Por: Arturo Soto Munguía
Si una cosa queda clara en el proceso de renovación de mandos estatales que está viviendo el PRI en Sonora es que la firma fuerte de ese partido en la entidad sigue siendo, más que ningún otro (u otra) la de Manlio Fabio Beltrones.
En esa lógica, varios de los aspirantes a relevar a Ernesto “El Pato” de Lucas han dejado pistas por todos lados para generar la percepción de que traen la ‘bendición’ del de Villa Juárez y con eso tienen prácticamente la dirigencia en la bolsa.
La que más señales ha mandado en ese sentido es la ex síndica municipal Zaira Fernández, sin duda una mujer que nació a la política en el sexenio de Beltrones y ha crecido bajo la misma en los muchos y muy variados cargos que ha ocupado tanto en el partido como en el servicio público.
Sin embargo ya van por lo menos dos versiones que llegan a este despacho en el sentido de que Zaira ha recibido el desaire no solo por un sector del priismo que nunca vio con buenos ojos la alianza con el PAN en las pasadas elecciones, sino por el propio exgobernador, que no es rencoroso pero tiene buena memoria -según su propio mantra-, y no se le olvida el cisma que provocó en el tricolor la renuncia del Toño Astiazarán en 2018, cuando la candidatura al senado recayó en Silvana Beltrones y no en él, que también la buscó con denuedo.
La memoriosa lectora, el rencoroso lector recordarán también que ‘El Toño’ compitió como candidato del PAN y apenas alcanzó un tercer lugar, lo que fue interpretado no como una legítima aspiración de llegar a un escaño en el senado, sino como una forma de restarle competitividad a la fórmula que encabezaba Sylvana y en la que era acompañada de ‘El Maloro’ Acosta.
Claro, este punto también es discutible, pues ‘El Maloro’ se brincó las trancas y consiguió esa candidatura negociando con el aún poderoso secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, lo cual no fue bien visto por un importante sector del priismo sonorense, pero esa es otra historia.
Las versiones hechas llegar para la actual coyuntura, es que incluso entre el ‘borreguismo’, esa corriente del PRI que nuevamente fue menospreciada tras la elección de 2021 y no les dejaron ni una pluri en el Congreso, ni un cargo relevante en la capital, donde el tricolor aportó la mayor cantidad de votos, a Zaira también le están haciendo el desaire.
De confirmarse esta especie, estaríamos ante un escenario en el que la candidatura de Zaira Fernández o no está tan bien afianzada con la firma fuerte del PRI, o si lo está, llegaría no como un factor de unidad, sino de división, que es lo que menos conviene a ese partido para sus fines rumbo a los próximos procesos electorales.
Vaya usted a saber, pero lo cierto es que las patadas por debajo de la mesa ya se pusieron intensas en este proceso. Vayamos pues, por palomitas y refrescos porque ya está entrando en calor la contienda interna.
II
No sé si sea más histórico que inédito o viceversa, pero el decomiso de cartuchos, autos y casas; granadas y fusiles de asalto, armas de alto poder como los Barret calibre .50 ya se registra como el golpe más grande asestado al crimen organizado en el país. Y fue en Navojoa, Sonora.
Allá, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina Armada de México y la Fiscalía General de la República probaron que cuando la coordinación, la inteligencia, la valentía y la voluntad tiran de un solo lado, sí se puede.
De acuerdo con la información de autoridades federales, personal de esas instituciones catearon cuatro casas de seguridad en los que un grupo de la delincuencia organizada resguardaba nada más y nada menos que lo siguiente:
Dos millones 829 mil 950 cartuchos de diversos calibres.
128 armas largas de diferente calibre.
100 placas balísticas.
89 granadas.
38 armas cortas.
19 ametralladoras.
Seis fusiles calibre .50.
Ocho vehículos y cuatro remolques ante los cuales, los diez kilos de mariguana que también hallaron ahí son nada.
En un video difundido tras darse a conocer este decomiso, el gobernador Alfonso Durazo reconoció el trabajo de inteligencia de las instituciones a cargo del operativo y destacó el trabajo de todas las demás instancias que participan en la Mesa de Seguridad en el estado: “Nadie ha dicho que es sencillo, pero es perfectamente posible regresar la paz a Sonora”, dijo.
III
Antes de ser tildado de machirulo heteropatriarcal opresor debo dejar claro que en las entrevistas realizadas a las y los aspirantes a presidir la Comisión Estatal de Derechos Humanos ha habido un derroche de talento y éste no tiene género.
Pero en anteriores despachos les comentaba que hay una corriente de legisladoras y legisladores que en este proceso están empujando en favor de una alternancia de género en esa institución que jamás ha sido presidida por una mujer.
La misógina lectora, el feminista lector estarán de acuerdo en que el género no debe ser el factor que incline la balanza a la hora de la decisión final, sino otros criterios como grados académicos, experiencia y conocimientos en la materia, capacidad probada, vocación de servicio, identificación con el tema de los derechos humanos, entre otras cosas que, ciertamente no necesariamente están determinadas por el género.
Sin embargo les tengo una noticia que quizás desanime a los representantes del ex sexo fuerte: La Comisión de Justicia y Derechos Humanos que en el Congreso del Estado es la responsable de esta etapa del proceso está conformada por seis mujeres, entre las que se cuenta la presidenta Diana Karina Barreras Samaniego (PT), y un solo varón: Ernesto ‘Kiko’ Munro (PAN).
Las otras integrantes de la comisión son: María Jesús Castro Urquijo (Morena), Beatriz Cota Ponce (PANAL), María Alicia Gaytán Sánchez (Morena), Ivana Celeste Taddei Arriola (Morena) y Rosa Elena Trujillo Llánez (Movimiento Ciudadano).
Esta comisión será la encargada de enviar al pleno el próximo 10 de marzo, la terna (que no necesariamente será de tres) de finalistas y la decisión final recaerá en el pleno, integrado por 19 mujeres y 14 hombres.
Si el criterio de género se impone a ultranza, los varones no tendrían nada qué hacer en esta contienda, aunque ya se ha visto que no siempre funciona así. Al menos en el caso del Supremo Tribunal de Justicia no sucedió, y mujeres y hombres llevaron a Rafael Acuña Griego a la magistratura y luego a la presidencia.
Otro criterio, también metaconstitucional pero eventualmente de peso es el visto bueno de quien ocupe la titularidad del Poder Ejecutivo. Sabemos que Alfonso Durazo es extraordinariamente respetuoso de la autonomía de los poderes y ni por equivocación caería en la tentación de ‘palomear’ la lista de aspirantes.
Pero también es cierto que en el cúmulo de papeles que todos los días le ponen sobre su escritorio quizá se incluya hasta la lista del mandado y entre las prisas y las múltiples ocupaciones se le pueda ir, así sea involuntariamente o así como que no se da cuenta, pero jamás pensando en conveniencias políticas, una minúscula palomita que sea tomada por gente que no entiende los nuevos tiempos, como una orden.