado de mostrador en una botica, y de bibliotecario en la universidad, donde ganaba 50 pesos quincenales.

    Le ofrecen trabajo de maestro en Culiacán y viaja a Sinaloa. Al tiempo que desempeña la labor docente, ingresa a la preparatoria de la universidad local -revalidación de materias de por medio-, y termina en 1952.

    En 1953 entra a cursar la carrera de Leyes en la Universidad de Sinaloa y en 1954 decide inscribirse en la UNAM, cuando la facultad estaba todavía en el centro histórico de San Ildefonso. Con la tesis La autonomía de la voluntad en relación con las leyes de orden Público: Consideraciones acerca del decreto de prórroga sobre arrendamientos de 1948. Se gradúa con mención honorífica. Por ese mérito, el Banco de México le otorga una beca para estudiar la Maestría en Administración Pública en la Universidad de Columbia, entre 1958 y 1959.

    A su regreso y viviendo en una casa de asistencia en la colonia Roma -pagaba 200 pesos mensuales-, alguien cercano lo relaciona con José Gabriel “El Callero´ Gutiérrez, que le manejaba negocios al ex gobernador Abelardo L. Rodríguez, básicamente en el litoral costero de Sonora, Sinaloa y Baja California y le ofrece contratarlo.

    Emocionado por la oferta de trabajo, esperó en Hermosillo -en el hotel San Alberto- a Gutiérrez. La oportunidad de trabajo se frustró por la intempestiva muerte en accidente de carretera de “El Callero” en septiembre de 1959. Sin casa, sin trabajo y con deudas en el hotel, Gilberto se hospeda en la casa de asistencia de María Villa, ubicada en Yáñez y Monterrey, donde encontró cuarto y comida con promesa de pago posterior.

    El rector de la Universidad de Sonora era Luis Encinas Johnson, a quien Gilberto conocía bien. Lo busca y le solicita trabajo en la universidad. Le otorgan clases con horas sueltas en la Escuela de Derecho y también enseña en la Escuela Normal del Estado.

    Se contacta con el procurador Adolfo Ibarra Seldner y lo nombran agente del Ministerio Público. Su amigo Rodolfo Montes de Oca Armstrong titular del Tribunal lo promueve como juez penal en Hermosillo y después se le viene una tormenta por una cita de Juárez en un discurso en honor al Benemérito. Las cosas no llegan a mayores con los destinatarios, entre otras por los antecedentes revolucionarios de su abuelo el mayor Jesús Gutiérrez, citado por Obregón en 8 mil kilómetros en campaña.

    Se casa el 28 de diciembre de 1960 con Margarita Sánchez Lucero, de Tecoripa. Al mismo tiempo, hacía política a favor de la candidatura al gobierno estatal del rector Luis Encinas, junto a otros abogados.

    En el gobierno de Encinas, a través de Enrique Fox Romero, se le ofrece una vacante de magistrado en el Supremo Tribunal de Justicia. Permanece allí de 1963 a 1967. En 1965 el gobernador Luis Encinas lo promueve como notario público (la número 81) y con otros destacados sonorenses se da a la tarea de fundar el IMARC.

    Conoció a Faustino Félix Serna, a través de su papá en Cajeme donde Félix era transportista, y don José, draguero.
    Para ese tiempo (1967), Gilberto había entrado al negocio de la minería en Nuri y Movas, asociado con Pedro Trelles. No les fue muy bien, les quedaron solo deudas y preocupaciones, al mismo tiempo combina sus actividades profesionales con tareas partidistas y administrativas (junta para el progreso y bienestar), seccional 91 y en el PRI de Hermosillo, al lado del dirigente estatal Enrique Fox.

    Le aceptó al gobernador Félix Serna seguir en el Supremo Tribunal de Justicia como magistrado hasta principios de 1973.

    Llega la candidatura de Biébrich al gobierno del Estado. Él era amigo de la familia. Lo invita Jorge Piña Castro y lo designan delegado del PRI en varios municipios fronterizos. Manuel Gurría, a la sazón delegado del CEN del PRI, lo incluye en una terna como candidato a diputado federal. Gana la elección por el distrito de Navojoa y rápidamente lo detecta el líder de la Gran Comisión Carlos Sansores Pérez y le da mucho juego, brilla en la tribuna y también como gestor de su distrito.

    Fue un distinguido miembro de la XLIX Legislatura (1973-1976) gracias a su experiencia política y su formación como jurista.

    Cae Biébrich en 1975. Carrillo ordena se restituya a Enríquez Burgos en lugar del suplente Fernando Elías Calles, Gilberto se dedicaría después a tareas del PRI como delegado en varios Estados y por poco tiempo en el jurídico de Ramón Ángel Amante alcalde de Hermosillo.

    Don Gilberto es mencionado en 1978 entre varios aspirantes al gobierno estatal, pero Carrillo Marcor lo veta.

    En 1979, en plena postulación de Samuel Ocaña, recibe el nombramiento de presidente del PRI estatal. Le toca la campaña electoral con la tensa y difícil tarea de selección de candidaturas, el PRI (expropiación de tierras de por medio) pierde en Cajeme, Agua Prieta, Empalme y Huépac.

    Ocaña gana y don Gilberto sigue de dirigente estatal -nada de nada para él en el nuevo gobierno-, hasta que en diciembre de 1982 lo sustituye Alfonso Molina. Es cuando su amigo Manuel González Cosío, director de Conasupo, lo designa director de Proyectos Especiales en el Noroeste. Al tiempo impulsa la formación y consolidación del ISAP Sonora y por poco tiempo asesora al gobierno estatal en asuntos de minería.

    En 1994 en el gobierno de Manlio Fabio Beltrones éste lo invita como suplente de Armando López Nogales en la fórmula de senadores. Al ser postulado López Nogales candidato a gobernador, en 1997 asume la titularidad y nuevamente brilla en el Legislativo, ahora en el Senado.

    En el 2000 manifiesta sus aspiraciones a la Presidencia Municipal de Hermosillo; pero las simpatías del gobernador López Nogales ya estaban alineadas con el empresario Javier Gándara.

    En 2006, Ernesto Gándara le ofrece la candidatura a la Sindicatura de Hermosillo. Tenía entonces 72 años y se desempeñó como síndico con suma eficacia. Era el indicado para sustituir a Gándara, que solicitó licencia para contender por la candidatura del PRI al gobierno estatal en 2009, pero lo bloquearon operadores del gobierno estatal para favorecer a Raymundo García de León.

    Desde 1959 al 2023 Don Gilberto nunca ha dejado sus cátedras en la Universidad de Sonora, donde un auditorio lleva su nombre.

    Vive al día, con los ingresos de la cátedra, la notaría que dirige su hijo Gilberto y con una modesta pensión de 6 mil pesos mensuales (sí, ¡6 mil!) otorgada por el ISSSTESON.

    ¿Amarguras Gilberto? No. ¿Resentimientos? No. ¿Odios? Tampoco; pero capacidad para despreciar -finalmente humano-, Sí, dice.

    El recuerdo emocionado de su desaparecida esposa Margarita -por quien le brillan los ojos en la entrevista- y sus nueve nietos muestran una fuerza moral y una vitalidad que ya la quisiera alguien más joven.

    Una vitalidad que manifiesta con una risa franca, auténtica y una agilidad mental propia de quien no deja de cultivarse estudiando, pensando, escribiendo, enseñando y que ha vivido con intensidad su provechosa existencia al servicio de lo que más ama: Sonora y su familia.

