VILLALOBOS, EL CAPITÁN MIL HORAS Y SIETE VIDAS
Corrían los días del verano de 2015 y la campaña de Claudia Pavlovich no prendía del todo, después de un arranque más que desangelado en Hermosillo, Navojoa y Cajeme.
La campaña no prendía por obvias razones, entre las que se cuenta el conflicto interno en el tricolor tras el nuevo descarte de Ernesto Gándara al que todos daban como seguro candidato a la gubernatura, y el poderoso apoyo del aparato estatal en ese entonces comandado por Guillermo Padrés a su candidato Javier Gándara.
Después de más de un mes de campaña las cosas comenzaron a cambiar. A Javier Gándara le pesó demasiado la carga negativa del entonces gobernador, de quien nunca tomó distancia y mucho menos se deslindó, y los operadores de Claudia Pavlovich relanzaron una ofensiva mediática que dio en el clavo de las corruptelas padrecistas resumidas en un eslogan que recogía el descontento y alimentaba la esperanza: “Lo bueno es que ya se van”.
Por esos días, cuando Morena ni siquiera aparecía en el mapa político-electoral se llevó a cabo en Guaymas un evento de la candidata del PRI teniendo como sede el Hotel Playas de Cortés, precisamente de la familia Gándara. El dato es relevante porque para ese entonces se habían limado casi todas las asperezas y los priistas ponderaron la unidad que, de no haberse dado, habría repetido la historia de la derrota seis años atrás, cuando la candidatura de Alfonso Elías Serrano provocó la diáspora que le abrió paso a Padrés.
El tema en ese evento era el de la salud. Allí el principal orador, el que presentó el plan de la candidata en la materia fue un impecable profesional de la medicina que a la postre sería el titular de la Secretaría de Salud: Gilberto Ungson.
Pero entre la concurrencia hubo muchos cuchicheos y no pocas cejas arqueadas. Al lado de la candidata apareció, sonriente y despreocupado el señor Mario Villalobos García, el sempiterno dirigente sindical de los trabajadores de la salud, tanto estatales como federales.
La sorpresa tenía sentido. Villalobos ha tejido una larga y negra historia de charrismo sindical, componendas sospechosas, pactos de conveniencia que le han permitido no solo la sobrevivencia en el privilegio de la cúpula sindical, sino un poder desmesurado que le ha permitido vendettas personales, agandalles y sobre todo, plazas, muchas plazas para amigos y familiares, sin contar la nutrida flota de aviadores en la nómina gubernamental, donde sigue nadando a sus anchas.
Lo hizo con gobernadores priistas, lo hizo con Guillermo Padrés y lo sigue haciendo con Alfonso Durazo, a cuya campaña también se sumó alegremente. A Villalobos se le conoce como ‘El capitán mil horas’ por su conocida vocación por la aviación en la nómina, pero también como ‘El siete vidas’ porque ha transitado con singular frescura por administraciones de distinto signo partidista.
Hoy, que en su plan de austeridad el gobernador Alfonso Durazo ha anunciado una cruzada contra los aviadores, veremos qué tan en serio se toma esa empresa cuando le toque toparse con el señor Villalobos y el poder que ha acumulado para librar incluso órdenes de aprehensión y toda clase de investigaciones.
Sobre este tema, el gobernador informó que se detectaron 4 mil 900 servidores públicos que no presentaron su declaración patrimonial, por lo que -sin imputar a nadie y sin adelantar juicios-, podría tratarse de personas que cobran puntualmente sus quincenas sin presentarse a trabajar. Aviadores, pues.
Solamente en la Secretaría de Salud hay 694 personas que por alguna razón omitieron ese trámite de ley; en el Isssteson 637, en la Secretaría de Educación y Cultura 2 mil 610, por citar aquellas en las que se registraron más omisiones.
Ciertamente no podría asegurarse que todos son aviadores, pero ya la contraloría a cargo de Guillermo Noriega se encargará de aclararlo.
Qué nervios.
II
Y a propósito del sector salud, revelador dato el que dio Jesús Manuel Acuña, director del Isssteson: ocho por ciento de los jubilados y pensionados se llevan el 25 por ciento de todo el recurso para los ex trabajadores afiliados a esa institución.
Se trata de las llamadas ‘megapensiones’ o ‘pensiones doradas’ que llegan a rebasar en algunos casos los 200 mil pesos mensuales y esa es una de las muchas sangrías que tienen a la institución al borde de la quiebra, o por lo menos en la insolvencia que ya provocó retrasos en los pagos.
Esta quincena, se pagará a pensionados y jubilados que cobran pensiones entre dos mil y 44 mil pesos, dejando para la semana entrante a los que tienen pensiones más altas.
El gobernador anunció ayer también que se encuentran estudiando alguna estrategia jurídica para revertir esa situación, algo que se ve sumamente complicado porque la retroactividad de la ley no aplica en perjuicio de persona alguna. O para decirlo llanamente, quienes hoy gozan de esas jugosas pensiones lo seguirán haciendo, ya que no es ilegal aunque, como dijo el gobernador, sea inmoral.
Si a la nueva administración le sirve de consuelo, vale apuntar que la situación podría ser peor, si no es porque en el segundo año del gobierno de Claudia Pavlovich, el entonces director del Isssteson, Pedro Ángel Contreras promovió (y ganó) un amparo en la Suprema Corte para impedir que más de mil jubilados y pensionados (o en vías de serlo) cobraran sus pensiones a partir del salario bruto, que incluye las famosas compensaciones con las que se disparaban los montos.
Ese amparo dejo intocadas (por efectos de la citada irretroactividad de la ley) las pensiones de ese ocho por ciento que inopinadamente desangra el fondo de pensiones, pero evitó que una muy nutrida horda de aspiracionistas ingresaran en masa a esa casta de privilegiados.
Veremos cómo lidia este torito el nuevo gobernador.