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  • LA LUCHA POR EL PRI | Por: Bulmaro Pacheco

    LA LUCHA POR EL PRI | Por: Bulmaro Pacheco

    Hace algunos años, en un diálogo con Porfirio Muñoz Ledo, ex dirigente nacional del PRI, le hice la siguiente pregunta: ¿Por qué, Porfirio, a pesar de tanto ataque al PRI, de algunos certificados de defunción, y tanta descalificación a sus gobiernos a través del tiempo, una parte importante de los electores sigue votando y sigue llevando a priistas a gobiernos estatales y municipales y al Congreso de la Unión?

    “Por una razón: El PRI, hasta ahora, ha sido el único partido político que ha construido tramos importantes de la historia de México”.

    Tenía razón. Ni el PAN en dos sexenios (Fox y Calderón), ni Morena en casi cuatro años de gobierno, se pueden jactar de haber construido tramos de la historia de México. Morena al parecer quiere demoler el pasado y la historia, pero sin proponer, y atacando sin alternativas a nombre de una transformación que nadie ve llegar, y repite los viejos esquemas de acción política (gobierno de partido y de parientes) que tanto combatieron mientras fueron oposición.

    Recientemente, el presidente López Obrador (ex priista también) afirmó que buscaría los votos para que le aprueben su proyecto de reforma eléctrica que tanta polémica ha generado. No le dan las cuentas al Gobierno solo con sus aliados. Morena no cuenta con el número de legisladores suficientes (diputados y senadores) para reunir las 2/3 partes de las Cámaras para la reforma constitucional, y sin rubor alguno el presidente dijo que buscarían los votos ¡del PRI! ¿Y a cambio de qué?

    El PRI le contestó que van a revisar la iniciativa y que se realizarán consultas con los sectores involucrados para recabar sus opiniones acerca de la viabilidad de la reforma propuesta. Rubén Moreira, el coordinador de los diputados federales, afirmó en la Asamblea Nacional: “Así como está, la propuesta de López Obrador no pasa. Se le deben hacer enmiendas y escuchar a los interesados”. Trascendería después que la iniciativa se discutiría después del ejercicio de la revocación de mandato y las elecciones de junio en los seis estados en disputa.

    ¿Por qué buscan al PRI?

    Porque el PRI contó siempre con los administradores y políticos más experimentados. En la llamada 4T ya se dieron cuenta que no es tan fácil gobernar México, como ellos pensaban.

    Se requiere la experiencia, la capacidad y la vocación de servicio que ellos no tienen, como se demuestra con tanta renuncia en el gabinete, con las improvisaciones y el despilfarro de recursos en obras que no son prioritarias para México.

    ¿Dónde quedaron aquellos integrantes de gabinetes presidenciales como Antonio Ortiz Mena, Jaime Torres Bodet, Jesús Reyes Heroles, Agustín Yáñez, Alfonso García Robles (premio Nobel), Antonio Carrillo Flores, Jesús Kumate, Fernando Solana, Pedro Ramírez Vásquez y Víctor Bravo Ahúja, entre otros?, ¿Quién de los modernos de la autollamada 4T podría compararse con esos mexicanos eminentes?

    Esos personajes si construyeron parte de la historia de México y las principales instituciones que modernizaron al país en todos los aspectos, no como los de ahora que solo destruyen. También pusieron en marcha las soluciones nacionales que el país demandaba durante esa transición histórica donde todo era urgente y todo estaba por hacerse.

    Ahí están los avances educativos, en el sector Salud, el sistema de partidos, INE, TEPJF, la CEDH, el resto de órganos autónomos y las bases de los tratados de libre comercio con varios países del mundo que modernizaron la economía mexicana y elevaron considerablemente los ingresos de México por las exportaciones.

    También en el ámbito político -y a partir de 1979- con la creación de más de 30 partidos que, al consolidar la pluralidad de México, disminuyeron el conflicto social y promovieron el cambio y las reformas para la ampliación de la representación en el Congreso de la Unión, los congresos locales y los ayuntamientos.

    Quedan cuestiones que las generaciones anteriores supieron resolver con imaginación y voluntad: La estabilización de la economía; la lucha contra el analfabetismo; las campañas de vacunación que erradicaron enfermedades graves, la transición de un México rural al urbano; la masificación de la educación, que elevó considerablemente la formación de los mexicanos; y la imaginación de soluciones y respuestas para los complejos problemas de México que en ocasiones parecían insolubles.

    En Sonora está ya próxima la renovación de la dirigencia estatal del PRI. Desde julio del año pasado, cuando pasaron las elecciones, fueron varios los militantes del PRI que levantaron la mano como aspirantes a la dirigencia -entre otros el que esto escribe- y se llegó a varios acuerdos internos: Esperar que se le venciera el período en octubre al presidente Ernesto de Lucas; esperar a que Claudia Pavlovich dejara el Poder Ejecutivo estatal para evitar su pretendida injerencia en el proceso; esperar también a que el dirigente estatal asumiera el cargo de diputado local en el mes de septiembre; y que el CEN del PRI enviara un delegado especial para que sondeara, auscultara y consultara con los priistas el tipo de dirigencia para los tiempos difíciles que corren: Un PRI sin gobernador estatal, sin presidente de la República, sin mayores recursos económicos con escasa representación en el poder público pero con un priismo vivo y a la expectativa consciente de que su partido sigue siendo la segunda fuerza política en México y en Sonora.

    Se atravesaron la Asamblea Nacional, entre octubre y diciembre, y la selección de candidatos a gobernadores en seis estados en los primeros meses del año. Meses después, la ex gobernadora -ya ungida servidora de la autollamada 4T- y su élite beneficiada durante su gobierno se hacen presentes con una propuesta tardía de liderazgo.

    Por el interés del grupo clasista y frívolo que la acompaña, pareciera que no tienen “llenadera” en sus beneficios obtenidos del pasado inmediato, ni son conscientes del daño que hicieron y que el priismo registra puntualmente. Porque es evidente que no buscan el interés del partido ni su recuperación, sino con su oportunista propuesta de liderazgo, agandallar al priismo y ponerlo al servicio de negociaciones con los gobiernos de Morena ahora que la ex gobernadora ya está en las filas de un gobierno que la usará, sin duda, para dividir. Eso puede causar fracturas innecesarias en su intento por alterar el proceso de relevo. Seguramente el CEN del PRI tendrá la información adecuada del caso para evitar el agandalle y las vueltas al pasado inmediato.

    A los 93 años que cumplirá el próximo 4 de marzo, el priísmo en Sonora y en México se mantiene vivo, consciente de sus aportaciones históricas más allá de las acusaciones de coyuntura y las acusaciones superficiales que a cada rato le endilgan. El que no lo crea, que observe el urgente llamado del Presidente de México a cerrar filas con el PRI en su proyecto de reformas Constitucionales. ¿No qué no?

  • EL ESTILO PERSONAL DE GOBERNAR

    EL ESTILO PERSONAL DE GOBERNAR

    Por Bulmaro Pacheco

    Don Daniel Cosío Villegas, uno de los más calificados historiadores de México y fallecido en 1976, escribió entre muchas obras, El estilo personal de gobernar. Un libro que aborda el estilo del presidente Luis Echeverría, que gobernó México de 1970 a 1976.

    Echeverría había sido antes secretario de Gobernación, subsecretario de la misma dependencia, oficial mayor de la SEP, y director general de Administración en la Secretaría de Marina.

    Cosío fundador del Colegio de México, del Fondo de Cultura Económica, El Colegio Nacional y la Escuela Nacional de Economía, criticaba el estilo de Echevarría, apresurado, populista, y su activismo poco conocido entre los presidentes de México, tanto en lo nacional como internacional.

    El libro hizo época y sentó un precedente. Cosío recibió ataques desde el poder, incluido un libelo que se metía con su vida personal, pero fue arropado por el medio académico y por una sociedad que ya había despertado en parte gracias a los acontecimientos de 1968.

    Echeverría hizo mutis y la cosa no pasó a mayores. Casi 50 años después la historia tiende a repetirse en otras circunstancias y en forma regresiva. Hace falta otro texto sobre el “estilo personal de gobernar” del Presidente López Obrador. A casi 4 años de su gobierno ya se notan sus principales características (muy pocos logros) y estilos (un populismo actualizado) pero falta ahondar en dos de sus limitaciones: La intolerancia con los que no piensan como El, y el Estado de Derecho que no se alcanza a ver.

    Algo tienen los gobiernos de la llamada 4T que no les gusta dialogar con el resto de los actores políticos. Se trata de un nuevo fenómeno -raro y atípico- dentro de las alternancias que ha vivido México desde 1989 a la fecha una etapa de consolidación de la pluralidad política.

    Lo mismo pasa en el gobierno federal que en los estados y los municipios. No les gusta confrontar ideas con la gente que piensa diferente a ellos; se enojan de inmediato y tienden a descalificarlos. “O Están resentidos, o son conservadores o son parte del neoliberalismo que azotó a México en el pasado”, dicen. “O se oponen a las grandes transformaciones o al momento estelar (Zweig) que vive México”, sin definir en qué consiste dicho momento estelar o cuáles son las grandes transformaciones de las que hablan, porque ni se ven ni se sienten, lo decía el clásico.

