Bulmaro Pacheco
EL REPOSO DE LOS EXGOBERNADORES
Por Bulmaro Pacheco Moreno
Quizá solo la familia de Rafael Izábal Salido -gobernador de Sonora entre 1903 y 1907, y nativo de El Fuerte, Sinaloa- sepa realmente dónde reposan sus restos. Izábal murió en un barco de regreso de Europa (entre Havre y New York) en octubre de 1910 y sus familiares -se dice- se movieron activamente para que el vicepresidente de México Ramón Corral Verdugo ayudara a que sus restos fueran traídos a Sonora, donde fueron sepultados en algún lugar.
Por años se dijo que había sido sepultado en su hacienda Europa, a pocos kilómetros de Hermosillo, pero que algunos miembros de la etnia Yaqui habían profanado la tumba con el fin de apropiarse del cadáver, sin éxito. Nadie ha probado esa versión y tampoco se sabe realmente dónde fue sepultado Izábal; solo la familia.
El que sí se encuentra en el panteón Yáñez de Hermosillo es Rafael Izábal Monteverde, su hijo. La tumba de mármol blanco situada a la derecha de la entrada al panteón revela que murió en noviembre de 1929 y se registra así: “Rafael Izábal Jr.”. Rafael Izábal padre formó parte del triunvirato que gobernó Sonora de 1879 a 1911, junto con Luis Emeterio Torres y Ramón Corral Verdugo. Fue responsable del manejo de la huelga de Cananea y de la importación de “rangers” americanos para que “vigilaran” la mina en el conflicto.
También, entre otras, del manejo de la política contra los yaquis que llevó a muchos miembros de la etnia a Yucatán.
Luis Emeterio Torres -el mejor amigo de Porfirio Díaz en Sonora durante el siglo XIX- nativo del Mineral de Guadalupe y Calvo, Chihuahua (1843), líder del triunvirato sonorense fue varias veces gobernador. Murió en Los Ángeles, California, en 1935 a los 92 años. Trabajó al final de su vida para el ferrocarril Atchinson-Topeka-Santa Fe.
Ramón Corral Verdugo (Álamos, 1854) fue el político sonorense de mayor relevancia después de Félix Zuloaga (fue gobernador, senador, diputado federal, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, secretario de Gobernación y vicepresidente de las República) en el siglo XIX. Murió de cáncer en París en 1912. Sus restos reposan en el cementerio de Pére Lachaise en París, y al parecer nunca ha existido interés de sus familiares por traer los restos a México.
Alberto Cubillas Loustanau (Guaymas, 1856) fue gobernador de Sonora de 1909 a 1911, en sustitución de Luis E. Torres. Se le adjudica la orden para asesinar a Enrique Esqueda en la llamada Puerta del Sol, cerca de Ures, cuando era trasladado a Hermosillo para pactar la entrega de Arizpe a los revolucionarios. Cubillas murió el 20 de diciembre de 1932 y sus restos se encuentran en el Panteón Yáñez junto con los de su esposa Concepción Bernal, que falleció en marzo 1924. A partir del crimen, se cambió el nombre de Estación Izábal, por Esqueda en el municipio de Fronteras. Los restos de Esqueda trasladados a Hermosillo fueron depositados también en el panteón Yáñez en 1924. Ahí está una tumba muy modesta en la calle principal del panteón con su nombre: Enrique Esqueda (1881-1911).
Ex gobernadores de Sonora sepultados en otras partes: José María Maytorena en el panteón de Dolores y Adolfo de la Huerta, en el panteón Francés de San Joaquín en el Distrito Federal; Plutarco Elías Calles, en el monumento a la Revolución; Cesáreo Soriano, el que firmó y promulgó la Constitución estatal en 1917, en un panteón de San Diego, California.
Alejo Bay Valenzuela (1923 – 1927) fallecido en 1952 se encuentra en el lote de la familia Bay-Tapia en el Yáñez. Fausto Topete Almada (1927-1929) murió en 1952 y sus restos quedaron en Mexicali.
