SANTA BÁRBARA UN LUGAR MARAVILLOSO EN NUESTRA SIERRA

LOCALIDADES DE ÁLAMOS: SANTA BÁRBARA

Localizado a poco más de 1200 metros de altura y a 24 kilómetros (sic) de la ciudad de Álamos, justo en las estribaciones de la Sierra Madre en las colindancias con Chihuahua, el rancho de Santa Bárbara es quizá uno de los puntos naturales más bellos del municipio. Tomando la carretera de terracería hacia El Sabinito, y luego de alrededor de tres horas de camino entre barrancos, arroyos, quebradas y voladeros, se accede al lugar, enclavado en un hermoso bosque de pinos y encinos.

Si bien, y a causa de la pandemia, no tenemos información precisa y documental de los orígenes del rancho, pues no hemos accedido a los archivos, sabemos por una descendiente del fundador, que comenzó luego de terminada la Revolución, cuando don Cosme Álvarez, procedente de Milpillas, en el vecino estado de Chihuahua se asentó en el lugar, que por entonces eran terrenos nacionales, junto a su esposa Gabriela Sánchez y sus hijos y dijo: “todo esto es mío”, allá por la década de los veinte. El nombre del rancho no responde a otra cosa, a decir de los descendientes, que la devoción del matrimonio por Santa Bárbara, aquella mártir de los primeros años cristianos que murió decapitada a manos de su propio padre.

Posteriormente, ya en los años sesenta, Cosme Álvarez presentó denuncio de adjudicación en el juzgado de Álamos, señalando como colindancias: al norte terrenos nacionales, al sur los ranchos de San Francisco, de Benito Álvarez, y el de San Pedro de Leobardo G. Montenegro, al este terrenos nacionales y al oeste el ejido de Munihuaza. El terreno tenía una extensión aproximada de cinco mil hectáreas. A la muerte del mencionado señor, la posesión del rancho se fraccionó entre sus cinco hijos varones, pues a las dos mujeres les dejó una casa en Álamos.

Un importante arroyo, conocido también como Santa Bárbara, que por cierto forma un hermoso y profundo cañón, cruza el rancho y termina como afluente del río Cuchujaqui. El clima es templado, con inviernos que poco a poco se han ido tornando menos fríos a consecuencia del calentamiento global, de hecho no se registraba ninguna nevada desde 1970 hasta enero del presente que cayó una, luego de medio siglo; sin embargo, la caída de aguanieve es habitual en los meses fríos, y fuertes granizadas en las lluvias de verano, como la que se muestra en las imágenes.

Desde algunos de los cerros más altos del rancho se tienen unas maravillosas vistas de casi 360°, siendo posible observar los trabajos de la mina Cobre del Mayo, algunas “colas” de la presa Mocúzarit y los ranchos de Munihuaza, Cochibampo y la Tescalama.

El caserío se compone de nueve casas habitadas por una docena de personas, todas ellas familiares entre sí. Se dedican a la agricultura de temporal, la ganadería y últimamente han incursionado en la producción de lechuguilla, un aguardiente-mezcal propio de la sierra alamense.

Les dejamos un extenso álbum del lugar de diferentes épocas del año.

Juan Carlos Holguín Balderrama
Cronista municipal

Tomado de Álamos a través de los siglos