por Arturo Soto Munguia
Atentos a la jornada de movilizaciones de este Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo que esta vez se conmemora ‘tirando barra’ con un megapuente que inicia hoy y termina el martes de la semana entrante.
No es cierto. Muchos trabajaremos este día y otros más tomarán las calles para recordar la gesta heroica de los obreros de Chicago y recordar también lo lejos que estamos, pese a los avances en materia salarial y contractual, de contar con empleo suficiente y bien remunerado, un sistema de pensiones y jubilaciones dignas y servicios de calidad, sobre todo en el rubro de salud pública.
La jornada comenzará temprano. A las 7:30 de la mañana el Movimiento Sonorense de Trabajadores de la Educación (Secciones 54 y 28 del SNTE) tendrá una concentración en Rosales y Colosio incorporándose a la marcha del Consejo Sindical Permanente en el que participan sindicatos de variopinta laya.
Entre ellos se cuentan los (¿ex?) combativos sindicatos universitarios de la Máxima Casa de Estudios, que acaban de pasar por sus procesos de revisión salarial y contractual. El STAUS votó en asamblea general y mayoritariamente los académicos decidieron no ir a la huelga; al STEUS se le hizo bolas el engrudo y cuando ya preparaban los roles de guardia y demás parafernalia para estallar la huelga el 30 de abril, se enteraron que su abogado presentó el emplazamiento fuera de tiempo, con lo que la huelga, en caso de estallar sería considerada ilegal.
Hubo airados reclamos de la base trabajadora de los manuales y administrativos universitarios, pero tanto ellos como los académicos recibieron efusivos reconocimientos de parte del gobernador del estado, por su decisión de no paralizar actividades en la Unison, lo que “permite dar continuidad a las actividades académicas en beneficio de nuestras juventudes universitarias”.
Lo cierto es que a unas dos semanas de concluir el semestre, la paralización de actividades habría metido en serios aprietos a los casi 40 mil estudiantes de esa institución, y a los propios docentes. En los cuatro años de la administración duracista, hasta ahora va un empate: en dos hubo huelga en la Unison; en dos no.
Por otra parte, al filo de las 11 de la mañana la CTM mostrará el músculo como solo sabe hacerlo esa central obrera, otrora pilar del PRI y hoy más cerca de las posiciones morenistas. Los cetemistas tendrán un evento grande en el Centro de Usos Múltiples que suelen poner ‘hasta las lámparas’ en el marco de sus reivindicaciones, señaladamente aquellas que tienen que ver con salud y vivienda, dos de las demandas más trabajadas en los últimos años.
No sabemos si el gobernador vaya a estar presente en la marcha de los sindicalistas independientes o en el CUM, pero se antoja poco probable, considerando que apenas anda reponiéndose de una intervención quirúrgica y obligadamente tiene que moderar su exposición pública en eventos masivos, aunque obviamente no se perderá por nada del mundo su participación en el Consejo Nacional de Morena que se llevará a cabo el próximo fin de semana en Ciudad de México.
Pendientes pues de las movilizaciones de trabajadoras y trabajadores este día, pero sobre todo, pendientes de los megacolumpios que suelen coronar esta jornada de la que solía decirse, no es de fiesta, sino de lucha y de protesta.
Obviamente las cosas han cambiado mucho y una cosa no parece estar reñida con la otra, porque después de la lucha callejera en la que vencerá la clase obrera, sigue la banda, las cumbias, las norteñas y ‘corriditas’ para recordar que podemos estar jodidos pero nunca tristes; que el enemigo de clase sigue siendo la burguesía y sus hijos, los pequeñoburgueses, pero las penas con una caguamita son menos, así que no solo en la lucha callejera, también en la copa cervecera vencerá la clase obrera.