Por Arturo Soto Munguía
Contra las paredes deben andar estrellando la cabeza aquellos que pensaron que era una buena idea invitar a Lilly Téllez para encabezar la fórmula al Senado por Morena en 2018.
La conductora de televisión nunca fue una simpatizante de las causas de la izquierda y por ello muchos morenistas sonorenses alzaron la ceja cuando se enteraron de que acompañaría a Alfonso Durazo en aquellas elecciones que tenían ganadas de antemano, como indicaban todas las encuestas que desde entonces anticipaban el tsunami obradorista.
Pero de nuevo guardaron silencio. Callaron como momias, para decirlo en palabras del propio López Obrador y más aún, aplaudieron con singular entusiasmo cada palabra de la señora Téllez en los mítines de campaña.
Lo que siguió es historia conocida. La señora entró, naturalmente en choque con las posiciones progresistas del movimiento y renunció a la bancada guinda para sumarse a la del PAN, donde ha hecho de la estridencia y la alharaca una plataforma que la ha llevado a aparecer en las listas de presidenciables en la oposición.
Y aquí sí que como dijo alguna vez “El Pelón” Rosas a propósito de versiones que surgieron por allá en el 2003 en el sentido de que Manuel Espino podía ser candidato del PAN a la gubernatura de Sonora: “ojalá lo sea y ojalá que voten por él, para ver si se les quita lo pendejos”.
Y es que la señora Lilly Téllez, como el propio Manuel Espino, representan las posiciones más oscuras del conservadurismo, pero por esas extrañas razones que escapan al entendimiento de los comunes mortales, ambos aparecieron un mal día, inopinadamente, levantándole el brazo a Andrés Manuel López Obrador. De Hecho, Manuel Espino sigue siendo un activo de Morena y hasta quiso competir por la candidatura de ese partido al gobierno de Durango. Fue parado en seco.
En alguna ocasión, y en lo que pareciera un acto de contricción, el propio presidente de la República aceptó que fue él mismo quien invitó a la señora Téllez a integrar la fórmula al senado junto a Alfonso Durazo. Es de las pocas ocasiones que AMLO reconoce un error suyo.
La senadora ha sabido capitalizar bien el clima de polarización que desde hace años campea por el país y que si bien es cierto es atizado cotidianamente desde las mañaneras, no es menos cierto que desde la oposición se le sopla también cotidianamente al fuego del discurso de odio, cayendo en una dinámica de insultos, descalificaciones y escarnios mutuos.
En un contexto así, es claro que la senadora puede convocar el voto de ciertos sectores furiosos contra el gobierno de López Obrador, que pueden ser bastante virulentos, pero poco nutridos como contingente electoral.
Estoy convencido de que Lilly Téllez sería la mejor candidata de la oposición, sobre todo para Morena. Es decir, el discurso beligerante y cruzado por todo aquello que el movimiento obradorista se ha encargado de fijar bien en el imaginario de amplísimos sectores de la población como lastres del viejo régimen la convertirían en la rival más débil.
Aquí y ahora no hay, en los escenarios proyectados por la gente más calificada en estudios demoscópicos, posibilidades reales de que la oposición gane la presidencia de la República en 2024. Pero una candidata hueca y ruidosa, como lata vacía, ciertamente, puede concitar el voto de minorías furiosas, pero sin duda ahuyentaría el de sectores mucho más amplios, incluyendo el de simpatizantes de Morena que se han desencantado del movimiento, pero no les parece ni cercanamente atractivo un personaje como la señora Téllez.
Es decir, una candidatura como la suya ayudaría a atomizar no solo el voto duro del morenismo, sino el de ese sector que ya votó contra el PRI y el PAN pero que dudaría mucho en regresarles la confianza si su abanderada tiene un perfil como el de la sonorense, que ayer protagonizó otro de sus escándalos durante la entrega de la medalla Belisario Domínguez a Elena Poniatowska en el Senado.
Al margen de regionalismos ramplones y votos viscerales, creo que la mejor candidata de AMLO para afianzar el triunfo de Morena en 2024, es la señora Lilly Téllez. Se vale disentir, desde luego, que para eso existen las libertades.
II
Ayer el gobernador del estado, Alfonso Durazo respondió una pregunta que muchos sonorenses se hacían cada vez que se mencionaba el tema de la planta fotovoltaica de Puerto Peñasco: ¿Qué beneficios concretos traerá al bolsillo ciudadano la megaproducción de electricidad en esa planta?
Al anunciar que a partir del próximo primero de mayo comenzará a ejercerse el subsidio para la tarifa de verano en Sonora, el mandatario adelantó que se encuentra gestionando ante el gobierno federal una propuesta para que una parte de los recursos que se obtengan por la comercialización de energía generada en la planta de Puerto Peñasco y en las otras que se están proyectando, se destinen para subsidiar las tarifas en Sonora.
La propuesta parece viable y de concretarse sería en justa correspondencia con lo que representan para el gobierno federal estas plantas, no solo en lo económico sino que, como columna vertebral del Plan Sonora de Energías Sostenibles encarnan junto a los otros proyectos que lo integran, la parte vanguardista de la política energética mexicana, el compromiso con la generación de energías limpias y la carta de presentación de México ante el mundo en materia de compromisos con la agenda verde.
Por cierto, el Plan Sonora fue presentado en la Cumbre California-México 2030, donde el titular del Consejo para el Desarrollo Sostenible del Estado de Sonora, Francisco Acuña Méndez lo expuso ante verdaderos ‘machuchones’ de empresas relacionadas con el sector, académicos e investigadores así como funcionarios de gobierno y gerentes de instituciones financieras internacionales.
Entre los temas expuestos destacan el desarrollo de energía renovable, la expansión de estos proyectos desde una perspectiva binacional y los alcances del plan a través de sus vertientes: energía solar, explotación de litio y licuefacción de gas.
III
En Hermosillo, mientras tanto, y a propósito de políticas vanguardistas, el alcalde Antonio Astiazarán lanzó el programa CRECE Conectado, que habilita 150 espacios públicos de internet gratuito en la cabecera municipal y el poblado Miguel Alemán.
Este fue un compromiso presentado durante su campaña por la alcaldía en 2021 y al concretarse hoy convierte a Hermosillo en una de las ciudades con mayor conectividad gratuita y sin límites del país.
Se trata de la red HMO_CONECTA que ya está disponible en 150 puntos de la ciudad y a la que se puede acceder con solo llenar un formulario. Toda la información al respecto se encuentra en la página www.wifi.hermosillo.gob.mx
El propio alcalde probó la eficiencia de la red al conectarse desde el parque Bugambilias e interactuar vía zoom con diez personas ubicadas en diversos puntos de la ciudad con quienes compartió impresiones sobre este programa que cubrirá con wifi gratuito las zonas más concurridas como plazas, parques y paradas de camión cercanas a escuelas y hospitales.