    Tan seguros estuvieron en sus proyectos políticos de que sus ideas eran dominantes cuando ganaron el poder, que les dio por excluir, marginar y hacer a un lado tanto a los opositores como a quienes los criticaron. De acuerdo con sus ideas, el costo de llegar al poder fue muy alto y consideraron que por eso la sociedad les aplaudiría todo y toleraría excesos y desplantes, como los ocurridos con el servicio exterior, la seguridad pública, la CNTE, Notimex, Guerrero, Veracruz y Morelos, por ejemplo, o lo sucedido en algunos municipios, donde sus representantes han dejado mucho que desear.

    Les bastaba con el cliché de prometer su consabida oferta de “no robar, no mentir y no traicionar”, sin esforzarse más en una oferta política más amplia, como su máxima aportación al pensamiento político mexicano de los últimos años de la llamada transición moderna.

    ¿Por qué? Porque la izquierda triunfalista piensa que le costó llegar y que por eso tiene derecho a gobernar sola -o con sus aliados de última hora-, sin consultas, sin diálogo, sin acercamientos.

    Faltaba más, en el camino de sus triunfos no dudaron en comprar, acercar y vender expectativas de mejoramiento político a los adversarios previamente señalados por inconformidades o disidencias en sus partidos, para integrarlos a sus proyectos. Si en sus partidos de origen eran conflictivos y cuestionados por su moral pública, con solo pasarse a Morena quedaron limpios de todo, ¡una verdadera ganga!

    Ni un pasado que les pudiera afectar ni presente exento de compromisos políticos por cobrar, y nunca en la primera fila pero siempre en la desconfianza, los nuevos se la creyeron y dieron lugar a nuevas formas de hacer política, con regresiones y prácticas que creíamos desterradas.

    Ejemplo: es la vieja práctica de gobernar con los parientes, algo que en gobiernos anteriores se había combatido por los frecuentes señalamientos de nepotismo. Ahora se han perdido las formas y en cualquier nivel, no desdeñan la posibilidad de promover al sobrino, al hermano, al cuñado, al primo o a la hermana de la esposa y llegando al extremo de recomendar a parientes consanguíneos, no solo para cargos administrativos sino para promoverlos a cargos de elección o para que ellos sean factores de poder que recomienden funcionarios o medidas de gobierno con la autoridad derivada solo de ser parientes.

    Los municipios viven unas de las peores crisis de su historia. Están invadidos por el crimen organizado, no tienen dinero ni para lo elemental, no cuentan con planes de reformas administrativas, cargan con costosos pasivos laborales y cada día se incrementa el nivel de rezago en obras y servicios, sobre todo en materia de seguridad pública.

    Y ya ni echarle la culpa al pasado les funciona, porque ellos desde hace un buen tiempo han gobernado esas realidades.

    La pluralidad en la integración de los ayuntamientos al principio mejoró el nivel del debate y la participación política en los municipios, pero después decayó hasta degenerar en la integración de gobiernos de amigos, parientes y aliados que en unos cuantos meses demostraron falta de viabilidad, corrupción, ineptitud y en no pocos lugares, serias crisis de gobernabilidad por no ponerse de acuerdo en estrategias y fines de los gobiernos y seguir con los mismos vicios de siempre.

    Y hay elementos para fundamentar el capítulo relativo al clima de intolerancia: Pelear todos los días con los periodistas desnaturaliza la función presidencial con altos costos para la tarea de gobierno que requiere el tiempo y la atención del Presidente, en otros graves problemas.

    También la desnaturaliza el hablar a cada rato de “golpe de Estado” o de la presunta desaparición de la presidencia “por enfermedad”, con testamento agregado o la frecuente comparación de AMLO con Juárez, Madero y Cárdenas (sic) ¿A dónde piensan llegar con eso?

    También la embestida contra los órganos autónomos, “Por caros” y la intención de desaparecerlos o castigarlos presupuestalmente.

    La interrupción del diálogo con los actores políticos que había iniciado el nuevo secretario de gobernación que presagiaba una nueva relación entre el ejecutivo y los actores políticos de México. Como dice el académico Julio Frenk: “Hoy tendemos a descalificar, antes de siquiera escuchar los argumentos porque en la polarización política que vivimos, hemos tendido a ubicar a la gente de antemano en nosotros y los otros”.

    El exceso de los gobernadores y los senadores de Morena de acusar mediante desplegado público de “traición a la patria” a los críticos del Presidente no tiene desperdicio por la posición tan retrógrada que sostienen y por la obsoleta visión de México que mantienen.

    Todo indica que estamos regresando a la etapa del hiperpresidencialismo que tanto costó moderar y atenuar entre 1977 y el 2018, la etapa -esa sí- de las grandes reformas del México moderno. ¡Cuidado!

  • MÁS PARTIDOS, ¿MÁS VOTOS?

    MÁS PARTIDOS, ¿MÁS VOTOS?

    Por: Bulmaro Pacheco
    La participación política ciudadana en las elecciones de Sonora ha venido de más a menos en los últimos procesos electorales. ¿Por qué? no ha sido fácil entender el fenómeno. Falta un estudio serio y profundo que nos lleve a comprender y explicar las nuevas realidades a cabalidad, más allá de especulaciones, anécdotas y medias verdades.

    Nuevas fuerzas y circunstancias se han manifestado en los ciclos electorales: Los cacicazgos políticos, la corrupción desbordada, el desencanto con las alternancias en los municipios, el transfuguismo político, candidaturas que no satisfacen las expectativas de la gente, la crisis recurrente de las organizaciones sociales y políticas, y el crimen organizado como una nueva fuerza entrometida con sus expresiones sociales, violentas y financieras en los municipios, entre otras.

    En la elección de gobernador de Sonora del 2009 la participación ciudadana fue de 52.69%. En la elección presidencial del 2012 fue del 57.47%. En la de gobernador del 2015 bajó a 51.52%, y en la presidencial del 2018, que se suponía había emocionado y motivado a más electores, se mantuvo en 51.52%; la más baja a nivel nacional.

    Para la elección de gobernador en 2021 la cifra bajó notablemente a 43.7%. Preocupante es que solo hayan votado en ese proceso 4 de cada 10 inscritos en la lista de electores; los más bajos porcentajes en municipios importantes como Cajeme y Nogales.

    ¿Por qué tan baja la participación política en Sonora, cuando en entidades como Chiapas, Tabasco y Veracruz los porcentajes han estado arriba del 70%? ¿Cuáles son los ingredientes de la falta de emoción política?

    En el Sonora del 2022 operan nueve partidos; siete en México. La diferencia estriba en que tanto el partido Nueva Alianza como Encuentro Solidario cuentan solo con registro local y el PRD, que lo había perdido, lo recuperó con alianzas en el 2021 al obtener el 3.8% de la votación para diputados locales.

    Ahora y de acuerdo a lo que establecen tanto la ley local electoral (artículos 71 a 76) como la Ley General de Partidos Políticos (arts. 10 a 19), en el mes de enero se registraron ante el Instituto Estatal Electoral siete solicitudes para empezar a integrar nuevos partidos políticos locales con miras a su autorización para la elección del 2024.

    El llamado Partido Sonorense es encabezado por Alí Camacho López, quien buscó ser diputado local del PRI por Etchojoa, respaldado por la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno estatal pasado y la organización Mariana Trinitaria.

    Sonora Independiente es una iniciativa de la exdiputada perredista Petra Santos, excandidata al gobierno estatal del PRD en 2003 y exdelegada de la Sedatu en los primeros meses de Morena en el gobierno.

    Redes Sociales Sonora es promovido por los ex militantes del PAN Francisco Bueno Ayup y Adrián Espinoza. Ambos vivieron sus mejores tiempos políticos en el gobierno de Guillermo Padrés (Bueno como director de Alcoholes, y Espinoza como secretario general del PAN) el año pasado se unieron a las campaña de Redes Sociales Progresistas, que ganó en Sonora los ayuntamientos de Sáric, Bácum y Quiriego.

    La organización “Vamos” -presentado por Norberto Gracia- cuenta con integrantes de la sociedad civil y se especula que es impulsado por Norberto Barraza, ex director de Servicios Públicos del ayuntamiento de Hermosillo durante la administración de Célida López.

    El Movimiento Laborista Sonorense es presentado por Daniel Reyes González y está respaldado por la CTM local.

    La llamada Unión Sonora Independiente, de corte progresista más que de izquierda, es encabezada por José Ruperto Celaya Jiménez, empresario constructor y distribuidor del suplemento alimenticio “Kyani” (en la elección pasada fue invitado como externo por el Partido del Trabajo para la presidencia municipal de Hermosillo) y Juan Manuel Ávila Félix, ex diputado local, dirigente estatal del PRD (1995-1998) y un activo miembro del CEN-PRD hasta 2018.