El exgobernador Rodolfo Elías Calles Chacón, nacido en Guaymas en 1900, fue electo gobernador para el período (1931 – 1935). Fue un personaje muy influyente en la política local, miembro del gabinete del presidente Lázaro Cárdenas, sufrió la tensión y las diferencias políticas entre su padre y el presidente Cárdenas, que derivaron en el exilio del expresidente en 1936 a San Diego, California.
Rodolfo Elías Calles es recordado por sus grandes aportaciones para que Norman Borlaug, el premio Nobel de la Paz, desarrollara sus investigaciones agrícolas en terrenos del Valle del Yaqui (donde ahora se encuentra el Instituto tecnológico federal) donados por el exgobernador. También se le recuerda por su actuación como presidente municipal de Cajeme (1952-1955) -a solicitud del presidente Ruiz Cortines, retirado antes por su propia voluntad- dejando en el cargo al regidor Faustino Félix Serna. Le fue ofrecida la candidatura a senador en 1964 por el candidato presidencial Gustavo Díaz Ordaz, pero declinó la invitación cuando supo que iría en fórmula con Juan de Dios Bojórquez, ex constituyente por Sonora en 1917. La senaduría recayó entonces en Alicia Arellano Tapia.
Rodolfo Elías Calles nació en Guaymas, vivió en Cajeme, gobernó Sonora, impulsó la agricultura del Valle del Yaqui, pero sus restos descansan en el Panteón Yáñez de Hermosillo; todo un misterio. Su tumba es muy modesta, sin motivos religiosos, ni leyendas, fabricada con cantera y granito de color café. Está visible en la esquina que forman el bloque 12 poniente la calle San Agustín y Avenida 12 solo contempla: Rodolfo Elías Calles Chacón (junio 29, 1900-junio 29, 1965) y su esposa Emilia Lacy de Elías Calles (abril 23 de 1900-mayo 9, 1993).
Igual está la del exgobernador Luis Encinas Johnson (1961-1967), que solo se identifica en un gran lote de mármol a la izquierda de la entrada al panteón, solo con la leyenda: “Familia Encinas”.
Ramón Rodrigo Francisco Ramos Almada, gobernador electo para el período 1935-1939, murió accidentalmente al disparársele un rifle en el camino de la ciudad de Chihuahua a Delicias, el 2 de marzo de 1937. Sus restos descansan en Chihuahua. Su gobierno quedó en medio del pleito entre Cárdenas y Calles, y el Senado desapareció los poderes apenas a los tres meses de su encargo en 1935.
Lo sustituyó el General Jesús Gutiérrez Cázares (1935-1937), de Los Camotes, Álamos. Gutiérrez murió en mayo de 1984 y está sepultado en el Panteón del Carmen en Ciudad Obregón.
Román Yocupicio de Masiaca (1937-1939), murió en 1950 y está sepultado en el panteón de Navojoa.
Anselmo Macías Valenzuela (1939-1943) en su gobierno se fundó la Universidad de Sonora, murió en 1965 y sus restos están en el panteón de Huatabampo. Abelardo L. Rodríguez (1943-1947) murió en 1967 en Baja California y sus restos están en El Sauzal, municipio de Ensenada. Horacio Sobarzo Díaz (1947-1949) murió en Hermosillo en 1963, fue sepultado en el lote familiar del Yañez.
Ignacio Soto Martínez (1949-1955). Murió de un infarto en un hotel de Los Ángeles, California, el 28 de julio de 1962. Sus cenizas se depositaron en un nicho de la Iglesia del Espíritu Santo en Hermosillo. Álvaro Obregón Tapia (1955-1961), murió el 27 de septiembre de 1993 en Tucson, Arizona, de cáncer de páncreas. Sus cenizas están depositadas en un nicho familiar en la Catedral de Hermosillo.
