Por Rodrigo Sotelo | @masmedio
Hemos dicho que hay un marcado cambio de actitud en la cabeza de este gobierno de Morena, que nos permite ver a un mandatario abierto, que acepta y enfrenta la abrumante realidad que le está tocando administrar.
Podrán ponerse en entredicho sus prioridades e inclinaciones, y hasta aspectos de eficiencia en su incipiente gobierno, pero parecen honestas y genuinas sus buenas intenciones.
El problema para el gobernante es que no es suficiente y que más temprano que tarde se verá alcanzado por la exigencia de acciones y resultados.
Y el nuestro como sociedad, es que es de tal tamaño la decepción y el hartazgo, que nos hemos vuelto conformistas, tolerantes, condescendientes.
Si se detecta y acepta que hay saqueo y abandono en Educación, por el bienestar de nuestros hijos los padres reprimimos lamentos y reclamos para asumir la responsabilidad de la reparación.
No importa si Víctor Guerrero, anterior Secretario, olvidó su obligación de sostener la infraestructura escolar para seguir la escuela de la jefa entendiendo el inicio de la pandemia como la culminación de su gestión.
Si en hospitales y centros de salud no encontramos medicinas, agradecemos las aspirinas y nos maravillamos con las bravuconadas sin sustancia de funcionarios de medio pelo como el noroñita del Isssteson.
Y en cuanto a la violencia, simplemente se parte del resignado pensamiento de que no hay remedio y que la aspiración única es no ubicarnos en el lugar equivocado cuando sobrevenga otra normalizada balacera.
Este trastorno social y anarquía de gobierno, desde luego que no se atribuye a Alfonso Durazo. A éste le corresponde, en justicia, modificar este (des)ánimo y empezar con la remediación y reconstrucción, con la reivindicación institucional.
Pero no se antoja posible a través del desorden y confusión en secretarías y dependencias, de la firma de pactos, foros, decretos y demás banalidades que nada resuelven y que distraen de lo importante.
Wendy Briceño, por ejemplo, lleva días absorbida, perdida equiparando y entregando el Desarrollo Social a su feminismo segmentado y mal encausado.
¿Qué hace la Secretaria de Desarrollo Social firmando protocolos contra el acoso y hostigamiento laboral? ¿Qué le importan los conversatorios por una vida libre de violencia? ¿Cursos por la igualdad de género?
Imagino que los jodidos de Etchojoa o Miguel Alemán, hombres y mujeres, deben estar muy conformes con su aportación para atender sus necesidades básicas y ayudarlos a salir de la pobreza…
En Seguridad Pública, María Dolores del Río es la reina de los pactos por la paz y las coordinaciones para que regrese la tranquilidad y la confianza. La paz de los discursos.
De los discursos mientras se tiran, y les tiran, balazos en Guaymas-Empalme; mientras les avientan muertos en cualquier canal de Cajeme, los ciudadanos de bien intentan pasar por el retén ilegal e inseguro de Vícam o por algún otro itinerante en la región de Magdalena, Altar o Caborca.
Esos son los pactos y decretos por la paz de los discursos. Esas son las letras chiquitas en esos documentos que se firman con una algarabía impropia del cementerio en que está convertido Sonora.
Y que ni se pregunte por qué no ha avanzado lo del caso Guaymas, ya que la Secretaria anda muy ocupada compartiendo información relevante sobre los hackeos de WhatsApp…
¿Qué está haciendo Heriberto Aguilar en Sidur? ¿Qué conflicto sindical arregla el secretario de Gobierno, Álvaro Bracamonte? ¿Cuánta inversión ha atraído el secretario de Economía?
Para sorpresa de todos, tal vez sea Turismo, con Celida López, el área que mejor sale librada en este inicio.
Al gobernador Alfonso Durazo le genera urticaria que se desvíen recursos en showers y jolgorios que impiden un mejor uso del gasto público.
Los decretos, los foros y los pactos serían, entonces, ese confeti o corte de listón de las buenas intenciones que transforma la frivolidad por el no menos nocivo autoengaño.
Y para no ser iguales, habría que actuar diferente.
Toño le apuesta a la innovación
Como lo está haciendo el alcalde de Hermosillo, Antonio Astiazarán, probablemente el más enfocado y resuelto de todos los presidentes municipales del estado.
Hace un par de días, Toño Astiazarán relanzó la App HermosilloGob para facilitar reportes, sus soluciones y el seguimiento.
También anunció que no permitirá se lucre con la salud, seguridad y tranquilidad de las personas y mascotas, por lo que no permitiría la venta de cohetes en esta época decembrina.
Esto, sin descuidar el programa intensivo en vialidades con el que al día de hoy suma 72 mil baches reparados.
Toño entiende que no solo se ocupa administrar inercias y demostrar empatía, la apuesta es a dejar huella con innovación aprovechando la tecnología para resolver y no como pretexto.
El cónsul lépero, confirmado en Cecytes
Escribiría el clásico: como lo dimos a conocer en exclusiva en este espacio, finalmente se concretó la llegada de Guillermo Rivera Santos, el cónsul despedido por acoso, a la dirección de Vinculación en el Cecytes Sonora.
A través de su cuenta de Twitter, la periodista Dolia Estévez publicó que en el directorio de funcionarios aparece el nombre de Guillermo Rivera como titular de una de las direcciones en las que se apoya la directora general Gracia Alicia Anduro Grijalva.
“Guillermo Rivera Santos, el cónsul de la “mirada lasciva”, despedido por SRE tras denuncia por acoso, usar el Consulado Mexicano en Tucson para reuniones de Morena y pedir a colaboradores “chingarme”, acaba de ser nombrado director de vinculación del Cecytes Sonora ¿Qué pasó Alfonso Durazo?”
¿Cómo se enteró Dolia, que propició su salida del consulado en Phoenix, de este nombramiento? ¿En qué medio local? ¿Con qué columnista?
No es por presumir, se diría en estos tiempos de la Cuarta Transformación.