    El proyecto “Movimiento de Seguridad Ciudadana” es encabezado por Víctor Lizárraga Angulo, abogado, ex candidato a regidor de Movimiento Ciudadano en la planilla de Gustavo Almada de Cajeme en 2015.

    Son siete iniciativas de partidos políticos locales, cuyos dirigentes deberán abocarse a conseguir y reclutar de acuerdo a la ley el 0.26% de afiliados del padrón electoral local que actualizado al pasado 14 de enero contempla 2,178,541 votantes.

    Tendrán tiempo para reclutar y registrar un poco más de 6 mil afiliados con credencial de elector en las 2/3 partes de los municipios (48) e igual porcentaje de los distritos locales. Habrá cuestiones que deberán de enfrentar y resolver ante los potenciales votantes:

    ¿Se requieren en Sonora y en México más partidos políticos o son suficientes los que por ahora se tienen?¿Buscarán mejorar la representación política o solo buscan las prerrogativas de ley?

    ¿Que tan ambientalista es el partido verde?¿Cuales causas ha enarbolado en Sonora?¿Qué tanta izquierda realmente representa el partido del Trabajo?¿Que tanto de izquierda le queda al PRD? ¿Cuales son los partidos que realmente podrán sobrevivir sin alianzas?¿Es el PES realmente un partido político o es una franquicia familiar? ¿Qué otra cosa hace el Panal además de exigir cargos era la administración pública? ¿Se mantendrán las alianzas de cara a la elección del 2024?

    Los proyectos que se han registrado y que tendrán la respuesta en enero de 2023: ¿representan nuevas alternativas o son más de lo mismo?

    En Sonora no hay por ahora un debate político general, serio y de altura sobre los principales problemas del estado… y eso preocupa.

    Hay debate solo en algunos medios del comunicación -no en todos-, pero limitados por el tiempo y el espacio. Por una parte, en el Congreso del Estado no han terminado de acomodarse y no abundan ideas ni debates sobre los desafíos actuales de Sonora y los partidos están renovando liderazgos y apenas reponiéndose del proceso electoral.

    Las oposiciones llegaron mediante alternancia al poder (México 2018 y Sonora 2021) y hasta ahora -conscientemente-, han actuado más como oposición, tal y como lo hicieron los panistas en su momento.

    La fórmula: echarle la culpa de todo al pasado para deslindarse de las pifias o errores en el ejercicio de gobierno y justificarse argumentando que en el pasado también se cometían errores, soslayando con tesis simplistas (70 años perdidos o 36 de atraso) que la población -que promovió los cambios-, les dio la confianza por la promesa de ser diferentes y por representar otras alternativas para proponer y encontrar soluciones y no justificaciones: ¿Será que sobran partidos y faltan ideas?

    El primer mensaje ya lo dieron los votantes en junio pasado, cuando tres nuevos partidos nacionales -supuestamente muy modernos- no fueron votados y desaparecieron. Veremos de aquí en adelante, lo que pase con las siete iniciativas locales y las respuestas de la gente.

  • NOMBRAMIENTOS DE LA 4T: LA FORMA ES FONDO

    NOMBRAMIENTOS DE LA 4T: LA FORMA ES FONDO

    Por: Bulmaro Pacheco

    Sin duda el presidente López Obrador empezó a preocuparse políticamente cuando se dio cuenta de que las clases medias le habían dado una muestra de rechazo en la elección de junio del 2021. Morena perdió la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México, fue arrollado en las principales capitales aún cuando ganó la mayoría de las gubernaturas en juego, y perdió la mayoría calificada en la integración de la Cámara de diputados del Congreso de la Unión.

    En lugar de analizar a fondo las causas de las derrotas en la elección intermedia de su gobierno, el presidente la emprendió contra las clases medias llamándolas “aspiracionistas”, “arribistas” y/o conservadoras, y se dedicó a intensificar las giras por la ciudad, sus apoyos y defensas a la jefa de Gobierno de la CDMX ante la alarma que les provocó una derrota inesperada.

    Construyeron el rumor de que el coordinador de los senadores de Morena Ricardo Monreal tuvo culpa en las derrotas de la Ciudad de México. Además movieron al adversario interno de Monreal, Martí Batres, del Senado a la Secretaría de Gobierno de la capital, para fortalecer a Sheinbaum, y se desplazó a la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero hacia el Senado para hacerle un contrapeso a Monreal.

    También se trajo al gobernador de Tabasco Adán Augusto López como nuevo secretario de Gobernación, para ejercer la importante función de mediador con las fuerzas políticas.

    Encarcelaron -sin pruebas- en Veracruz a José Del Río Virgen, operador de Monreal en el Senado e influyente miembro de Movimiento Ciudadano. Tanto AMLO como Sheinbaum respaldaron de inmediato al gobernador de Veracruz aún a sabiendas de que se trata de un proceso político.

    El propio presidente calibró de que no había diálogo con nadie (partidos, gobernadores, legisladores, empresarios, etcétera) y que una parte importante de los gobernadores se habían desprendido de la inoperante e inútil Conago y habían formado la llamada Alianza Federalista. También que seguían sus enfrentamientos con actores políticos, como el gobernador panista de Tamaulipas, a quien incluso se llegó a desaforar, lo que afectó radicalmente sus relaciones con el Partido Acción Nacional.

    Enfrentamientos, triunfalismo, burlas y la ausencia de diálogo, más las descalificaciones a adversarios y los ataques directos a los disidentes de su gobierno, acabaron por crear un clima de polarización política.

    El presidente la emprendió también contra instituciones como la UNAM, el CIDE, el ITAM, el Tecnológico de Monterrey, el INE y otras instituciones, acusándolas de que nunca habían tenido una actitud crítica ante los “gobiernos neoliberales” (sic).

    A todo lo anterior se le suma el adelanto del proceso de la sucesión, de los riesgos reales de fractura en Morena por las candidaturas de las seis elecciones estatales del próximo junio, y los tropiezos en el camino de una de sus principales reformas (la eléctrica) así como la operación en la organización de la revocación de mandato.

    Estos problemas crearon un clima de preocupación en el Ejecutivo y advirtió un sobrecalentamiento de la política interna que podía afectar sus planes del corto plazo. Así, empezó a operar para dividir la alianza PAN-PRI-PRD, y ofreció cargos en el servicio exterior a gobernadores de la oposición que fueran concluyendo sus períodos de gobierno.

    Inició con el ofrecimiento de la embajada de España a Quirino Ordaz, gobernador de Sinaloa -que tuvo una actitud muy tibia y cuestionada por los priistas sinaloenses en el proceso electoral local, donde los poderes fácticos hicieron lo que quisieron a favor de Morena y sus candidatos-. A Ordaz el gobierno de España no le ha dado el beneplácito, a pesar de que se solicitó desde septiembre pasado.

    Siguió con el gobernador de Nayarit Antonio Echevarría, del PAN, a quien también le ofreció cargo en la diplomacia.

    Iguales ofrecimientos de trabajo les haría a Carlos Joaquín González y Héctor Astudillo, de Quintana Roo y Guerrero.

    El asunto de Claudia Pavlovich no fue anunciado por el presidente, quizá por estrategia (estaban todavía mus frescas las acusaciones del gobernador Durazo sobre irregularidades detectadas de la administración saliente), pero el rumor de que sería designada cónsul en Barcelona, España, empezó a tomar forma a partir del mes de septiembre en la última gira que el presidente realizara por la entidad para supervisar el hospital general.

    La exgobernadora ni confirmó ni negó la especie y ello provocó que el rumor se fortaleciera y diera pie a infinidad de especulaciones e interpretaciones; la principal: que el nombramiento era el pago por el pacto electoral de la gobernadora con el presidente. Eso se dijo.

    En otras palabras, que la gobernadora se había portado muy bien al no meter las manos a favor de los candidatos de la alianza en el proceso electoral, como sí lo hizo el presidente López Obrador durante toda la campaña -a pesar de llamados de las autoridades electorales para que se abstuviera-, tanto en las mañaneras -hostigando a adversarios como el caso de Nuevo León, donde su candidata cayó al cuarto lugar- como con las giras de trabajo a las entidades con elección de gobernador y el denunciado trabajo cotidiano de los llamados “siervos de la nación” casa por casa, con recursos públicos y chalecos con el color de Morena.

    Los ofrecimientos de trabajo han pegado y los señalados cayeron en el juego del presidente en su estrategia para dividir a la alianza PAN-PRI- PRD, de cara a las próximas elecciones locales y las federales del 2024.

    Algunos con ingenuidad han dicho que “al presidente no se le puede decir que no”. ¿Tan pronto se olvidaron de los abucheos que les provocaban en cada gira presidencial al inicio del gobierno federal y de la intromisión del crimen organizado en la política local?

    Salvo raras excepciones, los ex gobernadores no pasan penurias al dejar el poder; salen muy ricos del gobierno y sin la necesidad inmediata de trabajar. ¿Cuál necesidad entonces de caer en el juego? Será que las convicciones éticas y políticas no van incluidas en la entrega recepción de los gobiernos entrantes y salientes?