    La historia de un ser humano auténtico, con 67 años de militancia en su partido, con metas honradas y sin desviaciones, consciente de que los cínicos no construyen catedrales, concluye la charla con su genio pragmático y su expansivo optimismo: “En 2006 limité mi capacidad de autoengaño, pero soy realista… como Ortega y Gasset”.

  • MORENA: ¿SE DESMORONA?

    MORENA: ¿SE DESMORONA?

    Por Bulmaro Pacheco Moreno

    Lo dicho, Morena deja mucho que desear como movimiento y como partido sin estructuras. Eso sí, cumple con lo que establece la legislación electoral en cuanto a afiliados, pero dista mucho de tener una organización que le dé consistencia y solidez.

    Ha participado con éxito en tres procesos electorales federales y en más de 30 locales, pero sin estructuras clave y ha dependido de un solo personaje para decidir prácticamente todo en el partido y en su organización política, desde los métodos de selección de candidaturas (por una sola voluntad) hasta los nombres de aquellos que han competido en las elecciones a todos los niveles, sin distinción.

    Por ejemplo, y como gran elector, el presidente reaccionó airadamente cuando el INE le retiró las candidaturas en Guerrero y Michoacán, y no dudó en recomendar a parientes y allegados para atender la crisis de las candidaturas a gobernador.

    Los candidatos de Morena se obtienen en su mayoría de escisiones de otros partidos o de ex militantes que decidieron probar suerte con el partido ganador de la elección presidencial del 2018 -sin miramientos ni pruritos sobre la formación ideológica o lealtades partidistas-. Sus justificaciones se limitan a repetir sin más los trillados argumentos de la llamada 4T: no robar y no mentir.

    En Morena se veían muy tranquilos, manejando nombres y tiempos; pero el inicio del 2023 les ha cambiado perspectivas y estrategias.

    No esperaban sorpresas y creían que con lo actuado hasta el 2022 tenían suficiente para garantizar un proceso político en calma y triunfal. No previeron cuatro acontecimientos que los impactaron directamente, para cambiar la estrategia y protegerse contra probables fracturas políticas más graves en el futuro inmediato.

    La primera: La crisis de Coahuila, donde no lograron la unidad al imponer -otra vez el método de encuestas-, como candidato al senador Armando Guadiana, perdedor de la elección de gobernador en 2017 y la alcaldía de Saltillo en 2019. Se les rebeló el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, al no aceptar los resultados de la encuesta encargada por el CEN de Morena. Atacó a la dirigencia de Mario Delgado y buscó que el Partido del Trabajo lo postulara candidato al gobierno provocando una fractura difícil de remontar entre los morenistas, que ya cantaban victoria en Coahuila.

    La fractura de Morena en esa entidad de inmediato hizo pensar a los dirigentes de Morena que algo parecido les pudiera ocurrir cuando definan la candidatura presidencial, que por ahora todo indica recaerá en la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

    De inmediato recularon y cambiaron la estrategia para incluir -seguramente por instrucciones- forzadamente a Ricardo Monreal como el cuarto aspirante presidencial, cuando antes lo habían excluido por los resultados electorales de Morena en la Ciudad de México en 2021 y después por votar contra la reforma electoral. Se le incluyó en los calificativos de “traidor a la Patria”, como estilan calificar en la llamada 4T a quien piensa diferente a ellos.

    ¿A cambio de qué agregan a la lista de presidenciables a Ricardo Monreal? Todo indica que solo es para guardar las formas, para que después no se queje de exclusión y marginación del proceso. Lo nombra Mario Delgado, pero el Presidente lo vuelve a excluir en sus menciones.

    No dudamos que haya habido algún ofrecimiento para convencerlo de permanecer en la lista, quizá la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México -que no se ve tan fácil- o la coordinación de los diputados federales de Morena en la próxima legislatura. Eso se sabrá con el tiempo, también las posibilidades de ruptura de Monreal con el gobierno, que de ninguna manera se descarta, -al descalificar Monreal el método de las encuestas-, solo se amplían los plazos.

    La segunda crisis en Morena es el inesperado (para ellos) resurgimiento de la alianza Va Por México (PAN-PRI- PRD), ya que apostaron por quebrarla con campañas en contra de los dirigentes partidistas. Ahora la Alianza aparece con candidatos en el Estado de México y Coahuila y el anuncio de que irán juntos en la presidencial y en el gobierno de la Ciudad de México en 2024.

    Al atacar a través de Layda Sansores a las dirigencias nacionales, pensaron que con eso bastaba para hacer polvo a la alianza tripartidista y alejarla de los inconformes que se manifestaron contra la 4T y favor del INE el pasado 13 de noviembre. Les falló y ahora van a batallar más, tanto en las dos entidades con elecciones en 2023 como en la selección de candidatos para el 2024.

    La alianza les vuelve a preocupar y por eso las descalificaciones presidenciales en la mañanera: Una intensa campaña contra el ex presidente Felipe Calderón, la explotación hasta la saciedad del juicio en los Estados Unidos del caso García Luna para endosárselo al PAN y seguir contra el PRI amenazando a su dirigente con el desafuero y alegando que los aspirantes a la presidencial de ese partido “ya chuparon faros”, lo que se ve como una desaseada e ilegal injerencia presidencial en la vida interna de los partidos políticos igual como una mayor preocupación para defender con todo a la 4T.

    La otra crisis en Morena es la desintegración de las alianzas con los partidos minoritarios para el caso de las elecciones locales. ¿Ejemplos? El Partido Nueva Alianza ya no va con Morena en el Estado de México, algo que pudiera ser imitado en el resto de los estados donde el partido de los maestros conserva el registro como local.

    La postulación de candidatos propios del PT y el Verde en Coahuila, pudiera repetirse en otras entidades en el 2024 y hasta en la presidencial dependiendo de las facturas -cada vez más abultadas- que estos partidos le presenten al gobierno y su partido a la hora del reparto de candidaturas…Y canonjías

    El caso de los maestros es explicable: El SNTE como tal, controla al 10% de los miembros que forman parte de sus estructuras formales.

    El resto, en lo individual votan y han votado siempre por quien les da la gana, en libertad, y empiezan a tomar conciencia de que les ha ido muy mal con la llamada 4T, que ni siquiera ha sido capaz de mejorarles las instituciones de Seguridad Social.

    A Morena le queda la autoridad presidencial, que sigue siendo el verdadero liderazgo partidista en todas las decisiones. Le quedan también las clientelas subsidiadas mes con mes, que para el partido representa, por ahora, el principal activo político electoral para las urnas en las próximas elecciones. Nada más. ¿Morena se desmorona?

    Todavía falta mucho por ver en esta película que apenas empieza. Estaremos atentos a lo que pase en 2023, el verdadero preludio del 2024.

  • EL REPOSO DE LOS EXGOBERNADORES

    EL REPOSO DE LOS EXGOBERNADORES

    Por Bulmaro Pacheco Moreno

    Quizá solo la familia de Rafael Izábal Salido -gobernador de Sonora entre 1903 y 1907, y nativo de El Fuerte, Sinaloa- sepa realmente dónde reposan sus restos. Izábal murió en un barco de regreso de Europa (entre Havre y New York) en octubre de 1910 y sus familiares -se dice- se movieron activamente para que el vicepresidente de México Ramón Corral Verdugo ayudara a que sus restos fueran traídos a Sonora, donde fueron sepultados en algún lugar.

    Por años se dijo que había sido sepultado en su hacienda Europa, a pocos kilómetros de Hermosillo, pero que algunos miembros de la etnia Yaqui habían profanado la tumba con el fin de apropiarse del cadáver, sin éxito. Nadie ha probado esa versión y tampoco se sabe realmente dónde fue sepultado Izábal; solo la familia.