Faustino Félix Serna (1967-1973), muere en abril de 1986 y fue sepultado en el Panteón del Carmen, en Ciudad Obregón.
Carlos Armando Biébrich (1973-975) muere el 14 enero del 2021 y sus cenizas fueron depositadas en la iglesia del espíritu Santo.
Las cenizas del exgobernador Alejandro Carrillo Marcor (1975-1979) por disposición de él mismo, fueron esparcidas en un ejido del Valle del Yaqui en 1998. El ingeniero Rodolfo Félix Valdés (1985-1991) murió un 21 de mayo del 2012 -un día antes de cumplir 90- y sus cenizas fueron depositadas en la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, en la Ciudad de México. Mucho, de la grandeza de Sonora con altas, bajas y con avances notables se debe a ellos…Y a los que todavía viven… Sin duda.
Bulmaro Pacheco
CANDIDATOS… EN SUS MARCAS… ¡LAS CAMPAÑAS!
por Bulmaro Pacheco
El pasado 1 de marzo empezaron oficialmente las campañas políticas para integrar dos de los Poderes de la Unión: El Ejecutivo y el Legislativo.
Los candidatos a distintos cargos de elección popular tienen hasta el 29 de mayo para transmitir sus ofertas políticas a los casi 100 millones de votantes (98.9) inscritos en la lista nacional de electores al cierre del pasado 22 de febrero.
¿Cuántos de ellos votarán?
No se sabe a ciencia cierta cuál será el porcentaje de participación que habrá de registrarse el próximo día 2 de junio. Lo deseable es que esa cifra se acerque o supere el índice de participación logrado en la elección de Ernesto Zedillo en 1994, que fue del 77.16%, y con una abstención apenas del 22.84%; en la elección del 2000, con todo y la cacareada victoria de Vicente Fox, la participación fue apenas del 63.97%.
En la controvertida, cuestionada y todavía reclamada elección del 2006, donde la diferencia entre el primer lugar (Felipe Calderón 35.89%) y el segundo (López Obrador 35.33%) fue menor a un punto porcentual, el nivel de participación fue del 58.23%.
En la elección de Enrique Peña Nieto en 2012, cuando le ganó (38.21) por casi 7 puntos a Andrés Manuel López Obrador (31.59%), el nivel de participación fue del 63.34%.
Con todo y lo que se ha presumido y alardeado de la elección del 2018, donde Andrés Manuel López Obrador y la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES ) logró obtener el 53.19 % de la votación, el índice de participación ciudadana llegó al 63.42%
Lo deseable ahora y para la próxima elección es que haya un mayor nivel de participación a todos los niveles, por lo que está en juego.
Se habla de dos proyectos en pugna para la Presidencia de México (2024-2030): El que anuncia un “segundo piso” (sic) de la llamada “Transformación”, que ha sido el discurso dominante del gobierno federal que termina el último día de septiembre del 2024. Y el que anuncia un cambio radical de las políticas puestas en práctica en el sexenio y que concluye con un saldo nada positivo para las principales demandas de la gente como la seguridad, la salud y el desarrollo.
La propaganda oficial acusa a sus adversarios de pretender el “regreso” de los que se aprovecharon de los gobiernos para empobrecer a México y alegan que los actuales gobernantes y los que pretenden repetir en sus cargos representan algo diferente, ya no como los de antes.
De la parte oficial sobran calificativos ideológicos contra lo que ellos llaman “los conservadores” o “representantes de la reacción que buscan recuperar privilegios, concretamente a Xóchitl Gálvez y a su equipo de campaña. Los del Frente acusan de incompetencia al gobierno que termina este año y de “continuismo” a quienes aspiran a relevar al Ejecutivo federal con la candidata Claudia Sheinbaum a la cabeza.
Al electorado lo han tratado de desmotivar presumiéndole encuestas de dudosa procedencia y que marcan una desproporcionada ventaja de la candidata oficial sobre su principal adversaria.
