SURGE ‘TERCERA VÍA’ EN LA UNISON; AGARRA TRACCIÓN LA SUCESIÓN

Por Arturo Soto Munguia

Qué sesgo más interesante tomó la sucesión en la rectoría de la Universidad de Sonora, un proceso donde prácticamente venía cabalgando solo el colega, amigo y exjefe en la edición Sonora de El Financiero allá en los albores de este siglo, Cuauhtémoc González Valdez, que se registra mañana miércoles atendiendo el plazo de la convocatoria respectiva, fijado entre el 17 y el 20 de febrero.

Más discretamente se manejaba el nombre de Aarón Grageda Bustamante, académico de ya larga data y quien se desempeñara como secretario de Educación y Cultura durante el primer tercio del gobierno de Alfonso Durazo Montaño. Grageda Bustamante se registra el jueves 19.

Alguien comentó la semana pasada que habría una sorpresa y que surgiría un ‘caballo negro’ de entre la base magisterial, alguien no tan identificado con la llamada cuarta transformación, lo cual francamente parecía remoto considerando que no había hasta entonces, alguien que levantara la mano.

Pero ayer surgió no un ‘caballo negro’, sino una ‘yegüa negra’, dicho esto sin ánimo peyorativo, sino solo con el fin de mantener la referencia alegórica.

Se trata de Dana María Jesús Camarena Gómez, una joven académica e investigadora que no solo trae un currículum impresionante, sino que por su perfil podría revelarse como una tercera vía frente a lo que podría darse: una división del ‘voto duro’ pro 4T, que no es para nada irrelevante, pero que ya probó ser insuficiente para ganar elecciones, como sucedió en el primer proceso para elegir a los órganos de gobierno que contempla la nueva ley orgánica de la Unison. Ella se registrará el jueves 19.

La aguilucha lectora, el grillísimo lector recordarán que en 1991 la comunidad universitaria resistió con fiereza, pero sin éxito, la imposición de la Ley 4 propuesta por el entonces gobernador Manlio Fabio Beltrones, derogando la antigua Ley 103.

En aquel movimiento participaron muchos y muchas que, 30 años después y ya con el triunfo de Morena en la gubernatura y en el Congreso local, pudieron derogar la Ley 4 y generar una nueva legislación, muy parecida por cierto a la antigua Ley 103, sobre todo en aquellos aspectos que tienen que ver con la democratización de los procesos internos para elegir a los integrantes de los órganos de gobierno y al propio rector o rectora, facultades que bajo la Ley 4 recaían en un reducido ‘grupo de notables’ conocido como Junta Universitaria.

La primera elección bajo la Ley 169 se llevó a cabo en 2021 (si no me equivoco, fue la primera ley aprobada en el gobierno de Durazo) y se suponía que al abrir la elección al voto universal, directo y secreto de la comunidad universitaria, los candidatos y candidatas más identificadas con el proyecto de la 4T arrasarían en las urnas. Pero el resultado les fue adverso: de 138 integrantes del Colegio Universitario que fueron electos en esa ocasión, el morenismo apenas consiguió entre 25 y 30 posiciones en el máximo órgano de gobierno.

El dato es relevante porque de acuerdo con la nueva ley, una vez que se haya llevado a cabo la campaña (del 28 de febrero al 24 de marzo) y realizado la consulta universitaria (26 de marzo) la Comisión Electoral publicará la terna compuesta por quienes hayan recibido más votos y el Colegiado Permanente de Asuntos electorales enviará su dictamen al Colegio Universitario. Esto será el 31 de marzo.

Luego se abre un periodo para resolver sobre eventuales impugnaciones y el 8 de abril, el Colegio Universitario se instalará en sesión permanente “para dar por recibida la terna, escuchar la exposición de cada una de las personas candidatas y realizar la elección, en los términos establecidos en la Ley Orgánica, en el Estatuto General y en el Reglamento General de Elecciones”.

Es decir, finalmente es el Colegio Universitario, donde el morenismo no tiene mayoría, donde se decidirá quién sustituye a la actual rectora Rita Plancarte, considerando entre otras cosas el voto ponderado: 48% académicos, 48% estudiantes y 4 por ciento manuales y administrativos.

No hay, hasta el momento de redactar estas notas, más aspirantes que hayan manifestado su intención de registrarse, pero tampoco se descarta que se presenten más a la contienda.

Cuauhtémoc y Aarón son dos figuras públicas muy conocidas; ambos con méritos académicos y aspiraciones legítimas; siempre han militado por el camino de la izquierda y su identificación con la 4T está fuera de toda duda y eso, que en otro contexto podría significar una ventaja, hoy puede traducirse en una división del voto en el sector universitario que tradicionalmente vota por la izquierda, que hoy muestra fisuras entre sus dirigentes históricos: Jorge Taddei, Sergio Barraza, entre otros.

Dena María es, al menos para quien esto escribe, un misterio. Actualmente se desempeña como directora de la facultad económica administrativa y se asume que sería apoyada por algunos jefes de división y el bloque de consejeros que no forman filas con la 4T (y donde se incluye la rectora Rita Plancarte).

Por lo pronto, el proceso sucesorio en la Unison, que había permanecido hasta ahora en un bajo perfil, comienza a agarrar tracción.