    El que sí se encuentra en el panteón Yáñez de Hermosillo es Rafael Izábal Monteverde, su hijo. La tumba de mármol blanco situada a la derecha de la entrada al panteón revela que murió en noviembre de 1929 y se registra así: “Rafael Izábal Jr.”. Rafael Izábal padre formó parte del triunvirato que gobernó Sonora de 1879 a 1911, junto con Luis Emeterio Torres y Ramón Corral Verdugo. Fue responsable del manejo de la huelga de Cananea y de la importación de “rangers” americanos para que “vigilaran” la mina en el conflicto.

    También, entre otras, del manejo de la política contra los yaquis que llevó a muchos miembros de la etnia a Yucatán.

    Luis Emeterio Torres -el mejor amigo de Porfirio Díaz en Sonora durante el siglo XIX- nativo del Mineral de Guadalupe y Calvo, Chihuahua (1843), líder del triunvirato sonorense fue varias veces gobernador. Murió en Los Ángeles, California, en 1935 a los 92 años. Trabajó al final de su vida para el ferrocarril Atchinson-Topeka-Santa Fe.

    Ramón Corral Verdugo (Álamos, 1854) fue el político sonorense de mayor relevancia después de Félix Zuloaga (fue gobernador, senador, diputado federal, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, secretario de Gobernación y vicepresidente de las República) en el siglo XIX. Murió de cáncer en París en 1912. Sus restos reposan en el cementerio de Pére Lachaise en París, y al parecer nunca ha existido interés de sus familiares por traer los restos a México.

    Alberto Cubillas Loustanau (Guaymas, 1856) fue gobernador de Sonora de 1909 a 1911, en sustitución de Luis E. Torres. Se le adjudica la orden para asesinar a Enrique Esqueda en la llamada Puerta del Sol, cerca de Ures, cuando era trasladado a Hermosillo para pactar la entrega de Arizpe a los revolucionarios. Cubillas murió el 20 de diciembre de 1932 y sus restos se encuentran en el Panteón Yáñez junto con los de su esposa Concepción Bernal, que falleció en marzo 1924. A partir del crimen, se cambió el nombre de Estación Izábal, por Esqueda en el municipio de Fronteras. Los restos de Esqueda trasladados a Hermosillo fueron depositados también en el panteón Yáñez en 1924. Ahí está una tumba muy modesta en la calle principal del panteón con su nombre: Enrique Esqueda (1881-1911).

    Ex gobernadores de Sonora sepultados en otras partes: José María Maytorena en el panteón de Dolores y Adolfo de la Huerta, en el panteón Francés de San Joaquín en el Distrito Federal; Plutarco Elías Calles, en el monumento a la Revolución; Cesáreo Soriano, el que firmó y promulgó la Constitución estatal en 1917, en un panteón de San Diego, California.

    Alejo Bay Valenzuela (1923 – 1927) fallecido en 1952 se encuentra en el lote de la familia Bay-Tapia en el Yáñez. Fausto Topete Almada (1927-1929) murió en 1952 y sus restos quedaron en Mexicali.

    El exgobernador Rodolfo Elías Calles Chacón, nacido en Guaymas en 1900, fue electo gobernador para el período (1931 – 1935). Fue un personaje muy influyente en la política local, miembro del gabinete del presidente Lázaro Cárdenas, sufrió la tensión y las diferencias políticas entre su padre y el presidente Cárdenas, que derivaron en el exilio del expresidente en 1936 a San Diego, California.

    Rodolfo Elías Calles es recordado por sus grandes aportaciones para que Norman Borlaug, el premio Nobel de la Paz, desarrollara sus investigaciones agrícolas en terrenos del Valle del Yaqui (donde ahora se encuentra el Instituto tecnológico federal) donados por el exgobernador. También se le recuerda por su actuación como presidente municipal de Cajeme (1952-1955) -a solicitud del presidente Ruiz Cortines, retirado antes por su propia voluntad- dejando en el cargo al regidor Faustino Félix Serna. Le fue ofrecida la candidatura a senador en 1964 por el candidato presidencial Gustavo Díaz Ordaz, pero declinó la invitación cuando supo que iría en fórmula con Juan de Dios Bojórquez, ex constituyente por Sonora en 1917. La senaduría recayó entonces en Alicia Arellano Tapia.

    Rodolfo Elías Calles nació en Guaymas, vivió en Cajeme, gobernó Sonora, impulsó la agricultura del Valle del Yaqui, pero sus restos descansan en el Panteón Yáñez de Hermosillo; todo un misterio. Su tumba es muy modesta, sin motivos religiosos, ni leyendas, fabricada con cantera y granito de color café. Está visible en la esquina que forman el bloque 12 poniente la calle San Agustín y Avenida 12 solo contempla: Rodolfo Elías Calles Chacón (junio 29, 1900-junio 29, 1965) y su esposa Emilia Lacy de Elías Calles (abril 23 de 1900-mayo 9, 1993).

    Igual está la del exgobernador Luis Encinas Johnson (1961-1967), que solo se identifica en un gran lote de mármol a la izquierda de la entrada al panteón, solo con la leyenda: “Familia Encinas”.

    Ramón Rodrigo Francisco Ramos Almada, gobernador electo para el período 1935-1939, murió accidentalmente al disparársele un rifle en el camino de la ciudad de Chihuahua a Delicias, el 2 de marzo de 1937. Sus restos descansan en Chihuahua. Su gobierno quedó en medio del pleito entre Cárdenas y Calles, y el Senado desapareció los poderes apenas a los tres meses de su encargo en 1935.

    Lo sustituyó el General Jesús Gutiérrez Cázares (1935-1937), de Los Camotes, Álamos. Gutiérrez murió en mayo de 1984 y está sepultado en el Panteón del Carmen en Ciudad Obregón.

    Román Yocupicio de Masiaca (1937-1939), murió en 1950 y está sepultado en el panteón de Navojoa.

    Anselmo Macías Valenzuela (1939-1943) en su gobierno se fundó la Universidad de Sonora, murió en 1965 y sus restos están en el panteón de Huatabampo. Abelardo L. Rodríguez (1943-1947) murió en 1967 en Baja California y sus restos están en El Sauzal, municipio de Ensenada. Horacio Sobarzo Díaz (1947-1949) murió en Hermosillo en 1963, fue sepultado en el lote familiar del Yañez.

    Ignacio Soto Martínez (1949-1955). Murió de un infarto en un hotel de Los Ángeles, California, el 28 de julio de 1962. Sus cenizas se depositaron en un nicho de la Iglesia del Espíritu Santo en Hermosillo. Álvaro Obregón Tapia (1955-1961), murió el 27 de septiembre de 1993 en Tucson, Arizona, de cáncer de páncreas. Sus cenizas están depositadas en un nicho familiar en la Catedral de Hermosillo.

    Faustino Félix Serna (1967-1973), muere en abril de 1986 y fue sepultado en el Panteón del Carmen, en Ciudad Obregón.

    Carlos Armando Biébrich (1973-975) muere el 14 enero del 2021 y sus cenizas fueron depositadas en la iglesia del espíritu Santo.

    Las cenizas del exgobernador Alejandro Carrillo Marcor (1975-1979) por disposición de él mismo, fueron esparcidas en un ejido del Valle del Yaqui en 1998. El ingeniero Rodolfo Félix Valdés (1985-1991) murió un 21 de mayo del 2012 -un día antes de cumplir 90- y sus cenizas fueron depositadas en la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, en la Ciudad de México. Mucho, de la grandeza de Sonora con altas, bajas y con avances notables se debe a ellos…Y a los que todavía viven… Sin duda.