Sí es cierto que Claudia Sheinbaum lleva ventaja, aunque no tanta. Entre otras razones, por su exposición diaria en el gobierno de la Ciudad de México y porque ha tenido a su favor la enorme campaña que el presidente de la República le hace a cada rato en las llamadas “mañaneras”, y también por los excesos de publicidad que ya llevan años en espectaculares, bardas y mensajes a cargo de los gobernadores estatales de Morena, que en 2021 descubrieron a la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México como la favorita del presidente para sucederlo.
Pero también es cierto que Xóchitl Gálvez tiene a su favor el enorme descontento social que priva en sectores importantes de la sociedad mexicana y que no han visto cambios favorables desde el gobierno en beneficio de la gente -a excepción del sistema de pensiones, no contributivas para los adultos mayores- y padecen todos los días la gran crisis de seguridad pública reflejada en homicidios, desapariciones y la falta de calidad en la atención a la salud y los servicios elementales.
También tiene Xóchitl a su favor el activismo de tres partidos políticos que seguramente habrán de activar interlocución con las estructuras políticas para encauzar las principales demandas de la gente, a través de los partidos y sus liderazgos en los principales niveles.
A su favor tiene también las principales expresiones de descontento social y político ciudadano, como las observadas en las concentraciones -sin acarreos y minimizadas por el gobierno- en el Zócalo y en las capitales de los estados en meses pasados en defensa del INE, de los órganos autónomos y de la democracia.
La candidata oficial cuenta con el apoyo incondicional del gobierno federal, con todas sus estructuras a nivel local y nacional. También el de los gobernadores estatales, principales responsables de llenar con acarreados de toda la República el Zócalo de la Ciudad de México el día del arranque de la campaña.
Obviamente la candidata oficial dispondrá de mayores recursos económicos y de las estructuras de gobierno. Y también de quienes jugando al oportunismo político -ex militantes del PAN, PRI y PRD- fueron “convencidos” de apoyar la causa oficial a cambio de lugares en las listas de diputados federales y senadores de Morena y sus aliados.
Ahí están quienes apenas un año atrás despotricaban contra el presidente López Obrador y su partido y las principales acciones de su gobierno. Ahora cambiaron camisetas y se ostentan defensores de la candidata oficial y las banderas de Morena. Los acusados antes de corruptos recibieron ya su “certificado de purificación” por el solo hecho de anunciar sus renuncias al partido de origen y de apoyar al gobierno.
Todo eso lo registra el votante potencial: La corrupción que no ha disminuido, el dinero dudoso dedicado a la política, los errores administrativos, los rezagos sociales, la simulación en las políticas públicas, la falta de diálogo y consensos, los elefantes blancos registrados como obras emblemáticas y que todos tendremos que pagar, así como el nepotismo generalizado en las administraciones públicas y los cacicazgos familiares como los de Guerrero, Zacatecas y la Ciudad de México, entre otros. Por eso quienes piensen o afirmen que todo está decidido ya, o rayan en la ignorancia o viven otra realidad.
El 1 de marzo empezó lo que será la contienda electoral más tensa que haya vivido México en los últimos años, y que estará determinada por dos factores fundamentales: Un gobierno que se siente dueño de la moral y cree llegó para quedarse y no se quiere retirar del escenario político, y los poderes fácticos (delincuencia organizada) que están también listos para entrarle al juego político con total impunidad, como se ha visto ya en Guerrero, Jalisco, Michoacán y Chiapas, donde exigen representación y candidaturas, no por las vías legales ni políticas, sino por los balazos y dejando los abrazos para después, como el lamentable caso de los candidatos municipales de Maravatío asesinados ésta semana…
Bulmaro Pacheco
LEGISLADORES FEDERALES: UNA APROXIMACIÓN
Por Bulmaro Pacheco
Leonardo Yáñez Vargas, secretario del ayuntamiento (1979-1982) y presidente municipal (1982 a 1985) de Agua Prieta, fue el primer senador de primera minoría que tuvo Sonora en la LVI Legislatura del Congreso de la Unión (1994-2000). Antes de esa elección, la figura de la “primera minoría” no existía, fue fruto de la reforma publicada el 3 de septiembre de 1993 para ampliar el número de senadores por estado.
