EL ZANCUDO Por: Arturo Soto Munguía
El primero de mayo de 2002, durante el desfile conmemorativo de la gesta obrera de 1886 en Estados Unidos, la CTM en Hermosillo marchó en contingentes que desplegaron mantas de apoyo a quien entonces comenzaba a ‘sonar’ como precandidato del PRI al gobierno del estado, Eduardo Bours Castelo.
Allí comenzó de hecho la precampaña de quien fuera considerado el ‘candidato rebelde’ en el tricolor, toda vez que el ‘oficial’ era Alfonso Molina Ruibal, en quien el gobernador Armando López Nogales tenía puestas sus esperanzas transexenales. No fue así: Bours Castelo le ganó la contienda interna concitando apoyos sociales y políticos variopintos, pero sin duda un apoyo que pesó fue el de la CTM.
Esa central obrera, que hasta la década de los 80 del siglo pasado constituía uno de los principales (si no es que el principal) venero de votos para el PRI comenzó a diluir sus simpatías después de la elección presidencial de 1988, cuando empezó a perder fuerza el hasta entonces implacable sistema corporativista del tricolor, con sus sectores y organizaciones.
Todavía en 1994, fue el propio Fidel Velázquez -quien años antes había declarado que el poder lo tomaron por las armas y no se los quitarían con votos-, fue el encargado de validar el destape de Ernesto Zedillo, en aquel famoso encuentro tantas veces citado en el que, tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el entonces gobernador de Sonora presenta un video (en VHS) donde aparece el malogrado candidato refiriéndose elogiosamente a su coordinador de campaña, Zedillo Ponce de León.
El presidente Salinas refiere que el doctor Zedillo tiene capacidades para entrar al relevo, y el vetusto líder obrero rubrica: “nos leyó el pensamiento, señor presidente”.
Pero los tiempos de gloria de la CTM ya iniciaban su declive. Seis años más tarde, el PRI dejaba el poder de la presidencia y no por las armas, sino por los votos.
En Sonora, todavía fue clave para el triunfo de Eduardo Bours, apretadísimo por cierto. Menos de un punto porcentual de diferencia respecto al candidato panista Ramón Corral Ávila.
Seis años después, el PAN ganó la gubernatura y no son pocos los panistas que aseguran que en ese triunfo, los cetemistas ‘jalaron con ellos’. No es remoto. El corporativismo del PRI ya para ese entonces mostraba su desgaste. A la CTM no le fue mal con Guillermo Padrés, con quien mantuvieron una relación de colaboración y más que eso. Durante su gobierno fue construido el gran edificio que hoy alberga la sede de esa central obrera en la zona del Vado del Río, en Hermosillo.
Con el gobierno de Claudia Pavlovich la CTM mantuvo un constante estira y afloja. Si bien no hubo ruptura, sí varios desencuentros y no pocas relaciones tirantes, pero es un hecho que la CTM está hoy muy lejos de la incondicionalidad al tricolor, aunque sigue reclamando para sí las respectivas cuotas a la hora de las candidaturas, posiciones plurinominales y de gobierno.
Ayer, la CTM abrió de par en par las puertas de su sede al gobernador electo, Alfonso Durazo Montaño y su dirigente estatal, Javier Villarreal Gámez lo recibió con algo más que cordialidad institucional. Si todavía viviera ‘El Mena’, diría que “se le tiró como El Santo” (desde la tercera cuerda).
“Seré un aliado incondicional en la lucha por mejorar las condiciones para las y los trabajadores; los necesito en mi proyecto”, dijo Alfonso Durazo en el Congreso Estatal Extraordinario de la central obrera priista.
“La verdad es que para nosotros este día es muy importante, es el principio de una relación que estoy seguro va a ser muy fructífera para el Estado de Sonora, para los trabajadores, para el desarrollo inteligente de las empresas con una filosofía de ganar-ganar, en ese sentido habremos de hacer un gran equipo con el gobernador amigo, Alfonso Durazo”, dijo por su parte Javier Villarreal.
Presentes allí el dirigente nacional del STIRT, Ricardo Acedo Samaniego y el líder moral de la CTM en Sonora, Francisco Bojórquez Mungaray, así como la diputada local Rosa Isela Martínez y Fernando Salgado, el representante del dirigente nacional cetemista, Carlos Aceves del Olmo.
Civilidad política, le llaman.
II
Pisó callos bien duro la entrevista que publicamos ayer con Humberto Souza, aspirante a la dirigencia estatal del PAN, en la que reveló varias cosas y sostuvo que la única manera de reposicionar a su partido es refrescando los liderazgos con militantes históricamente desestimados y con hombres y mujeres de la sociedad civil.
Lo único que no puede seguir es la ‘onda grupera’, dijo, aludiendo a la formación de corrientes al interior del partido, que desde hace tiempo se disputan los liderazgos más como una oportunidad para el reparto de posiciones a partir de sus afinidades y no como un proyecto de inclusión que considere las naturales diferencias pero que privilegie los consensos sobre lo fundamental.
En el papel, suena interesante la idea de limar las diferencias facciosas que suelen aparecer no solo en el PAN, sino en todos los partidos políticos, pero en la práctica, en la realidad-real, luce como una tarea bastante complicada.
Y eso quedó de manifiesto ayer mismo, cuando de inmediato y por alusión, saltó en Twitter el ex secretario de gobierno de Guillermo Padrés, el impresentable Roberto Romero López para negar que haya sido él quien invitara a Souza a integrarse a una subsecretaría, lo cual por cierto nunca dijo el entrevistado, pero así lo interpretó Romero López.
El ex funcionario padrecista que acumuló más y mejor fama de bandido en ese sexenio, hizo otros cuestionamientos al entrevistado, y en ellos ‘arrobó’ a otros personajes de la primera línea del padrecismo, con lo que confirma la presencia de tal corriente como grupo político dentro del partido, que sin duda reclamará posiciones y definirá su apoyo a algún candidato o candidata a la dirigencia estatal.
En algún sentido, Souza tendría que sentirse bien. Si tiene la animadversión de Roberto Romero y sus secuaces, tendría que considerarlo una prenda de honor. Pero de que está lejos de desaparecer la ‘onda grupera’ en el PAN, está lejos.
Por mi parte debo aclarar una errata. En la entrevista escribí que Souza estuvo en la campaña que perdió Kiko Munro por la alcaldía de Puerto Peñasco en 2012. Eso nunca ocurrió. Sí estuvo en las de 2015 y 2018, ambas ganadoras.
III
Felicitación grande para la directora General de Radio Sonora, la colega y amiga María Elena Verduzco Chaires, que casi para despedirse del cargo cierra fuerte celebrando dos nuevas concesiones para la radiodifusora del estado.
Tras la gestión de la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, el Instituto Federal de Telecomunicación (IFETEL) otorga a Radio Sonora dos nuevas concesiones, lo que permitirá ampliar la transmisión radiofónica en 7 municipios y 2 comunidades serranas.
Con esto, Radio Sonora alcanzará una cobertura prácticamente del 100 por ciento del territorio estatal al autorizarse estas concesiones para las cabeceras municipales de San Javier y Bacerac, alcanzando los municipios de Huachinera, Bavispe, La Colorada y Soyopa y sus respectivas comunidades.
El tema es importante porque desde el inicio de esta administración estatal se comenzó a trabajar en la ampliación de la cobertura de la señal, que ahora llega a las zonas más recónditas de la geografía sonorense. Bien ahí.