  • SUCESIÓN: ¿TODAVÍA ATADOS AL PASADO?

    SUCESIÓN: ¿TODAVÍA ATADOS AL PASADO?

    En la actual política mexicana, desde el gobierno con mucha frecuencia se invoca el pasado y se le condena, achacándole todos los problemas no resueltos, o los que no pueden resolver. Pero ese mismo condenable pasado -lo vemos a cada rato- se repite en las formas de la política, sobre todo en la toma de decisiones, en los pactos, en las negociaciones y en las principales expresiones del ejercicio del poder.

    El presidente de la República ha entrado a su quinto año de gobierno, y por primera vez en la historia mexicana, en 2024 se aplicará la reforma al artículo 83 constitucional que establece: “El presidente entrará a ejercer su encargo el 1 de octubre y durará en él seis años. El ciudadano que haya desempeñado el cargo de presidente de la República, electo popularmente o con el carácter de interino o sustituto asuma provisionalmente la titularidad del Ejecutivo federal, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto”.

    Le corresponderá al presidente López Obrador dejar la presidencia el último día de septiembre de 2024 y su sucesor estrenará la nueva fecha (1 de octubre). Es decir, en los hechos López Obrador será un presidente de cinco años y diez meses y a quien lo suceda le tocarán seis años plenos, desde que el presidente Lázaro Cárdenas inaugurara los sexenios en el sistema político mexicano post revolucionario.

    La política del pasado se volverá a repetir en el método sucesorio, como se ha hecho desde que Álvaro Obregón, en 1923, decidió que su sucesor fuera el secretario de Gobernación Plutarco Elías Calles. Será el presidente de la República actual quien decida su propio relevo, cuando menos en la candidatura de su partido; nadie más. ¿Misterios del sistema político mexicano? A pesar de reiterar a cada rato de que no son lo mismo y que no se parecen a los de antes, no disponen de otro método.

    El último presidente que logró heredar el poder a su favorito fue Miguel de la Madrid (1982-1988) al impulsar la candidatura de Carlos Salinas de Gortari, que gobernó de 1988 a 1994.

    Salinas impulsó la candidatura de Luis Donaldo Colosio con el fatal desenlace de marzo de 1994. Ese hecho lo obligó a buscar una candidatura sustituta que recayó en Ernesto Zedillo.

    Zedillo impulsó a su secretario de Gobernación Francisco Labastida como candidato del PRI, pero fue derrotado por Vicente Fox, que gobernó de 2000 al 2006. Fox se destapó como candidato del PAN siendo todavía gobernador de Guanajuato, en 1997, y nadie -hacia el interior del PAN- pudo pararlo.

    Fox impulsó la candidatura de su secretario de Gobernación Santiago Creel, pero fue vencido en una interna panista por Felipe Calderón, que gobernó de 2006 a 2012.

    Calderón promovió desde un principio y en varias secretarías de Estado a Ernesto Cordero, pero los panistas se decidieron por Josefina Vásquez Mota como candidata, que quedó en tercer lugar después de Enrique Peña Nieto -que había tenido el consenso de los gobernadores del PRI y primero en las encuestas-. López Obrador participó ese año en su segunda campaña presidencial.

    El presidente Peña Nieto estaba convencido de que José Antonio Meade sería el mejor candidato del PRI para el 2018, con todo y las reformas promovidas a los documentos básicos del PRI para darle entrada a un externo que nunca había manifestado su militancia priista.

    Desconocedor de la cultura priista y con una enorme impopularidad por los escándalos de frivolidad y corrupción en su gobierno, Peña Nieto llevó al tercer lugar en las elecciones presidenciales a José Antonio Meade, con unos resultados nunca vistos en el PRI. Meade logró 9.2 millones de votos (16.4% de la votación), López Obrador obtuvo 30.1 millones (53.19%) y Ricardo Anaya 12.6 millones (22.27%).

    En Morena a cada rato presumen el método de las encuestas para seleccionar a sus candidatos. Ese método no estaba en sus estatutos, pero al reconocer que no tenían estructura ni cuadros políticos originales, dada la escasa antigüedad del partido -que apenas tuvo su primera elección nacional en 2015-, se vieron en la necesidad de buscar candidatos en otras formaciones partidistas como el PRD, PAN y el PRI. Es decir, aplicaron más el pragmatismo que la normatividad y borraron las asambleas electivas sabiendo que no llegarían a buen puerto por los conflictos y las disputas internas.

    El proceso sucesorio mexicano, cuando menos hasta la presidencia de Enrique Peña Nieto, arrancaba después del cuarto informe presidencial. La decisión se hacía pública después del quinto, y posterior a la elección coexistían durante más de cinco meses un presidente electo (casi siempre en julio) y el constitucional (a punto de terminar con su responsabilidad en diciembre). Eran meses de dudas, incertidumbres y desgastes donde se tenían que enviar señales sobre el programa de gobierno y la integración de los gabinetes. A raíz de los cambios constitucionales, hora será de junio a septiembre.

    La sucesión en México la ha adelantado el propio presidente, después de jurar y perjurar que ya nada es igual que antes. ¿Será?

    ¿Tendrá ya decidida el presidente López Obrador la candidatura de su partido?, ¿Tendrá ya las primeras “encuestas” sobre los tres nombres de Morena que más se mencionan para sucederlo?

    Desde el interior del gobierno se ha puesto en marcha un intenso activismo a favor de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, como queriendo interpretar el sentimiento y la voluntad presidencial. Además, Sheinbaum es la que de más recursos económicos dispone por el gran presupuesto -y la discrecionalidad en el gasto- que se maneja en la Ciudad de México, comparado con los limitados que se ejercen en Relaciones Exteriores, la Cámara de Senadores y Gobernación, donde se nota más la compleja normatividad que los recursos económicos.

    Esto ya lo detectaron tanto Marcelo Ebrard como Ricardo Monreal y son los que hasta ahora han demandado “piso parejo” en la contienda interna y han denunciado la campaña tempranera de los partidarios de Sheinbaum en varias entidades del país.

    El método presidencial para comunicarle al ganador (o ganadora) de la contienda por la candidatura de Morena a la Presidencia de la República será seguramente el mismo que utilizaron otros presidentes en el pasado, a saber: “me informa el partido que las bases se inclinan por usted”, o “me llegan muchas inquietudes a su favor para que usted encabece y continúe con el proyecto”, o “las encuestas propias -que solo conoce el presidente- muestran una preferencia para que usted abandere una nueva etapa de cambios en México”. Esa decisión seguramente ya se está cocinando y se informará a quien el presidente de la República decida por allá a mediados del año, para que cuente con mucho tiempo para organizarse de cara a la elección de junio del 2024.

    ¿Todavía atados al pasado?
    En muchas cosas todavía, como en las mejores épocas de la política mexicana desde 1920. Subsiste sin embargo la duda, en función de que en los últimos 30 años los presidentes de la República han seleccionado candidatos en sus partidos, pero no presidentes.

    ¿Se irá a repetir la historia con López Obrador y Morena?

  • ¿GOBERNADOR DE TRES AÑOS?

    ¿GOBERNADOR DE TRES AÑOS?

    Por Bulmaro Pacheco Moreno

    Se aprobó en el Congreso del Estado sin discusión pública, ni consulta previa, la reforma a los artículos 22, 46 y 69 de la Constitución Sonorense para “homologar la elección de gobernador con la de Presidente de la República” a partir del 2030. Antes, en 2027 se deberá elegir un gobernador que solo dure tres años. La reforma -sin consulta-, se hizo por simple mayoriteo de Morena y sus aliados con una mayoría calificada -alquilada-, sin necesidad de precipitación por los tiempos y cuando otras prioridades estatales requieren de un Congreso local más a tono con los tiempos y las necesidades reales de Sonora.

