LORENIA VALLES: UN PESCADO ENJABONADO

por Arturo Soto Munguia

Lorenia Valles Sampedro probó que trae bien tomado el pulso de la política local y nacional, durante un encuentro que sostuvo con representantes de medios de comunicación que le tiraron (tiramos) buscapiés por todos lados, pero la senadora resultó un verdadero pescado enjabonado al que difícilmente se atrapa porque combina bien el bagaje conceptual con la ‘praxis’ de nueve años en San Lázaro, uno más en el Senado y los que le faltan…

Hace diez años (2015) llegó al Congreso federal por el PRD, donde militó desde 1998. Allí comenzó a conocer los entretelones de la política nacional en las comisiones de las que fue parte: migración, frontera norte, igualdad de género, minería…

En 2018 fue candidata de Morena a diputada federal y ganó con amplio margen. Repitió la dosis en 2021 pero solo ejerció unos días porque fue llamada por el gobernador Alfonso Durazo para ocupar la titularidad del DIF Sonora, donde regresó a los temas más sensibles que la remitieron a sus orígenes en la atención a los sectores más vulnerables. Para 2024 ganó el escaño de mayoría en el Senado y desde allí le ha tocado vivir de cerca el complicado proceso de transición entre el primero y el segundo piso de la cuarta transformación.

Y con esto me refiero a las intensidades que Morena vive en estos días cuando la mismísima presidenta de la República ha tenido que salir a dar el manotazo en la mesa para llamar a la mesura de los recién llegados con su costal de mañas a cuestas, pero también de los ‘canteranos’ que se marearon solo con subirse al proverbial ladrillo, y los que quieren subirse al mismo creyendo que tragando un puño de Dramamine pueden evitar el síndrome Andrea Chávez…

La senadora hizo el recuento de las 21 reformas constitucionales aprobadas, las 8 nuevas leyes, las 25 reformas legales; bordó sobre temas candentes como la reforma judicial, los nuevos programas sociales y todo eso que trae a la oposición ganando el debate en tuiter y en los concursos de memes, pero perdiendo las elecciones porque la de chambear en territorio no se la saben.

Le pregunté sobre la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, el más reciente anzuelo que les lanzó la presidenta para alimentar los miedos de quienes eran felices cuando Emilio “El Tigre” Azcárraga declaraba urbi et orbi su condición de “Soldado del Presidente” y todos éramos felices viendo al Chavo del Ocho y las telenovelas de Televisa.

Respondió que la mejor prueba de que no hay una intención de censura es que la iniciativa fue retirada y será sometida a foros de discusión amplios y que se incorporarán todas las voces en un ejercicio de diálogo para arribar a consensos.

Le solté la pregunta sobre la intervención de Paco Ignacio Taibo II en el Consejo Nacional de Morena solicitando la nacionalización de Canal 13 (asumo que se refirió a TV Azteca) y dijo que ese fue un planteamiento personal de un militante pero que no reflejaba el sentir del gobierno federal o de la presidenta. De hecho, Claudia Sheinbaum lo había aclarado horas antes.

Total que la senadora se fue, como pescado enjabonado y yo nomás me quedé pensando sacudiendo mi cobija y haciendo un cigarro de hoja, que quizá la izquierda se ha vuelto tan lépera que de vez en vez lanza el anzuelo del inminente comunismo para que la derecha más recalcitrante se desbarate en todos sus conjuros, rece, prenda velas y se santigüe, mientras Fernández Noroña aborde un avión a Europa en clase premier, Pedro Haces vaya y venga de su rancho a San Lázaro en helicóptero, Andrea Chávez construya su candidatura con millones de dólares no fiscalizados; Monreal y Adán Augusto fortalezcan sus cacicazgos, Félix Salgado se prepare para una nueva película en la que ahora sí gane…

Qué razón tenía André Breton cuando dijo que México es el país más surrealista del mundo y que luego esa frase se la quisieron adjudicar a Salvador Dalí como «De ninguna manera volveré a México; no soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas».

No lo sé, pero hay priistas de aquella época que morirían por ver lo que hoy sucede.