EL ZANCUDO | HOSPITAL DE ESPECIALIDADES: MITOS Y REALIDADES

Por Arturo Soto Munguía

Fuimos convocados ayer para un recorrido guiado por el nuevo Hospital General de Especialidades en Hermosillo. Allí pudimos constatar que si bien no está funcionando al 100 por ciento, tampoco es el elefante blanco y ocioso que algunos se empeñan en describir.

Está, ciertamente lejos de ser utilizado por completo y eso obedece a varias causas, pero dos de ellas son las más importantes: la primera es que por tratarse de un hospital de especialidades, los pacientes deben ser referidos desde otros nosocomios y eso no sucede por la segunda causa: aún no está funcionando el banco de sangre y por tanto no entra en operación el servicio de emergencias y el de cirugía crítica, que son de las más requeridas, de acuerdo con el doctor Jorge Rubén Bejar, director General.

Eso se traduce también en una subutilización, pues de las 300 camas con que cuenta el hospital solo están ocupadas 19; esto es un asunto que se corregirá al finalizar el mes de marzo, cuando todos los servicios del viejo Hospital General migren al nuevo, cuyas instalaciones y equipamiento se encuentran al 95 por ciento y el cinco por ciento restante se trata de máquinas que no han sido licitadas.

Pero ya se están ofreciendo servicios y atención en 22 especialidades médicas como oftalmología, otorrinolaringología, medicina física y rehabilitación, entre otras. Se ofrecen además servicios de imagenología (tomografía, resonancia magnética, rayos X) con equipo altamente especializado que no se encuentra en ningún otro hospital de los servicios de salud del estado.

Más aún, hasta el año pasado, este tipo de servicios se ofrecían por la vía de la subrogación en hospitales privados, lo que significaba cientos de millones de pesos al erario estatal; hoy son completamente gratis.

De hecho, ninguno de los servicios en el nuevo nosocomio tiene un costo para el usuario.

Hay diez quirófanos listos para ser utilizados y solo se espera terminar de migrar el servicio completo de anestesiología y el de transfusión de sangre; de noviembre a la fecha se han brindado 9 mil 500 atenciones entre consultas de especialidad, servicios de gabinete e imagenología

La meta, de acuerdo con el doctor Bejar es que para abril próximo ya se encuentre funcionando casi en su totalidad lo cual, a pesar de la historia que ya todos conocemos de este hospital que costó unos 2,200 millones de pesos y cuya operación total se ha venido postergando, es una buena noticia toda vez que sus instalaciones, máquinas y equipos son realmente de primera, y cuenta con personal médico y de enfermería altamente capacitado.

Por cierto, hay 300 plazas de enfermería disponibles.

II

Tamaulipas pinta de cuerpo entero lo que política y electoralmente sucede en el resto del país: un gobierno al que le basta su base electoral alimentada con los programas sociales para ganar sobradamente los comicios y una oposición que trabajosamente convoca a su voto más duro, insuficiente para alcanzar niveles de competitividad serios.

El domingo pasado se llevó a cabo una elección extraordinaria para decidir quién ocuparía el escaño que dejó vacío, con su muerte el senador Faustino López, quien llegó como suplente del actual gobernador Américo Villarreal cuando este solicitó licencia para competir como candidato de Morena a la gubernatura en una contienda que finalmente ganó.

Ciertamente la del domingo se trató de una jornada extraordinaria sobre un solo cargo de elección, por lo que naturalmente la participación ciudadana se esperaba baja, pero nadie esperaba que tanto. A las urnas apenas acudió el 21-9 por ciento de la lista nominal, uno de los porcentajes más bajos de los que se tenga memoria en procesos recientes.

Los números muestran una radiografía clara de lo sucedido.

El candidato de la alianza Juntos haremos historia (Morena-PT) fue José Ramón Gómez Leal. De extracción panista, se pasó a las filas de Morena tras el triunfo de López Obrador en 2018 y asumió el cargo de coordinador de programas federales en Tamaulipas, acaso la plataforma más codiciada para fines electorales en los estados.

La coalición Va por Tamaulipas (PRI-PAN-PRD) postuló a Imelda Sanmiguel Sánchez, exdiputada del blanquiazul.

Los resultados fueron abrumadores: 421 mil votos para el candidato de la coalición oficialista; 130 mil para la alianza opositora. El ganador triplicó los votos obtenidos por la candidata del PRI-PAN-PRD. En la contienda participó también Manuel Muñoz Cano por el PVEM pero su resultado fue absolutamente marginal.

Para que le vayan echando pluma: Sonora y Tamaulipas tienen una lista nominal muy parecida, rondando los 3 millones de electores (la de Tamaulipas es ligeramente menor (2.8 millones). El listado de beneficiarios de los programas sociales también es muy parecida, rondando los 600 mil inscritos.

En 2021 la elección para gobernador en Sonora la ganó Alfonso Durazo con 496 mil votos, mientras que la elección a senador la ganó antier José Ramón Gómez con 421 mil votos.

La única explicación para que una elección extraordinaria para senador convoque a las urnas a una cantidad similar a la obtenida en Sonora durante la elección de gobernador se encuentra en los programas sociales, el nuevo voto duro de Morena.

El hecho de que en Sonora el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD haya obtenido 339 mil votos radica en buena medida a que aquí gobernaba el PRI y aunque hay señalamientos en el sentido de que Claudia Pavlovich no metió las manos para favorecer a Ernesto Gándara, el resultado fue muy diferente al que obtuvo ahora esa alianza en Tamaulipas, donde gobierna Morena: apenas 130 mil votos.

El otro dato importante que deja la elección en Tamaulipas es el rotundo fracaso de la alianza opositora para convocar a las urnas a los ciudadanos y ciudadanas. Ya sin los recursos del poder, casi el 80 por ciento de los tamaulipecos despreciaron la elección.

Entre los tres partidos apenas concitaron las simpatías del 22 por ciento de quienes acudieron a las urnas. No de la lista nominal, sino de ese 20 por ciento que fue a votar. O sea, prácticamente nada.

Mientras, el candidato de Morena-PT obtuvo el 71 por ciento de las preferencias entre ese flacucho 20 por ciento que acudió a las urnas.

Flacucho, pero no tanto como para impedirle triplicar los votos de la oposición.

Por cierto, para la elección intermedia de 2024 en Sonora, Morena estará gobernando. Ahí para que le vayan echando pluma.