    Los que ahora gobiernan, llegaron al poder ofreciendo un nuevo modelo y un cambio real en el ejercicio del poder. No ha sido así y en Sonora se están reproduciendo vicios y comportamientos políticos a tono con lo que sucede a nivel nacional donde se han roto los fundamentos del entendimiento y el diálogo para atender los asuntos nacionales. A cambio, mayoreo, soberbia y oídos sordos a las expresiones diferentes.

    ¿Si así era en el pasado, porque ahora debería ser diferente? Dicen.

    El general Anselmo Macías Valenzuela fue el último gobernador de Sonora que duró cuatro años en el cargo; gobernó de 1939 a 1943. Fue electo después de que el PRM realizara un sondeo interno donde figuraron Francisco R. Bórquez e Ignacio Otero Pablos. Macías Terminó bien su período y entregó buenas obras para Sonora entre otras la Universidad de Sonora en 1942. En su gestión le tocaron dos años del presidente Lázaro Cárdenas y otros dos de Manuel Ávila Camacho. Murió en Huatabampo dedicado a la agricultura y vivió pacíficamente sus últimos años.

    En 1943 se reforma la Constitución federal (artículo 116) y se establece hasta seis años para la duración de los gobernadores. En la elección de Sonora en ese entonces se eligen por seis años al gobernador y tres años para diputados federales, diputados locales y ayuntamientos (tiempo en que tanto los diputados federales como los locales y los ayuntamientos duraban dos años y los gobernadores cuatro).

    Fue en 1943 cuando Sonora homologó sus procesos electorales con los locales, a excepción de la elección de gobernador que quedó a la mitad de cada período presidencial. Esa nueva etapa la inauguró el general Abelardo L. Rodríguez, que gobernó de 1943 a 1947 al retirarse por enfermedad. Horacio Sobarzo, su secretario de Gobierno, encabezó el Ejecutivo de 1947 a 1949 para terminar el periodo.

    Al general Rodríguez le tocaría gestionar sus primeros tres años con el presidente Manuel Ávila Camacho y uno más con Miguel Alemán, terminando Sobarzo los últimos dos con Alemán.

    De entonces a la fecha, y a excepción de Carlos Armando Biébrich que solo duró dos años en el Poder, ningún gobernador ha experimentado conflicto con los presidentes de la República. Tensiones sí: Entre Ruiz Cortines e Ignacio Soto, por la controvertida elección con Jacinto López en 1949; con Álvaro Obregón Tapia por la crisis política de Cajeme en 1958; por la sucesión de 1961, cuando a última hora el rector de la Universidad de Sonora Luis Encinas sustituye como candidato del PRI al gobierno estatal a Fausto Acosta Romo; y por la crisis política de 1967, que implicó la crisis universitaria y la derrota del PRI en siete municipios, incluyendo la capital Hermosillo.

    La candidatura de Carlos Armando Biébrich en 1973 fue producto de la decisión del presidente Luis Echeverría -promoviendo jóvenes- y no tuvo adversario del PAN en la elección de ese año.

    La relación entre presidente y gobernador se descompuso y Biébrich renunció al gobierno en octubre de 1975 siendo sustituido por Alejandro Carrillo Marcor, que terminó el período 1975-1979.

    A partir de 1975 no hubo tensiones entre el gobernador de Sonora y presidente de la República hasta la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) que en su intento de colonizar políticamente al país entró en conflicto con el gobernador Eduardo Bours en sus últimos tres años (2006-2009) poblando de panistas las delegaciones federales y reduciendo al máximo la inversión federal para Sonora. El asunto no pasó a mayores porque Bours se movió hábilmente para sacar adelante su programa de obras llamado Sonora Proyecta.

    Guillermo Padrés tuvo todo el apoyo de Felipe Calderón en la obra del Acueducto Independencia, pero ante Enrique Peña Nieto se declaró “gobernador de oposición” (sic) y no llevó buenas relaciones con el presidente en su último tramo (2012-2015).

    Una de las limitantes de la continuidad ha sido la alternancia de partido en el poder, donde los ganadores culpan de todo a los perdedores e interrumpen proyectos exitosos de gobierno.

    También la tendencia de encarcelamiento a los ex gobernadores, que inició en México con el ex gobernador de Quintana Roo Mario Villanueva (1999) y donde poco importó que coincidieran o no con la elección de presidente de la República. La tendencia era también si los gobernadores le atinaban o no al candidato presidencial y eso equivalía a la cercanía o lejanía política con el presidente, lo que también sucede y se presenta con independencia del partido que gane la alternancia.

    Hasta ahora son 30 estados los que mantienen concurrencia entre la elección federal y las locales y solo nueve entidades las que tienen elección concurrente de gobernador con presidente de la República: Chiapas, Ciudad de México, Tabasco, Morelos, Puebla, Guanajuato, Jalisco, Yucatán y Veracruz.

    A favor de la reforma aprobada se argumentó, que -a partir de la elección del 2030- habrá continuidad a los programas estatales de desarrollo para empatarlos con la federación y, en segundo lugar, para incrementar los niveles de participación electoral en las elecciones.

    Lo primero es muy discutible y queda en el nivel de la suposición, porque la política mexicana se hace a navajazos y ha dependido más de las habilidades de los gobernadores que de las simpatías del Presidente en turno como sucedió con Biébrich, Félix Valdés y ahora Durazo.

    Lo segundo es también discutible por las cifras, por ejemplo: En 1994 a nivel nacional votó el 77.5% de los electores; en Sonora el 77.26% (en 1991 había sido en lo local del 63.9%).

    Del 2000 al 2018 la cifra en elecciones presidenciales bajó en Sonora del 63.91% al 52.1%. En lo local bajó del 60.9% en 1997 al 43.83% en el 2021. Los números dicen que para incrementar los niveles de participación política de los sonorenses, -que históricamente ha sido de las más bajas en lo nacional-, se requieren muchas otras cosas… Entre otras no legislar por simple mayoriteo, por más compraventa de legisladores que exista, sino discutir y agotar la consulta con la sociedad, sobre todo en aquellos temas que pueden cambiar el curso de la historia local.

  • BAUDELIO VILDÓSOLA Y LA OBRA TRASCENDENTE

    BAUDELIO VILDÓSOLA Y LA OBRA TRASCENDENTE

    Por Bulmaro Pacheco

    Baudelio Vildósola Terán ha sido hasta ahora -y en los últimos 40 años-, el mejor presidente municipal de Agua Prieta.

    En el trienio 1988-1991 sentó las bases de una administración pública ordenada y sin escándalos. Trabajó muy coordinado con el gobernador Rodolfo Félix Valdés y logró grandes cosas para su municipio.

    Combinó la profesión de empresario ferretero exitoso con inquietudes políticas participando en organizaciones de servicio, siempre para bien de su comunidad. Baudelio nació un 27 de junio de 1932 en Moctezuma a los 7 se trasladó a la frontera y el año entrante cumplirá 91 años.

    Agua Prieta le debe principalmente a él, la gestión directa del Instituto Tecnológico del municipio. Célebres sus discusiones y gestiones de entonces para gestionar los terrenos del viejo aeropuerto municipal para destinarlo al tecnológico otorgando después un pedazo de esa superficie para instalar el Conalep.

    Baudelio sería después diputado local suplente de Antonio Cuadras García en la LIV legislatura de 1994 a 1997 y secretario del Ayuntamiento con el mismo Cuadras en el trienio 2006-2009.

