EL ZANCUDO | JESÚS MANUEL ACUÑA, GENIO Y FIGURA HASTA LA SEPULTURA

Por Arturo Soto Munguia

El narcisismo es un trastorno mental en el cual las personas tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas y una carencia de empatía por los demás.

Esta es la definición más básica que arroja una simple búsqueda de ese término en Google, a la que nos llevó la lectura de la carta de renuncia del señor Jesús Manuel Acuña Méndez, ex director del Isssteson, hecha pública por él mismo en su cuenta de Twitter, en el contexto de los cambios que se están llevando a cabo en el gabinete legal y ampliado del gobernador Alfonso Durazo.

Cambios que, vale decirlo, se han asumido institucionalmente por los involucrados -excepción hecha del joven Acuña- con la madurez de quienes saben que los cargos en el servicio público son transitorios y eventualmente pueden resultar efímeros.

En el despacho de ayer hacíamos notar cómo la ex secretaria del Trabajo, Olga Armida Grijalva estuvo presente en la toma de protesta de su sucesor, Francisco Vázquez Valencia. Con un semblante sombrío, pero ahí estuvo para probar su institucionalidad y respeto a los protocolos propios de estos ciclos.

Jesús Manuel Acuña optó por no asistir, dejando solo al secretario de Gobierno Álvaro Bracamonte, que en representación del gobernador Alfonso Durazo le tomó la protesta al nuevo director del Isssteson, Froylán Gámez Gamboa.

Quizá consideró, desde el sentido desmesurado de su propia importancia, que ninguno de los tres se merecía su presencia. Mucho menos si de dejar para la posteridad el momento de su salida del mesón del duracismo se trataba.

Por el contrario, optó por la estridencia y decidió publicar esa carta que más bien parece un manifiesto a la ciudad y al mundo, un monumento al yoyo; una oda a la egolatría propia, un recital de sus virtudes y una anatema a las imperfecciones de los otros y algunos reproches velados y no tanto a su exjefe, por haber prescindido de sus servicios dejando ir la oportunidad de mantener cerca al único e irrepetible cruzado de la transparencia, la honestidad, la eficiencia y el compromiso con la cuarta transformación.

La redacción trasluce amargura, despecho, quejas sobre la austeridad republicana a la que fue sometido y elogios en boca propia que, como se sabe, terminan siendo vituperios. Y no pocos reclamos.

Hay una parte que resulta reveladora. El joven exfuncionario es insistente en resaltar que durante el año que estuvo al frente del Isssteson, esa dependencia fue LA ÚNICA donde se combatió a la corrupción y a los intereses financieros de lo que llama ‘grupos de influencia’, a pillos y charlatanes.

Y que fue EL ÚNICO que llevó a cabo acciones para combatir la opacidad, las licitaciones amañadas y los pactos corruptos, lo cual sugiere que en el resto de las dependencias estatales esas prácticas son la norma, lo que en todo caso lo obliga a aportar la carga de la prueba, pues todo funcionario público que tenga conocimiento de un delito de esa u otra naturaleza, incurre a su vez en otro delito, el de encubrimiento, al menos.

Por donde quiera que se le vea, el texto además de ser un nítido reflejo de su estado de ánimo es una puñalada trapera al gobernador, explicable quizá por el arrebato del momento, que lo lleva incluso a reclamarle: “Como se sabe (no explica por qué tendría que saberse. N de la R) fui yo quien quizá más defendí su candidatura a Gobernador ante la opinión pública, prometiendo que la marca de la casa sería capacidad y honor”, lo cual también sugiere que, como dice más adelante cuando agradece a sus colaboradores, son tiempos “donde la capacidad y decencia no sobran en la burocracia”.

Traducción: la probada honestidad, congruencia y compromiso son virtudes mías y de mi equipo. Todos los demás están bajo sospecha de corrupción. Algo así como aquel viejo apotegma que reza: “las únicas mujeres santas y puras son: mi esposa, mi madre y mis hijas. Todas las demás son seducibles y por lo tanto prostitutas”.

Eso sí, se despide “con gratitud” del gobernador, lo que no deja de tener un regusto agridulce de ironía.

Genio y figura, el joven Acuña se va en medio de la estridencia que por lo visto resulta ser el juego que mejor juega y que más le gusta, dijera Serrat.

Por cierto, ayer trascendió que habrá nuevos cambios. En relevo de Francisco Vázquez en la secretaría Particular entraría David Mendoza, actual secretario Técnico del Consejo Nacional de Morena. Y en sustitución de Rodolfo Castro Valdez en la jefatura de la Oficina del Ejecutivo estaría llegando el secretario de la Consejería Jurídica, Adolfo Salazar Razo, ambos soldados de probada lealtad al gobernador.

II

Y para seguir con los cambios, la fiscal estatal tomó protesta ayer a Ramón Tadeo Gradias Enríquez como vicefiscal de Control de Procesos, y a Julián Gustavo Bustamante Pérez como vicefiscal de Derechos Humanos y Búsqueda de Personas Desaparecidas.

Ellos se venían desempeñando, respectivamente como director de Asuntos Jurídicos de la fiscalía, y como vicefiscal de Investigaciones.

Para quienes un día sí y otro también traen a la fiscal Caludia Indira Contreras como ‘El Gabrielón’ (aquel caballo que corrían cada semana), lamento informarles que estos cambios la fortalecen en la titularidad.

Gradias, dicen los que conocen los intríngulis de la fiscalía, es un hombre que jamás le jugaría las contras a la fiscal, su perfil es más bien mediano y siempre ha estado bajo la férula de Claudia Indira. Bustamante por su parte, llega para hacerse cargo, en principio, de las recomendaciones que hizo la CEDH a la fiscalía por demoras y omisiones en la búsqueda de personas desaparecidas. También es, a no dudarlo, un hombre que le va a poner el pecho a las balas (metafóricamente, claro) para defender a su jefa.

III

Pero mejor vámonos a temas más amables, a la razón de ser en el ejercicio de gobierno, que es el desarrollar políticas públicas de manera eficiente y aplicarlas en beneficio de la población, especialmente de la que se encuentra en condiciones vulnerables.

El Banco Interamericano de Desarrollo otorgó el Premio Gobernarte 2022 “Pablo Valenti” al DIF Sonora en la categoría de Innovación Pública Frente a los Nuevos Flujos Migratorios un galardón que se entrega a gobiernos subnacionales (estatales en el caso de México) por su programa de atención a niñas, niños y adolescentes en tránsito para reencontrarse con sus familias.

Este programa combina el acogimiento familiar temporal con la reunificación familiar en otro país. Nada más en el albergue Tin Otoch se atendieron el año pasado a mil 568 personas, entre núcleos familiares y niños, niñas y adolescentes no acompañados que se encuentran en tránsito por el estado de Sonora, generalmente en búsqueda de familiares allende la frontera con Estados Unidos.

Este es uno de los programas más nobles y solidarios que la presidenta del Sistema DIF Sonora, Rocío Chávez Murillo y su directora Lorenia Valles Sampedro relanzaron en esta administración, pues antes ese grupo vulnerable era visto solo como objeto de protección y ahora se les atiende desde políticas con perspectiva de género, derechos humanos, interculturalidad e interseccionalidad, para asegurarles techo, alimento, vestido y sobre todo, la reunificación familiar.

Así, Sonora se hizo acreedor a este premio internacional junto a ciudades donde se desarrollaron programas en otras categorías, como Sao Paulo, Brasil; San Miguel, El Salvador; la provincia de Tucumán, en Argentina y las alcaldías de Medellín y de Pereira en Colombia.

Bien ahí.