EL ZANCUDO | Por: Arturo Soto Munguía
Posicionamientos que son preludio de lo que viene, tiros de calentamiento para medirle el agua a los camotes del debate legislativo en un Congreso donde las bancadas minoritarias velan armas, atisban para ver las orejas al lobo del mayoriteo, y una bancada-aplanadora que elegantemente desempolva de la vieja escuela el ‘síseñorismo’ que se cuadra ante el jefe, tratando de no abollar mucho la retórica de la autonomía y la separación de poderes.
Ayer se estrenó la 63 legislatura y cada bancada hizo uso de la voz para esbozar sus respectivas agendas llenas de compromisos con los electores y buena voluntad para el consenso amenazado, de acuerdo a la maestra Rosa Elena Trujillo, por la tentación de iniciar un interminable monólogo en un estado al que le urge el diálogo.
“Gobernador electo Alfonso Durazo, tiene en sus manos la posibilidad de hacer una transformación profunda en nuestro estado. No refuerce los andamiajes del pasado con actores del pasado, no abandone la agenda progresista y cumpla los compromisos que le hizo a los sonorenses”, soltó de su no tan ronco pecho la Pinky, como también se le conoce a la legisladora de Movimiento Ciudadano.
En un Congreso de mayoría femenina, llamó por su nombre a cada diputada “porque lo que no se nombra no se visibiliza” y enlistó una nutrida lista de temas pendientes que deben ser abordados desde una perspectiva en la que se entienda la importancia de una relación sana entre los poderes: “Cuando se ha sido gobierno con mayoría en el Congreso se ha pervertido la relación, en lugar de ser un contrapeso y equilibrio entre poderes. Hasta hoy no se ha entendido el mensaje”, puntualizó.
En el rosario de buenas intenciones todos hablaron de austeridad, ciudadanización, disciplina financiera, atención a grupos vulnerables, seguridad, combate a la corrupción y la impunidad; progreso y desarrollo para Sonora, democracia y futuros luminosos.
En su turno, el coordinador de la bancada del PAN, Ernesto ‘Kiko’ Munro anticipa sin decirlo la tónica de las discusiones que vienen, una vez que haya pasado este primer capítulo de cordialidad más o menos disimulada: “Venimos a debatir sin fanatismos, a impulsar acuerdos, a proponer una agenda desde la sociedad y para la sociedad. Venimos a rechazar todo pacto de impunidad al que se pretenda llegar para proteger intereses ajenos a las y los sonorenses”.
Vigilaremos, dijo, que el dinero se recaude y se invierta con limpieza, con transparencia y con un amplio sentido social; rescataremos la visión municipalista exigiendo que a los municipios se les haga llegar en tiempo y forma los recursos que les corresponden”, sentenció.
El ex alcalde de Puerto Peñasco no pudo, sin embargo esconder la belicosidad que muestra su disposición a vender caras las minoriteadas que se avecinan: “Los diputados de Acción Nacional seremos la voz de cada sonorense que se siente agraviado por la corrupción, por la negligencia y por la incompetencia”.
El rocaportense se puso de pechito para que cualquiera que se sintiera aludido sacara del pasado no tan remoto algunos ejemplos de lo que fue el paso del huracán Padrés por el gobierno de Sonora y el papel que jugaron los legisladores blanquiazules entonces. Pero nadie recogió el pañuelo para abrir las hostilidades tan temprano, porque estamos apenas en la primera cita y todo es cortesía en el salón de plenos. Hasta ahora.
A Ely Sallard le corresponde hablar por parte del grupo parlamentario del PRI, y es un dechado de diplomacia. Se extiende en la presentación de su agenda legislativa, enlista los temas, esboza propuestas y al final, extiende la mano amiga: “Buscaremos en todo momento el diálogo y los acuerdos con todos los actores políticos, pero siempre antepondremos el bienestar de los sonorenses al interés partidista. Nuestra relación con el Gobernador Electo del Estado de Sonora, siempre será respetuosa y con el objetivo del mejoramiento de la calidad de vida de los sonorenses, que son a quienes nos debemos”.
Dejé deliberadamente para el final la participación de la coordinadora parlamentaria de Morena, Ernestina Castro Valenzuela que encabeza una mayoría calificada que deberá navegar en mar calmo durante los próximos tres años haciendo valer su peso en esta legislatura.