    Con esas nuevas incorporaciones, el gobierno seguramente no trata de formar diplomáticos (o un nuevo premio Nobel de la Paz), siendo la política exterior uno de los aspectos más abandonados del actual gobierno, el que menos ha respetado al servicio exterior de carrera.

    No, con esos nombramientos -en donde a decir de algunos-, los ex gobernadores al aceptar, con todo y el cinismo que se vió, cayeron redonditos en la estrategia oficial para dividir a sus partidos y frenar a la alianza PAN PRI PRD con miras al objetivo que más le interesa por ahora al Presidente: La Sucesión Presidencial del 2024.

  • SUCESIÓN ADELANTADA: ¿SUCESIÓN INÉDITA?

    SUCESIÓN ADELANTADA: ¿SUCESIÓN INÉDITA?

    Por: Bulmaro Pacheco
    En 1924 la sucesión del Presidente Álvaro Obregón se tornó violenta por la rebelión encabezada por el secretario de Hacienda Adolfo de la Huerta marginado del proceso por el propio Presidente, que decidió en favor de su secretario de gobernación Plutarco Elías Calles.

    Calles no pudo hacer nada para evitar la reelección de Obregón que derivó en el magnicidio del sonorense en julio de 1928.

    Calles ejerció como ex presidente la facultad de nombrar sucesor durante el llamado Maximato, impulsando a Emilio Portes Gil,Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez y decidiendo la candidatura del PNR de Lázaro Cárdenas en 1934. A 100 años de Obregón y 90 de Cárdenas no se observa mucho cambio en el método de sucesión presidencial a pesar de las tensiones, los conflictos y el agotamiento del método.

    La sucesión se le está calentando al presidente López Obrador a dos años y medio de la próxima elección presidencial,básicamente por las tensiones internas en su propio partido.

    El decidir por encuestas para seleccionar candidaturas le está haciendo crisis, empezando por los aspirantes a las seis gubernaturas que estarán en juego el próximo junio.

    Como en Morena no cuentan con estructuras partidarias ni disciplina interna (dependen al 100% del ejecutivo), al presidente y a la dirigencia nacional se les ha hecho fácil —a pesar y por encima de sus estatutos— reducir el método sucesorio a encuestas raras y misteriosas, que les dejan más rupturas e inconformidades que unidad interna.

    Vuelven a repetir los errores que siempre —como opositores— estuvieron criticando y señalando a sus adversarios: candidatos favoritos de las cúpulas, parientes, paisanos o socios políticos cercanos. Y en el método de sucesión presidencial, nada nuevo: López Obrador repite los otrora criticados dedazos del pasado.

    Ya el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, protestó diciendo que no está de acuerdo con la decisión anunciada —por el propio presidente— de que la candidatura presidencial del 2024 en Morena se va a decidir por una encuesta, y manifiesta que él de todos modos va a estar en las boletas electorales en 2024.

    Tampoco está de acuerdo Monreal con que la sucesión se haya adelantado tanto, en vista de que algunos de los mencionados desempeñan altas responsabilidades que los pueden distraer.

    El presidente revira y —confundido— dice: “ya no estamos en los tiempos de Porfirio Díaz, donde las cosas no se hacían con transparencia” (!¡).

    Monreal y Ebrard saben muy bien que el Presidente va a decidir la candidatura presidencial en Morena, y se adelantan a prevenir a sus partidarios ante la excedida inclinación del Ejecutivo por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Scheinbaum.

    En la cercanía política con López Obrador, Monreal cuenta con mayor antigüedad que la jefa de Gobierno, pues lo acompaña desde que dejara el PRI en 1998 al aceptar la invitación del entonces dirigente nacional del PRD (AMLO) para competir por la gubernatura de Zacatecas (que ganó).

    Después de la gubernatura y a partir del 2004, Monreal sería sin problemas varias veces diputado federal y senador, al lado del candidato presidencial AMLO de 2006 y 2012, hasta que se llegó la hora de la verdad cuando desempeñaba el cargo de responsable de la Delegación Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, y Monreal planteó la posibilidad de competir internamente en Morena por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, que la izquierda ya gobernaba desde 1997.

    ¿Qué motivó a López Obrador el negarle a Monreal la posibilidad de la candidatura en la Ciudad de México?, ¿Qué vio en el desempeño de sus cercanos colaboradores, si tanto Monreal como Claudia Sheinbaum habían sido jefes delegacionales en la CdMx?,¿Mayor o menor lealtad política entre sus principales colaboradores? Son muchas las dudas y pocas las respuestas en ese tema.

    La realidad es que el presidente ha adelantado su propia sucesión y las cosas tienden a complicársele por su excesiva orientación a favor de la jefa de Gobierno. Al mencionar AMLO a los probables para sucederlo en el cargo (Sheinbaum, Ebrard, De la Fuente, Moctezuma) intencionalmente no mencionó a Ricardo Monreal, cuando todos consideraban a la terna —Marcelo,Claudia y Ricardo—, como la más viable y la más cercana a los intereses de la llamada 4T. Fallaron las predicciones.

    Y la realidad es que a pesar de los cacareados cambios o la “gran transformación” que a cada rato anuncia el presidente, lo que no ha cambiado —ni cambiará— es el método sucesorio, que seguramente para el 2024 volverá a ser el mismo aplicado 100 años atrás, cuando Álvaro Obregón decidió que fuera Plutarco Elías Calles, su secretario de Gobernación, quien lo relevara en el cargo en 1924.

    El método de “presidente que deja candidato” ya está agotado en México, y al parecer a López Obrador no le causa el menor escozor, aún cuando presume ser un conocedor profundo de la historia.

    En 1975 Luis Echeverría optó por José López Portillo, que fue solo; una campaña política sin oposición. López Portillo optó por Miguel De la Madrid en 1981, que empezó a desplazar a la clase política del gobierno. De La Madrid optó por Carlos Salinas en 1987, y provocó la ruptura en el PRI que dio origen al PRD. Salinas optó en 1993 por Luis Donaldo Colosio, asesinado en plena campaña presidencial. Ernesto Zedillo optó en 1999 por Francisco Labastida, que perdió la elección presidencial. Vicente Fox se le adelantó al PAN desde 1997 y ganó la candidatura y después la Presidencia. En 2005 Fox fue rebasado por el PAN, que se le adelantó con Felipe Calderón. Este a su vez impulsó a Ernesto Cordero en 2012, pero fue apabullado por el PAN al postular a Josefina Vásquez Mota. El mismo año, Enrique Peña Nieto optó por José Antonio Meade, que fue derrotado por López Obrador.

    Es decir, desde 1988 que De La Madrid seleccionó como candidato. —con todo y tensiones en el PRI— a Carlos Salinas, ningún presidente ha logrado asegurar la Presidencia a su candidato favorito.

    ¿Habrá ruptura en Morena? ¿Se saldrá con la suya el presidente con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México?

    Tendrá que operar para evitar la ruptura, en caso de estirar mucho la cuerda con Claudia Sheinbaum, y deberá negociar la Jefatura del Senado y el Gobierno de la Ciudad de México con el resto de los aspirantes, en caso de que pudiera alterarse su candidatura con algún disidente que decidiera postularse por otro partido como el Verde, por ejemplo.

    No estará fácil de aquí al próximo año cuando habrá de tomarse la decisión. Esa infinidad de cambios en el gabinete con los reciclados de siempre, mandan la señal de un gobierno inestable e improvisado en un círculo muy cerrado que rodea al Presidente al que seguramente para la decisión más importante que viene, le importará más la “lealtad a ciegas” que los méritos y las capacidades de quien pudiera sucederlo en el cargo.

    Y por si algo se ofrece, ya sabemos que para la oposición tiene reservados nombramientos en el servicio exterior no para mejorar la calidad del servicio, pero sí para dividirla y restarle puntos de aquí al 2024. Todo pareciera encajar en el plan pero… como afirmara Octavio Paz: “la historia, esa eterna caja de sorpresas”. ¿Sucesión Inédita?

  • ¿CON EL NOMBRE QUE PONGAS, SERÁS MEDIDO?

    ¿CON EL NOMBRE QUE PONGAS, SERÁS MEDIDO?

    Las únicas medallas son las que da la posteridad: Voltaire.

    José María Maytorena Tapia, Cesáreo Soriano, Fausto Topete, Ramón Ramos y Carlos Armando Biébrich son ex gobernadores de Sonora que están desterrados de nombres de calles, escuelas o monumentos públicos. Todos ellos fueron controvertidos y tuvieron serios problemas políticos que los obligaron (a la mayoría) al exilio.

    Eduardo Bours dió instrucciones precisas en su sexenio que no quería nombres de él o sus colaboradores en calles y monumentos. No hay calles Faustino Félix Serna ni en Pitiquito ni en Obregón. Tampoco de Rodolfo Félix Valdés en Nacozari.

    Sin embargo, todavía se conservan nombres de calles como Comonfort, Bernardo Reyes y Manuel González, a pesar de su controvertido papel en la historia de México.