    Con Cuadras, Baudelio empujó fuerte para transformar la antigua preparatoria por cooperación Tomás Camacho Puente, en un plantel Colegio de Bachilleres que con el tiempo ha crecido.

    Tiempos de buena política y de buena administración. Baudelio toda una institución política solía reunirse -hasta hace muy poco tiempo- por las mañanas, con sus amigos de siempre, primero en el café del hotel la Hacienda y después en el tradicional Hotel Plaza.

    Más allá de las frivolidades y los cacicazgos en que derivó la política en Agua Prieta, la imagen de Baudelio Vildósola como ex alcalde permanece intacta y su prestigio también, no obstante algunos problemas de salud se conserva lúcido y atento a los acontecimientos de México y Sonora.

    Don Baudelio tuvo como auxiliar en el ayuntamiento al discreto ex presidente municipal de Navojoa Alfonso Rocha Moya quien le ayudaría desde antes, como delegado político estableciendo con Baudelio una gran relación personal que se mantiene hasta la fecha.

    Rocha fue un buen alcalde de Navojoa en los difíciles años de 1982 a 1985. Se le recuerda por sus aportaciones al desarrollo de la extensión de la Unison Sur y por haber complementado las gestiones para una nueva institución de educación media superior (CBTIS 132) que absorbiera a la población estudiantil de las colonias situadas en el viejo aeropuerto y de las comunidades aledañas al municipio de Álamos, así como un nuevo edificio para la Universidad Pedagógica Nacional.

    A Marco Antonio Llano Zaragoza de Guaymas (como Presidente municipal 1982-1985), nadie le podrá negar el mérito -entre otros- de haber hecho suya la responsabilidad de conseguir el terreno (8 hectáreas) donde posteriormente se construyó el Tecnológico de Guaymas que con el tiempo creció y se consolidó como el alma mater de la región.

    Igual se puede decir de Ricardo Silva Hurtado y Enrique Moraila de Nogales, quienes se dieron a la tarea de conseguir lo necesario para que iniciara sus labores el Tecnológico de allá en tiempos del gobernador Biébrich. En Hermosillo ese mérito le tocó al ex alcalde Alfonso Aguayo Porchas con la fundación del ITH. En Bácum, al recordado ex alcalde Nacho Gaxiola Corral, le tocaron los trabajos de inicio de lo que hoy es el Instituto Tecnológico del Valle del Yaqui (47 años) que empezó como escuela para gerentes ejidales en tiempos del gobernador Alejandro Carrillo.

    Las instituciones en Guaymas (37 años), Nogales y Hermosillo, (acaban de cumplir 47) y se han convertido en importantes opciones de educación superior pública para los jóvenes de esas regiones.

    Igual puede decirse de los alcaldes Germán Bleizzeffer (1985-1988) y Heliodoro Soto Rodríguez (1988-1991) de Huatabampo que se esforzaron por conseguir y gestionar todo lo necesario para que iniciara labores allá el Tecnológico de Huatabampo en 1988, sobre todo los terrenos necesarios cercanos al pueblo y la infraestructura de comunicación. Igual lo hicieron con la oferta de educación secundaria y media superior que creció en sus períodos equilibrando lo rural con lo urbano, obra que iniciara el recordado alcalde Rodolfo Moreno Gámez.

    Daniel Ibarra Guerra y Roberto Káram Toledo fueron alcaldes de Huatabampo con posterioridad a su labor como promotores de obras educativas para sus comunidades.

    Káram fue el Presidente del Patronato pro Tecnológico (1986-1988) que le dio seguimiento a todas las exigencias y requerimientos señalados por las autoridades de la SEP para que cristalizara el proyecto y Daniel Ibarra presidió la agrupación que se encargó de organizar todo para que se creara un plantel del Colegio de Bachilleres en Huatabampo a finales de los 80 del siglo pasado, en sustitución de la antigua preparatoria por Cooperación “Pascual López Quijada”.

    Con igual ímpetu se aplicaron alcaldes como Jesús Félix Holguín de Cajeme para crear el Colegio de Bachilleres de Pueblo Yaqui, y Florentino López Tapia de Guaymas para lograr un plantel similar en San Ignacio Río Muerto. ¿Qué decir de esa dupla de buenos alcaldes de Empalme como Heriberto Lizárraga Zatarain y José María Medina Cruz que se aplicaron a fondo para resolver el nudo político-académico-social, que significaba la educación media superior en el conflictivo Empalme a través de la creación del Colegio de Bachilleres y el Conalep entre 1985 y 1991?

    O aquellos buenos Presidentes municipales de Etchojoa como Leonel Arguelles y Pelagio Félix Espinoza, -los mejor recordados hasta ahora por la población-. Arguelles profundizó en lo social como nadie lo había hecho entre 1985 y 1988 y Félix gestionó la creación de instituciones como el Cobach de la cabecera, y aprovechando la buena relación con el gobernador Félix Valdés ambos le dieron un gran impulso a la vivienda popular y la urbanización de sus comunidades rurales.

    En Álamos, tanto Enrique Ibarra como Benjamín Anaya, Omar Salas y Víctor Balderrama se ocuparon en darle un jalón de progreso y modernidad al municipio enfrentando con seriedad sus rezagos.

    Como parte de una nueva generación de políticos y cansados de que a cada rato les dijeran que su municipio junto con Quiriego era de los más pobres de Sonora, se aplicaron a trabajar duro para expandir hacia la mayoría de la población los servicios de salud y educación.

    Se preocuparon por introducir una extensión del ITESCA en el municipio. Con la creación del Colegio de Bachilleres de Álamos (en 1989) se inició la cobertura más amplia en educación media superior del municipio de que se tenga memoria con once planteles. Con eso se mejoró la movilidad social y muchos jóvenes tuvieron acceso a otros niveles educativos sin limitaciones de tipo económico o geográfico.

    Mejoraron también la red hospitalaria y de infraestructura de caminos contribuyendo a la modernización del municipio. Ahora les queda el reto del abasto de agua para cerrar el círculo.

    Algún día habrá de hacerse justicia a los profesores Ramón Peñuelas, Martín Cervantes, Pancho Márquez, Hugo Romero Ojeda entre otros, por las grandes aportaciones al crecimiento de la educación media superior técnica en Sonora; de la Atravesada en Empalme, hasta Altar, Moctezuma, Mazatán, Providencia, Paredón Colorado, Etchojoa, Yavaros, Ímuris, Basconcobe y otras regiones. Todos ellos fueron servidores públicos de excelencia y un ejemplo, que ni por asomo le han merecido placas, calles o reconocimientos, y tampoco creo que les haga falta.

    Ninguno de los mencionados hizo dinero de la política ni contaminó la administración saturándola de parientes o allegados como se ha venido estilando en los llamados tiempos de la “transformación”.

    ¿Por qué ya no hay de esos? Es la pregunta que a cada rato se hacen en los pueblos. Porque en mucho se perdió la vocación de servicio y se sustituyó por la ambición de poder.

    Lo que por muchos años se combatió ahora reaparece. Se sirve más al partido de origen y a los intereses que los impulsan que al interés general de la gente. ¿Dónde están los legisladores federales y locales que prometieron servir de gestores a sus comunidades y electores? No se han visto, la excesiva centralización de los gobiernos federal y estatal los echaron fuera de las gestiones.

    Otros tiempos, otras formas, otros colores, otra mística. Honor a quienes pusieron su grano de arena para la construcción -demostrado está- de un buen tramo de la historia de Sonora y de quienes, como Baudelio Vildósola por su integridad y congruencia, todavía son recordados.