Su posicionamiento estuvo marcado por la moderación, la cordialidad y la voluntad de tender puentes con sus pares, aunque con un pequeño condicionamiento, como veremos enseguida.
“Desde este momento, apelamos al resto de los grupos parlamentarios a tratar de construir un gran acuerdo de largo aliento por la dignificación del ejercicio del poder legislativo y a favor de las iniciativas que, en consonancia con el resto de los poderes Ejecutivo y Judicial, permitan la recuperación y la reactivación de lo que Sonora merece ser”, dijo.
Ernestina llama al diálogo, pondera las coincidencias, asume el mandato de las urnas; habla de un Congreso equilibrado, proactivo, auditor y colaborador; eficiente, sensible, abierto a los ciudadanos; menos costoso, transparente, rendidor de cuentas, moderno y ejemplo de imparcialidad, con credibilidad ante los ojos de la gente.
En congruencia, asegura, valoraremos y consensaremos todas las iniciativas y reformas propuestas por otras expresiones parlamentarias que consideremos son benéficas a los sonorenses y no riñen con nuestro credo político e ideológico.
En este ‘pequeñísimo’ condicionamiento la cajemense anticipó con diplomacia y hasta elegantemente la manera en que construirán el valladar legislativo en el que pasen a estrellarse todas las propuestas que consideren, riñan con su credo político e ideológico, cualquier cosa que eso signifique aunque, se entiende, la transcripción literal es que las otras expresiones parlamentarias pueden traer todas las iniciativas que quieran y acá nosotros valoraremos si encuadran en nuestro credo político e ideológico.
Y si no, pues antes como antes y ahora también como antes, harán valer el peso de la mayoría que el pueblo mandató en las urnas, para aplicarles el Artículo Cesto. En la jerga legislativa se sabe que con esta alegoría suele aludirse al inopinado gesto de mandar cualquier iniciativa que no les guste, al cesto de la basura.
Los legisladores priistas hicieron escuela en esa práctica, los panistas generaron versiones similares y genéricas, y los morenistas les van a decir ‘quítense que ahí les voy’.
Como en otros tantos temas, no es que los anteriores gobiernos hubiesen hecho mal las cosas, por ejemplo a la hora de plegar sus mayorías legislativas a los proyectos del gobernador en turno, de su propio partido. No estaba mal que lo hicieran, estaba mal porque lo hacían ellos.
Pero hoy todo ha cambiado y aquello se vale porque el proyecto de gobierno del partido al que pertenecen es inobjetablemente correcto, incuestionablemente legítimo e infaliblemente tan preciso como el credo y la ideología que lo sustenta y que los sonorenses validaron en las urnas. Punto.
Por eso la agenda legislativa del grupo parlamentario de Morena es afín a lo que representan como opción política, e identificada con la visión del gobernador del estado y su programa de reformas, subrayó Castro Valenzuela, para no dejar lugar a la más mínima duda.
“Con pleno respeto a la soberanía de este poder legislativo, así como al decoro y dignidad de cada uno de quienes integramos esta representación popular, los diputados de Morena manifestamos nuestra coordinación de esfuerzos con el gobierno que en breve encabezará el Dr. Alfonso Durazo Montaño a favor de un mejor futuro para todos”, dijo.
Usted puede, soberano lector, decorosa lectora tomar este párrafo, cambiarle el nombre del partido y el del gobernador y verá lo fácil que resulta insertarlo en cualquier época pasada.
También puede guardarlo para insertarlo en algún discurso cuando alguno de sus nietos sea diputado y verá cómo arranca el aplauso entusiasta del respetable público conocedor.
Una vez advertidas sobre las reglas del juego en esta nueva legislatura, las bancadas minoritarias deben saber que mientras no riñan con el credo y la ideología de Morena, el diálogo está abierto y la mano extendida.
“Con respeto a todas y cada una de las diferencias o disensos que en el futuro se pudieran presentar, hagamos el esfuerzo para que sean más los sí que los no”, rubricó su participación la coordinadora de la bancada guinda.
La idea es impecable: si coinciden con nuestro credo e ideología, bienvenidos al diálogo. Y cuando no, pues no.
Esto se va a poner muy divertido, plebes.