    Del Porfirismo se heredaron los nombres de las principales estaciones de ferrocarril. Estaciones Don y Luis, en Huatabampo (en honor al gobernador Luis Emeterio Torres); Estación Corral, en Cajeme (por Ramón Corral ex vicepresidente); Estación Lencho, a la salida de Tórim (en honor a Lorenzo Torres, que ahí vivió); Ortiz, por Carlos Rodrigo Ortiz (1851-1927) Torres, en la Colorada (por Luis Emeterio); y Esqueda, en el municipio de Fronteras, llamada antes Estación Izábal (Los revolucionarios le cambiaron el nombre al probar que Rafael Izábal ordenó la muerte del maderista Enrique Esqueda).

    Entre las grandes obras públicas de Sonora están las presas, y todas llevan nombres: En la región del Mayo la Adolfo Ruiz Cortines, o Mocúzari en Álamos; En el Valle del Yaqui la Álvaro Obregón, o del Oviáchic, en Cajeme; La Plutarco Elías Calles o El Novillo, en San Pedro de la Cueva; la Ignacio R. Alatorre -guaymense y militar juarista (1832-1899)- o “punta de agua”, en Guaymas; la Abelardo L. Rodríguez, en Hermosillo; y la Lázaro Cárdenas, o de La Angostura, la más antigua de todas en el municipio de Nacozari.

    Las calles principales de las ciudades: Pesqueira (por el liberal juarista), en Navojoa; Miguel Alemán (en agradecimiento por la carretera federal 15), Rodolfo Elías Calles y Rodolfo Félix Valdés, en Ciudad Obregón; Juárez y 16 de Septiembre, en Huatabampo; Aquiles Serdán, en Guaymas; Rafaela Rodríguez y 16 de Septiembre (la que cruza la cabecera), en Etchojoa; Francisco I. Madero (antes la aurora), en Álamos; Adolfo López Mateos, en Bácum; Reforma, en Empalme; Álvaro Obregón, en Nogales; Benito Juárez y Samuel Ocaña, en Puerto Peñasco; y el Blvd. Luis Encinas (antes transversal, que va desde la presa y la antigua vía de ferrocarril hasta el periférico) y el Blvr. Abelardo Rodríguez. También en la capital, Gral. Piña por el ex gobernador Miguel, y Francisco Serna también ex mandatario.

    En Agua Prieta, la principal avenida lleva el nombre de Avenida 6, a la 35 le pusieron Los Apson. A pesar de la importancia histórica del municipio no ha existido una política de nomenclatura que haga justicia a quienes desde ahí libraron importantes batallas contra la federación, como los firmantes del Plan de Agua Prieta, por ejemplo.

    En Cananea la avenida principal lleva el nombre de Benito Juárez, desde la entrada de la mina hasta el final del cementerio (Severiano Moreno). La Álvaro Obregón está a un costado de la Juárez.

    La calle principal de Naco lleva el nombre de Francisco I. Madero

    En San Luis Río Colorado la calle principal lleva el nombre de Álvaro Obregón -la antigua carretera a Baja California- desde la fundación del municipio en 1939. Después de la mesa arenosa cambia a Luis Donaldo Colosio, desde el 2009.

    En Hermosillo, la antigua avenida Yucatán, posteriormente Norberto Aguirre Palancares, pasó a llamarse Luis Donaldo Colosio.

    Con el triunfo de la Revolución muchos nombres de calles, parques y edificios públicos cambiaron de nombre. Por ejemplo, el Parque Madero, de Hermosillo se llamaba Ramón Corral, en honor del exgobernador sonorense, que no está sepultado en Sonora. Después del asesinato de Madero (1913) se le cambió el nombre por Parque Madero.

    En otro ejemplo, la Avenida Serdán se llamaba calle de Don Luis, en honor del exgobernador Luis Emeterio Torres. También se le llamó Calzada de los Naranjos. Después del sacrificio del poblano Aquiles Serdán (nov. de 1910) se le cambió el nombre. También en Guaymas la avenida principal lleva el nombre del prócer de Puebla, en lo que antaño fuera la Calle Real de Guaymas o Avenida 14.

    Hay muy pocas calles con el nombre de Adolfo de la Huerta, y aún cuando su principal batalla (contra la invasión extranjera) la libró en Guaymas en 1854, José María Yáñez tiene una avenida más amplia en Hermosillo que en el Puerto. En Guaymas permanece el callejón Porfirio Díaz, contiguo al mercado municipal. En la capital, a la antigua avenida del expresidente Díaz se le sustituyó por la Gustavo Garmendia.

    Siempre será recomendable poner nombre de calles, municipios o edificios públicos a personajes que ya no viven. Nadie discute los méritos de los nombres de los personajes de la Independencia (Aldama, Hidalgo, Morelos, Allende) o de la Reforma (Juárez, Ocampo, Degollado, Prieto) o de la Revolución (Calles, Obregón, Hill, De la Huerta, Rodríguez). Los méritos y las aportaciones históricas están fuera de duda.

    Las controversias se originan cuando se pone el nombre de una persona viva a una calle, monumento o edificio público. Esto siempre acarreará debates y controversias. En muchos casos las decisiones para poner el nombre de alguien vivo a una entidad oficial llevan un alto contenido de zalamería, cursilería y abyección hacia gente sin mayores méritos.

    En el PRI fueron varios los excesos con nombres y estatuas que posteriormente fueron retiradas de donde se pusieron por ejemplo; la estatua ecuestre de López Portillo, en Monterrey que fue retirada, o la de Miguel Alemán, en la UNAM que después de tanto bombardeo para destruirla, la autoridad decidió retirarla.

    Y ahora la llamada 4T y Morena, que odian el pasado y sienten que la historia de México empieza con ellos, les da por solicitar a España un perdón por la Conquista, retiran el monumento de Colón del Paseo de la Reforma y las placas de Díaz Ordaz de la Línea 1 del Metro; como si eso negara la importancia de las obras y el recuerdo de sus autores. Y en algunos estados como Sonora no quieren saber nada de los gobernantes de los últimos 30 años y proceden a borrarlos del mapa.

    Aquí comenzaron con el bulevar de San Carlos Nuevo Guaymas al borrarle el nombre de Manlio Fabio Beltrones para cambiarlo por Tetakawi. Controversias aparte, los partidarios del ex gobernador dicen que en su gobierno hizo mucho por San Carlos. En esos tiempos (1997) nadie protestó por el nombre; pero tiempos traen tiempos y en política, la forma es fondo. ¿La forma?, la sesión de cabildo, ¿el fondo? La instrucción para retirar el nombre. Lo sorpresivo para Beltrones no ha de ser la actitud de la llamada 4T para con él y la mayoría de políticos del PRI en estos años.

    La cuestión es otra: ¿Dónde están los beneficiarios de las obras que entonces aplaudieron el nombre del bulevar y que ahora no han dicho ni pío?¿silencio prudente o reciclamiento de lealtades?.

    En adelante, lo mejor será legislar en serio para ordenar los nombres de calles y edificios públicos. Ya no más nombres de personas vivas a calles y monumentos. Solo aquellas que -Ya desaparecidas- rescaten la memoria de quienes con sus acciones y obras hayan aportado al desarrollo de Sonora y de México.

    Así de sencillo.

  • SIN EDUCACIÓN, NO HABRÁ GRANDEZA | Por: Bulmaro Pacheco

    SIN EDUCACIÓN, NO HABRÁ GRANDEZA | Por: Bulmaro Pacheco

    No es bueno que, en el discurso oficial local, la Educación no figure como prioridad del actual gobierno si es que se quiere -como se dice- recuperar la grandeza sonorense.

    Se mencionan con mucha insistencia las obras de ampliación de Puerto de Guaymas, las vías del tren de Nogales, la carretera Chihuahua-Sonora y obras federales tendientes a la modernización administrativa federal de las aduanas y la expedición de pasaportes y está bien, pero no se mencionan con el mismo énfasis la Educación… y menos la cultura.

    Cuando mucho se habla del regreso a clases después de la pandemia (donde todavía reinan la confusión y la incertidumbre), la reparación de escuelas y la inversión en becas, derivada de los recursos que se le quitaron al Congreso local. Nada para presumir.

    No se habla por ejemplo del compromiso constitucional que se tiene para brindar espacios de educación media superior a quienes los soliciten ahora que se debe cumplir con el transitorio de la reforma al artículo Tercero Constitucional del 2012 que señala al 2022 como el año en que todas las entidades federativas deberán contar con oferta suficiente para cumplir.

    Tampoco se habla de la obligatoriedad de la educación superior legislada en el actual sexenio federal, -y que decir- de la gratuidad que se debe discutir con cada uno de los responsables de las instituciones para que dicho precepto Constitucional no quede en letra muerta pero que tampoco se aplique sin tomar en cuenta las condiciones de las instituciones de educación superior, donde los ingresos propios representan una parte muy importante de su operación y donde la Unison cubre solo el 30% de la demanda estatal, quedando el resto a cargo del sistema de educación tecnológica y de instituciones privadas.

