NIÑAS Y ADOLESCENTES EMBARAZADAS: CUANDO LA REALIDAD NOS GOLPEA

Y de pronto, entre la solemnidad y el protocolo; entre la ritualidad y lo formal tan propios de los actos oficiales, surge un dato que golpea el rostro ruidosamente, obligando a posar la mirada en una realidad que no queremos ver, quizás porque encierra todos los dramas que existen fuera de nuestras zonas de confort.

El dato lo suelta la diputada cajemense Deni Gastélum: de 2016 a 2023 en Sonora se registraron 21 mil 887 nacimientos en madres cuyas edades fluctúan entre los 10 y los 17 años. La mayoría de estos casos se dan en zonas de alta marginalidad donde predomina el abuso sexual, la violencia física y psicológica y subsiste el desconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos.

Pero esa es solo una parte de la tragedia. La otra es la ausencia de políticas públicas que atiendan el problema a partir de una visión integral y de acciones transversales en las que participen todas las instancias de gobierno y las organizaciones de la sociedad civil involucradas en las tareas de prevención, información, monitoreo, seguimiento y acompañamiento de esas niñas que tempranamente adquirieron la responsabilidad de ser madres.

Hay, sí, programas de instituciones que en lo individual o medianamente coordinadas con otras atienden estos casos, pero hasta ayer no había un programa en torno al cual giraran todos los esfuerzos institucionales y sociales para ir hasta las raíces de este problema que mientras exista, como dijo el secretario de Gobierno, Adolfo Salazar Razo, no se puede hablar de transformación.

Ayer se puso en marcha el Sistema Informático de Registro NAME (Niñas, Adolescentes y/o Madres Embarazadas) un programa federal que en Sonora es replicado interinstitucionalmente a partir de herramientas que faciliten el registro, control y seguimiento de las NAMES estableciendo un monitoreo desde su identificación y registro hasta la restitución de todos sus derechos a partir de una plataforma digital que concentre toda la información sobre estos casos y canalizándolo a las instituciones respectivas.

En el patio central de Palacio de Gobierno estaban todos y todas las involucradas en este programa: desde los titulares de las secretarías de Educación, de la Mujer, de Seguridad; legislador@s, funcionarios del área judicial, autoridades policiacas y hasta titulares de los órganos electorales, así como organizaciones de mujeres y otras personas de la sociedad civil atentos a este programa.

Y al frente de ese equipo, al centro del presídium, el secretario de Gobierno y la Jefa de la Oficina del Ejecutivo, Paulina Ocaña Encinas que en las últimas tres semanas se han multiplicado en modo todoterreno para cubrir la ausencia temporal del gobernador Durazo, quien sigue recuperándose de una cirugía programada y están sacando adelante las directrices y las pautas que vía remota les indica su jefe. Eso, desde luego, cuenta.

Por cierto, el gobernador ya se está reincorporando a sus funciones y el pasado lunes encabezó la Mesa de Seguridad, aunque por indicaciones médicas debe hablar poco, de acuerdo a lo informado por su Jefa de Oficina, Paulina Ocaña.