Por diferencias con Manuel Espino, el delegado del PAN de entonces, Yáñez renunció al grupo parlamentario de Acción Nacional en 1997 y terminó como legislador independiente.
Había participado representando al PAN en la elección de 1994 contra los priistas Guillermo Hopkins Gámez y Armando López Nogales. López Nogales sería candidato a gobernador en 1997 y su lugar lo ocupó Gilberto Gutiérrez Quiroz. Hopkins terminó su período.
Yáñez Vargas, originario de Esqueda, asesor fiscal, egresado del Tecnológico de Nogales, llevó como suplente a Bonifacio Navarrete Santamaría, y actualmente reside en Arizona.
Los primeros Senadores de lista por Sonora, fueron: Luis Colosio Fernández (PRI) y Leticia Burgos (PRD) del 2000 al 2006. Colosio llevó como suplente a la chiapaneca Blanca Ruth Esponda Espinosa. Burgos, cajemense, química por la Universidad de Sonora y activista en el Estado de Guerrero, llevó como suplente a Blas Rafael Palacios Cordero.
La figura de “senador de lista” se negoció entre todas las fuerzas políticas para reformar el artículo 56 de la CPEUM, el cual se publicó el 22 de agosto de 1996 (también se logró la plena autonomía del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación).
Colosio Fernández asumió el cargo de senador junto a Eduardo Bours como legislador de “primera minoría” por Sonora, cuando éste perdió la elección contra Ramón Corral y Héctor Larios, la fórmula del PAN.
Sonora tuvo cinco senadores en esa legislatura: Corral, Larios, Colosio, Bours y Burgos. Corral y Bours solicitaron licencia en 2003 para contender por la gubernatura del Estado, quedando en los escaños sus suplentes: Carlos Villalobos Organista y Francisco Bojórquez Mungaray.
Bours fungió como gobernador de Sonora del 2003 al 2009 y Corral asumió la titularidad de Conapesca en el último tramo del gobierno de Vicente Fox. Para la elección federal del 2006 participaron tres fórmulas: Alfonso Elías Serrano y Óscar López Vucovich (PRI), Guillermo Padres y Javier Castelo Parada (PAN) y Alfonso Durazo y Patricia Patiño (PRD). Ganó la fórmula del PAN y Alfonso Elías Serrano sería el senador de primera minoría. Como senador de lista entró Manlio Fabio Beltrones, para el período del 2006 al 2012.
En 2009 tanto Padrés como Alfonso Elías solicitaron licencia para contender por la gubernatura y en sus curules quedaron Emma Lucía Larios Gaxiola y Fermín Trujillo Fuentes. Padrés ya no regresó al Senado y Alfonso Elías concluyó su período. En esa legislatura Sonora tuvo 4 senadores: Larios Gaxiola, Javier Castelo, Alfonso Elías y Beltrones.
En 2012 los candidatos al Senado fueron Claudia Pavlovich y Ernesto Gándara (PRI), Francisco Búrquez y Florencio Díaz (PAN), Ana Gabriela Guevara y Alba Celina Soto Soto (PRD), Rodolfo Montes de Oca y María Parada (Verde Ecologista), y David Parra Medina y Concepción Puebla Romo (Nueva Alianza).
En esa Legislatura Sonora tuvo cinco senadores: Claudia Pavlovich (Anabel Acosta), Ernesto Gándara, Francisco Búrquez, y como senadores de lista: Ana Gabriela Guevara, por el PT, y Héctor Larios, por el PAN. Pavlovich solicitó licencia al cargo en 2015.