    Tampoco se menciona lo que se va a hacer para incrementar la calidad de la educación que se imparte en Sonora porque si en esa materia, se quiere implantar el modelo federal -que luce apagado, desolado y en permanente conflicto- sin evaluaciones ni mediciones confiables y en manos de la CNTE -(que ha reducido el tema educativo a un tema de pagos y prestaciones)- no se llegará a ninguna parte y menos con algunas decisiones patéticas como el caso del Conalep-Sonora, que revelan se regresó al sistema de cuotas y cuates o simplemente de relaciones familiares.

    Sin una buena educación no se avanzará en la grandeza Sonorense. Hay que revisar la historia y sobre todo el papel que los ejecutivos estatales han tenido en la materia que sin duda, de la mayoría ha sido una de sus grandes preocupaciones desde los impulsos de Ramón Corral Verdugo, la trascendente obra educativa de Calles y de la Huerta, hasta la fundación de la Universidad de Sonora, la media Superior y los tecnológicos.

    La grandeza sonorense se empieza a notar en México cuando es designado vicepresidente el ex gobernador de Sonora Ramón Corral Verdugo.

    Los Científicos, al parecer no entendieron la señal que mandaba el viejo presidente Porfirio Díaz (1830) con la designación de un político 24 años menor que él, para responder en caso de que el dictador faltara y no se presentaran problemas de confianza en relación a las presiones internas y externas ocurridas en función de su avanzada edad.

    ¿Cómo aceptar que un desconocido gobernador sonorense hubiera sido nombrado primero jefe de gobierno de la Ciudad de México, secretario de Gobernación y vicepresidente de México? Todo un acontecimiento que difícilmente digirieron los vetustos políticos, que rodeaban a Díaz, y toda una sorpresa para los sonorenses.

    Como gobernador del Estado, Corral le dio prioridad a la modernización estatal como la ampliación del ferrocarril de Guaymas a Nogales y a la educación pública. Intentó revivir un proyecto de educación superior que inició Ortiz Retes y por ello fundó el Colegio Sonora y escuelas primarias -entre ella la primera de Huatabampo-.

    Otra muestra de grandeza Sonorense fue cuando la XXIII Legislatura local 1911-1913 se negó a reconocer a Victoriano Huerta como presidente de México, después de los asesinatos de Madero y Pino Suárez.

    Diputados como Ignacio L. Pesqueira Gallegos, Flavio Bórquez Velderráin, Adolfo de la Huerta Marcor, Ignacio Bonillas y Alfredo Caturegli entre otros, dieron muestra de valor y grandeza cuando presionados por el golpista que los instaba a reconocerlo, nunca cedieron.

    Sonora resistió a las presiones y a la invasión del ejército federal, y no se dobló. Chihuahua y Coahuila hicieron lo mismo. El gobernador Abraham González (Chihuahua) fue asesinado, y Venustiano Carranza (Coahuila) rompió lanzas con el gobierno federal y se dirigió a Sonora para unir esfuerzos y dar la batalla contra el golpista, e impulsar la defensa de los principios que dieron fuerza a la Revolución Mexicana.

    De esa rebelión surgieron Obregón, Calles, De la Huerta y Rodríguez. También los diputados constituyentes de 1917 así como Benjamín Hill, Piña, Gutiérrez Cázares, Macías, Otero Pablos, Topete, Yocupicio, y otros, que le dieron lustre a Sonora y contribuyeron a moldear a México entre 1917 y 1934. Más grandeza: Entre 1920 y 1934 cuatro sonorenses gobernaron el país (De la Huerta, Obregón, Calles y Rodríguez). Circunstancia que no tiene parangón.

    Álvaro Obregón antiguo profesor de primaria en Moroncárit ya como Presidente de México creó la Secretaría de Educación Pública en 1921.

    Plutarco Elías Calles avanzó en la educación normal, en escuelas centrales agrícolas, creó el Banco de México y la Comisión de Irrigación.

    Gobernadores que apenas habían cursado algunos años de primaria, asesorados por profesionales sonorenses formados en la Ciudad de México propusieron la fundación de la Universidad de Sonora en 1942.

    Abelardo Rodríguez impulsó primarias y secundarias estatales y avanzó en la modernización de las principales ciudades del Estado.

    El gobernador Luis Encinas diseñó el primer gran plan de industrialización de Sonora que siguieron sus sucesores. Fortaleció a la Unison.

    Carlos Armando Biébrich sacó en 1975 las cuatro preparatorias de la Universidad de Sonora para crear el Colegio de Bachilleres (que hoy tiene 33 planteles). Gestionó con el Presidente Echeverría centros federales de media superior (Cbtis, Cbtas, Cetmar) y los Institutos Tecnológicos de Hermosillo y Nogales (que ya son 9 incluyendo los 3 federalizados)

    Ocaña impulsó la creación de instituciones educativas como el Colegio de Sonora y el CIAD y se trajo la Ford a Hermosillo.

    Rodolfo Félix Valdés se aplicó a la educación media superior y gestionó con el Presidente Miguel De Las Madrid la carretera de cuatro carriles de Estación Don a Nogales.
    Con Beltrones avanzaron los Cecytes (que ya van 83 planteles incluyendo los telebachilleratos), con López Nogales las Universidades Tecnológicas (que ya van 7) y escuelas importantes como medicina de la Unison. Con Bours se avanzó en la educación media superior y con Padrés en media superior y nuevas universidades tecnológicas.

    Sonora cumplió con la obligatoriedad de la educación primaria en 1946, la secundaria en 1996 y preescolar en 2002 y los indicadores principales de cobertura hasta Pavlovich en 2021 muestran un gran avance. Falta el reto de la calidad de la educación. Tremendo reto.

    ¿Cuál es el actual modelo educativo para Sonora? No lo sabemos. En métodos, contenidos y programas de estudio tampoco se sabe, pero deberá hacerse un gran esfuerzo para mejorar la calidad desde inicial a superior, combatir los vicios y la burocratización, dejar de lado el nefasto sistema de cuotas y aplicarse a la modernización del sistema, porque anotémoslo; Sin una buena Educación no habrá grandeza Sonorense. Así lo entendieron los pioneros de la educación en el Estado -más allá de apreciaciones temporales o coyunturales- desde Ramón Corral Verdugo a la fecha.

  • EL PRI ¿EN SU ENCRUCIJADA? ¿HACIA DÓNDE?

    EL PRI ¿EN SU ENCRUCIJADA? ¿HACIA DÓNDE?

    Por: Bulmaro Pacheco.

    Cuando se dividió el PRI en 1988, a la salida de varios militantes históricos como Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo para integrar la Corriente Democrática -que posteriormente daría paso a la fundación del PRD-, no faltaron los que de inmediato señalaron que la hora del PRI ya se había cumplido.

    Era la segunda fractura importante del PRI desde 1952, cuando el ala cardenista apoyó a Miguel Henríquez Guzmán contra Adolfo Ruiz Cortines.

    El PAN en Sonora: ¿Continuidad o cambio?
    En 1986 ya había perdido algunas capitales, y en 1989 el PRI pierde por primera vez una gubernatura: Baja California.

    El PRI se repuso en la elección de 1991 y ganó la mayoría en la Cámara de Diputados, pero pierde en en 1992 la segunda gubernatura: Chihuahua.

    En 1994 de nuevo fractura: Manuel Camacho se rebela contra la decisión de Carlos Salinas a favor de Luis Donaldo Colosio. A principios de los noventa, desde el PRI se impulsa la creación del Partido del Trabajo y el Verde Ecologista.

    En 1994 asesinan al candidato Luis Donaldo Colosio y nuevamente al partido le vaticinan su extinción. En un sector importante del PRI se incubó la idea de que no había sido Mario Aburto un asesino solitario. Después sería asesinado el secretario general Ruiz Massieu. Sobre el caso Colosio, en el partido se habló incluso de un “crimen de Estado”, lo que contribuyó a que se debilitara más al PRI y el Gobierno provocando más renuncias y escisiones. Sin embargo gana la elección presidencial con alta votación.

    En1995 es encarcelado Raúl Salinas de Gortari al ser encausado por el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu y se tensan las relaciones entre el presidente Zedillo y Carlos Salinas. El llamado “error de diciembre” de 1994 provoca una de las peores crisis económicas del México moderno. En 1997 el PRI pierde la mayoría en la Cámara de Diputados.

    Entre 1992 y 1999 el PRI pierde 12 gobiernos estatales: Zacatecas, Yucatán, Tlaxcala, Nuevo León, Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México, Tlaxcala, Nayarit, Querétaro y Baja California Sur.

    Dice Francisco Labastida que la contienda interna de 1999 (entre él, Bartlett, Roque y Madrazo) dividió al PRI y que por eso perdió la elección ante Vicente Fox. Labastida no fue un buen candidato.

    En 1999 Dante Delgado y Manuel Camacho Solís, ex priistas, anuncian la creación de los partidos Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) y del Centro Democrático (desaparecido en la elección del 2000).

    En 2005 Elba Esther Gordillo, también ex priista, anuncia la creación del Partido Nueva Alianza principalmente con profesores. Después de 1998 el PRI pierde a connotados militantes que ganan gubernaturas por otros partidos: Monreal, Arturo Nuñez, Salazar Mendiguchía, Cota Montaño, Gabino Cué, Yunes, etc.