  • LA REVOLUCIÓN Y LOS DILEMAS DE MÉXICO

    LA REVOLUCIÓN Y LOS DILEMAS DE MÉXICO

    Por Bulmaro Pacheco

    Hay quienes se han atrevido a negar que la Revolución haya existido realmente. La niegan políticamente porque así ha convenido en los términos del debate y porque ideológicamente nunca le encontraron la cuadratura al círculo en términos de las ideas en boga de esos tiempos.

    Es cierto, como lo sostiene Daniel Cosío Villegas, que la Revolución en sus inicios nunca tuvo un programa. Sus actores se movían en torno a demandas de una mayor libertad política, el combate a la dictadura de Porfirio Díaz -que ya iba para 32 años en el poder- y demandas de tipo agrario y obrero -que alcanzaron su mayor expresión entre quienes redactaron la nueva Constitución de 1917 en Querétaro-.

    La Revolución sí existió y acabamos de celebrar su CXII aniversario, sin dejar de reconocer los problemas y los desafíos posteriores que se le han presentado a México.

    Unos se han resuelto bien, otros se pospusieron y en otros, -quienes dirigían al país- no supieron qué hacer, pero México, a diferencia de otras naciones -sobre todo latinoamericanas-, resistió y no cayó en la disolución del Estado o en los golpes de corte militar tan abundantes en los años post revolucionarios.

    Desde luego que se reconocen en México dos golpes de Estado: El de Victoriano Huerta contra Madero, y el del grupo sonorense contra Venustiano Carranza. Madero fue asesinado en la Ciudad de México (1913), y Carranza fue asesinado en una choza en la comunidad de Tlaxcalantongo, Puebla (1920).

    A la muerte de Madero le siguieron cuatro años de inestabilidad política y enfrentamientos militares que amainaron con la Constitución de 1917. Sin embargo, Emiliano Zapata fue asesinado en 1919 por militares cercanos a Carranza y éste fue asesinado por tratar de imponer a su propio sucesor, el político sonorense Ignacio Bonillas, “Flor de té”.

    Al impulsar la candidatura de Elías Calles, Obregón provocó una de las últimas rebeliones militares (1924), la cual terminaría apoyando a Adolfo de la Huerta, su secretario de Hacienda. A Obregón le reclamaban los asesinatos de Serrano y Gómez, que abiertamente se opusieron a la reelección del caudillo alegándole la bandera revolucionaria de Madero: “Sufragio Efectivo, No reelección”.

    El tercer presidente asesinado, el electo Álvaro Obregón, también se transformó en un dilema para probar la capacidad del sistema mexicano post revolucionario de resistir sus propias crisis.

    Plutarco Elías Calles resistió las presiones para que se quedara como presidente de México a la muerte del caudillo y le tocó conducir la transición entre el asesinato del presidente electo y la institucionalización del poder político. El México post revolucionario resistió, aún con una infinidad de tensiones como la elección de noviembre de 1929 donde los candidatos fueron José Vasconcelos (PNA) y Pascual Ortiz Rubio (PNR).

    Esas tensiones se agudizaron cuando el presidente Cárdenas decidió exiliar de México al ex presidente Elías Calles en 1936. Otro desafío y otro dilema, que Cárdenas resolvió con habilidad apoyándose en el PNR y las organizaciones políticas. Esto le permitió un margen político mayor para manejar su propia sucesión y enfrentar las fricciones con el candidato disidente Juan Andrew Almazán, y la intentona de rebelión de su antiguo aliado Saturnino Cedillo.

    En 1946 Al presidente Ávila Camacho se le rebeló el ex canciller Ezequiel Padilla Peñaloza -al que postuló el PAN, cuando declinó Luis Cabrera- contra Miguel Alemán del PRI. Logró el 19.3% de la votación.

    En la presidencia de Alemán se habló de reelección presidencial, pero el contrapeso político de la época (Lázaro Cárdenas) se pronunció en contra y la idea no prosperó. Tampoco la de postular a Fernando Casas Alemán. La decisión favoreció al secretario de Gobernación Adolfo Ruiz Cortines, quien debió enfrentar una fuerte disidencia -desprendimientos del PRI- encabezada por la Federación de Partidos del Pueblo, que postularon a Henríquez Guzmán y lograría después el 15.8 % de la votación.

    El otro dilema fue la rebelión estudiantil de 1968, donde el sistema político y sus actores principales se enredaron y no supieron resolver pacíficamente. A pesar de que la economía mexicana crecía y avanzaban los programas sociales, la demanda de libertad política se había estancado ante una sociedad que ya había creado una consistente clase media.

    Antes y después se manifestó el fenómeno de la llamada guerrilla urbana y rural, y fue frecuente el fenómeno de la desaparición de poderes en los estados por conflictos políticos con el centro y con un solo partido político de oposición real: el PAN.

    Ante la crisis de los setenta; la reforma electoral de 1977. Ante la crisis de 1988 cuando la caída del sistema y los 6 millones de votos de Cuauhtémoc Cárdenas; las reformas políticas del sexenio 1988-1994 y la creación de instituciones electorales.

    El sistema respondió y aguantó aún en contra de quienes advertían sobre su extinción en el llamado año fatídico de 1994: La guerrilla en Chiapas, el asesinato de Luis Donaldo Colosio, la renuncia de Jorge Carpizo y el asesinato del secretario general del PRI José Francisco Ruiz Massieu.

    Después vendrían el llamado “error de diciembre”, que provocó la caída del 6.95% de la economía en 1995, la alternancia de partido en la Ciudad de México y la pérdida de la mayoría legislativa del PRI en 1997.

    En el año 2000, la victoria de Vicente Fox a la Presidencia de México, como la primera alternancia de partido desde 1929, incrementó las apuestas de que no iba a ser una transición política pacífica. Otra vez el sistema aguantó y las instituciones volvieron a ser puestas a prueba mediante acuerdos, negociaciones y consensos.

    Se darían tensiones políticas fuertes en el relevo del poder en 2006, por lo cerrado del resultado electoral (apenas el 0.56% de diferencia) entre el primero y el segundo lugar, y las movilizaciones en la Ciudad de México del candidato de las izquierdas al negarse a aceptar los resultados.

    Cambiaron los gobiernos en las principales capitales de México, ningún partido alcanzó mayorías en el Congreso de la Unión y a partir de 1989 el PRI empezó a perder gubernaturas estatales (Baja California) hasta llegar a tener solo tres en el 2021.

    El dilema hacia el 2024 es que nadie sabe qué es lo que realmente va a suceder políticamente. Quienes se auto derrotan y ven como algo definitivo la victoria de Morena y sus aliados en la elección presidencial del 2024, no están tan acertados en sus predicciones: ¿Ganar una elección en medio de la irritación social por la falta de resultados del gobierno?, ¿Ganar una elección con un partido en el poder, fracturado por la negativa a cambiar el método para la designación sucesoria?

    ¿Ganar en el 2024 con tanto problema sin solución y los peores indicadores en seguridad y economía de muchos años?

    Es falsa la versión de que no existe la oposición; La oposición -ya lo vimos el pasado 13 de noviembre- está en las calles y en la sociedad inconforme que por ahora no quiere saber nada de las ofertas de Morena y sus representantes y que se alista para votar en 2024. Ahí está el verdadero dilema político para el oficialismo y las oposiciones.

    La nueva realidad política de México no está predeterminada, apenas se está construyendo y habrá sorpresas. El dilema ahora, y a cómo está la polarización política mexicana, será el de probar la real capacidad de las instituciones nacionales para aguantar la política que viene y los intentos del grupo dominante -por ahora- para tratar de quedarse a cualquier precio en el poder por varios años más.