En 2018 Los candidatos fueron: Alfonso Durazo y Lily Téllez (Morena), Silvana Beltrones y Manuel Acosta (PRI), Antonio Astiazaran y Leticia Cuesta (PAN). Ganaron la elección Durazo y Téllez, Sylvana Beltrones fue la de primera minoría, y como legisladores de lista: Damián Zepeda Vidales, del PAN y Patricia Mercado, de Movimiento Ciudadano. De nueva cuenta Sonora ha tenido en la legislatura cinco senadores.
Durazo cedió su escaño a Arturo Bours Griffith al asumir la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno federal y, posteriormente, la candidatura al gobierno del Estado. Lily Téllez se pasaría de Morena a Acción Nacional.
Para el 2024 la lucha por el Senado de la República en Sonora luce competida, incierta e intensa.
Manlio Fabio Beltrones y Lily Téllez por la alianza PAN PRI PRD. Beltrones iría por su tercera senaduría desde 1988, y Téllez por la reelección, ahora postulada por el PAN. En candidaturas simultáneas Beltrones va en quinto lugar en la lista nacional del PRI y Téllez en cuarto en la lista del PAN.
Por Morena van la exdirectora del DIF y diputada federal Lorenia Valles, y el exsecretario de Infraestructura y Desarrollo Urbano y diputado federal Heriberto Aguilar.
El diputado local Ernesto de Lucas y Dolores Rosas Almada irán por Movimiento Ciudadano.
Célida López Cárdenas, exdiputada local,exalcaldesa de Hermosillo y Froylán Gámez Gamboa, exdirector del Isssteson, van como candidatos del Partido del Trabajo.
Se ha dicho que los desprendimientos de la alianza de Morena obedecen a una estrategia del partido en el gobierno, que ha anunciado que en 20 entidades irán en alianza los tres partidos (Morena, Verde y PT) y en 12 irán solos -con el propósito de explorar la posibilidad de hacerse de 12 senadurías más- para llegar a la mayoría calificada en la Cámara alta.
Es decir, apuestan que con sus aliados pueden conseguir en algunos estados las dos bancas de mayoría relativa y que con el Verde o el PT por su lado pudieran obtener la primera minoría para así alcanzar tres senadores por estado y lograr la Mayoría calificada en la Cámara alta que por ahora no la tienen. “Plan C de Sheinbaum le llaman”.
Tanto Aguilar como López Cárdenas, ambos candidatos se han sincerado y revelado que en Sonora la verdadera intención de esa estrategia es cerrarle al paso a la fórmula Beltrones-Téllez para que no ganen ni la mayoría, ni la primera minoría lo que revela también un gran temor.
Eso explica tantos cambios y tantas altas y bajas en tan poco tiempo en el tablero de candidaturas de Morena donde algunos se duermen síndicos y se despiertan diputados. Esa fórmula, más Ernesto Gándara por el quinto distrito federal les alteró toda la estrategia, -dicho por ellos mismos-.
En Sonora es complicado entender la nueva estrategia de la 4T, porque el voto duro de los partidos opositores al oficialismo -con todo y las estrategias del transfuguismo estimulado desde el poder-, ya está definido y el de Morena y sus aliados puede dividirse -de hecho se va a dividir- al multiplicar las opciones del votante fiel a su causa, con el riesgo de derrumbar el propósito original de acumular más escaños.
El PT nunca ha pasado del 10% de la votación en Sonora desde que fue creado hace 34 años. Y se acostumbró a los recursos públicos (El mismo PRI lo salvó de perder el registro nacional en 2015 al traspasarle votos) por lo que en lo local la contienda por el Senado se centrará principalmente entre los candidatos de Morena (cuyo voto duro ronda el 25%) y los del frente PRI-PAN-PRD (cuyo voto duro sumado anda entre el 28 y el 30%).Cualquier otro cálculo resulta complicado porque -por ahora- es imposible predecir una tendencia, ya que también va una cuarta candidatura que es la de Movimiento Ciudadano, -la que al parecer ni al gobierno ni a Morena les interesa ya- un partido que en Sonora tampoco ha rebasado la barrera del 10% en elecciones ni como Convergencia ni como MC. Las campañas federales que inician el próximo viernes 1 de marzo auguran muchas sorpresas. Hay que estar pendientes…
Bulmaro Pacheco
LO QUE SE JUEGA EN SONORA
Por: Bulmaro Pacheco
El próximo dos de junio los sonorenses iremos una vez más a las urnas a expresar por medio del voto nuestra decisión política más importante de cada tres años: Cambiar o ratificar el rumbo político de distritos y municipios (ahora tomando como base lo ocurrido en 2018 y el 2021).