    En el 2006 Convergencia hace alianza (“Por el bien de todos”) con López Obrador, y Nueva Alianza postula candidato propio. Roberto Madrazo, el candidato del PRI, con el 24% de los votos -por primera vez en la historia- es enviado al tercer lugar de la competencia.

    El PRI permanece 12 años fuera de la Presidencia y vuelve al poder con Enrique Peña Nieto en la elección del 2012.

    Peña Nieto nunca entendió la nueva oportunidad que le daba el electorado y desperdició una enorme posibilidad de introducir las reformas que el partido requería para fortalecerse. Fue peor que sus antecesores.

    El “Pacto por México”, que impulsó EPN, dividió al PRD y provocó la renuncia de sus principales fundadores. AMLO forma su propio partido en 2014: El llamado Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) Peña Nieto se dejó atrapar por los asuntos de la llamada Casa Blanca, la desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, Odebrecht, sus amigos gobernadores y los enredos de la llamada “estafa maestra”, entre otros escándalos de corrupción que marcaron su sexenio.

    Peña cerró el gobierno federal principalmente para sus allegados del Estado de México y no tocó para nada a los poderes tradicionales.

    Muchos escándalos de corrupción de gobernadores marcaron su sexenio y fueron capitalizados por las oposiciones. Al no reformar nada del PRI y siguiendo los métodos tradicionales de tolerar cacicazgos, su gobierno aceleró las derrotas en gobiernos estatales que nunca se habían perdido.

    Se aferró a su propio método de selección de candidato presidencial y le dio por pensar que se podía ganar con alguien ¡que no fuera militante del PRI! No le cuajó el experimento, a todas luces fuera de la realidad, y el PRI fue desplazado del poder en 2018 con 30.1 millones de votos logrados por López Obrador (con el 53.1% de la votación).

    De la esperanza del 2012 se pasó al hartazgo ciudadano apenas en seis años, el PRI cayó otra vez al tercer lugar con solo 9.2 millones de votos, el 16.4%. La cifra más baja en su historia.

    En la elección del 2021, con todo y la alianza con el PAN y el PRD, el PRI volvió a sacar menos del 20% de la votación y perdió 8 de las 15 gubernaturas en juego.

    En Sonora se convirtió en la segunda fuerza política después de Morena y bajó en mucho su representación política en ayuntamientos y el Congreso.

    Pasada la tormenta y haciendo el recuento de daños sumado al desgaste del gobierno y sus políticas, el PRI debe y puede recuperarse. Tiene historia y aportaciones.

    En 50 años hemos visto desaparecer a más de 40 partidos que supuestamente ofrecían el cambio y la modernidad, incluso en la última elección donde los tres nuevos (RSP, FM y PES) impulsados por el gobierno en turno desaparecieron.

    Hasta ahora el PRI -sigue siendo el único partido político que ha construido los tramos importantes de la historia moderna de México-. El PAN muy poco, casi nada y Morena está destruyendo lo que por muchos años funcionó. En 3 años ninguna reforma, puras contrarreformas.

    Del PRI han salido otros partidos y ha demostrado que con —y sin—, el apoyo de los gobiernos logró sobrevivir cuando todos lo ubicaban como partido de Estado u oficial y alegaban que desalojado del poder iría directo a su extinción.

    Con la pandemia, la sociedad está muy despierta y ha experimentado cambios, hay nuevas posturas hacia la experiencia política y soplan aires a favor de los partidos socialdemócratas.

    Con la sucesión adelantada por el propio López Obrador soplan también aires de división y fractura en el partido gobernante.

    La tarea inmediata del PRI será reconstruirse con los que aún le son leales, con los que no han confundido la militancia con el aventurerismo político y el corazón de condominio. Con quienes no han claudicado y siguen firmes, con quienes sin vocación de antesaleros creen en la política como el mejor camino para cambiar las cosas. Ya demostró la XXIII Asamblea nacional en los últimos dos meses la vitalidad del PRI con nuevas propuestas y una movilización notable. De cara al 2024 le quedan dos aduanas; seis elecciones estatales en 2022 y dos en 2023. Ya se verá.

    bulmarop@gmail.com

  • EL PAN EN SONORA: ¿CONTINUIDAD O CAMBIO?

    EL PAN EN SONORA: ¿CONTINUIDAD O CAMBIO?

    Por: Bulmaro Pacheco.
    El PAN en Sonora renueva su dirigencia estatal este 5 de diciembre. La renovación ha generado numerosas expectativas por el estado en que se encuentra el partido que gobernó Sonora del 2009 al 2015.

    Por el partido que iniciara triunfos 42 años antes en 1967 con la victoria en siete municipios, entre ellos la capital Hermosillo. 

    El PAN en Sonora presentó avances notables entre 1967 y 2012, pero se le vino una profunda crisis de identidad y legitimidad a partir del 2015.

    La principal razón es que en los últimos años el PAN ha perdido rumbo, —e  inexplicablemente—, no ha hecho autocrítica sobre las crisis más graves cuyos efectos ahora padece: La derrota de su candidato a gobernador —estando en el poder estatal— en 2015 y el encarcelamiento  de Guillermo Padrés a partir del 2016.

    Ni Cesáreo Soriano en 1917, ni Fausto Topete en 1929, Ni Carlos Armando Biébrich en 1975 en su calidad de ex gobernadores, pisaron la cárcel.

    Si la nueva dirigencia electa el 5 de diciembre no hace autocrítica y se dedica solo a celebrar su triunfo y a ratificar la preeminencia de un grupo sobre otro, perderá un tiempo muy valioso de cara al proceso electoral del 2024 para la recuperación y fortalecimiento  del partido ante la sociedad.

    Deberán entender que En Sonora, la oposición tradicional de los partidos y la academia —con una variopinta mezcla de corrientes, personajes y perfiles, entre ellos muchos panistas— llegó al poder con Alfonso Durazo.

    También negociaron su llegada al poder estatal y municipal algunos tránsfugas del PRI, el PRD y Movimiento Ciudadano—no confundir con inclusión o apertura—, partidos que ahora ya depurados tienen ante sí la oportunidad de convertirse en verdaderos contrapesos del poder, ejercer la crítica y construir una verdadera oposición dejándole a los partidos “franquicia”, el papel de eternos aplaudidores del poder en turno, franquicias minoritarias que jamás han aportado algo para el Estado y que sin alianzas con el poder no podrían sobrevivir. 

    A los opositores les espera una amplia tarea de reflexión y autocrítica. Ya hay nuevo dirigente en MC. En el PAN lo habrá el 5 de diciembre y en el PRI en las próximas semanas. Su principal reto es no ser paleros del poder, no venderse y construir un verdadero contrapeso político.

    El PAN le debe una explicación a su voto duro: ¿Dónde quedó la mística y la vocación de aquellos personajes como Jorge Valdez, Adalberto Rosas, Gilberto Suárez Arvizu, Jesús Larios, los hermanos Limón, Fausto Ochoa, Norberto Corella, Óscar Ochoa Patrón,Viola Corella, Leonardo Yáñez,Gustavo de Unanue, Ramón Corral, Neto Munro, Claudio Dabdoub y Carlos Amaya  entre otros, que tantas batallas y sacrificios tuvieron que experimentar  para hacer avanzar históricamente al PAN en Sonora?

    Son muy pocos los personajes ahora que como los históricos cuentan con enjundia, paciencia, coraje y capacidad de lucha; pero los hay.

    Porque el panismo posterior al 2015 nunca hizo una reflexión seria sobre su sexenio en el gobierno y el encarcelamiento del primer ex gobernador de Sonora en 100 años, ambos con altísimos costos políticos.

    Asumieron entre diferencias la derrota del 2015 dando fin a un solo sexenio de gobierno en la entidad, cuando los panistas más optimistas  aseguraban que como mínimo durarían 18 años en el poder. 

    No prestaron atención tampoco cuando registraron que el padrón de militantes del partido en la entidad creció notablemente (35 mil) mientras estuvieron en el poder —puesto que la militancia registrada garantizaba empleos y oportunidades en el gobierno— y bajó explicablemente (a 8 mil) cuando fueron desalojados del poder estatal. Off course.

    Una parte importante de esos 8 mil registrados, seguramente van a participar en la elección de la próxima dirigencia estatal que buscan encabezar dos militantes de la nueva horneada del blanquiazul: Gildardo Real, nacido en 1975 y con militancia de 27 años en el PAN; y Humberto Souza, nacido en 1980 y con 21 años de panista. 

    Deberán analizar cuidadosamente también: ¿Cómo le hicieron los panistas de antaño en 30 años, al pasar de 39,985 votos para la elección de gobernador con Jorge Valdez  a 463,963 cuando ganaron con Padrés? 

    ¿Cuáles fueron los principales factores que influyeron para ganar la gubernatura y cuáles aquellos que provocaron que el electorado les diera la espalda seis años después?

    También las causas de que el PAN haya registrado el más alto número de tránsfugas hacia Morena en el pasado proceso electoral y que ahora forman parte del gobierno estatal.

