Por: Arturo Soto Munguía
Fresca y alechugada, la gobernadora de Campeche va por la vida difundiendo audios obtenidos ilegalmente para terminar de lapidar lo que pudiera quedar de la reputación del dirigente nacional del PRI, Alito Moreno. Incluso se da el lujo de tomarse una pausa para administrar el material audiovisual que presume, en aras de la condescendencia política.
Pero como dice el viejo adagio, el que a las armas se aviene, a las armas se atiene. En este caso, a los audios.
Ayer apareció un audio en el que se escucha a quien se presume es su sobrino, Gerardo Sánchez Sansores, que firma como subsecretario de Gobierno en la administración de Layda y en el que se le escucha pidiendo ‘moches’ por ochenta ‘milloncitos’ de pesos para el otorgamiento de permisos para construcción.
La llamada habría sido grabada en el tiempo en que Layda Sansores fungió como alcaldesa en Álvaro Obregón, Ciudad de México, donde por cierto habría dejado una estela de corrupción en la que aparece también el nombre de ese mismo sobrino.
Desde mayo del año pasado existe una denuncia en la FGR por lavado de dinero contra la hoy gobernadora, acusada de entregar contratos por 34 millones de pesos a empresas fantasma, pero claro, en la FGR no va a pasar nada contra alguien del grupo gobernante, como no ha pasado hasta ahora.
En eso parece estar muy confiada la señora Sansores, a la sazón un producto 100 por ciento manufacturado en las alcantarillas del sistema político priista. Heredera de la inmensa fortuna que acumuló su padre, acaso uno de los personajes más emblemáticos del ejercicio caciquil del poder en el sureste mexicano, terminó en Morena después de pasar por el Partido Convergencia (hoy MC) y el PRD, pero su ADN es completamente priista. Y no de cualquier priista, sino del ala más corrupta.
Por eso en el enfrentamiento que trae con Alito Moreno, lo más probable es que las revelaciones de audios ilegales escalen de fea manera, considerando que ninguno de los son precisamente unas carmelitas descalzas. Y en la guerra de lodo, así gasten todo el nutrido arsenal que seguramente tienen, nadie gana.
II
En temas más amables, parece que ya agarró agua la nube presupuestal y les comenzó a llover a los municipios, cuyos alcaldes recibieron ayer 136 millones de pesos para obra pública, pequeñas hay que decirlo, pero que vienen a resolver problemas sobre todo en aquellas localidades cuya recaudación es tan precaria que apenas alcanza para cubrir el gasto corriente y a veces hasta con eso batallan.
Los más contentos, desde luego son los alcaldes y alcaldesas a quienes se les acumulan demandas ciudadanas, muchas de las cuales no tienen que ver con grandes inversiones pero que representan mucho para la gente: el techo de una escuela, el de la iglesia que se gotea, una tubería que resuelve problemas de abasto en alguna colonia, tal como lo expuso el gobernador Alfonso Durazo en el encuentro con ediles para tal entrega.
Porque una cosa son los megaproyectos, algunos de los cuales ya iniciaron y otros que se encuentran en la etapa de conclusión de sus proyectos ejecutivos, y otra son esas pequeñas obras que a través del Consejo Estatal de Concertación para la Obra Pública comenzarán a realizarse.
Durazo recordó que el mes pasado ya se saldaron los créditos de corto plazo solicitados al inicio de su administración y que representaban un pago mensual de 250 millones de pesos, mismos que en adelante serán aplicados en atender la problemática de los municipios; además, anunció que está por solicitar al Congreso del Estado la autorización de un crédito multianual que deberá finiquitarse al término de su administración.
Por supuesto que la obra pública tiene un componente de legitimidad para los gobiernos locales, y también del estatal pues la gente votó por sus autoridades para que les resolvieran problemas, y ese es el sentido de esta primera ministración de recursos que, por lo escuchado en el evento de ayer, serán de mayor cuantía una vez que las finanzas estatales tiendan a salir del hoyo en que se encontraban.
En este punto, el gobernador citó que en la pasada administración se recaudaron para CECOP dos mil millones de pesos durante los seis años, pero solo la mitad se aplicaron en los municipios y el resto fue destinado a otras actividades. Actualmente este recurso ya fue estabilizado y no se tiene adeudo con los municipios en materia de participaciones.
III
Que la Secretaría de Marina, la FGR, la Interpol y hasta la Mesa Estatal de Seguridad hayan actuado para cumplimentar en Pesqueira, Sonora una orden de detención provisional con fines de extradición contra Benito “N”, un agente activo de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal a quien apodan “El Comandante” tiene por lo menos dos lecturas.
Una, que la detención de este agente sea apenas la punta del iceberg de la penetración del crimen organizado en las instituciones de seguridad pública, ya que junto a “El Comandante” también fueron detenidos otros tres funcionarios, uno federal y dos estatales.
Dos, que el combate a la delincuencia organizada va en serio y no importa la posición o el rango que tengan los funcionarios públicos presuntamente involucrados en actividades ilícitas, y van con todo sobre ellos. Al parecer la lista es larga e involucra a comandantes que traen sobre sus espaldas señalamientos de malas prácticas desde administraciones pasadas.
Queda claro que el gobernador Alfonso Durazo se está apoyando mucho en las fuerzas armadas para el combate a la delincuencia organizada, como lo dejan ver los recientes golpes al narco en Sonora, decomisos y detenciones. Pero si los federales ya están tocando las puertas de la fiscalía estatal, algo serio está por venir.
IV
Extrañas y crueles suelen ser a veces las jugadas del destino. El martes por la noche estábamos felicitando por su cumpleaños a Ricardo Bours Castelo, político, empresario y buen amigo, cuando nos avisan que al filo de las 21:40 horas dejó de existir su señora madre doña Alma Castelo.
Desde esta modesta tribuna enviamos un abrazo a Ricardo, a sus hermanos Francisco Javier, Rodrigo y Eduardo, esperando que el dolor del adiós se vaya pronto y los buenos recuerdos se queden para siempre.