En 2021, en la elección de diputados locales, Morena obtuvo el 31.61% de los votos, el PRI: 18.01, PAN: 10.8, Movimiento Ciudadano: 8.58, el Partido del Trabajo: 7.6; PANAL: 5.6, el Verde: 5.2, el PRD: 3.9 y el PES: 3.4%.Tanto Fuerza México como Redes sociales progresistas desaparecieron al no obtener el 3% de la votación.
La diferencia con lo que ocurrió hace tres años es que ahora se juega la posición política más importante del país: la Presidencia de la República, que se suma a la renovación total del Congreso de la Unión: 128 senadores y 500 diputados federales.
La apuesta del partido en el poder, además de ganar la Presidencia, se concentra en tratar de ganar la mayoría calificada en ambas Cámaras del Congreso; es decir, 333 curules de diputados y 96 bancas de senadores.
Con esa actitud triunfalista que siempre buscan proyectar, sienten la Presidencia en la bolsa y apuestan por el Congreso, para que no les pase lo del 2021 que, con todo y su presunción de “transformaciones” de casi tres años en el gobierno, perdieron varias ciudades capitales, la mitad de la Ciudad de México y la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
En 2018 no lograron la mayoría en el Senado y han resentido y pretextado que eso les limitó llegar al fondo de las reformas que no han podido concretar ante el bloque opositor, y en otras ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, principalmente del 2021 a la fecha.
Para el PRI resulta una situación inédita de la elección del 2024: Por primera vez en la historia política del estado el PRI llegará a los comicios sin tener diputados locales ni federales y con un solo ayuntamiento surgido sin alianzas de sus propias filas (Ímuris).
El PRI sonorense no ganó distritos federales de mayoría en el 2021, y de los locales ganó dos en la capital y le tocaron otros dos de representación proporcional. Pero dos (los de mayoría) se fueron a Morena y los otros dos a Movimiento Ciudadano, a muy alto costo y sin mayor razón que el cálculo y la ambición política, dejaron vacía la bancada tricolor de la LXIII Legislatura del Congreso y aunque les valga, la historia los juzgará.
El PRI y la coalición con el PAN y el PRD ganaron 18 municipios en el 2021, 4 el PAN, 1 el PRI, 2 Va por Sonora y 1 el PRD (Bacoachi). Por su parte, Morena ganó 23; el Partido del Trabajo 8; Nueva Alianza 2; Redes Sociales Progresistas 3; Movimiento Ciudadano 7 y se dieron 3 triunfos independientes: Magdalena, Nacozari y Cananea.
Pasado el tiempo y con las crisis de identidad, así como el agresivo plan del gobierno estatal para debilitar adversarios, Divisaderos se pasó del PRI a Movimiento Ciudadano, San Miguel de Horcasitas y Rosario Tesopaco (también del PRI) a Morena.
Morena cooptó para sí los tres ayuntamientos (Bácum, Quiriego, Sáric) que ganó el desaparecido partido RSP, sumó los dos que ganó el Panal (Huásabas y San Pedro de la Cueva), y a los ocho que ganó el Partido del Trabajo. Baviácora también se fue de Movimiento Ciudadano a Morena.
La mayoría de los que se han ido a Morena (excepción de San Miguel y Rosario) se han regresado, al fallar la operación política de los morenos y al no cumplirles lo que les prometieron de origen.