  • OPINIÓN | LAS RAZONES PARA LA DEFENSA DE LA DEMOCRACIA

    OPINIÓN | LAS RAZONES PARA LA DEFENSA DE LA DEMOCRACIA

    Por Bulmaro Pacheco

    Una primera razón para defender la democracia en México es la ampliación de la representación política: Un Congreso de la Unión plural, congresos locales con representaciones diversas y ayuntamientos con regidores de todas las fuerzas políticas en contienda. Todo esto ha traído estabilidad política a México.

    Organismos electorales que han procesado con eficacia los conflictos políticos y resuelto las inconformidades después de las elecciones, y llevando paz y estabilidad a las regiones, es otro de los logros políticos de los últimos 40 años.

    Otras manifestaciones: las alternancias -de partido político- en la Presidencia de la República, en gobiernos estatales y en ayuntamientos han estabilizado a México y también han ampliado la representación bajando los niveles de tensión política que antes no tuvieron cauce.

    ¿La propuesta es una reforma constitucional?

    Sí. Son 18 artículos de la Constitución los que proponen reformar y para lo cual se requiere mayoría calificada (2/3 partes de los presentes), tanto en la Cámara de Diputados como en la de senadores.

    ¿Y no tienen el gobierno y Morena mayorías calificadas en ambas cámaras?

    No. Morena y sus aliados (Partido Verde Ecologista y Partido del Trabajo) apenas cuentan con 277 diputados y 76 senadores.

    Las oposiciones conformadas por el PAN, PRD, PRI y MC, más los 5 independientes del Senado, suman 52 senadores y 223 diputados federales.

    ¿Se pretende disminuir la representación con la reforma propuesta por el presidente de la República y su partido?

    Sí. Se quiere disminuir el número de senadores (de 128 a 96) de diputados federales (de 500 a 300) de diputados locales (de 1,113 a 654) y reducir al mínimo las regidurías en ayuntamientos.

    ¿Desaparecen la figura de los plurinominales?

    No. Desaparecerían los distritos uninominales en lo local y federal, porque se propone un nuevo sistema de elección por medio de listas y eliminar la representación distrital sin mayores aclaraciones, lo que metería en un brete a los partidos políticos.

    ¿Y la elección de senadores y diputados federales sería tomando en cuenta a la población de cada entidad?

    Sí. Se propone contar con una diputación por cada 420 mil habitantes y una senaduría por cada millón 312,500 habitantes, para que queden tres senadores por estado, y la cantidad de diputados federales que corresponda a cada entidad, según su población, hasta llegar a 300.

    Desaparecerían las 32 senadurías de lista que hasta ahora solo representan a los partidos políticos y no a los estados. Se terminaría con una concesión que se dio a las izquierdas en la reforma política de 1996. Primero fueron dos senadores por estado para igualar la representación (1917), después tres, con uno de la primera minoría (1993), y después cuatro por entidad, con la creación de la lista por partido. Se alteró la idea de igualdad de representación en el Senado a las entidades federativas, con independencia de la población que tengan.

    ¿Se eliminarían 200 diputados y 32 senadores?

    Sí. Se dice como argumento principal que para abaratar el costo de la democracia. El gobierno se apropia de una propuesta que antes hicieron el PRI y el PAN, pero proponiendo solo la desaparición de 100 diputados de representación proporcional ante la evolución de la igualdad en la competencia partidista con recursos para todos los partidos.

    ¿Y en el caso de los diputados locales?

    Se propone elegir en los estados por listas y no por distritos.

    La reforma propone modificar el artículo 116 de la CPEUM para quedar de la siguiente manera: “El número de representantes de las legislaturas de los estados no podrá exceder de quince diputaciones en aquellas entidades federativas cuya población sea menor a un millón de personas, y por cada medio millón de habitantes adicional, podrá incrementarse en un diputado o diputada hasta un máximo de cuarenta y cinco diputadas y diputados”.

    ¿Y en los ayuntamientos?

    Ahí sí está lo peor. La iniciativa mediante reformas al 115 de la CPEUM propone: “Cada municipio será gobernado por un ayuntamiento de elección popular directa, integrado mediante el sistema de listas votadas de manera paritaria por un presidente o presidenta municipal, una sindicatura y el número de regidurías que le corresponda de conformidad con su número de habitantes asignados mediante el método de cociente natural y resto mayor”. Es decir, se propone designar un regidor en aquellos municipios cuya población sea menor a los 60 mil habitantes; 3 para una población superior a 60 mil y menor de 370 mil; hasta 5 en los que tengan entre 370 mil y 690 mil; hasta 7 en los que cuenten entre 690 mil y menos a 1 millón 10 mil habitantes; y hasta 9 en los municipios cuya población supere un millón 10 mil habitantes. Lo que hoy es dar representación a todas las fuerzas políticas en contienda en los cabildos, se reduciría al mínimo. Una regresión política notable por donde quiera que se le vea.

    ¿Debilitar o desaparecer al INE?

    Debilitarlo y domesticarlo sí, desaparecerlo no. Convertir al INE en un ente con alta injerencia del Gobierno y con métodos de elección de consejeros donde seguramente prevalecerían los intereses del Ejecutivo federal en las propuestas a elegirse. También realizar elecciones costosas de consejeros donde seguramente saldría a relucir el dinero público con dedicatoria para el partido en el gobierno.

    ¿Debilitar o desaparecer al tribunal electoral?

    También debilitarlo. Al igual que en el INE, para el TEPJF también se establece que los magistrados; “serán elegidos el primer domingo de agosto del año que corresponda mediante voto directo y secreto de la ciudadanía a nivel nacional”.

    ¿Debilitar o desaparecer los organismos electorales locales?

    Se propone desaparecerlos, para concentrar todo el proceso electoral en un solo organismo que sería el INEC. Otro retroceso. Dice: “El INEC será la única autoridad administrativa electoral del país. Sus funciones absorberían las de los órganos públicos locales (OPL). Es decir, “organizaría la totalidad de los procesos electorales de la república, a nivel nacional, estatal y municipal. Además, se propone que lleve a cabo los ejercicios de democracia directa que prevén la Constitución y leyes”.

    ¿Y la advertencia presidencial de que si no pasa la reforma constitucional se promoverá una reforma a las leyes secundarias?

    Tendrá poco efecto, porque el grueso de la reforma electoral se basa en reformas a la Constitución. El mismo presidente ha insistido en dos temas: quitarles dinero a los partidos políticos y combatir la compra de votos.

    En el primer tema tendría que reformar el artículo 41 de la Constitución, y en el segundo -además de mejorar los instrumentos de vigilancia electoral- deberá cuidarse que no desaparezca el personal profesional (cientos de miles) que ha sido formados en los organismos electorales locales y nacionales para el manejo de las elecciones.

    ¿Tiene futuro la reforma electoral tal y como ha sido planteada?

    Así como está, no. Los cuatro partidos de oposición han cerrado filas para votar en contra en ambas cámaras. (Insistimos) en que las oposiciones cuentan con 52 senadores y 223 diputados. Es suficiente cantidad de legisladores para evitar la mayoría calificada a la hora de la votación en caso de que el régimen insista en sacar la llamada reforma. Morena y sus aliados cuentan con 75 senadores y 277 diputados federales, que le dan la posibilidad de sacar, como han ofrecido, reformas a las leyes electorales reglamentarias -como el Código Federal de Instituciones y Procesos Electorales (Cofipe)- ya que cuentan con la mitad más uno de los votos en ambas cámaras, por lo que pueden hacer reformas a algunas leyes; pero no a la Constitución.