EL ZANCUDO | NO HABRÁ TREGUA POR SEMANA SANTA

Por: Arturo Soto Munguía
Todavía se discuten los números de la consulta para la revocación de mandato y ya estamos sobre un nuevo desencuentro político de no menor envergadura y tampoco exento de jaloneos y machincuepas.

La reforma eléctrica, sin duda la columna vertebral del proyecto de nación del presidente Andrés Manuel López Obrador en materia energética se encuentra detenida en el Congreso de la Unión.

La iniciativa fue dictaminada en Comisiones y aprobada en lo general (y en lo particular con modificaciones) y debió ‘bajar’ al pleno para su discusión, lo que debería suceder este martes, pero a propuesta de Morena y sus aliados la discusión se pospuso para el domingo argumentando que darían más tiempo a los legisladores y legisladoras para llegar a la sesión respectiva con mayores elementos para su aprobación.

Lo cierto es que la iniciativa presidencial no asegura una votación favorable toda vez que la oposición PRI, PAN, PRD y MC adelantaron un voto en contra lo que alejaría la mayoría calificada necesaria. Es decir, si se hubiera discutido hoy, la iniciativa sería rechazada, por lo que en realidad lo que ha trascendido es que la sesión se pospuso para ganar tiempo, dejar que lleguen los llamados ‘días santos’ y la ausencia de algunos vacacionistas legislador@s de oposición permitan que la mayoría morenista la apruebe.

En un clima de tensión, los apoyadores de la reforma morenista advirtieron que habría movilizaciones hoy en el recinto legislativo y los opositores, temiendo que los manifestantes les impidieran el ingreso, decidieron pernoctar en la Cámara, lo que finalmente no sucedió por el aplazamiento de la sesión, así que decidieron posponer la ‘pijamada’ para el sábado en la noche.

El asunto luce verdaderamente complicado para Morena y sus aliados porque no cuentan con la mayoría calificada y si en algún momento le apostaron a ganar para su causa a legisladores de oposición (necesitarían 55), los últimos acontecimientos potenciaron la unidad de los opositores que ya adelantaron su voto en bloque, en contra.

El mismo presidente los ha exhortado a rebelarse contra sus coordinadores parlamentarios que ‘tiraron línea’ para no dejar pasar la reforma, pero al parecer eso tuvo un efecto contrario.

Durante los próximos días habrán de verse las artes de la negociación desde la presidencia de la República y de los propios legisladores morenistas para ‘convencer’ a los diputados opositores de no pasar a la historia como ‘traidores a la patria’ al votar en contra.

Pero las bancadas del PAN, PRI, PRD y MC han reiterado su postura en el sentido de que votarán en bloque contra la reforma, lo que sería el golpe más duro para el presidente en lo que va de su gestión. Veremos si en los próximos días los cabilderos de Morena consiguen romper el bloque opositor y llegar al domingo con los votos necesarios para aprobarla.

II

Mientras tanto siguen las secuelas de la consulta de revocación de mandato, en un debate donde los promotores de la consulta tiran el sombrero al aire alegando un triunfo contundente y los opositores (tanto los que llamaron a la abstención como los que llamaron a votar por la revocación) se adjudican la victoria basados en el abstencionismo que en el caso de Sonora alcanzó el 87 por ciento.

Ya con los números en la mano podemos decir que en ambas partes hay motivos para la fiesta pero también para la reflexión.

Los operadores electorales de Morena pueden estar satisfechos porque sacaron la chamba y la sacaron bien. El ejercicio les permitió poner a prueba el aparato estatal y la logística para movilizar 300 mil electores que finalmente fueron los que acudieron a las urnas, la mayoría, hay que apuntarlo, desde su condición de beneficiarios de los programas sociales gubernamentales.

Si la cifra se contrasta con la lista nominal en el estado que rebasa ligeramente los dos millones de empadronados, la diferencia puede parecer abismal, pero si se toman en cuenta otros referentes, no sería un dato tan relevante sobre todo considerando que de esa lista nominal, en el pasado proceso electoral por la gubernatura acudieron a votar menos de la mitad.

Un dato que sí es importante es que en 2021, el candidato de la coalición PRI-PAN-PRD obtuvo 339 mil votos, es decir que con el puro ‘voto duro’ de Morena, en estos momentos tiene un ‘piso’ sobradamente competitivo para enfrentar futuros procesos electorales.

Claro que se debe considerar que esta consulta fue un ejercicio en el que Morena compitió consigo mismo pues los opositores se mantuvieron en una posición más bien contemplativa, llamando a no votar, sí, pero con los brazos cruzados. Casi puede decirse que fue una elección interna de Morena en la que midió su capacidad de movilización electoral, fuera de un proceso constitucional.

La reflexión que tendrían que hacer los promotores partidistas de la consulta tiene que ver, más que con el desprecio del 87 por ciento de los electores a la misma, con la conveniencia de instalarse en el descaro de las prácticas abusivas que tanto criticaron y combatieron en el pasado y que por cierto contribuyeron en muy buena medida al descrédito de gobiernos anteriores, y si eso es lo que buscan en los años por venir.

La utilización clientelar de los programas sociales, la coacción, las veladas amenazas o condicionamientos para llevar gente a las urnas; la utilización de recursos públicos para ese mismo fin, entre otras cosas le funcionaron al PRI durante mucho tiempo y al PAN también, aunque solo les duró un sexenio en el caso de Sonora.

La oposición por su parte, ha festinado el altísimo porcentaje de abstencionismo como un logro suyo, pero eso parece una postura más bien ingenua. La gente desdeñó la consulta por varias razones, desde aquellos que asumieron su abstención como una posición política frente a la misma, hasta otros que lo hicieron por pura hueva, sin contar esa mitad del padrón que usualmente no vota ni por Morena ni por ellos ni por nadie.

Lo cierto es que la consulta arrojó datos interesantes para los operadores electorales de ambos bandos, pero para la oposición plantean datos muy precisos sobre las metas que tendrían que trazarse si algún día quieren recuperar el poder.

Veamos esos números por distritos para calcular a que deberían aspirar como meta mínima si quieren estar en la competencia electoral próximamente, y definir qué y cómo tendrían que hacerlo.

En el distrito 1 con cabecera en San Luis Río Colorado votaron en esta consulta 30 mil 163 electores; ese distrito fue ganado por Manuel de Jesús Baldenebro con 47 mil 963 votos.

En el distrito 2 con cabecera en Nogales votaron en la consulta 32 mil 068 y ese distrito lo ganó Ana Laura Bernal con 60 mil votos.

En el distrito 3 con cabecera en Hermosillo votaron en esta consulta 39 mil 563, y ese distrito lo ganó Lorenia Valles con 65 mil 282 votos.

En el distrito 4 con cabecera en Guaymas votaron en esta consulta 48 mil 550 y ese distrito lo ganó Heriberto Aguilar con 60 mil votos.

En el distrito 5 con cabecera en Hermosillo votaron en esta consulta 39 mil 328 y ese distrito lo ganó Wendy Briseño con 64 mil 289 votos.

En el distrito 6 con cabecera en Cajeme votaron en esta consulta 54 mil 720 y ese distrito lo ganó Gabriela Martínez con 60 mil votos.

En el distrito 7 con cabecera en Navojoa votaron en esta consulta 55 mil 735 y ese distrito lo ganó Shyrley Vázquez con 74 mil votos.

Ahí les dejo los números para que saquen cuentas.