Algunos regidores que habían destacado en el PRI y que fueron candidatos, como Jorge Márquez en Navojoa y Anabel Acosta en Cajeme, se cambiaron a Morena. No se sabe hasta ahora del destino inmediato de Márquez, pero la regidora Acosta aparece ahora como candidata a la diputación federal por el Distrito 6. Igual Alma Higuera, que entró por el PRD y a medio período se fue a Morena, ahora aparece como candidata de este partido por el Distrito 7 federal.
Los tres ayuntamientos independientes (Magdalena, Cananea y Nacozari) hasta ahora no han dado color partidista y se presume que seguirán impulsando esa vía en el futuro inmediato, a pesar de que no les han faltado ofertas de parte de Morena para que engrosen sus filas.
Las cosas han cambiado en Sonora en relación a lo ocurrido en 2018 y 2021, por varias razones que se hace necesario enumerar.
La cacareada bandera de los 36 años perdidos en Sonora (1985-2021) en materia de gobierno estatal ha terminado por desgastarse y perder eco con la gente, ante la carencia de una oferta en obras y servicios que cuando menos iguale o supere lo hecho desde 1985 a la fecha (carretera de 4 carriles, presas, universidades, modernización de poblaciones, ampliación de los servicios públicos, etcétera). No hay tal hasta ahora.
Las acusaciones de corrupción contra el gobierno de Claudia Pavlovich se han ido desinflando poco a poco ante las evidencias presentadas por los órganos superiores de control (el ISAF en lo local y la Auditoría Superior de la Federación en lo relativo a los recursos federales), que hasta ahora hablan solo de 70 millones pesos -en proceso de aclaración- de los más de 300 mil millones que se manejaron en el sexenio anterior.
La inseguridad se ha agravado en la entidad a pesar de tanta reforma hecha en el papel, pero tímidas ante los factores reales de poder.
La Guardia Nacional no ha funcionado en la entidad como sí lo hizo la antigua policía federal, y la población de Sonora actualmente se mantiene en ascuas constantemente, tanto en las ciudades como en las carreteras. Todos los días hay noticias sobre ajusticiamientos y crímenes.
Hay regiones de Sonora que de cinco años a la fecha están sometidas por el crimen organizado, y no tardará mucho para que en la entidad -de no corregir el rumbo- se vivan situaciones como las que se observan en Zacatecas, Guerrero y Michoacán, donde el crimen organizado ha desplazado a todos los niveles de autoridad.
Han faltado programas agresivos de vivienda y apoyos sociales firmes a la gente y para los gobiernos municipales, que en todos los ramos de la gestión pública e infraestructura observan crisis recurrentes.
No ha bastado con el sistema de despensas ni con el anuncio de las becas para paliar las necesidades y la pobreza. Falta hacer aún más que los llevados y traídos programas de justicia y mejoramiento de las etnias. Hay otros pobres también.
No ha alcanzado el discurso de la creación de nuevos empleos, cuyo mérito no es del gobierno estatal sino de los empresarios que están reponiendo los empleos perdidos por la pandemia, y las nuevas inversiones extranjeras producto del nearshoring en las fronteras.
Se han incrementado los casos de nepotismo en las administraciones públicas y han llegando a niveles inconcebibles en otros tiempos, al grado de tener a familiares directos en cargos públicos. Morena ha roto todas las reglas y han hecho trizas la legislación en la materia. Violentar la ley es como un día de campo para ellos, no les importa el estado de derecho.
Hasta ahora los 4T en México y en Sonora han desestimado el descontento social que se manifiesta a toda hora, en todo momento y por todos los medios; no ha bastado acusar conspiraciones de conservadores, la gente no está conforme con la 4T y lo expresa.
Hay insatisfacción social creciente con los gobiernos de Morena y eso necesariamente habrá de influir el próximo 2 de junio. Falta por analizar el impacto político de las candidaturas al Senado por Sonora y el movimiento del tablero político estatal que han propiciado. Ya lo veremos.
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