    En el caso de la elección para diputados locales deberán hacer un análisis profundo de la caída en votos desde 2012, cuando alcanzaron 469,171, para bajar a solo 99,452 en la elección de junio pasado. 

    Y  ojalá hagan un análisis serio de su nuevo papel como tercera fuerza política en Sonora, con solo el 10.8% de la votación después de Morena que quedó con el 31.6% y el PRI con el 18.01%.

    El PAN actualmente cuenta solo con un senador y un solo diputado federal; ambos de representación proporcional.En el estado, el PAN cuenta con cuatro diputados locales: dos de mayoría y dos de representación proporcional.En lo local, fueron una oposición negociadora entre 2015 y 2021. Poco se sabe ahora.

    Cuenta con 105 regidores y en alianza, PAN, PRI y PRD ganaron en 20 municipios. Cucurpe, Naco Soyopa, y Bacanora los ganaron sin alianza. 

    La nueva dirigencia panista deberá decidir qué tipo de oposición será ante el nuevo gobierno, qué tipo de alianzas electorales harán de cara a los próximos procesos políticos y cómo le harán para recuperar militantes y liderazgos,—unos que piden mayor apertura política y mayor participación, y otros que se quedaron acostumbrados al ejercicio del poder sin llevar la carga, pero siempre cobrando los fletes—.

    ¿Qué le ha dado el PAN a Sonora? Un dilema complicado y difícil de explicar pero tiene que hacerlo quien gane la contienda. Desde que el sonorense  Horacio Sobarzo (fundador) firmó el acta constitutiva en 1939, el PAN ha aportado mucho a México y Sonora, pero algo pasó. 

    Dice Enrique Krauze que “el PAN perdió el alma cuando llegó al poder”; “mucho más grave que la impreparación fue la inmoralidad” “Haber desoído el viejo consejo político de Gómez Morín fue una falta de sensatez y realismo. Abandonar el legado moral fue una traición”. 

    Deberán, como dice Noel Ceballos: “estudiar a profundidad una serie de procesos que en muchas ocasiones carecen de una explicación sencilla” en lugar de inventar conspiraciones o manos negras”.El éxito de las actuales oposiciones en Sonora (PAN, PRI, PRD y MC) dependerá de que realicen una correcta lectura del momento político e histórico que les toca vivir, que no se vendan al poder ni comercialicen con sus partidos y que entiendan la gran faena que deben realizar para convencer y motivar a los ciudadanos, reconstruir sus fuerzas y formar verdaderos contrapesos políticos. No será una tarea fácil cuando ahora casi todo lo tienen en contra, —pero tiene la oportunidad— quien gane la contienda, de demostrar que hay otras alternativas…Ojalá y lo asuman.

  • SALINAS, CÁRDENAS, LÓPEZ MATEOS Y EL PRI

    SALINAS, CÁRDENAS, LÓPEZ MATEOS Y EL PRI

    Por: Bulmaro Pacheco
    Ha dicho el presidente López Obrador que los priistas tienen la alternativa de decidirse “por Salinas” o por “López Mateos y Cárdenas”, en el proyecto presidencial de reforma que busca modificar los artículos 25, 27 y 28 constitucionales en materia de electricidad.

    Como Morena y sus aliados carecen de la mayoría calificada en el Congreso de la Unión -es decir, los votos necesarios en ambas cámaras para aprobar una reforma constitucional-, el presidente López Obrador ha desplegado una estrategia de flirteo político con el PRI, porque cuenta con los diputados y senadores que se necesitan para sacar adelante sus proyectos de reforma.

    Ahora resulta que a AMLO le conviene el PRI para justificar sus acciones, cuando por años se ha dedicado a atacar, perseguir y señalar al partido donde iniciara su militancia política.

    López Obrador abomina al PRI y a los priistas y los condena a cada rato, acusándolos de todo lo malo de México. Los ha tratado de borrar del mapa político al colonizar de morenistas todas las instancias del ejercicio del poder público federal. Y ahora, con todo y recursos públicos utilizados para hacer política, trata de borrarlos de los gobiernos estatales.

    Con el PAN, ni pensarlo. Al presidente no se le borran de la memoria los acontecimientos de la elección del 2006 y siente un odio profundo por los panistas. En cuanta oportunidad tiene, dice que “le robaron la elección” cuando ganó Felipe Calderón. Creyó que contratando a Germán Martínez y a Manuel Espino -dos ex dirigentes nacionales del PAN- podría generales fisuras; pero no, la relación del Ejecutivo con el PAN es muy mala y prácticamente inexistente y no creemos que vaya a mejorar el resto del sexenio.

    Con el PRD no tiene relación alguna el presidente, quizá por sus antecedentes allí o por lo ocurrido desde el Pacto por México en el gobierno de Peña Nieto. Se peleó con ellos y cuando fundó su propio partido (2014) se llevó a casi todo el perredismo a Morena.

    Con Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano, a pesar de las alianzas y las candidaturas de años atrás, no ha existido relación política en lo que va del sexenio -ni del presidente o sus colaboradores-, solo reclamos, críticas directas e inconformidades mediante cartas del Senador y líder nunca atendidas. Dante se consolida en la dirigencia nacional de MC y quizá sorprenda con decisiones de cara a la elección de 2024.

    La abierta preferencia de AMLO por la jefa de gobierno de la Ciudad de México para la sucesión presidencial, abre un serio riesgo de ruptura en Morena -partido que ni siquiera ha sido tomado en cuenta para operar la decisión- que puede ser aprovechado por otros partidos. AMLO ya dijo que va a ser por encuesta la decisión sobre su sucesión y Monreal ya dijo que no está de acuerdo, en tanto Morena ha callado.

    La fuerza de Morena en el ramo legislativo depende básicamente de sus alianzas con el Partido del Trabajo, el Verde Ecologista y el PES, que representan 277 diputados federales y 75 senadores.

    PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano juntos acumulan 222 diputados federales y 48 senadores.

    En el Senado funciona una fracción parlamentaria independiente de cinco legisladores, encabezada por Germán Martínez, lo que incide en que el gobierno y sus aliados no cuenten con la mayoría calificada para aprobar reformas constitucionales a modo.

    El presidente provoca a los priistas cuando les dice que “si no le aprueban su reforma eléctrica, volverán a los tiempos de Salinas”, y que al aprobarla estarán en “sintonía con López Mateos o Lázaro Cárdenas”; un argumento maniqueista y de chantaje político, mas que de convicción. Quiere estimular inconformidades en el partido de sus orígenes y motivar a ese sector importante del PRI que simpatiza con la izquierda para que vote por sus proyectos.

    No son las mismas condiciones que enfrentó López Mateos cuando terminó de nacionalizar la industria eléctrica, el 27 de septiembre de 1960; ni las de Lázaro Cárdenas cuando fundó la Comisión Federal de Electricidad en agosto de 1937. En esos años una gran parte de la población del medio rural no contaba con acceso a la energía eléctrica y la atención se concentraba en las ciudades. A partir de las medidas de Cárdenas y López Mateos se aceleró la electrificación de hogares y comunidades en México.

    Las alternativas mencionadas por el presidente están muy lejos ya de la militancia del PRI, que ha vivido estos tres años bajo el fuego y la descalificación implacable de la llamada 4T y su principal dirigente, a pesar de que una buena parte de los cuadros principales de Morena se formaron en el PRI. La alternativa no es apoyar a Salinas o desconocer a los ex presidentes López Mateos o Cárdenas. La alternativa es regresión o avance, visión de futuro o estancamiento regresivo, ante la complejidad de transitar en un mundo muy diferente al que México se enfrentaba en 1937 y en 1960. Ahí se equivoca el Presidente.

    Los trabajos preparatorios de la XXIII Asamblea Nacional del PRI se han pronunciado en su mayoría, por la no aprobación de la reforma que propone el presidente. López Obrador, como militante del PRI que fue, sabe de la importancia histórica del partido, por eso y, a pesar de tantos cambios anunciados, se ha anclado en la posibilidad de dejar sucesor en el cargo, al más puro estilo de su partido de origen y contradiciendo su tesis de que “ya no son iguales a los de antes”.

    A la mitad de su gobierno, López Obrador busca al PRI para que le de votos en el Congreso y también coquetea y le ofrece cargos a los ex gobernadores -principalmente en política exterior-, (donde menos pericia y capacidades han mostrado los cuadros forjados por Morena).

    ¿Reconsideración histórica o reconocimiento a su ex partido? No. Se trata de pragmatismo puro requerido ya cuando se ha dado cuenta de que México es tan complejo, como para pretender gobernarlo con una sola fuerza y la política mexicana, más difícil ejerciéndola detrás del mostrador. Y es que a pesar de la presumida popularidad, el gas se le acaba y ve difícil terminar en paz su sexenio por lo que dicen los principales indicadores de su gobierno (economía, seguridad, educación, salud, etc.) y por los riesgos de fractura en Morena, por la inconformidad entre miembros de su gobierno por adelantar sus preferencias y sobre todo… por cerrar el proceso. De ese tamaño.

    bulmarop@gmail.com